La Independencia de Nicaragua

TROZOS DE HISTORIA: LA INDEPENDENCIA DE NICARAGUA
Enrique Bolaños Geyer

 

Un pueblo que no conoce su historia no puede comprender
el presente ni construir el porvenir

Helmut Kohl

 

Esta es una concisa narración de trozos de la historia de Nicaragua: De la conquista, de la colonia, de cómo llegó la independencia de España, de los primeros 17 años de vida de la Nicaragua en unión con los hermanos centroamericanos, y de cómo en 1838 se separó de la República Federal de Centro-América y llegó a ser una República soberana, como lo es hoy.

LA CONQUISTA Y EL MESTIZAJE

 

. . . "era costumbre de los victoriosos de la epopeya contra los moros, apropiarse de los bienes de los musulmanes vencidos (castillos, fortalezas, tierras, joyas, mujeres, etc.) conducta que se apoyó en lo que entonces se designaba como «derecho de conquista». Fue un criterio, que después se trasladó a América en el trato con los indios sojuzgados"

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Emilio Álvarez Montalván, Cultura Política Nicaragüense, (Ediciones Pavsa, Managua mayo 1999)

En 1492 sucedieron dos grandes eventos que de casualidad coincidieron en el nacimiento de la hegemonía y dominio mundial de España que duró unos 300 años: el triunfo recién obtenido en una guerra de siete siglos que liberó a España de la dominación de los moros, y el descubrimiento de América. Hinchado el orgullo español con estos dos acontecimientos, en 1522 llegan a Nicaragua los conquistadores españoles con la espada y la cruz, cargados de enorme afán de lucro y de exaltación religiosa. Los avances de la conquista, al igual que en el resto de las Américas, los medían por el número de cabezas bautizadas al cristianismo así como por la cantidad de oro extraído de los indios y de las minas.

 
En Nicaragua se encontraron con gentes de costumbres extrañas, cuyos orígenes la memoria del hombre no puede recordar: ¿cuándo y quiénes poblaron por primera vez esta tierra? Sin embargo, se sabe que como cien años antes de la llegada de los españoles a Nicaragua, los aztecas crearon verdaderas colonias a lo largo de la costa occidental de Centro América y cuando el descubrimiento de América, Nicaragua se encontraba con pueblos, costumbres e idiomas diferentes y hasta enemigos entre sí. Estos pueblos eran los Niquiranos (ubicados entre el lago Cocibolca y la costa del Pacífico); los Chorotegas (en el centro del país, entre el lago Cocibolca y el Xolotlán); los Chontales que hablaban el idioma maya y cuyo nombre significa extranjero) poblaban Matagalpa hacia el norte; y los Caribisis divididos en muchas tribus, poblaban la costa atlántica.1 Jaime Incer Barquero

 

Los vestigios de ídolos mudamente atestiguan que los primeros habitantes de mucho tiempo antes del descubrimiento de América, eran idólatras. Los abundantes testimonios de los cronistas españoles no dejan dudas acerca de la existencia de la esclavitud entre los aborígenes de la Nicaragua precolombina, así como de que comían la carne de sus víctimas humanas, por lo menos como complemento del sacrificio que consagraban a sus dioses.2 Tomás Ayón


La vida humana —según el historiador Oviedo— tenía poco valor. Esclavos se vendían en el tiangue (mercado aborigen) y un hombre llegado a la pobreza podía venderse o vender a sus hijos, bien sabido que el que los comprara podía comérselos si deseaba.3 Oviedo

 

En 1522, Gil González Dávila fue recibido pacíficamente por los caciques del territorio conocido hoy con el nombre de Rivas y se da el muy conocido e importante diálogo entre las dos culturas: Gil González Dávila y el cacique Nicarao o Nicaragua. En ese momento, el pequeño territorio de la Nicaragua actual, estaba poblado con cerca de medio millón de aborígenes, pero desde entonces hasta 1550 —en apenas 3 décadas— la población indígena de Nicaragua se redujo de 500 mil a sólo 30 ó 50 mil habitantes ¡Horroroso cataclismo!, aunque esa cifra haya sido abultada. Grandes cantidades mueren por epidemias de nuevas enfermedades traídas por los 200 españoles que los conquistaron; mueren por hambrunas y batallas. También los mata la migración forzada y dislocaciones durante los primeros años de la conquista.4  De Las Casas

 

Francisco Hernández de Córdoba empezó la verdadera conquista de Nicaragua en 1524 y fundó las ciudades de Granada, León y Ocotal. Desde el inicio los conquistadores envían indios esclavos, en gran escala, hacia Perú e islas del Caribe, porque en esos lugares ya se había reducido, también dramáticamente, la población nativa. Esto sucede en la zona del pacífico de Nicaragua, no en la del atlántico donde la conquista y colonización española no llegó. La zona del atlántico recibe posteriormente la migración de negros que evaden la esclavitud en sus viajes forzados desde África hacia las islas de las Antillas de tránsito hacia Estados Unidos de América. Ellos fundan algunos asentamientos y se produce así una nueva complexión racial al mezclarse con los aborígenes de esa zona.

 

Pero no todo fue inhumano y adverso durante la conquista. Por ejemplo, Pedrarias (quien murió el 6 de marzo de 1531 a los 91 años de edad) y que había oprimido a los indígenas con dureza, contribuyó a la introducción del ganado vacuno y caballar, de los burros, puercos, cabras y gallinas; es el introductor de la caña de azúcar que mandó a traer de Cuba; mandó a explorar el río San Juan y así abrió esta vía de comunicación al comercio que posteriormente hizo florecer a Granada.5 Lévy

 

En 1593 Felipe II estableció que el descanso del obrero ha de ser a la hora del rigor del sol; que el indio pudiera acusar sin rendir fianza; que no se formara proceso a los indios por riñas sin armas y ordenó que se castigara con más rigor los delitos contra los indios que los cometidos contra los españoles.6 Álvarez Lejarza

 

"Aunque el incumplimiento de las leyes haya sido tan habitual como suele afirmarse, y los abusos tan generales como aseguran los historiadores, la constante política de los reyes a favor de los indios no pudo menos de producir considerables resultados en la práctica. […] Tarde o temprano, de una manera o de otra, como ocurrió en efecto, América estaba llamada a europeizarse. […] Donde quiera que penetraba el conquistador llegaba el misionero, y muchas veces donde aquél no llegaba. No se trataba exclusivamente de una conquista de territorios o de mercados, sino también de una conquista de almas."

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José Coronel Urtecho, Reflexiones sobre la historia de Nicaragua, (Colección Cultural de Centro América, Serie Histórica No. 13, 2001), pp. 46-47

El mestizaje de estas dos culturas y civilizaciones ―la española y la aborigen― con el correr del tiempo y los avances y cambios naturales en el desarrollo de la humanidad, forjaron al nicaragüense: el nicaragüense dual con dos mitades dialogantes y beligerantes que describe Pablo Antonio Cuadra en una estrofa de su poema: «El hijo de Septiembre»:

 

Bicéfalo ataúd llevan mis restos,
pues cuando quiero libertad me mato
y cuando tengo libertad me muero.

 

 

 

 

LA COLONIA

 

Desde finales de la conquista (más o menos en 1570) Nicaragua fue siempre parte del Reino o Capitanía General de Guatemala y en 1786 el rey Carlos III creó la Intendencia de Nicaragua con la ciudad de León como su Capital y designa a don Juan Ayssa como Gobernador ―el primer gobernador.

Durante los trescientos años de la Colonia, se fueron formando diferentes clases sociales: Los peninsulares (los nacidos en España) formaban la clase más alta y gozaban de todos los privilegios y beneficios; los criollos eran los descendientes de españoles nacidos en las colonias y formaban la segunda clase; los mestizos (mezcla de sangre española con la india), que componían la mayor parte de la población; formaban la tercera clase y por último, los indios.

Desde finales del siglo XVI (1570 en adelante) y durante el siglo XVII (los años 1600), Nicaragua fue asolada por piratas y corsarios que penetraban por los ríos hasta lo profundo del país para saquear, violar e incendiar. Saquearon San Carlos, Granada, Nueva Segovia, Masaya, León… Para protegerse, se construyó la fortaleza del Castillo y se fortificaron varios puntos a lo largo del río San Juan hasta San Carlos.

Posteriormente los piratas y corsarios se fueron extinguiendo a medida que los Estados montaban sus propias armadas sin recurrir a los corsarios y eso trajo una era de tranquilidad a las Américas; las plantaciones se extendieron, las minas fueron trabajadas, el comercio se organizó y la condición social de los mestizos e indios mejoró en proporción de las normas y costumbres de la época.

La posibilidad de construir un canal interoceánico a través de Nicaragua despertó el apetito de Inglaterra que, por mucho tiempo, mantuvo esfuerzos para dominar al país. Dejaron de proteger a los piratas y valiéndose de su propia armada fundaron establecimientos fijos en las costas del norte y sedujeron a los indígenas, sobre todo a los Misquitos.

Las ideas liberales contagiadas por la independencia de Estados Unidos de América y por la revolución francesa, se filtraban a América sumándose al descontento por las restricciones políticas y comerciales impuestas por España en las colonias.

La devastación causada en Nicaragua en apenas tres décadas (de 1522 a 1550; la reducción de su población de 500 mil indígenas a sólo 30 mil ó 50 mil), no se recuperó en los siguientes tres siglos de reino colonial y la población de Nicaragua apenas alcanzó 180 mil habitantes cuando llegó la Independencia.7 De las Casas

 


INDEPENDENCIA DE CENTRO-AMÉRICA



La Independencia de Estados Unidos de América en 1776 y su constitución republicana aparecía seductora ante la opinión pública de todas partes, especialmente en Francia donde ya se debatían y fermentaban las ideas contra el despotismo, sobre la soberanía del pueblo, sobre la división de los poderes, sobre los derechos y las libertades del individuo. En este ambiente, el 14 de julio de 1789, estalla la Revolución Francesa.

El 27 de agosto de 1789 la nueva república francesa proclama la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano que se difunden en todo el mundo. Esta Declaración plasmaba los postulados del liberalismo y servía también como ejemplo y estímulo a los pueblos de las colonias de América.

Este nuevo entorno revolucionario fue aprovechado por Napoleón Bonaparte para dar en 1799 un Golpe de Estado en Francia y el 2 de diciembre de 1804, se corona emperador, con la ambición de conquistar Europa. Es así que en 1807 Napoleón invade a España y el 4 de junio de 1808, Napoleón proclama Rey de España a su hermano José Bonaparte, mientras al destronado monarca español, Fernando VII, lo mantiene prisionero en un castillo en Francia. Se rompe así el vínculo de las colonias de América con España y esto permite que allá por 1810, en toda América nazcan brotes independentistas.

 

El cura Hidalgo fue enjuiciado por herejías y traición, por la Inquisición. Fue condenado a muerte y fusilado el 31 de julio de 1811, como advertencia a otros posibles futuros insurgentes.

En México, por ejemplo, al conocerse las noticias de lo que sucedía en España, se hicieron varios alzamientos y el 16 de septiembre de 1810 (esta es la fecha en la que México celebra su Independencia), el cura del pueblo de Dolores, el padre Miguel Hidalgo, encendió la chispa de la Independencia cuando arengó al pueblo a unírsele para derribar al mal Gobierno. A este hecho se llama el «Grito de Independencia» o «Grito de Dolores».

Pero el 6 de noviembre de 1813 otros líderes independentistas lograron la redacción de una Constitución, que fue jurada el 22 de octubre de 1814, aunque aún se seguía luchando por obtener la independencia oficial.

En 1814 se da la derrota de Napoleón en Europa que cesa su control sobre España y Fernando VII recupera su debilitado trono. El general Agustín Iturbide, criollo mexicano que antes combatía contra los insurgentes independentistas, cambió sus lealtades para convertirse en jefe independentista con el objeto de satisfacer sus propias ambiciones.

En Iguala, Iturbide ofreció: 1) que México sería  una nación independiente gobernada por el rey Fernando VII u otro príncipe europeo o por el que el Congreso mexicano escogiera; 2) que los criollos y peninsulares tendrían iguales derechos y privilegios; y 3) que la Iglesia católica continuaría teniendo sus privilegios y el monopolio religioso en México. A esto se le conoce como el «Plan de Iguala».

El 24 de agosto de 1821, representantes de la corona española e Iturbide firmaron el «Tratado de Córdoba» por el que España reconoce a México como una nación independiente. El Generalísimo Agustín Iturbide se constituye en ese momento, en regente de la corona de ese naciente imperio mexicano.

 

En Centro-América, llamado entonces «Capitanía General de Guatemala», también desde 1811 habían nacido movimientos independentistas que habían sido debelados, pero ya para 1821 ―año de la Independencia— todos los pueblos centroamericanos se encontraban viviendo en relativa pacífica convivencia.

En estas circunstancias, a comienzos de septiembre de 1821 se conoce en Guatemala de la Independencia de México con respecto a España y que Chiapas (que era entonces una Provincia de la Capitanía General de Guatemala) se unía a México en el que veía la monarquía basada en el «Plan de Iguala» de Iturbide.

Las ideas políticas de esa época comienzan a apodarse «serviles» a los hoy llamados conservadores y «fiebres» a los hoy llamados liberales, que entonces eran los de mayor número. Los conservadores, al tanto de lo que ya sucedía en el resto de las colonias de América, con el hondureño José Cecilio del Valle a la cabeza, maduraron y ejecutaron el plan de la independencia de Centro-América, para encausarlo por el orden y evitar excesos como los cometidos por la Revolución francesa.

José Coronel Urtecho lo describe así:

 

El verdadero mérito de los independentistas centroamericanos o, si se quiere, su principal habilidad, consistió en mantener en paz a Centro América hasta la proclamación de la independencia mexicana y proclamar ellos solos, en el momento más oportuno, su propia independencia, de acuerdo con las autoridades peninsulares. […] De no haber sido así, las tropas de Iturbide hubieran libertado a Centro América y ésta habría quedado, probablemente incorporada a México, como de todos modos estuvo a punto de quedarlo.8

 

En Guatemala ―Capital del Reino de Centro-América― el 15 de septiembre de 1821 se reúne la Diputación Provincial, sin estar seguros para qué había sido convocada, y proclama la Independencia con respecto a España. No se disparó un solo tiro, ni hubo tumultos populares ni alzamientos militares.9 Álvarez Lejarza

Sin embargo, el historiador don Tomás Ayón dice que esta apreciación es inexacta:

 

… tan injusta apreciación revela un fondo de ingratitud que desalienta, La historia de nuestra emancipación no presenta, en verdad, cuadros sorprendentes de grandes y sangrientas batallas; pero sí larga lista de ilustres víctimas, cuya memoria debemos venerar.10  Tomás Ayón

 

 

LA FEDERACIÓN DE CENTRO-AMÉRICA 11

 

Las provincias centroamericanas, al obtener el 15 de septiembre de 1821 su independencia de España, comenzaron el debate sobre qué hacer de cara al futuro:


1.    Anexarse al naciente imperio mexicano donde Iturbide se estaba coronando emperador.

2.    Que las cinco provincias de Centroamérica quedaran juntas, unidas en una federación, al estilo de la de los Estados Unidos de América.

3.    Independencia de España, de México y de los hermanos centroamericanos o sea, la soberanía absoluta.

 

Las pasiones y luchas entre cada uno de estos tres bandos, enardecidas también por las ambiciones personales y partidarias, comenzaron a causar inestabilidad y discordia tanto dentro de cada una de las provincias así como entre las mismas provincias entre sí.

Inicialmente las provincias centroamericanas se unieron al imperio de Iturbide, pero los mismos mexicanos prontamente se encargaron de derrocarlo, fusilaron a Iturbide, y entonces dejó de ser una opción.

Por el Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821 se crea el Congreso de las cinco provincias que el 24 de junio de 1823, entre otras cosas, dispone:


· Dejar a las Provincias en libertad de organizar su propio gobierno y administración interna como a cada una le convenga, pero quedan las cinco provincias unidas entre sí con el nombre de «Provincias Unidas del Centro de América».

· Esta Unión queda independiente de España, de México y de cualquier otra potencia, pero las provincias quedan unidas entre sí.

· Continuar observando la Constitución y leyes de la antigua España, mientras la el Congreso no disponga otra cosa.

· Declara abolida la esclavitud; designa el escudo de armas y el pabellón nacional.


El 2 de julio (1823) este Congreso se constituyó en Asamblea Nacional Constituyente que redactó la Constitución de la República Federal de Centro América que se promulgó el 22 de noviembre de 1824. Esta Constitución federal fue una copia de la de los Estados Unidos de América con modificaciones que, en su conjunto, resultó ser una constitución inapropiada.

De acuerdo a la Constitución se efectuaron elecciones federales y el 25 de abril de 1825 Manuel José Arce, salvadoreño, y Mariano Beltranena, guatemalteco, tomaron posesión de la presidencia y vicepresidencia de la República Federal de Centro América, respectivamente. Arce es pues, el primer gobernante constitucional de Centro-América, electo por los centroamericanos, en el periodo federal.

Casi simultáneamente, cada uno de los Estados eligió a sus máximas autoridades del poder Ejecutivo, llamadas «Jefes de Estado»: por Guatemala a Juan Barrundia; por El Salvador a Juan Vicente Villacorta; por Honduras a Dionisio Herrera; por Nicaragua a Manuel  Antonio De la Cerda; y por Costa Rica a Juan Rafael Mora.

Los trabajos principales del Congreso Federal (en su mayoría liberales) trataban de debilitar el poder del presidente de la Federación con el disimulado objeto de tumbar a Arce quien, siendo liberal, más bien gobernaba como conservador.

 

Inicia la Guerra Civil Centroamericana

 


Guatemala era la sede de la Federación, pero no había buena relación entre el presidente de la federación (Manuel Arce) y el jefe de Estado del Estado de Guatemala (Manuel Barrundia), quien no permitía a Arce hacer movimientos de tropas ni ejecutar arrestos en el territorio de Guatemala, sin su consentimiento.

En octubre de 1826 Arce da un golpe de Estado, arresta a Barrundia, declara «facciosa» a la Asamblea Guatemalteca y convoca a nuevas elecciones para el Estado de Guatemala. El 1 de marzo de 1827 tomaron posesión los conservadores y Manuel Montúfar como jefe y vicejefe del Estado de Guatemala, respectivamente.

Todo esto causó reacciones negativas en los Estados federados, especialmente en El Salvador y Honduras, y a comienzos de 1827 Arce envía al militar conservador, Justo Milla, a Honduras a tratar de derrocar al liberal Dionisio Herrera. Aparece Francisco Morazán de líder de la defensa militar de Honduras, y derrota a Milla.

El jefe de Estado salvadoreño, Juan Vicente Villacorta, se enferma y deposita el mando en el vicejefe, Mariano Prado, quien en marzo de 1827 envía tropas a Guatemala con la intención de remover a Arce de la presidencia de la Federación, pero fue derrotado por Arce, quien mandó al general Manuel Arzú al frente de 2000 tropas federales a invadir El Salvador. Se inicia así la guerra civil en Centroamérica en la que el general hondureño, Francisco Morazán, juega el principal papel político-militar.

Morazán derrota a las fuerzas de Arzú en El Salvador y a las que atacaban Honduras y surge como el líder de los liberales. Ante este caos federal, el 14 de febrero (1828) Arce renunció y el vicepresidente, Mariano Beltranena, asumió el cargo. Morazán  conquista militarmente Guatemala el 13 de abril de 1829, depone a Beltranena y se hace Presidente «de facto» para tratar de establecer orden en la federación. Un año después, el 25 de junio de 1829 el restaurado Congreso Federal nombró a Francisco Barrundia, (por ser el senador más antiguo), para hacerse cargo provisional de la Presidencia de la República en sustitución de Morazán y legalizar así el Poder Ejecutivo.

 

Morazán electo y relecto presidente

 

Barrundia llamó a elecciones para elegir un sucesor por el voto popular, de acuerdo a la Constitución. Morazán salió electo y el 16 de septiembre de 1830 tomó posesión de la presidencia. Para sentirse seguro, Morazán decidió trasladar la sede del gobierno Federal a El Salvador, pero las autoridades de El Salvador se lo impidieron por considerar al gobierno Federal como un peligro para la estabilidad y tranquilidad del Estado que lo hospede. Esto creó un conflicto que también escaló en rebeldía contra algunas reformas liberales del gobierno federal. Morazán reaccionó y el 14 de marzo (1832) derrotó a las fuerzas de El Salvador, se hizo presidente de ese Estado del 3 de abril al 13 de mayo de 1832, envió prisioneros a Guatemala al depuesto presidente Cornejo junto con su gabinete de gobierno, y entregó la presidencia salvadoreña al coronel Joaquín San Martín. A partir de entonces, apareció con más fuerza la necesidad de reformar la Constitución federal.

Terminado el primer período de Morazán, el 2 de febrero de 1835 se hizo el escrutinio de las elecciones de 1834 y salió vencedor el conservador José Cecilio del Valle, quien falleció antes de tomar posesión. Se elige entonces a Morazán por ser quien tenía más votos después de Valle, y tomó posesión el 14 de febrero de 1835 para su segundo período de cuatro años.

Convencido de la necesidad de fortalecer la federación, Morazán quiso reformar la Constitución de la República Federal, sin éxito alguno. En su administración se acentuó la inestabilidad causada por las luchas y pasiones entre sus propias fuerzas liberales-unionistas contra las fuerzas separatistas del guatemalteco Rafael Carrera, indio analfabeto quien lideró las fuerzas conservadoras y, como gobernante de Guatemala, llegó a ser factor importante en el rompimiento de la unión centroamericana.

 

Fin de la Federación de CA



A medida que los pueblos de los Estados de la Federación percibían la ineficacia del sistema, las pasiones y luchas entre unionistas contra separatistas crecían también en los ámbitos locales dentro de los Estados de la Unión (las ex provincias). Los antagonismos políticos, religiosos y egoísmos personales aumentaban y lanzaban a los pueblos a una frenética carrera de revueltas y revoluciones.

Los liberales estaban a favor de la federación, mientras que los conservadores estaban a favor de la independencia absoluta de cada Estado y en abril de 1838 Nicaragua fue el primer Estado en separarse, seguido de Honduras en octubre, Costa Rica en noviembre, Guatemala en abril de 1839, y a finales de 1839, la federación había ya dejado de existir, aunque el Estado de El Salvador no lo oficializó hasta en 1841.

En febrero de 1839 expiró el período presidencial del general Morazán; y como la mayor parte de los Estados se había declarado soberano, no se llamó a elecciones. El 1° de febrero de 1839 se disolvió el Congreso Federal y se dio fin a la República Federal de Centro América.

 

INDEPENDENCIA DE NICARAGUA

 

En Nicaragua, en 1811 y 1812 se generaron unos brotes independentistas en León y Granada, pero fueron debelados por las autoridades españolas. Los resentimientos entre León y Granada se acrecientan cuando León abandona la lucha y los líderes granadinos (De la Cerda, Juan Argüello y otros) reciben casi todo el peso del castigo por osar desobediencia a España.

La noticia de la Independencia acordada en Guatemala el 15 de septiembre de 1821, llegó a León, capital de la Provincia de Nicaragua, hasta siete días después, el 22 de septiembre.

Nicaragua, al igual que el resto de Centro-América, a raíz de la independencia tenía tres caminos abiertos a su futuro:

    1. Anexarse al naciente imperio mexicano.
    2. Formar parte de una federación de Centro-América.
    3. Ser totalmente independiente y soberano.

La consecución de una de estas tres opciones se hizo a través de una larga cadena de crueles y  fanáticas luchas fratricidas entre «todos contra todos» los partidarios de estos tres bandos, atizados también por las pasiones y ambiciones personales.

Hombres de talento empobrecidos y empobreciendo a todos en el país mediante la desdichada práctica de apoyarse sobre la fuerza para alcanzar el poder por medio del atraco: «el Poder o la Guerra», como quien dice: «la bolsa o la vida».

La Historia no muestra evidencias de que las constantes agitaciones políticas fueron debidas a ideas y principios que con sinceridad juzgaban que debían ser establecidos para el bienestar de Nicaragua, en cuyo nombre se invocaban. Por el contrario, abundan evidencias de que las luchas, con frecuencia salpicadas de abundante sangre, no tenían móvil más importante que pasiones, caprichos e intereses mezquinos. Los peninsulares (dominantes en León) se aferraban a mantener sus privilegios de casta superior mediante la corona que ofrecía Iturbide. Los criollos, que manejaban el comercio y los negocios (establecidos en el centro del comercio, Granada), defendían su control del comercio y privilegios. Los mestizos defendían su derecho de que esta tierra era de ellos y querían todo para sí: independencia total: lo mío es mío.

 

Acta de los Nublados


El Obispo García Jerez, el Intendente Gobernador González Saravia y el Coronel Arrechavala, eran españoles (peninsulares), quienes como miembros de la Diputación Provincial, y ante el derrumbe del Imperio español, influyen a que Nicaragua quede incorporada al naciente Imperio mexicano dentro del Plan de Iguala, en el que veían la monarquía. De plano rechazan la idea de quedar sujetos a la hegemonía de Guatemala en una unión de las provincias centroamericanas solas, cosa que lo manifiestan con absoluta claridad en el primer punto del acta llamada «Acta de los nublados» en la que parecen decir que «con Guatemala, nada») al acordar: 1° - La absoluta y total independencia de Guatemala que parece se ha erigido en soberana.

En el segundo punto aceptan la independencia de España, pero hasta que estén claros y se convenzan de que será de acuerdo a los intereses de la provincia, y por eso acuerdan: 2° - La independencia del gobierno español hasta tanto que se les aclaren los nublados del día y pueda obrar esta provincia con arreglo á lo que exigen sus empeños religiosos y verdaderos intereses.12 Esgueva Gómez

 

Granada pro Independencia.



En Granada (que era políticamente dependiente de León), desde el primer momento que se conoce de la declaratoria de independencia, sus autoridades y pueblo el 3 de octubre manifiestan la aceptación de la independencia con respecto a España, pero que sea también con respecto a México, representando así también la independencia de Granada de su rival León. Granada luce liberal, mientras León luce conservadora.

José Coronel Urtecho explica esta aparente contradicción de las actitudes contradictorias de ambas ciudades ―León y Granada― a como las conocemos hoy:

La rivalidad de Granada y León sólo era el clima favorable a la discrepancia en la conducta de ambas ciudades nicaragüenses. En realidad, la inclinación de los granadinos a la política guatemalteca obedecía al mayor grado de liberalismo en que se hallaban respecto a los leoneses. Puede decirse que en 1821, cuando la ciudad conservadora de Nicaragua era León, la liberal era Granada. […] Mientras León aparecía ante el país a favor del Imperio, tal como lo estaba en realidad, representando la tradición colonial o conservadora, monárquica, clerical, sin concesiones a la modernidad, Granada se colocaba únicamente en contra de León, sin definirse de manera oficial por o contra el Imperio, con los serviles o con los fiebres. Esto sembraba la confusión en la provincia de Nicaragua… 13

 

Pablo Antonio Cuadra (PAC) nos dice:

Es la capital de un país el principal centro unificador de la nacionalidad. En Nicaragua no teníamos una urbe-cabeza indiscutida, sino dos en constante antagonismo y guerras. Y esta bicefalía era tanto más desgarradora del sentimiento del “nos” nicaragüense, cuanto estaba montada sobre profundas raíces indígenas: la lucha secular de dos bandos de nuestra cultura más antigua, la Chorotega. Esa antiquísima guerra civil entre Dirianes y Nagrandanos encontró forma de brotar otra vez en los antagonismos de Granada y León, […]14  Pablo A. Cuadra

 

GOBIERNOS DE NICARAGUA — 1821 a 1838

 

Gobierno de Nicaragua No. 1 – Miguel González Saravia
Sep. 28, 1821 ― Abr. 17, 1823


 Al momento de la Independencia, era Gobernador ―Jefe Político de la Provincia de Nicaragua― el Brigadier don Miguel González Saravia, quien continuó desempeñando el mismo alto cargo, según el Acta de Independencia y confirmado en la llamada “Acta de los Nublados” del 28 de Septiembre de ese mismo 1821, cuando dice: 3.- Que en su consecuencia continúen todas las autoridades continuadas (sic) en el libre ejercicio de sus funciones… y llegó así a ser el primer Gobernante de la Provincia de Nicaragua al momento de su Independencia de España, antes de llegar a ser totalmente independiente en 1838.

Don Gabino Gaínza —Jefe Político y Militar de Centro-América— en noviembre de 1821 decide crear una Junta Gubernativa Subalterna para Granada (que era y continuaría siendo dependiente de la Capital, León) y en enero de 1822 nombró a don Víctor de la Guardia como Jefe Político Subalterno y al criollo don Crisanto Sacasa, Comandante General de las Armas para Granada. Don Víctor de la Guardia desempeñó el cargo hasta comienzos de 1823 cuando por la anarquía reinante renunció y abandonó el país.15 A.Vega B

La creación de esta Junta Gubernativa Subalterna acrecentó más las discordias entre León y Granada, discordias que también se habían tensado más cuando León abandona la lucha independentista en 1812 y los líderes granadinos, Cerda, Juan Argüello y otros, reciben casi todo el peso del castigo por osar desobediencia a España.

En León, donde las máximas autoridades civiles, militares y eclesiásticas eran de tendencia monárquica, el 11 de octubre de 1821 oficializan la Independencia con respecto a España, pero anexan Nicaragua al Imperio mexicano en el que veían la monarquía.16 Esgueva Gómez

Debe recordarse que el 21 de mayo de 1822, el Generalísimo Agustín Iturbide se hizo proclamar Emperador del Imperio mexicano y que tanto en México como en los Estados de Centro-América continuaba el descontento por la vocación imperial de Iturbide a quien se combatió hasta destronarlo el 19 de marzo de 1823.

Anacleto (Cleto) Ordóñez (granadino, soldado, comerciante, curandero, poeta popular, agudo de ingenio), descontento por la anexión de Nicaragua al Imperio mexicano, ofrece el derecho al saqueo a los que le apoyaran, y el 16 de enero de 1823 tomó sin derramamiento de sangre el Cuartel militar de Granada, pero en su lucha por la causa contra la anexión a México, desató una ola de terror revestida de saqueos, despojos y atracos, no sólo en Granada, sino también en Masaya, Jinotepe, Juigalpa y otros lugares. La población de Granada y Masaya que pudo huir, se fue a Managua.

Dice el historiador Jerónimo Pérez en la biografía de Ordóñez que estos actos pesan sobre la memoria del caudillo aun cuando los haya favorecido más que con su aquiescencia…17 J. Pérez

El 13 de febrero de 1823, el Gobernador González Saravia, Jefe Político Superior de Nicaragua, ataca Granada para someterla a la causa imperialista mexicana y sale derrotado por Ordóñez. Se producen así los primeros muertos de los miles que morirán en las siguientes décadas. Ordóñez se  nombra «general», traslada su cuartel a Masaya y el 22 de abril de 1823 sus fuerzas tomaron preso a Crisanto Sacasa, Comandante General de las Armas en Granada.18  Ch. Zelaya

 

Gobierno de Nicaragua No. 2 – Carmen Salazar
Abr. 27, 1823 ― May. 06, 1823


De acuerdo a un decreto emitido el 29 de marzo por el general Vicente Filísola, quien era Jefe Político Superior de Centro-América a la caída del Imperio mexicano, por el que convocó a los pueblos de Centro-América a decidir por sí mismos la forma en que quieran organizarse, la Diputación Provincial de León, integró rápidamente una Junta Gubernativa que en su sesión del 17 de abril de 1823, en el Arto. 7 dispone que:

Ejercerá las funciones de Jefe Político el señor vocal 2º, Don Carmen Salazar (…) cesando el señor Brigadier don Miguel González Saravia en todos los mandos… y en el Arto. 9 dispone que se oficie al señor Saravia, para que cese en las hostilidades contra la ciudad de Granada, entregando las armas de aquel cantón a la persona que designe el Gobierno Provisional.19  A.Vega B

 

La sublevación del caudillo Cleto Ordóñez en su oposición a la anexión de Nicaragua al imperio mexicano, continúa a pesar de que ya estaba disuelto ese imperio y el 18 de enero de 1824 arriba a León don José Justo Milla, enviado por la Asamblea Nacional Constituyente de Guatemala, a asistir al Jefe Político Superior, Carmen Salazar, en la pacificación de la Provincia. Milla asume el cargo de Comandante General y no logra el resultado esperado.

 

Gobierno de Nicaragua No. 3 – Pablo Méndez – De facto
May. 06 1823 ― Ago. xx, 1824


El 6 de mayo de 1824, Pablo Méndez y Domingo Galarza lideran en León una sedición y deponen a don Carmen Salazar (segundo Gobernador de la Nicaragua independiente) y a José Justo Milla del cargo de Comandante General. Méndez y Galarza se nombran a sí mismos Jefe Político Superior y comandante de Armas, respectivamente.

 

Gobierno de Nicaragua No. 4 – Anacleto (Cleto) Ordóñez - De facto
Ago. xx, 1824 ― Ene. 04, 1825


En Agosto de 1824 se produce en León otro golpe militar, ahora promovido por Cleto Ordóñez contra Méndez y Galarza, a quienes destituye. Se desatan saqueos, despojos y atracos; mucha gente huye hacia El Viejo y Chinandega.

Aparece en Nicaragua un desconocido, un tal coronel Juan Salas, peruano, quien dice que venía huyendo de Bolívar. Las familias que habían huido a El Viejo nombran a este Salas comandante de Armas para luchar contra Ordóñez. A la vez, el coronel Crisanto Sacasa se escapa de la prisión en San Carlos y aparece en Managua antes de mayo de 1824 y organiza un ejército para atacar León. Salas y Sacasa unen sus fuerzas y el 13 de septiembre de 1824 comienza el sitio a León por estas fuerzas combinadas.

 

Gobierno de Nicaragua No. 5 – Manuel Arzú – (interino)
Ene. 04 1825 ― Abr. 22, 1825


Durante este sitio a León, el Gobierno de la Unión de Centroamérica nuevamente envía a otro pacificador, al coronel Manuel Arzú, quien llega sin armas ni tropa a León el 10 de octubre, para tratar de pacificar Nicaragua por medio de la convicción. El general Manuel Arce, quien en ese momento anda de campaña como candidato a la Presidencia de la Federación (y llega a ser el primer Presidente de la Federación), llega a León en diciembre en ayuda de Arzú.

El sitio duró 114 días (desde el 13 de septiembre de 1824 hasta el 4 de enero de 1825). La paz se logró con el cese del sitio de León el 4 de enero de 1825 ―y cesó por varias razones: 1) por las acciones pacificadoras de Arzú y Arce; 2) por el desaliento causado por el descabezamiento de las fuerzas atacantes con la muerte en combate del coronel Crisanto Sacasa (26 de noviembre de 1824); 3) por la huida del país del Coronel Juan Salas tras la muerte de Sacasa (30 de noviembre de 1824); y 4) por el agotamiento físico de las tropas y la población.

Manuel Arzú se queda en Nicaragua como Jefe Político (interino) hasta que se dan las elecciones en que salen electos De la Cerda y Argüello.

El historiador don Tomás Ayón cita las “memorias” de don Manuel Montúfar, Secretario de Arce, en la que dice:20  Tomás Ayón

 

Arce no disparó un tiro de fusil: desarmó los partidos, sacó del Estado al Obispo don Fr. Nicolás García, haciéndole conducir a Guatemala, donde murió pobre antes de un año en el Convento de dominicos. También hizo salir á Ordóñez, obligándole á servir la plaza que se le había dado en la junta consultiva de guerra en Guatemala. Convocadas las elecciones, dejó Arce una fuerza en León y los poderes del Estado se organizaron con la reunión de la Asamblea Constituyente y el nombramiento del jefe y vicejefe hechos en don Manuel Antonio de la Cerda y don Juan Argüello.21

 

Gobierno de Nicaragua No. 6 – Manuel Antonio de la Cerda ― Jefe de Estado
Primer Gobernante electo por los nicaragüenses.
Abr. 22, 1825 ― Nov. xx, 1825


Los pacificadores logran que se integre una Asamblea Constituyente que, antes de terminar de redactar la Constitución de Nicaragua como Estado de la Federación de Centro-América, llama a elecciones de autoridades superiores y salen electos Manuel Antonio De la Cerda y Juan Argüello como Jefe y Vicejefe de Estado, respectivamente, quienes toman posesión el 22 de abril de 1825. Apenas el día anterior, el 21, había sido electo por el Congreso de la Federación de Centro-América con los votos de Nicaragua, para el cargo de Presidente de la Federación, el coronel Manuel José Arce, quien tomó posesión tres días después que Cerda, el 25 de abril (1825).

Don Manuel Antonio de la Cerda es el primer Jefe de Estado de la Provincia de Nicaragua electo después del 15 de septiembre de 1821; es pues, el primer gobernante de Nicaragua (jefe del Ejecutivo) electo por los mismos nicaragüenses.

En su excesivo celo por establecer el orden en Nicaragua, De la Cerda promulga el 25 de mayo de 1825 unas ordenanzas por las que traza acciones y conductas del buen gobierno, pero que representan un catálogo de postulados que chocaron fuertemente con las ideas republicanas de la época. Por ejemplo:

  • Se prohíben los bailes, paseos, músicas y cantos a deshora;
  • se prohíbe dar hospedaje a pasajeros desconocidos;
  • se prohíbe transitar por caminos y poblado, sin el pasaporte del juez;
  • se prohíbe pedir limosna a todo el que puede dedicarse a buscar subsistencia;
  • se prohíben las paradas de hombres en las esquinas de las calles y en los caminos que las mujeres transitan para el acarreo de agua…
  • Etcétera

Quizás de aquí se inspira Camilo Zapata para su Nandaimeño, cuando canta:

 

Soy granadino, nací en Nandaime / de zapatones, jamás usé caite
Bajo a la población / no me paro en las esquinas
No me gusta que me digan / que yo soy un indio sin educación.
 

Cerda fue acusado por el Vicejefe Argüello de ciertos abusos en el poder, pero dicha causa no prosperó. Sin embargo, debido a la pérdida del apoyo de la ciudadanía, voluntariamente se retiró a su vida privada a comienzos de noviembre de 1825.

 

Gobierno de Nicaragua No. 7 – Juan Argüello ― Jefe de Estado por la ley
Nov. xx, 1825 ― Sep. 17, 1826


Tras la renuncia de don Manuel Antonio de la Cerda, el Vicejefe Juan Argüello asumió el cargo de Jefe de Estado.

Primera Constitución del Estado de Nicaragua – 1826. La Asamblea Constituyente de Nicaragua terminó de redactar la primera Constitución del Estado de Nicaragua cuyo decreto de promulgación lo firma el mismo Juan Argüello el 22 de abril de 1826. Esta Constitución fijó en 4 años el período de duración del cargo del Ejecutivo, a quien llamó Jefe de Estado, creando el cargo de suplente con el nombre de Vice-Jefe.

Aunque esa constitución no dijo nada sobre el período iniciado por De la Cerda y Juan Argüello, a mediados de 1826 se mandaron practicar las primeras elecciones de autoridades supremas (legislativo y ejecutivo) de acuerdo a la nueva constitución como Estado federado. La contienda electoral se dio principalmente entre el mismo jefe Argüello, liberal, y José Sacasa, conservador.

La Asamblea Constituyente cesó sus funciones el 15 de junio de 1826 y la primera Asamblea Legislativa que acaba de salir electa en estas elecciones de autoridades supremas, se instaló en León el 13 de agosto (1826) y debía dictaminar de inmediato sobre el escrutinio de los votos para Jefe de Estado.

Los miembros de la Asamblea Legislativa temían que Argüello quisiera hacerse elegir aunque fuera a la fuerza y por ello deciden trasladarse a Granada para dictaminar sobre el escrutinio, lejos de León. El 17 de septiembre (1826) en una sesión que algunos alegan que fue ilegal por «tunca», (corta de quórum), esta Legislatura declara sin autoridad a don Juan Argüello alegando que su mandato había terminado con la entrada en vigencia de la constitución, y elige al consejero (diputado) Pedro Benito Pineda como Jefe de Estado interino, para mientras se resuelve lo del definitivo. Pineda instala su gobierno en Granada con un solo ministro: don Miguel De la Cuadra.

 

Gobierno de Nicaragua No. 8 – Juan Argüello y Pedro Benito Pineda ― Disputan legitimidad
Sep. 17, 1826 ― Feb. xx, 1827

 

EJECUTADO POR ANALFABETO

El historiador Jerónimo Pérez narra la anécdota que circuló entonces: Que el Vicejefe Argüello mandó a un negro facineroso llamado Luis Blanco que, a cambio de otorgarle un grado militar, asesinase a Pineda, a su Ministro [José Miguel] Cuadra y de ipegüe a un sujeto de apellido Meléndez de quien quería vengarse, por algo. El hecho es que Blanco penetró en la prisión, los asesinó y al reclamar el premio, el Vicejefe Argüello le dio una carta dirigida al «sordo» Pacheco, Jefe principal de un cuartel para que le entregara lo merecido. La carta decía: Fusílelo en el acto; y como Blanco no sabía leer, llevó él mismo la orden de su propia ejecución, cumplida de inmediato por Pacheco.

__________

Jerónimo Pérez, Obras históricas completas, Cultural Banco de Amé rica, Serie Histórica No. 5, pp. 528, 529

Ante la decisión de la Legislatura de Granada de desconocer a don Juan Argüello como Jefe de Estado y sustituirlo con don Pedro Benito Pineda, don Juan Argüello protesta, desconoce a la Legislatura y a don Pedro Benito Pineda. A partir de ese momento, 17 de septiembre de 1826, queda planteada entre ambos la disputa por la legitimidad del Poder Ejecutivo.

 



Esta disputa entre Pineda y Argüello termina en febrero (1827) cuando Argüello marchó a atacar Granada causando la huida hacia Rivas, en desbandada, de los miembros de la Legislatura y sus fuerzas capturan a Pineda cuando estaba trasladándose con su pequeño gobierno de Granada a Managua, donde creía poder estar más seguro. La Historia recoge que Argüello hace asesinar a Pineda y al ministro Cuadra. (Véase recuadro adjunto).

 

Gobierno de Nicaragua No. 9 – Juan Argüello en León y De la Cerda en Managua Combaten por legitimidad
Feb. xx, 1827 ― Sep. 12, 1827


El asesinato de Pedro Benito Pineda en febrero (1827) y laacefalía legal del poder Ejecutivo, motivan a don Manuel Antonio De la Cerda a volver a la lucha política y organiza un gobierno paralelo en Managua en ese mismo mes de febrero. Reta a Argüello (residente en León) a que cese su control y poder en Nicaragua y quedan, pues, dos contrincantes, dos gobiernos, uno en León y otro en Managua, combatiendo por la legitimidad que cada uno reclama. Una vez más la cultura de la violencia se manifiesta en Nicaragua en la cruenta guerra bautizada por la Historia con el nombre de «La guerra de Argüello y Cerda», iniciada en ese momento (septiembre de 1827), cuando Argüello ataca Granada y se producen las capturas y asesinatos de Pedro Benito Pineda y su ministro Cuadra.

 

Gobierno de Nicaragua No. 10 – Manuel Antonio De la Cerda y Cleto Ordóñez
Combaten por legitimidad
Sep. 12, 1827 ― Nov. xx, 1827


El 12 de septiembre de 1827 Cleto Ordóñez regresó de El Salvador y apareció en León, sublevó las tropas, se hizo nombrar Comandante General (de armas) causando que don Juan Argüello huyera a El Salvador precipitadamente. Quedan De la Cerda en Managua y Cleto Ordóñez en León, y una vez más, dos personas, dos bandos, entran en guerra fratricida entre sí, por el control del poder político del país.

 

Gobierno de Nicaragua No. 11 – Juan Argüello en León y De la Cerda en Managua
Otra vez combaten por legitimidad
Nov. xx, 1827 ― Nov. 07, 1828


Dos meses después (noviembre de 1827), De la Cerda ataca León y hace huir a Ordóñez a Guatemala, lo que aprovechó Argüello para regresar de Guatemala a proseguir su frenesí por apoderarse del poder.

El regreso de Argüello renovó el ardor liberal, que recobraba así su cabecilla y la «guerra de Argüello y De la Cerda» se recrudeció. Cuentan cronistas de la época, que un lugarteniente de De la Cerda, apodado el desorejador, le presentaba a su jefe colecciones de orejas enemigas ensartadas en una espada.

Argüello tenía el respaldo de León y Granada ―ciudades populosas― que costeaban el mantenimiento del ejército, mientras que De la Cerda sólo contaba con Managua, Jinotepe y Rivas, pueblos pobres y pequeños. La pesada carga impositiva causó  un alzamiento popular en Managua, que lo hizo sentirse inseguro en esa ciudad y por ello se trasladó con su pequeño gobierno a Rivas, donde sufrió una conspiración que lo redujo a prisión el 7 de noviembre de 1828: “… juzgado y sentenciado por un Consejo de guerra, compuesto de oficiales enemigos, fue fusilado en Rivas a las dos de la tarde del 27 de noviembre del mismo año” ―(1828).

 

Gobierno de Nicaragua No. 12 – Juan Argüello
Nov. 07, 1828 ― Nov. 08, 1829


Eliminada toda oposición, queda don Juan Argüello en control del país y trasladó la sede de su gobierno a Rivas. Varios de los partidarios de De la Cerda emigraron a Costa Rica, otros se escondieron y el resto fue puesto en prisión de donde seleccionaron a ocho que fueron trasladados de Granada a la isla La Pelona (situada en el gran Lago, frente a las costas de Granada) donde fueron asesinados el 28 de enero de 1829 por sus guardianes, quienes ataron piedras a sus cuerpos para que quedaran sepultados en el fondo del lago. Pocos días después comenzaron a flotar y la corriente llevó los cadáveres a las playas de Granada causando el repudio a Argüello… y se reanudó la rebelión armada.22 Tomás Ayón

 

Gobierno de Nicaragua No. 13 – Juan Espinoza ― interino 23 A.Vega B
Nov. 08, 1829 ― Mar. 10, 1830


El Gobierno Federal de Centroamérica envió a un nuevo pacificador —el tercero— para ayudar a establecer la paz en Nicaragua. Esta vez envió a don Dionisio Herrera (hondureño), quien no pudo lograr la paz, pero al menos logró convencer a las fuerzas contrincantes que se convocara para que se realizara una nueva elección de autoridades supremas. La Asamblea Legislativa reunida en Rivas el primero de noviembre de 1829 hizo el escrutinio y declaró ganador al pacificador Herrera, pero encontrándose ausente, la misma Asamblea, a principios de enero de 1830, encargó interinamente del Poder Ejecutivo al consejero don Juan Espinosa hasta que asumiera Herrera.

 

Gobierno de Nicaragua No. 14 – Dionisio Herrera – Jefe de Estado
Mar. 10, 1830 ― Dic. xx, 1833

 

Herrera pertenecía a una familia distinguida y adinerada y las persecuciones y convulsiones políticas le desvalijaron su fortuna. Emigró a El Salvador donde se dedicó a dirigir una escuelita de primeras letras y murió en extrema pobreza, rodeado de numerosa familia, el 13 de junio de 1850.

________

José Dolores Gámez, (Colección Cultural Banco de América, Serie Histórica N° 3, 1975), p.435

El 10 de marzo de 1830 se presentó Dionisio Herrera a tomar posesión del cargo de Jefe de Estado.24 Gámez

El pacificador Herrera, en cuanto tomó posesión como Jefe de Estado, expulsó a Guatemala a Argüello quien, falto de recursos y sin protección, terminó en un hospital de indigentes en Guatemala y no hubo mano amiga que cerrase sus ojos ni nadie que marcara su tumba para la posteridad.25 Gámez

El 30 de mayo (1830) logra que la Asamblea Legislativa de Nicaragua declare:

  1. nulos todos los actos emanados de la Asamblea instalada en León el 13 de Agosto de 1826, así como también los de la que se reorganizó en Granada la noche del 17 de septiembre del mismo año. Declara injusta la guerra que la Asamblea reorganizada en Granada el 17 de septiembre (1826) hizo al Ejecutivo del Estado (a Juan Argüello) y la que el jefe Manuel Antonio De la Cerda sostuvo contra los pueblos libres que defendieron el sistema federal. 26 A.Vega B
  2. que el jefe Manuel Antonio de la Cerda se arrogó inconstitucionalmente el Poder Ejecutivo y funcionó como tal en el Estado y que con tal poder sedujo a los pueblos sencillos a hacer la guerra al Estado que legítimamente residía en la persona del ciudadano Juan Argüello como vice-Jefe del Estado.27  A.Vega B

La idea de la reforma de  la Constitución de Centro-América era demandada por una facción política de Nicaragua que pensaba que esa constitución era la culpable de todos los males. Acusaban al general Morazán (Presidente de la República Federal) de oponerse a la reforma y que como Herrera era su amigo, resultó blanco de esas protestas que, sumadas a las acciones insolentes del coronel Cándido Flores (jefe militar de Granada), hizo que Herrera decidiera renunciar el 1° de mayo de 1833.

Esta renuncia de Herrera disgustó al pueblo de León que comenzó a alzarse y la Asamblea entonces pidió a Herrera que regresase, cosa que él accedió en aras de evitar más derramamientos de sangre. Sin embargo, este regreso de Herrera disgustó a otros pueblos cuyo foco de insurrección era Managua. Herrera llamó a la cordura, pero tuvo que atacar y someter a Managua y, de inmediato dio un decreto de amnistía, liberó a los prisioneros y se dio un inicio de progreso traído por la paz.

Según el historiador don José Dolores Gámez:

 

La Administración del Jefe Herrera fue de verdadera reparación para Nicaragua. Su política conciliadora, al par que digna, su sagacidad para resolver las mayores dificultades y el tino admirable conque siempre se condujo, a pesar de los muchos obstáculos con los que tropezó, fueron muy notables y hacen que todavía se le recuerde entre nosotros como un modelo de buen gobierno.28 Gámez

 

Gobierno de Nicaragua No. 15 – Benito Morales – Interino
Dic. xx, 1833 ― Mar. 15, 1834


Herrera abandonó voluntariamente el cargo de Jefe de Estado a finales de diciembre y entonces se hizo cargo provisional del Gobierno el Consejero (diputado) don Benito Morales hasta el 15 de marzo de 1834.

 

Gobierno de Nicaragua No. 16 – José Núñez – Interino
Mar. 15, 1834 ― May. O9, 1835


El 15 de marzo de 1834 venció el período como Consejero (diputado) de don Benito Morales, quien ejercía el cargo de Jefe de Estado interino desde la renuncia del titular, Dionisio Herrera. La Asamblea Legislativa entonces eligió al Consejero (diputado) don José Núñez para sustituir a Morales en ese cargo hasta terminar el período que dejó Herrera.

El 29 de mayo de 1834 el Coronel Cándido Flores encabeza otro movimiento exigiendo la reforma de la Constitución federal. Agotada la paciencia de Núñez, usó de la fuerza militar para someter a Flores y entonces concedió amnistía general a todos los bandos.

En diciembre de 1834 se efectuaron las elecciones del Jefe y Vice Jefe de Estado y resultaron electos don José Zepeda y don José Núñez, respectivamente.


Nota histórica: El 20 de enero de 1835 hizo erupción el volcán Cosigüina, cuyas cenizas llegaron hasta Jamaica y Colombia.

 

Gobierno de Nicaragua No. 17 – José Zepeda – Jefe de Estado
May. 09, 1835 ― Ene. 25, 1837 - Asesinado


El 21 de febrero de 1835 la Asamblea Legislativa declara electos a don José Zepeda para el cargo de Jefe de Estado y a don José Núñez para Vicejefe de Estado, quienes debían tomar posesión el 15 de marzo para el período de cuatro años ―1835 a 1839. Ante la ausencia inicial de Zepeda, Núñez continúa en el desempeño del cargo hasta el 9 de mayo (1835), cuando aparece Zepeda ejerciendo su alto cargo. Cuando don José Zepeda se ausentaba de la ciudad, depositaba el poder en el Consejero doctor Gregorio Juárez, lo que ocasionaba molestias en el Vicejefe don José Núñez.

Asesinato de Zepeda29. Zepeda estableció por primera vez en Nicaragua el juicio por jurados, restableció el tribunal de cuentas (similar a la Contraloría), reformó las finanzas públicas, reglamentó los procesos penales, organizó la Corte Suprema de Justicia, prohibió el uso de armas… pero en el pueblo siempre continuaba la disputa de las reformas de la Constitución federal que servía de excusa para sublevarse.

El 25 de enero de 1837, los coroneles Bernardo Méndez y Casto Fonseca dan un golpe militar y para ello sacan de la cárcel al criminal Braulio Mendiola a quien encargan capturar al Jefe de Estado, don José Zepeda, y a otras personas más, quienes efectivamente fueron apresados. Los prisioneros intentaron escapar de la prisión y son asesinados al momento de la fuga. 30 Gámez

 

Gobierno de Nicaragua No. 18 – José Núñez – Jefe de Estado por la ley
Ene. 25, 1837 ― May. 01, 1837 – Renuncia


El Vicejefe don José Núñez asumió resueltamente la jefatura del Estado para terminar el período de Zepeda, que finalizaría el 15 de marzo de 1839. Núñez no castiga a los militares alcistas sino que más bien apacigua a Méndez a quien lo nombra Comandante General, pero a Mendiola se le captura y fusila. El 1° de marzo de 1837, Núñez renunció al alto cargo debido al descontento general que lo señaló como cómplice en el asesinato de José Zepeda. El 5 de marzo de 1837 el Congreso aprueba oficialmente la conducta de Núñez.

 

Gobierno de Nicaragua No. 19 – Francisco X. Rubio – Interino
May. 01, 1837 ― Mar. 13, 1838 – Renuncia


El Congreso nombra al Presidente del Consejo Representativo, don Francisco X. Rubio, asumir la jefatura del Estado interinamente.31 A.Vega B

 

Gobierno de Nicaragua No. 20 – José Núñez – Jefe de Estado
Mar. 13, 1838 ― Abr. 30, 1838


El 5 de mayo de 1837, la Asamblea Legislativa mandó elegir a los sustitutos de los señores Zepeda y Núñez, y por decreto de 28 de febrero 1838 declara electos a los ciudadanos José Núñez y Benito Baldivia (sic.), para Jefe y Vicejefe de Estado, respectivamente, para los siguientes cuatro años y toman posesión el 13 de marzo de 1838.32 A.Vega B

 

Nicaragua se separa de la Federación. Desde 1826, fecha en que Nicaragua promulgó la primera Constitución como Estado integrado en la República Federal de Centro-América, han transcurrido 12 años en los que 15 personas han ocupado la jefatura del Estado, cuando solamente debían haberlo ocupado 3 personas porque el período era de cuatro años. Esta rotación y lucha por el poder se traduce también en acaloradas luchas entre el federalismo contra el separatismo y las demandas de reformas a la Constitución federal continúan.

El Congreso convoca a elección de una Asamblea Constituyente que reforme la Constitución de Nicaragua ―la de 1826― y también para que decida de una vez por todas si Nicaragua debe permanecer integrada en la federación de Centro-América. La Constituyente inicia sus sesiones en Chinandega; después se traslada a León y el 30 de abril de 1838 acuerda, entre otras cosas, que el Estado de Nicaragua es ahora libre, soberano e independiente de todo otro poder, rompiendo así el pacto federal con Centro-América a pesar de que con ello daña la aspiración de formar la patria grande; redujo a sólo dos años el período del Jefe de Estado a quien da el nombre de «Supremo Director»; suprime el cargo de Vicejefe y  establece que la falta temporal del Supremo Director lo ejercerá el Senador que en cada caso escoja el senado.

 

José Núñez: Primer Gobernante de la Nicaragua soberana

Primer Gobernante de la Nicaragua soberana ― Al separarse el Estado de Nicaragua el 30 de abril de 1838 de la Federación de Centro-América y declararse totalmente libre, soberano e independiente de todo otro poder, don José Núñez continuó en el desempeño del cargo de jefe del poder Ejecutivo, ahora con el nombre de «Supremo Director» y por lo tanto es el primer Jefe de Estado en su vida totalmente independiente: vida soberana que aún perdura hasta nuestros días, (2012).

 




 

EPÍLOGO
 

 
Han transcurrido 17 años de vida en común con los hermanos centroamericanos. Desde su independencia de España ese 15 de septiembre de 1821, los nicaragüenses vivieron afanados en pugnas y venganzas entre hermanos, en guerras intestinas entre las ciudades de León y Granada… en luchas a muerte generalmente inducidas y organizadas por cabecillas ―los siempre «iluminados caudillos»― llenos de ambiciones personales por el control del poder, penosamente como preámbulo de aún más destrucción, más muertes y más venganzas, que todavía continuaron desde ese 30 de abril de 1838, prácticamente hasta nuestros días ■

 

LISTA RESUMEN DE GOBERNANTES DE NICARAGUA – (1821 – 1838)
DESDE 15 SEP. 1821 HASTA 30 ABR. 1838
1 Miguel González Saravia Jefe Político Superior Sep. 28, 1821 a Abr.17, 1823
2 Carmen Salazar Jefe Político Superior Abr. 17, 1823 a May.06, 1823
3 Pablo Méndez De facto May.06, 1823 a Ago. xx, 1824
4 Cleto Ordóñez De facto Ago. xx, 1824 a Ene. 04, 1825
5 Manuel Arzú Interino Ene. 04, 1825 a Abr. 22, 1825
6 Manuel Antonio De la Cerda Jefe de Estado          † Abr. 22, 1825 a Nov. xx, 1825
7 Juan Argüello Jefe de Estado Nov. Xx, 1825  Sep. 17, 1826
8 Juan Argüello y Benito Pineda Disputa legitimidad   † Sep. 17, 1826 a Feb. xx, 1827
9 Juan Argüello y M. Ant. Cerda Disputan legitimidad Feb., xx, 1827 a Sep. 12, 1827
10 M. Ant. Cerda y Cleto Ordóñez Disputan legitimidad Sep. 12, 1827 a Nov. xx, 1827
11 Juan Argüello y M. Ant. Cerda Disputan legitimidad Nov. xx, 1827 a Nov. 07, 1828
12 Juan Argüello De facto Nov. 07, 1828 a Nov. 08, 1829
13 Juan Espinoza Interino Nov.01, 1829 a Mar. 10, 1830
14 Dionisio Herrera Jefe de Estado Mar. 10, 1830 a Dic. xx, 1833
15 Benito Morales Interino Dic. xx, 1833 a Mar. 15, 1834
16 José Núñez Interino Mar. 15, 1834 a May. 09, 1835
17 José Zepeda Jefe de Estado           † May. 09, 1835 a Ene. 25, 1837
18 José Núñez Jefe de Estado Ene. 25, 1837 a May. 01, 1837
19 Francisco X. Rubio Interino May. 01, 1837 a Mar. 13, 1838
20 José Núñez Jefe de Estado / FIN  Mar.13, 1838 a Abr. 30, 1838

 

Cabos sueltos sobre Manuel Antonio de la Cerda y Juan Argüello


En 1812 Manuel Antonio De la Cerda y Juan Argüello habían sido activos luchadores en la causa independentista de Nicaragua y juntos fueron apresados y encarcelados en Cádiz, España. De la Cerda se fugó y regresó a Nicaragua en diciembre de 1820 y Argüello fue indultado en 1817 y regresó a Nicaragua antes que De la Cerda, prosiguiendo ambos la lucha independentista.

A pesar de todo, ellos no se querían. También estaba preso en Cádiz don Telésforo Argüello a quien su familia le envió una letra por $500 que no cobró, porque ya había muerto. La familia de Cerda la cobró y Juan Argüello peleó la parte a la que creyó tener derecho y este hecho también acrecentó la discordia entre ellos.

El 10 de abril de 1825 se dio la primera elección de autoridades supremas en Nicaragua y fueron electos Manuel Antonio De la Cerda como Jefe de Estado y Juan Argüello como Vicejefe (por haber obtenido 2° lugar en votos) y tomaron posesión el 22 de abril de 1825 y ellos fueron pues, los primeros gobernantes electos por los mismos nicaragüenses después de la independencia.

En su excesivo celo por establecer el orden en Nicaragua De la Cerda perdió el apoyo de la ciudadanía y en noviembre de 1825 voluntariamente renunció y el Vicejefe Argüello asumió el cargo y el 22 de abril de 1826 promulgó la primera Constitución del Estado de Nicaragua recién redactada por la Constituyente. La entrada en vigencia de la Constitución, obligó a practicar nueva elección de autoridades supremas y los candidatos fueron el mismo Argüello (liberal) y José Sacasa (conservador). La nueva Asamblea Legislativa (recién electa) decide nombrar a Benito Pineda como nuevo Jefe de Estado interino para mientas hace el escrutinio de los votos para declarar un ganador. Sin embargo, Argüello se aferró a no entregar el poder, capturó a Pineda y lo hizo asesinar. Esta situación de anarquía motivó a De la Cerda a volver a participar en política y en febrero de 1827 organiza un gobierno paralelo en Managua y quedan pues, dos partidos: liberal (de Argüello y conservador (de De la Cerda) disputando la legitimidad del poder en la cruenta guerra conocida como «la guerra Argüello y Cerda», la que según cuentan algunos cronistas (¿exageraciones?) un lugarteniente de De la Cerda, apodado «el desorejador», le presentaba a su jefe colecciones de orejas enemigas ensartadas en una espada y que la rutina de los argüellistas consistía en cortar narices.

Don Manuel Antonio De la Cerda, primer Jefe de Estado electo por nicaragüenses, fue capturado en Rivas, juzgado y sentenciado a muerte por un Consejo de Guerra integrado por sus adversarios argüellistas. Fue fusilado en Rivas a las dos de la tarde del 29 de noviembre de 1828.

Después de todo, se logra en 1829 una precaria paz conseguida por el hondureño Dionisio Herrera, quien fue el enviado por el Gobierno Federal en calidad de pacificador.■

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Jerónimo Pérez, Obras históricas completas, (Fondo de Promoción Cultural Banco de América, 1975, Serie Histórica N° 5), Biografías, pp. 526 a 529

 

CITAS


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1 Jaime Incer Barquero, Descubrimiento, Conquista y Exploración de Nicaragua, (Colección Cultural de Centro América – Serie Cronistas No. 6), p.341

2 Tomás Ayón, Historia de Nicaragua, (Colección Cultural, Banco de América, Serie Histórica No.10), Tomo I, p.27

3 Gonzalo Fernández de Oviedo, Nicaragua en los cronistas de indias: Oviedo (Colección Cultural Banco de América, 1976, Serie Cronistas No.3), pp. 306, 342.

4 Promoción Cultural Banco de América, Nicaragua en los cronistas de indias, (Promoción Cultural Banco de América, 1975, Serie Cronistas N° 1), Bartolomé de las Casas, pp. 71 a 80.

5 Pablo Lévy, Notas Geográficas y Económicas sobre la República de Nicaragua, (Fondo de Promoción Cultural – Banco de América, Serie Geográfica y Naturaleza, N° 1, 1976), p.24

6 Emilio Álvarez  [Lejarza], Ensayo Histórico, sobre el Derecho Constitucional de Nicaragua,, p 30

7 De las Casas, Descubrimiento, Conquista y Exploración de Nicaragua, (Promoción Cultural Banco de América, Serie Cronistas No. 6), Bartolome de Las Casas, p. 439 a 442.

8 José Coronel Urtecho, Reflexiones sobre la Historia de Nicaragua, (Colección Cultural de Centro América, Serie No. 13, 2001), p.228

9 Emilio Álvarez [Lejarza], Ensayo Histórico, sobre el Derecho Constitucional de Nicaragua,, p 39

10 Tomás Ayón, Historia de Nicaragua – Tomo III, (Colección Cultural Banco de América, Serie Histórica N° 12,  Papelería Industrial de Nicaragua, SA, 30 Marzo 1977), pp.554-555

11 José Dolorez Gámez, Historia de Nicaragua, Op. Cit., Capítulos VIII, IX, X, XI, XII

12 Antonio Esgueva Gómez, Las Constituciones políticas y sus reformas en la historia de Nicaragua, (Editorial El Parlamento, 1994), Tomo 1, Documento No. 20, Acta de los Nublados, p. 147

13 José Coronel Urtecho, Reflexiones sobre la Historia de Nicaragua, (Colección Cultural de Centro América, Serie No. 13, 2001), p 301 y 307

14 Pablo Antonio Cuadra, El desarrollo de nuestra conciencia de nacionalidad, (Revista del Pensamiento Centroamericano, Volumen XLII, No. 195, Abril Junio 1987).

15 Andrés Vega Bolaños, Gobernantes de Nicaragua, Notas y Documentos, (Editorial Rodríguez, Managua, Nicaragua, 1944), Tomo primero, p. 40

16 Antonio Esgueva Gómez, Las Constituciones políticas y sus reformas en la historia de Nicaragua, (Editorial El Parlamento, 1994), Tomo 1, Documento Nº 21, p. 149

17 Jerónimo Pérez, Obras históricas completas, (Fondo de Promoción Cultural Banco de América, 1975), Serie Histórica N° 5, Biografías, p 464.

18 Chéster Zelaya, Promoción Cultural Banco de América, Nicaragua en la Independencia, p. 187-191

19 Andrés Vega Bolaños, Gobernantes de Nicaragua, Notas y Documentos, (Editorial Rodríguez, Managua, Nicaragua, 1944), Tomo primero, p.41

20 Tomás Ayón, Historia de Nicaragua – Tomo III, (Colección Cultural Banco Nicaragüense), p.426

21 Nota: Otros historiadores dicen que el obispo García se fue voluntariamente

22 Tomás Ayón, Historia de Nicaragua – Tomo III, (Colección Cultural Banco de América, Serie Histórica N° 12,  Papelería Industrial de Nicaragua, SA, 30 Marzo 1977), pp. 538-540

23 Andrés Vega Bolaños, Gobernantes de Nicaragua, Notas y Documentos, (Editorial Rodríguez, Managua, Nicaragua, 1944), Tomo primero, p.49

24 José Dolores Gámez, Historia de Nicaragua, (Colección Cultural B de América, Serie Histórica N° 3, 1975), p.400

25 José Dolores Gámez, Historia de Nicaragua, (Colección Cultural B de América, Serie Histórica N° 3, 1975), p.400

26 Andrés Vega Bolaños, Gobernantes de Nicaragua, (Editorial Rodríguez, Managua, 1944), Tomo I, pp.48, 49

27 Andrés Vega Bolaños, Gobernantes de Nicaragua, (Editorial Rodríguez, Managua, 1944), Tomo I, pp.47, 48

28 José Dolores Gámez, Historia de Nicaragua, (Colección Cultural Banco de América, Serie Histórica N° 3, 1975), p.422

29 José Zepeda Fernández se casó con Eulalia Alaniz Callejas. Murió el 25 de Enero de 1837 en la Plaza de San Francisco, León

30 José Dolores Gámez, Historia de Nicaragua, (Colección Cultural Banco de América, Serie Histórica N° 3, 1975), pp.464, 465

31 Andrés Vega Bolaños, Gobernantes de Nicaragua, Notas y Documentos, (Editorial Rodríguez, Managua, 1944), Tomo primero,  p. 73

32 Andrés Vega Bolaños, Gobernantes de Nicaragua, Notas y Documentos, (Editorial Rodríguez, Managua, 1944), Tomo primero,  pp. 75-77