La Verdadera Cara del FSLN

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Enrique Bolaños-Geyer, fue presidente del COSEP de 1983 a 1988. En este escrito de diciembre de 1984 explica a los asociados, que las máscaras y pañuelos con los que se tapaban las caras los rebeldes durante la insurrección de 1979 para esconder sus caras y proteger sus vidas, casualmente simbolizaban el ardid de doble cara ideológica que juegan entonces los sandinistas: la de marxistas-leninistas –comunistas– y la de demócratas. A pesar de las máscaras, era fácil intuir lo que había detrás de las caretas; pero quizás el profundo sentimiento anti-somocista deslumbró y cegó a una inmensa mayoría en el mundo entero, especialmente a muchísimos nicaragüenses. Además, «no hay peor ciego que el que no quiere ver».

 

El FSLN nace comunista

La imposición del comunismo en Nicaragua –y no sólo en Nicaragua, sino en el resto de Centroamérica– se ha estado gestando desde hace por lo menos dos décadas; más específicamente, a partir de la toma del poder de Fidel Castro en Cuba, el 1 de enero de 1959.

El 4 de julio de ese mismo año, el New York Times reporta: "Honduras devuelve 28 – envía a casa a cubanos sorprendidos queriendo invadir Nicaragua". 1

Esa fuerza expedicionaria fue dirigida desde Cuba por el Che Guevara2 e incluía en sus filas al estudiante de derecho Carlos Fonseca Amador, de 23 años, quien por error es reportado muerto en acción. Fonseca Amador nos lo narra así:

 

Con una herida que me atravesó el tórax (tengo todavía la cicatriz, la bala me entró por aquí en el pecho y me salió por acá en la espalda, me atravesó de lado a lado) fuimos trasladados en calidad de prisioneros a Tegucigalpa y allí una movilización del movimiento popular hondureño logró que fuéramos liberados y enviados a Cuba.3

 

Carlos Fonseca Amador era un marxista que había organizado células clandestinas en colegios y universidades. «En 1955 –dice Fonseca Amador– pasé a la universidad y allí creamos una célula comunista, la primera también que se lograba formar en el movimiento estudiantil».

Esto confirma que el joven estudiante tenía la vocación por la ideología totalitaria y ya desde 1955 se había afiliado al Partido Comunista. Viajó por la Unión Soviética, Checoslovaquia y Alemania Oriental en 1957. Dice él:


Yo tuve la honra de ser invitado por la Federación Mundial de la Juventud Democrática –FMJD–  y por la Unión Internacional de Estudiantes (UIE)  para asistir al Sexto Festival Mundial de la Juventud y de los Estudiantes por la Paz y la Amistad, celebrado en Moscú.
 

Públicamente él se definía como un radical que luchaba para aniquilar una sociedad compuesta de explotadores y explotados y para eso, decía él, se guiaba «por los nobles principios de Karl Marx... y seguía los pasos de los inmortales como Che Guevara y Ho Chi Min».

Después de convalecer en La Habana, Carlos Fonseca Amador acompañado por otros comunistas funda el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) y Tomás Borge nos dice que «Es muy difícil señalar con precisión histórica la fecha de fundación del FLSN... La Dirección Nacional […] determinó señalar como fecha de fundación del FSLN el 23 de julio de 1961...» El nacionalismo y el anti-yanquismo de Sandino eran ampliamente admirados en América Latina y estos apelativos le servirían así al FSLN para tratar de adornar y cubrir su comunismo con el manto nacionalista y anti-yanqui.

 

Fidel: padrino del FSLN

 

Los nuevos sandinistas incursionaron en Nicaragua en 1962 y 1963 con movimientos guerrilleros desde Honduras a la vez que comenzaron a desarrollar su propia red de células entre los estudiantes, obreros y campesinos.

En Julio de 1967, los sandinistas y otros rojos latinoamericanos se reunieron con Fidel en La Habana y se organizaron en OLAS (Organización Latino Americana de Solidaridad), para diseñar toda una estrategia que confrontaría a los Estados Unidos con una serie de guerrillas en América Latina. Ya para octubre de ese año, una serie de guerrillas habían comenzado y fracasado. El Che Guevara fue muerto en Bolivia, los rojos habían sido derrotados en Venezuela y los sandinistas en Pancasán, Nicaragua.


Sin embargo, los sandinistas fueron tenaces en su lucha y continuaron llevando a cabo ataques terroristas en Nicaragua y Costa Rica, tocando base en Habana después de cada golpe. Al mismo tiempo, los líderes potenciales reciben entrenamiento político-militar en Cuba, Rusia y otros países del Bloque comunista.4 Lista

 

Fonseca pasaba la mayor parte del tiempo en compañía de otros altos líderes del FSLN en La Habana. Estimulado por sus propios camaradas para que se encargue personalmente de la dirección de las operaciones clandestinas y de la guerrilla regresa a Nicaragua en 1975.

 

El 8 de noviembre de 1976 muere en combate en Zinica, en el Norte de Nicaragua. Es notorio el hecho que su muerte, a pesar de haber ocurrido en Nicaragua, fue reportada al mundo por el New York Times en despacho originado desde el cuartel Sandinista en La Habana.5

 

Los cristianos revolucionarios

El Che Guevara, pseudo-proféticamente había dicho: «cuando los cristianos revolucionarios se atrevan a dar un testimonio integral, ese día, la revolución en Latinoamérica será irreversible». Desde finales de la década de los sesenta los marxistas latinoamericanos habían comenzado a promover una estrategia que fue hábilmente usada por los sandinistas: promover una alianza con los cristianos e infiltrar la Iglesia Católica. El mismo Fidel Castro había pronosticado que no podía haber revolución sin los cristianos. En ese momento en la historia de Nicaragua, los religiosos marxistas muestran su marxismo.

 

En el Colegio Centroamérica y en la Universidad Centro Americana –ambas de los jesuitas– toda una nueva generación de jóvenes sistemáticamente fue indoctrinada a favor del comunismo. Se enseñó que el capitalismo es satanás y que el redentor es la revolución. El Prefecto del Colegio Centroamérica mostraba en la pared de su despacho dos cuadros, uno de Cristo y el otro del Che Guevara, entrelazados con un letrero que decía: «Ambos murieron por la misma causa». Bajo la influencia y guía de los jesuitas, numerosa cantidad de jóvenes se dedicaron a las actividades sandinistas.

 

 

El Comandante de la Revolución, Jaime Wheelock R., en su libro «El Gran Desafío», (entrevista por Marta Harnecker) dice:

 

A partir de determinado momento, como parte del desarrollo, de la dinámica, de la profundización de la lucha, se incorporaron también, en forma organizada, jóvenes que se habían nucleado alrededor de un movimiento cristiano... Nosotros entendimos que su participación de los Sacerdotes fue de carácter estrictamente político, no religioso.

Entonces, en principio, yo te diría que las razones por las cuales la juventud cristiana y algunos sacerdotes participaron fue porque nosotros coincidimos en objetivos comunes.
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La careta de demócratas

El FSLN nace comunista, hijo de padres comunistas, y su misión es imponer el comunismo en Nicaragua para lo que debe conquistar el poder: el poder absoluto e indiscutible. Desarrolla para esto, la lucha armada y violenta en un frente a la vez que, en otro frente, desarrolla la lucha cívica. Su estrategia incluye como elemento esencial de ambos frentes, el mostrar a los nicaragüenses y al mundo occidental una cara de demócratas, de amantes de la libertad y de la justicia acordes a las concepciones ideológicas occidentales. Era necesario para el FSLN, pues, mostrar esa careta ante el mundo occidental y sólo mostrar en privado su verdadera cara de comunista, de marxista-leninista, ante sus mismos camaradas.

Las máscaras y pañuelos con los que se tapaban las caras los rebeldes durante la insurrección final para esconder sus verdaderas identidades y proteger sus vidas, casualmente simbolizan este ardid de doble cara ideológica, que juegan entonces los sandinistas; y a la vez simbolizan también, con ironía, la liberación de una dictadura por la esclavitud de un totalitarismo. El que muchos religiosos –unos a sabiendas y otros de ingenuos– hayan participado a favor de la causa sandinista, sirvió también de camuflaje al FSLN. De igual forma sirvió de camuflaje la participación de personajes demócratas nicaragüenses y extranjeros, así como organizaciones nacionales e internacionales, que no lograron ver a través de esa transparente careta de demócratas la verdadera cara totalitaria marxista-leninista. Era fácil ver a través de la careta, pues esta era muy transparente y burda, pero quizás el profundo sentimiento anti-somocista, tanto nacional como internacional, deslumbró y cegó a una inmensa mayoría en el mundo entero, inclusive también a muchísimos nicaragüenses. Además, «no hay peor ciego que el que no quiere ver».

 

La unidad nacional

Con este camuflaje de demócrata, el FSLN logra integrarse en 1979 en una gran alianza democrática anti-somocista para dar contra Somoza la embestida final. Se forma así una unidad nacional compuesta de todos los partidos políticos (excepto el Liberal Nacionalista de Somoza), de centrales obreras, sectores de la iglesia católica, organizaciones empresariales, asociaciones de periodistas, grupos intelectuales, etcétera. Con este fin, el FSLN hace un llamado para que los representantes de los distintos sectores políticos y sociales del país organicen un gobierno (en el exilio) «de manera que podamos afirmar –dice la Primera Proclama de ese gobierno– que se trata de un verdadero gobierno de unidad nacional». Efectivamente, el 18 de junio de 1979 (un mes antes de la caída de Somoza) se integra la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y emite su Primera Proclama dirigida a los nicaragüenses, a los pueblos hermanos del mundo y a los gobiernos democráticos, y en ella nos dice:

 

Al momento de asumir la responsabilidad histórica que nos ha sido confiada, de encabezar el Gobierno de Reconstrucción Nacional (...)  dirigimos nuestro primer llamado hacia la unidad total de los nicaragüenses, base indispensable del proceso de reconstrucción que este gobierno deberá llevar adelante. Proclama

 

Se forma, pues, el Gobierno de Reconstrucción Nacional, el gobierno de la Unidad Nacional, que de ninguna manera era el gobierno del FSLN. Tanto el FSLN como las demás fuerzas democráticas del país, dan pleno respaldo, según dice la Proclama a este nuevo gobierno.

Encabezaba este gobierno –como miembros de la Junta de Gobierno– doña Violeta Barrios de Chamorro (viuda del Dr. Pedro Joaquín Chamorro, sempiterno opositor a Somoza y paladín de la lucha por la libertades públicas); doctor Sergio Ramírez Mercado (ausente de Nicaragua desde 1964, intelectual y escritor, socialdemócrata); ingeniero Alfonso Robelo Callejas (acaudalado empresario, ex-presidente de la Cámara de Industria de Nicaragua, ex-presidente del Instituto Nicaragüense de Desarrollo –INDE– y por ende ex-presidente del COSEP, fundador del movimiento político Movimiento Democrático Nicaragüense –MDN–); doctor Moisés Hassan Morales (Doctor en Matemáticas, postgrado de la Universidad de Carolina del Norte, USA, y en ese entonces decano de la Facultad de Ciencias y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua); y Daniel Ortega Saavedra (miembro de la Dirección Nacional del FSLN). En la superficie, en apariencia, esta junta de cinco miembros aparecía, ante la mayoría de los nicaragüenses y ante gobiernos y personajes de los países democráticos, como verdaderamente pluralista. Era una junta señuelo.

 

Una vez más el FSLN, en la integración de esta Junta de Gobierno, usa el juego de la caretas. La verdadera militancia e ideología del doctor Sergio Ramírez y en menor grado la del doctor Moisés Hassan permanecían escondidas. La revista Time muestra una fotografía de los cinco miembros de esta Junta, tomada recién asumen el Poder, en la que aparece el doctor Sergio Ramírez sentado en el centro. A un lado están sentados, Daniel Ortega y Moisés Hassan; y a su otro lado, doña Violeta y Alfonso Robelo. El pie de foto resume con exactitud y precisión el contenido del artículo: «El hombre de en medio». El hombre de en medio: entre los izquierdistas y los derechistas, el hombre de centro, el hombre de balance del poder. El New York Times se aventura un poco más y titula: «Los sandinistas: Patriotas primero, después quizás marxistas».

 

La integración el 18 de Junio de 1979 de esta Junta de Gobierno de la Unidad Nacional conlleva también la negociación, redacción y ratificación de una plataforma de gobierno que titulan «Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional» y que en realidad constituía una programa para reconstruir Nicaragua en lo material, en lo moral, en lo económico, en lo político, en lo social, en lo espiritual... dentro de las concepciones democráticas occidentales. Era un programa anzuelo, que debilitaría aún más al ya tambaleante régimen de Somoza, especialmente ante la comunidad internacional. Se presenta, pues, este Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional ante el mundo para obtener respaldo político, financiero y aún militar para asestar el golpe final al régimen anterior. Programa de Gobierno

 

Plan para alcanzar la paz: Caballo de Troya

Es así que en carta fechada el 12 de Julio de 1979 (siete días antes del famoso 19 de Julio) dirigida al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), doctor Alejandro Orfila, y a todos los Cancilleres de los países miembros de dicha Organización, la entonces Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional en el exilio les presenta su «Plan para alcanzar la Paz» fundamentado en la base de la resolución emitida por la XVII Reunión de Consulta de la OEA de 23 de Junio de 1979. Forma parte de este Plan para Alcanzar la Paz, como anexo del mismo, el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional acordado por la Unidad Nacional, constituyendo así un compromiso Internacional, además de un compromiso nacional. También forma parte del Plan para Alcanzar la Paz, aunque no es enviado como anexo de esa carta a la OEA, el Estatuto Fundamental de la República, basado en el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional y convertido posteriormente en ley suprema de Nicaragua –equivalente a la Constitución de la República– en el primer acto de gobierno de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, el día 20 de Julio de 1979.7 Estatuto Fundamental

Con estas acciones y documentos –como Caballo de Troya– además de otras tantas acciones y documentos de otras fechas, el FSLN trata de esconder su verdadera cara totalitaria marxista-leninista y seduce a los otros miembros que conformaron entonces la Unidad Nacional, a una gran parte del pueblo nicaragüense y a casi toda la comunidad internacional. El pueblo nicaragüense, desconocedor entonces de los alcances y crueldad de la ideología marxista-leninista, estimulado también por el anti-somocismo nacional e internacional, escucha los cantos de sirenas del FSLN y arrecia su actividad insurreccional, sin sospechar siquiera que por ser falsas las promesas obtendría su liberación de una dictadura para sustituirla por un totalitarismo militarista que además les traería también la escasez, las colas, más pobreza personal y colectiva, la persecución, el sentimiento de horror y de terror, el servicio militar obligatorio para defender a un partido político constituido en ejército-estado-partido; en resumen, la esclavitud y el fin de la esperanza.

El FSLN como miembro de la Unidad Nacional, tanto con el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional como con el pleno respaldo que da a la Junta de Gobierno en su Primer Proclama, se compromete de palabra y por escrito, ante los nicaragüenses y ante la comunidad internacional, a contribuir y patrocinar la instauración en Nicaragua de un sistema socio-político-económico en el que reinen:

 

…la plena vigencia de los derechos humanos; un régimen de derecho sujeto sólo a las leyes y con igualdad real de derechos para todos los nicaragüenses; la plena y real libertad de expresión y difusión del pensamiento, hablado y escrito; la libertad de culto; la libertad sindical para todos, con plena igualdad de derechos; la igualdad de derechos y oportunidades políticas; una economía mixta en la que se garantizaría y respetaría la parte correspondiente al área privada; una política exterior nacionalista e independiente, no alineado a ninguna potencia a superpotencia extranjera; etc., etc.

 

Y así, por el estilo, continúa la lista de declaraciones del Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional y que haría de Nicaragua, de la naciente Revolución Nicaragüense, un modelo digno de ser calcado por otros países. Naturalmente –nos dijeron– todo esto traerá como consecuencia la paz, la abundancia y bienestar económico, o sea, la felicidad plena de los nicaragüenses.

 

El golpe de estado

Todo este rosario de maravillosas promesas y la apariencia pluralista de la Junta de Gobierno sirven para consolidar la posición política anti-somocista, tanto en el plano interno como en el internacional. La insurrección popular arrecia y el respaldo internacional a la Junta se consolida. El régimen de Somoza, aislado y desacreditado cae por fin el 19 de Julio de 1979. No sólo cae sino que es arrancado totalmente de raíz. Desaparecen la Constitución, el Congreso Nacional, los Ministros y funcionarios, las Cortes, los Jueces, la Guardia Nacional, la Policía, los Alcaldes, los Jueces de Mesta, los Capitanes de Cañada, en fin, desaparece todo vestigio del viejo orden que sería sustituido por el nuevo orden especificado en el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional. La esperanza sería realidad. Un nuevo amanecer.

La Junta de Gobierno, la que en su Primer Proclama de 18 de Junio de 1979 dijo «Al momento de asumir la responsabilidad histórica que nos ha sido confiada, de encabezar el Gobierno de Reconstrucción Nacional...», como primer acto de gobierno el viernes 20 de Julio decreta el Estatuto Fundamental de la República –equivalente a la Constitución– como Ley Suprema de la nación. Sin embargo, a la vez que la Junta se instala como máxima autoridad encabezando así el gobierno, la Dirección Nacional del FSLN –los nueve comandantes– se instalan de facto como una autoridad superior a la de la Junta de Gobierno. Ni el Programa de Gobierno de Reconstrucción Nacional ni el Estatuto Fundamental de la República –la Ley Suprema de la nación, en ese momento– contemplan la creación de este sorpresivo y nuevo súper poder.

El Programa de Gobierno en su parte pertinente dice:

 

1.2- Bases para la organización del Estado:

a) Poder Ejecutivo: La responsabilidad ejecutiva y administrativa del Estado corresponderá a la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional..."

b) Poder Legislativo: Se constituirá un Consejo de Estado que compartirá las funciones legislativas con la Junta de Gobierno.

c) Poder Judicial: Se estructurará como organismo máximo judicial, la Corte Suprema de Justicia..."

 

De esta forma, el Estatuto Fundamental de la República reflejando lo acordado por la Unidad Nacional en el Programa de Gobierno, en el Título III, Organización del Estado, Capítulo I, Poderes, Arto 9° dice: «Serán Poderes del Estado: La junta de Gobierno, el Consejo de Estado y los Tribunales de Justicia». Nada más. Estatuto Fundamental

Es difícil precisar la fecha exacta en que el FSLN da al nuevo gobierno este golpe de Estado, pero la realidad es que la Dirección Nacional del FSLN  –los nueve comandantes– fuera de toda legalidad, en violación a lo acordado en el Programa de Gobierno y en contra de lo dispuesto en el Programa de Gobierno, y en el Estatuto Fundamental de la República, que de algún modo equivalía a la Constitución, se constituye en el Poder Supremo, superior incluso al de la Junta de Gobierno. El Comandante Jaime Wheelock R., en su libro El Gran Desafío (Entrevista por Marta Harnecker) nos explica la correlación de fuerzas percibida por el FSLN y su filosofía con respecto a esta correlación de fuerzas:

 

Lo que te quiero decir con esto es que eje de nuestra política de alianzas no era la burguesía sino el pueblo, y esto no es un decir demagógico, era exactamente así. Nuestro programa y nuestro esquema de fuerzas estaba basado en una realidad concreta: que teníamos las armas en la mano y que teníamos al pueblo con nosotros.8

 

Para poder llevar a cabo su propio programa de imponer el comunismo en Nicaragua, el FSLN necesita el Poder –todo el poder– para sí y sólo para sí. Sólo puede conquistarlo con las armas y es así que con el decidido respaldo y ayuda del bloque comunista, a través de Cuba, consigue monopolizar las armas, multiplicarlas y fortalecer su propio poderío militar. Por medio del Decreto No. 67 de 13 de Septiembre de 1979 tanto el Ejército como la Policía y las Milicias Populares dejan de ser organizaciones nacionales y son «legalizadas» como organizaciones pertenecientes al FSLN, en burda violación a la acordado en el Programa de Gobierno y en el Estatuto Fundamental de la República, que en su Título IV, Capítulo Único, Fuerzas Armadas dice:

 

Arto. 23. Decláranse  disueltas la Guardia Nacional de Nicaragua. (…) Sustituirá a la Guardia Nacional de Nicaragua, un nuevo Ejército Nacional (...) formado por los combatientes del Frente Sandinista de Liberación Nacional; por los soldados y oficiales de la Guardia Nacional de Nicaragua que hayan demostrado una conducta honesta (...); por quienes hayan combatido por la Liberación y deseen incorporarse...

 

En contra del Estatuto Fundamental de la República, y a pesar de esa ley, el FSLN obtiene el monopolio de las armas, al igual que en los regímenes comunistas donde las fuerzas armadas no son nacionales, sino que constituyen el necesario brazo armado del partido. Una vez obtenido el monopolio de las armas, todo el resto del poder, paso a paso, poco a poco, irá consolidándose en manos del Partido FSLN. Decreto 67 - Decreto 66

 

Dirección Nacional, ¡Ordene!

Toda la estrategia diseñada y ejecutada por el FSLN de acuerdo al modelo comunista incluye también –según especifica el manual comunista– la instauración de la llamada dictadura del Proletariado, o sea, el  control de cada ciudadano por medio de los comités de espionaje de cada barrio que bautiza el FSLN con el nombre de Comités de Defensa Sandinista (CDS) y dice que son «los ojos y oídos (espías) de la Revolución»; monopolio de los medios de comunicación (100% de los canales de televisión, 75% de las radioemisoras y 66% de los diarios, y la imposición de una verdadera censura a todo el resto); una red de espionaje interno organizado por la Dirección General de la Seguridad del Estado y reforzada con los CDS; uso de las turbas que bautiza el Comandante Daniel Ortega con el nombre «turbas divinas»; confiscaciones masivas de toda clase de bienes; control planificado de la producción y consumo; campañas de odio y persecución religiosa; juicios sumarios; etc., etc.

León Trotsky, ideólogo marxista escribió diciéndonos que «[…] Lenin puso de relieve, en todas las ocasiones posibles, la absoluta necesidad del terror». Las armas y el terror se imponen y así vemos que el Partido FSLN –su vanguardia, los nueve comandantes que se llaman la Dirección Nacional del FSLN– no sólo está ya por encima de toda otra autoridad del Estado, sino que se convierte en el Estado mismo: La fusión Estado Partido.

Toda esta estratagema y sus consecuencias motivan a cientos de funcionarios a abandonar sus cargos en el nuevo gobierno, además que causa también la huida de miles de nicaragüenses (desde ricos hasta humildes indios misquitos) a países vecinos. Unos funcionarios renuncian como muestra de protesta, otros por temor o cansancio, otros son simplemente despedidos, pero el resultado final es que el Poder ha quedado ya casi sólo en manos del FSLN, sus adláteres y muchos tontos útiles.

Doña Violeta y el Ing. Robelo abandonan la Junta. El primer Ministro de Defensa, ex-coronel de la Guardia Nacional, Bernardino Larios es sustituido por el Comandante Humberto Ortega S. El primer Ministro de Desarrollo Agropecuario, Manuel José Torres (quien renuncia a la presidencia de INDE y por ende a la de COSEP para ocupar este cargo) es sustituido por el Comandante Jaime Wheelock R. El primer Ministro de Planificación, Dr. Roberto Mayorga C. es sustituido por el Comandante Henry Ruiz. Vemos poco a poco renunciar (o ser renunciados de sus cargos), para ser sustituidos por sandinistas o por personas dóciles y obedientes) a: Noel Rivas Gasteazoro (primer Ministro de Industria y Comercio); César Amador Kühl (primer Ministro de Salud); Alfredo Cesar (primer Secretario General de la Junta de Gobierno y posteriormente Presidente del Banco Central); Arturo Cruz P. (primer Presidente del Banco Central y posteriormente miembro de la Junta de Gobierno); Edén Pastora G. (primer Viceministro del Interior y Jefe de las Milicias); Haroldo Montealegre, Edgard Macías, Ricardo Coronel K., Guillermo Vargas Sandino, Jaime Pasquier Romero, etcétera. La lista de funcionarios, embajadores, magistrados y jueces que han voluntariamente abandonado, o han sido forzados a abandonar sus cargos, es interminable. El resultado final es que han sido sustituidos por personas que aceptan practicar la consigna: ¡Dirección Nacional, ordene!

 

Las elecciones, el comienzo del fin

      Se encuentra pues ya casi consolidado el Poder total y absoluto en manos del FSLN. Todo lo acordado en el Programa de Gobierno por aquella Unidad Nacional que existió en 1979 ha sido pues, modificado por el FSLN y sustituido por su propio programa totalitario, marxista-leninista. Sin embargo, la idiosincrasia del nicaragüense, su firme creencia religiosa, su conducta rebelde, libre e independiente, y su frustración por el engaño sufrido, ha dificultado durante cinco largos años la consolidación del comunismo. Aunque el programa comunista del FSLN se encuentra implementado en grado avanzado, aún queda mucho por implementar.

     

El Programa de Gobierno, como base fundamental de la democracia tal como se concibe en la ideología occidental, exige elecciones. El sufragio universal y secreto, con igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos que deseen participar, es la base de la democracia occidental. El FSLN se encuentra cara a cara, enfrente, con la sempiterna demanda del nicaragüense, apoyado en esta demanda por la comunidad internacional, de decidir su propio destino en unas elecciones libres, justas, honestas y pacíficas. El FSLN tampoco piensa cumplir con este compromiso adquirido en el Programa de Gobierno acordado por la Unidad Nacional que existió en 1979. Está ya montado y organizado para el 4 de Noviembre de 1984, todo un proceso electoral hecho a la exclusiva medida y para beneficio único del Partido FSLN, con poca o ninguna oportunidad para la oposición, con el único propósito de simular un cumplimiento al compromiso nacional del Programa de Gobierno y satisfacer las exigencias de los demócratas nicaragüense.

El Comandante Humberto Ortega nos lo dijo así:
 

Esas serán nuestras elecciones. Recuerden bien que son elecciones para mejorar el poder, porque el poder lo tiene el pueblo a través de su vanguardia, el Frente Sandinista de Liberación Nacional y su Dirección Nacional. […] Nuestro pueblo ya votó el 19 de Julio de 1979 con las armas en la mano y con la sangre de 50 mil nicaragüenses, votó por sí mismo, por el sandinismo...9

Pero no nos hemos comprometido con las elecciones que ellos piensan vamos a impulsar y nosotros nunca, ya lo dijimos en otras ocasiones a través de la Dirección Nacional, vamos a ir a discutir el poder...10 Discurso

 

El Comandante Daniel Ortega S. lo ratifica así: Nunca el poder del pueblo podrá ser derrotado ni con las balas ni con votos.

Y el Subcomandante Rafael Solís, Secretario del Consejo de Estado lo puso así: ...que las elecciones en Nicaragua no serán para disputarse el poder, sino para fortalecer la revolución.11

El Comandante Bayardo Arce, según cable de UPI de 8 Agosto de 1984, dijo:

 

Si nosotros no tuviéramos una situación de guerra que nos ha planteado Estados Unidos, el problema electoral sería algo absolutamente desfasado en términos útiles, porque lo que una revolución necesita es efectividad.

Esa efectividad precisamente es lo que constituye la defensa de la dictadura del proletariado. Las elecciones, desde esa óptica, nos resultan estorbosas.

En noviembre se elegirá un poder, un gobierno de seis años, y más que todo, una Asamblea que va a redactar una nueva Constitución, que eventualmente permitirá a Nicaragua ser un modelo de principios políticos y judiciales para la construcción del socialismo.

 

Con claridad nos dicen –con la característica retórica comunista– que después de las elecciones se implementará la fase final de su proyecto. En ese mismo cable de UPI nos dice el Comandante Bayardo Arce: «... Pero vamos a seguir en esa dinámica, sólo que (las elecciones) nos van a dar un nuevo instrumento, pues ya seremos legales

 

El fsln se quita oficialmente la careta de demócrata

La concepción mesiánica y apocalíptica del FSLN lo ha inducido a imponernos el comunismo en Nicaragua, a la fuerza y a cualquier costo, aunque sea en contra de la conciencia, costumbres, deseos, sentimientos y creencias religiosas de los nicaragüenses. El Comandante de la Revolución, miembro de la Dirección Nacional del FSLN, Jaime Wheelock Román, con preciso sentido holocáustico nos lo advirtió así: «O habrá Nicaragua sandinista y revolucionaria, o no habrá Nicaragua». Más claro no canta un gallo.

¿Y qué significa ser sandinista y revolucionario, para el FSLN? Pues, sencillamente significa para ellos, y para todo el mundo también, ser marxista-leninista, ser comunista. El Comandante de la Revolución, miembro de la Dirección Nacional del FSLN, Humberto Ortega Saavedra, con meridiana claridad y sin rubor quitó totalmente la careta de demócrata al Partido FSLN y mostró su desnuda cara totalitarista marxista-leninista cuando hablando ante un grupo de Oficiales Militares en ocasión de su graduación el 25 de Agosto de 1981 dijo a ellos, a nosotros y al mundo:



"Por eso no vamos a llamarnos a engaño, nuestra Revolución tiene un carácter profundamente anti-imperialista, profundamente revolucionaria, profundamente clasista, somos anti-yanqui, estamos contra la burguesía, nos inspiramos en las tradiciones históricas de nuestro pueblo, nos inspiramos en el sandinismo que es la más hermosa tradición de este pueblo desarrollada por Carlos Fonseca, nos guiamos por la doctrina científica de la Revolución, pro el Marxismo-Leninismo.

Decíamos que el Marxismo-Leninismo es la doctrina científica que guía nuestra Revolución, el instrumento del análisis de nuestra Vanguardia para entender su proceso histórico y para hacer la Revolución; el sandinismo es la expresión concreta del desarrollo histórico de la lucha en Nicaragua, sin sandinismo no podemos ser marxistas-leninistas y el sandinismo sin marxismo-leninismo no puede ser revolucionario, por eso van indisolublemente unidos y por eso nuestra fuerza moral es el sandinismo, nuestra fuerza política es el sandinismo y nuestra doctrina es el marxismo-leninismo"
.12



Bueno, estamos claros pues, que el FSLN es marxista-leninista; que el sandinismo de los nueve comandantes, que es el mismo de Carlos Fonseca Amador, es marxista-leninista; que el ser sandinista y revolucionario, para ellos, significa ser marxista-leninista; que la Revolución del FSLN, es marxista-leninista. Con todos estos nombres  –FSLN, sandinismo, revolución, revolucionario– la auto llamada vanguardia define o disfraza la misma cosa: marxismo-leninimo, o sea, comunismo. Esto es lo que el Comandante Humberto Ortega nos dijo con meridiana claridad y precisión –sin equívocos.

 

El fsln es comunista: ¡y qué!

El hecho que el FSLN sea marxista-leninista ya lo conoce y acepta todo el mundo, tanto los nicaragüenses como la comunidad internacional. Ya no existe para nadie la menor duda. Hace un par de años, tratando de presentar pruebas y argumentos de que el FSLN es y ha sido siempre comunista a un visitante y escéptico congresista norteamericano, notamos que en este asunto andaba tan perdido como el hijo de Lindberg. El congresista era de aquellos que abundan y que quizás aún confunden a Nicaragua con Nigeria y cuyos conocimientos en asuntos exteriores los adquieren en la escuela de turista de México y con la lectura del Washington Post y del New York Times, pero que después de una fugaz visita de cinco horas a Managua regresan a los USA como expertos en asuntos centroamericanos, y quizás hasta latinoamericanos, toman grandes decisiones y hasta escriben libros o hasta son escogidos, por esta experiencias, como candidatos a la vicepresidencia. Pero, al poco rato de argumentar, el congresista nos aceptó los argumentos y reconoció que el FSLN es marxista-leninista. Sin embargo, dijo: ¿y qué? –como queriendo preguntar: ¿qué tiene de malo ser marxista-leninista?

Para poder defender la causa de la libertad, de la democracia, y poder evitar el peligro totalitario marxista-leninista, es absolutamente necesario conocer con precisión su propia ideología. No hay sustituto para el conocimiento. La ignorancia daña y paraliza. Las mejores intenciones, aún aliados a los más sinceros motivos, son ineficaces si no se cuenta también con el conocimiento apropiado.

Ya conocemos, ya reconocemos, que el FSLN es marxista-leninista. Ya no queda pues la menor duda. Ahora debemos estudiar y conocer la ideología marxista-leninista. Conociendo la ideología marxista-leninista lograremos conocer el negro futuro que le depara al nicaragüense, y al centroamericano, si logra el FSLN consolidar e imponer el comunismo en Nicaragua. Los que conocen la ideología y métodos comunistas así como los que ya sienten el agobiante peso del aún incompleto sistema totalitario comunista en Nicaragua, corean en publico o susurran en privado, según sea su valentía: «Democracia sí, comunismo no»

Hasta aquí, lo escrito de 1984.

 

Postdata


Ahora en 2012, para releer este viejo escrito es oportuno recordar lo sucedido después de esa primera tentativa de imponer el comunismo en Nicaragua en los años 1980.

En marzo de 1985 Mijaíl Gorbachov llegó al poder en la Unión Soviética y comenzó a enfrentar la deplorable situación de crisis económica que tenía a su país al borde de la bancarrota, crisis que le impedía satisfacer las múltiples carencias urgentes de su pueblo, mantener apoyo militar y económico a sus aliados de Europa Oriental y del Tercer Mundo, y a la vez desafiar la hegemonía tecnológica y militar de Estados Unidos, que el Presidente Reagan había incrementado con su «Iniciativa de Defensa Estratégica» en base a la nueva tecnología emergente, iniciativa que se popularizó con el nombre «Guerra de las galaxias» por la popular película de ciencia ficción.

En su libro, «La Perestroika y la Nueva Mentalidad para nuestro País y para el Mundo Entero», Gorbachov dijo:



Un enfoque honesto... nos condujo a la implacable conclusión: el país se encontraba en estado de pre-crisis. Esta conclusión fue hecha en el Pleno del Comité Central de Abril de 1985 que marcó el viraje hacia el nuevo rumbo estratégico, la perestroika. (Análisis de Perestroika)



Ya se anticipaba, pues, la bancarrota soviética que culminó con la caída del muro de Berlín en 1989. Así se le agotaba al sandinismo, la fuente de abastecimiento militar que hasta ese momento la Unión Soviética le suplía con generosidad para la guerra contra La Contra, y también se le agotaba la fuente de financiamiento fresco para evitar la bancarrota económica en Nicaragua.

En la Cumbre de Presidentes de Centroamérica celebrada en Costa Rica, el 16 de enero de 1988, los presidentes siguieron presionando al Gobierno Sandinista y se comprometían a presionar también a La Contra, con la finalidad de que Nicaragua se pacificara, porque los compromisos del Acuerdo de Esquipulas II, suscritos el 7 de agosto de 1987, todavía no se habían cumplido a satisfacción. Por eso, en la Declaración de la Cumbre de ese 16 de enero en Alajuela, Costa Rica los Presidentes manifestaron que:



Por no estar satisfecho enteramente el cumplimiento de los compromisos de Esquipulas II, se comprometen a satisfacer obligaciones incondicionales y unilaterales que obligan a los gobiernos a un cumplimiento total e inexcusable. Dentro de estas, se encuentran el diálogo, las conversaciones para la concertación del cese de fuego, la amnistía general y, sobre todo, la democratización, que necesariamente incluye el levantamiento del Estado de Excepción, la libertad de prensa total, el pluralismo político y el no funcionamiento de tribunales especiales. Los compromisos enunciados que no se han cumplido por los gobiernos, deberán ser cumplidos inmediatamente en forma pública y evidente. (Declaración de Alajuela)



En esta cumbre, de manera especial, se acentuaban el diálogo con los alzados en armas para concertar un cese del fuego, la amnistía general, la democratización, el levantamiento del estado de emergencia, la libertad de prensa total, el pluralismo político y la liquidación de los Tribunales Especiales…

Las presiones sobre el Gobierno sandinista, también como sobre La Contra, sumadas al agotamiento de la ayuda soviética al sandinismo y también la reducción de la ayuda a La Contra que ya presionaba el Congreso estadunidense, hacen que se comiencen a producir acciones efectivas encaminadas hacia lograr la paz.

El 20 de enero de 1988 (trece días después de la Cumbre de Alajuela), el presidente Ortega emite los decretos 296 y 297 con los que deroga los Tribunales Populares anti somocistas y levanta el Estado de Emergencia.

El Congreso de Estados Unidos camina la mitad de la distancia cortando la ayuda militar a La Contra en febrero de 1988 y serias negociaciones de paz se comienzan entonces a dar con La Contra, las que culminan el 23 de marzo en Sapoá, Departamento de Rivas, entre el Gobierno de Ortega y La Contra.

 

Vienen elecciones

En la reunión de Presidentes centroamericanos en Costa del Sol, Departamento de La Paz, El Salvador, los días 13 y 14 de febrero de 1989 se analizó la situación del proceso de paz en Centroamérica y en especial el de Nicaragua, a la luz de los acuerdos Esquipulas II, de la cumbre del 16 de enero (1988) en Costa Rica, y de la firma del armisticio con La Contra en marzo de 1988.

El presidente Ortega ratificó ante sus pares presidentes su compromiso de continuar el desarrollo del proceso de democratización y reconciliación nacional en Nicaragua, de acuerdo a Esquipulas II, y les detalló los pasos que continuará dando para ello:

  • Reformará la legislación electoral e integrará el Consejo Supremo Electoral con la participación equilibrada de representantes de los partidos políticos de oposición.

 

  • Reformará la legislación que regula la expresión del pensamiento, la información y el régimen de opinión pública, de modo que se garantice la organización y la acción política de los partidos en su sentido más amplio.

 

  • Abrirá un período de cuatro meses para la preparación, organización y movilización de los partidos.

 

  • Acto seguido, adelantará la fecha de los comicios a más tardar para el 25 de febrero de 1990, para elección de Presidente, Vicepresidente, Diputados a la Asamblea Nacional, Representantes a las Municipalidades y al Parlamento Centroamericano.

 

  • Invitará a participar a observadores internacionales, especialmente a delegados de los Secretarios generales de las Naciones Unidas y de la Organización de los Estados Americanos, a hacerse presente en todos los distritos electorales durante las etapas mencionadas, con el fin de constatar la pureza del proceso.


 


Reformas Constitucionales para cumplir compromiso de Ortega

Estos compromisos de Ortega demandaban hacer algunas reformas a la Constitución de 1987. El 4 de agosto de 1989, el presidente Daniel Ortega, subscribió un Acuerdo con dieciocho partidos políticos en el que convinieron que las autoridades ejecutivas y legislativas que resultaren electas en las próximas elecciones tomarían posesión de sus cargos el 24 (los diputados) y al día siguiente, el 25 de abril de 1990, el presidente y vicepresidente. Se adelantaban, pues, casi siete meses las elecciones, de octubre a febrero, de 1990.  Para que este acuerdo se cumpliera en esas fechas era necesaria la reforma de la Constitución Política, la que se efectuó el 31 de enero de 1990.

 

El FSLN pierde las elecciones

El Frente Sandinista se sentía seguro de ganar las elecciones nacionales del 25 de febrero de 1990. Así lo pronosticaban algunas encuestas, así parecía ser cuando cerró su campaña electoral con una asistencia multitudinaria hasta entonces jamás vista. Sandinistas y empleados públicos llenaron totalmente la plaza y el presidente Ortega no se percató que muchos acudieron a la cita forzados por la usual intimidación que ejercita el FSLN. Sin embargo, esa misma noche del 25 de febrero entendieron que no era igual el voto por aclamación en una plaza pública que el voto libre en una urna secreta. La Unión Nacional Opositora, UNO, salió triunfadora y esto desconcertó a los sandinistas que sintieron que su mundo se les venía encima. Se derrotó así la primera tentativa de imponer el Comunismo en Nicaragua.

Narra Dionisio Marenco en Revista Envío No. 318 de Septiembre de 2008:

 

A medianoche llegaron a la casa de campaña Jimmy Carter, su esposa doña Rosalyn, Bob Pastor (ex-consejero de seguridad nacional de Estados Unidos), Joao Baena Soares (secretario general de la OEA), Elliot Richardson (delegado del Partido Republicano) y otros observadores internacionales. Entró Daniel y yo me quedé allí, a un ladito, viendo. Le dijo Carter: ¿Qué tal, Daniel, cómo estás? Mira, te quiero decir que perdiste las elecciones, pero no te preocupes, eso pasa. A mí me pasó y aunque al principio uno se siente mal, después te vas a componer... No, le dice Daniel, eso no es verdad, todavía faltan los resultados de mil mesas... Y Carter: No, no, si vos no reconocés, yo lo voy a decir ya y se va a armar un relajo. Entonces, Daniel reconoció y lo único que pidió es que no se hiciera público hasta las 6 de la mañana. De la casa de campaña fue Daniel y todo aquel grupo a la casa de doña Violeta. Y no se dijo el resultado hasta las 6 de la mañana del 26 de febrero de 1990, cuando Daniel hizo un discurso que todos recuerdan, un discurso extraordinario reconociendo la derrota. Revista Envío No. 318

 


¿Se logrará detener la nueva tentativa de revivir e instaurar el nuevo Comunismo, ahora llamado «El Socialismo del siglo XXI», que lidera el presidente Hugo Chávez de Venezuela y del cual Nicaragua ya forma parte?

¿Estamos los nicaragüenses volviendo a tropezar con la misma piedra que se describe en la primera parte de este escrito?: «No hay peor ciego que el que no quiere ver».

 

 

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1 The New York Times, Honduras Returns 28, Sends Home Cubans Caught Trying to Invade Nicaragua, July 4, 1959

2 END - 2007 07 18 - El Che y la guerrilla nicaragüense - Chuno Blandón

3 Carlos Fonseca Amador, Un nicaragüense en Moscú, Managua, Unidad del Partido Socialista, 1958.

4 Lista de Asaltos y Secuestros antes de 1979 – Titulares de La Prensa

5 New York Times, 14 de Noviembre de 1976

6 Jaime Wheelock y Marta Harnecker, Nicaragua: El Gran Desafío, V - La Iglesia, 1983, párrafo 54, p. 13

7 Estatuto Fundamental de la República de Nicaragua, 1979

8 Jaime Wheelock y Marta Harnecker, Nicaragua: El Gran Desafío, V - La Iglesia, 1983, párrafo 26,  p. 7

9 Barricada (Órgano Oficial del FSLN), Entrevista al Comandante Humberto Ortega, Ministro de Defensa, Julio 11, 1980

10 Humberto Ortega S., Discurso Ministro de Defensa en la Clausura de Reunión de Especialistas, Agosto 25, 1981, p. 16

11 Barricada (Órgano Oficial del FSLN), Entrevista al Comandante Humberto Ortega, Ministro de Defensa, Julio 11, 1980

12 Humberto Ortega S., Discurso Ministro de Defensa en la Clausura de Reunión de Especialistas, Agosto 25, 1981, p. 8