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« Previous Page Table of Contents Next Page »siosamente¡ no descubrim~s en lo absoluto nin~ú~ pun_ to de semejanza;.y .el travlesp machete ~e un llld~o po~
dría destruir el umco eslabon que pudiera relaclOnar~
lose~e~ . " El ornamento a que antes me he refendo esta In– sertado en uno de los compartimientos del "plano" Repl esenta el frente de una calavera con alas exten– didas y lingleras de dientes proyectados, en efecto, algo pOi
el estilo a la figura de una calavera de las que colocamos en n1;1estras lápidas sepulcral~s Es <!e dos pies de ancho lllCluyendo las alas, y tiene atras una grapa de piedra¡ como de dos pies de largo, p~r
medio de la cual estaba fijado en la pared Don Sl~
món lo había removido entero, con la intención de co– locarlo como un Olnamento en el frente de su hacienda. Era nuestro pi apósito el plesentar dibujos com_ pletos del exterior de este edificio, y, en verdad, de to~
dos los demás La plancha del frente representa una división con sus ornamentos esculpidos, o lo que yo
he llam:ado mosaico Como en Copán
j
Mr Cather– whood se vió obligado a hacer varios ensayos antes que pudiera comprender el aSWlto para así copiar los ca_ ractel es. El dibujo fué empezado ya avanzada la tat'– de estaba incompleto cuando le dejamos para regre–
sa~ a la hacienda¡ y, por desgracia, el' e nunca estu·
va en aptitud de conUnuarlo Se presenta en el esta– do en que lo dejaron los últimos toques del lápiz en el lugar, faltando muchos de los menudos caracteres
con los que el asunto estaba recargado, y sin ningún intento de llenarlos El lector verá cuán del todo in– suficiente puede ser cualquier descripción verbal, y
estará capacitado por él para formarse alguna idea del imponente exterior del edificio El exterior de todos los edificios en Uxmal estaba ornamentado de la mis. ma manera complicada La parte que representa el grabado abraza como veinte pies de la Casa del Gober. nador. Todo el exterior de este edificio presenta una superficie de setecientos pies; la Casa de las' Monjas tiene dos mil pies, y la extensión de superficie esculpi– da que presentan los otros edificios no puedo darla Los dibujos completos de todo lo que existe formarían una de las más esplbndidas series que jamás hayan si· do publicadas, y tal ~s aún nuestra espe1 anza de que algún día podamos presentarlos El lector podrá for_ marse alguna idea del tiempo, habilidad y trabajo re_ queridos para ejecutarlos ; y más que todo, concebir el inmenso tiempo, arte y trabajo que se necesitarian para esculpir semejante superficie de piedra, y la ri_
queza, cultura y podelfo del pueblo que pudiera poner en acción tal habilidad y trabajo para el simple deco– rado de sus edüicios. Probablemente todos estos or– namentos tienen un significado simbólico; cada piedra forma parte de una alegoría o fábula, escondida para nosotros, inescrutable a la luz de la débil antorcha con que podemos alumblarla, pero que¡ si algún día se re_
vela¡ demostrará que la historia del mundo todavía no se ha escrito
CAPITULO 26
TERMINADA LA EXPLORACION - ¿QUIEN EDIFICO ESTAS DERRUIDAS CIUDADES? - LA OPINION DE DUPAIX - ESTAS RUINAS NO TIENEN SEMEJANZA CON LA ARQUITECTURA DE GRECIA Y ROMA _ NADA HAY PARECIDO A ELLAS EN EUROPA - NO SE ASEMEJAN A LAS OBRAS CONOCI DAS DEL .TAPON Y DE LA CHINA - NI A LAS DE LA INDIA - NO SE HALLARON EXCAVACIONES LAS PIRAMIDES DE EGIPTO, EN SU ESTADO PRIMITIVO, NO SE PARECEN A LAS LLAMADAS PI. RAMIDES DE AMERICA - LOS TEMPLOS DE EGIPTO NO SON COMO LOS DE AMERICA ,.- LAS ES. CULTURAS NO SON IGUALES A LAS DE EGIPTO - PROBABLE ANTIGUEDAD DE ESTAS RUINAS._ RELATOS DE LOS HISTORIADORES ESPAl\lOLES. - ESTAS CIUDADES PROBABLEMENTE FUERON EDIFICADAS POR LAS RAZAS QUE HABITABAN EN EL PAIS EN LA EPOCA DE LA CONQUISTA
. ESPAÑOL. - DICHAS RAZAS AUN NO SE HAN EXTINGUIDO
Ahora ya he concluido la exploración de las ruinas.
El lector tal vez se alegre-de que nuestros trabajos hayan tenido un fin tan repentino (mis editores cierta~
mente lo están)¡ pero yo le aseguro que pude alber... gar en mí cOlazón le deseo de ser prolijo hasta más allá de todo límite, y que le he hecho la merced de ser muy breve, en realidad, he dejado escapar la mejor oportunidad que autor alguno haya tenido jamás para hacer que el lector se aeuel de de él No quiero ha. cer mención de otras ruinas de las cuales supimos que se encuentran en lugares más remotos No me cabe
rIuda que se puede pasar un año con gran provecho en Yucatán El campo de las antigüedades americanas apenas queda abiertQ; pero por el presente ya he ter_ minado
y aquí yo desearía partir, y dejar el lector vagan– do solo libremente por entre el laberinto de misterio que se cierne sobre estas derruidas ciudades; pero se~
ría cabal día el hacerlo asi, sin ocuparme por un mo~
mento de la importante cuestión: ¿Qué pueblo fué el que edificó estas ciudades?
Desde que fueron descubiel tas, una densa nube ha sido arrojada sobre ellas en dos sentidos El pIi. mero se refiCle 3 la inmensa dificultad y -peligro¡ t13–
bajo y gastos, para visitarlas y exploraI1as Ha sido mi objeto el desvanecer esta nube Por las presentes páginas se verá que los relatos han sido exagerados; y, con lespecto a Palenque y Uxmal a lo menos, los ú–
nicos lugares que por cierto han. sido pI esentados al público, no hay dificultad en l1~gar a eHos ni riesgo en explorarlos.
El segundo es con 1 especto a la antigüedad de los edificios; pero aquí la nube es más obscura, y no tan fácil de disipar.
No es mi deseo el recapitular las diversas teorías que ya han sido -presentadas La más irlacional, qui– zás, es la del Capitán Dupaix¡ quien atribuye a las rui– nas de Palenque un origen antediluviano; Y, para des_ gracia suya se basa en la acumulación de tierra sobre las figuras que existen en el patio del palacio. Su vi– sita se efectuó treinta años antes de la nuestra; y, aun_ que él las limpió, cuando llegamos sin duda la acumu– lación era otra vez tan grande como cuando estuvo allí En todo caso, por su propia explicación las fi–
guras no se hallaban enteramente sepultadas Yo con_ servo un vivo lecuerdo de la condición de aquellos mo numentos, y no tengo eScrúpulo en decir que¡ aun es_ tando enteramente sepultados¡ un h landés, con el ar– ma nacional que ha prestado servicios semejantes en nuestros canales, en tres horas habría removido todo este depósito antediluviano No seguiré los eruditos comentarios sable esta sugestión del Capitán Dupaix, salvo para hacer ver que Se ha gastado mucha el udi– ción e investigación sobre datos insuficientes o inco– n ectos, o haciendo mérito de hechos que al referirlos se les ha dado ciel to sesgo; mas, poniéndonos nosotros en igual categolía de quienes han suministrado esos datos, y en beneficio de los exploradores y escritores que puedan suced~rnos, reduciré esta cuestión a un campo todavía así suficientemente ancho¡ a saber: una campal ación de estas 1 uinascon las ruinas arquitec.. tónicas y escultólicas de otras edades y otros pueblos
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