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« Previous Page Table of Contents Next Page »el tlanscmso de una hOla de callejeo, nos hicimos co– nocidos,· Yo no tenía más que palalme flente a la puerta y lecibía una invitación: "Pasen adelante, ca– pitán" cuvo título yo debía al águila de mi somble– 1o C~da familia tenía su hacienda en las cercanías, y al clbo de una hora yo ya sabía lo que estaba sucedien_ do en Paknque, es decir, sabía que nada estaba suce"" diendo
En cll?xh emo más alto de la plaza, dominando esta escena de qU101tld, estaba la casa de un amelicano lla– mado j Wllliam Er own! Era este un extr año lugar pa– ra la mOlnda d(' un amelicano, ~r 1Vrr Blown ela un americano emprendedor En la glan 10telÍa él se ha_ bía sacado una esposa pa1enquiana, la que en aquel tranquilo lugar probablemente lo había librado de mo.... !ir de tedlo Qué fuÉ' lo primero que lo trajo al país; no lo sé El tel!ía e' privilegio exclusivo para la na_ vegación a vapor del Río Tabasco, y habría hecho una fortuna, pNO su balco se fué a pique en el segundo viaje Entonf'es emplendió el corte de maderas bajo un nuevo método, y estuvo a punto de hacer otr a for– tuna, pela algo hubo que le salió mal En el tiempo de nuestra visita se hallaba ocupado en canalizal un pequeño COl te hasta el mar, para unir dos líos cerca de su hadenda Para asombro de los palenquianos, él estaba 8iempre ocupado, cuando podía vivir tI an– quibmente en su hacienda en el vel ano y pasar los inviernos en el pueblo Muy a nuestro pesal, no se encontr aba entonces en la aldea Habría sido inteH~_
sante el IHül~lr a un paisano de su 'temple en aquel tranquilo rincón del mundo
El pI efecto era rr:.uy velsado en la historia de Pa– Jcnoue Está. situado en la provincia de los tzendales, y dUrante Ufl.a centuria después de la conquista de Chiapas quedó en poder de los indios Hace dos cen– tUlias Lorenzo Mugll, un emisario directo de Roma, levantó entre eUos el estandarte de la Cl uz Los in– dios todavia conservan su vestido como una sagrada reliquia, pe) o tienen mucha desconfianza de mostrar– lo a los extranjelos, y yo no pude lograr que me lo enseñaran La campana de la iglesia, también, fué enVIada de~de la santa ciudad; Los indios se sometie_ Ion al dominio de los españoles hasta el año 1700,
cuando todo; la provincia se sublevó, y en Chillón, Tum_ balá y Patenque apostataron del cristianismo, asesina_ Ion a los s:acerdotes, profanalon los templos, tributa– Ion impía 3.aornción a unamujel' indígena, destroza– ron a los hombles blancos y se apoderaron de sus Jilu– jeleb como esposas Pero tan plonto como llegó la no:..' ticia a Guatemala, un poderoso ejército fué enviado en contra de eUt;s redujeron a los pueblos sublevados restauránuolofi a la fE" católica y se restableció la tran... quilidad El derecho de los indios, sin embargo
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a la propiedad de la tierra estalJa todavia reconocido, y a 10 menos ha3ta la independencia mexicana, recibían ren– ta por la tieua en los pueblos y por las milpas en los alrededoreg
A corta distancia de Palenque el Río Chacamal lo separa del te!! it'Jlio (le los indios sin bautismo, a quie– nes aquí se l(':s Uama caribes Hace cincuenta años el Padre Caldelón, tío de la esposa del pI efecto, acompa_ liado de su sacr-tstán un indio, se estaba bañando en el r~o, cuando éste lanzó un grito de alar ma al ver al_ gunos caribet; que estaban lliilándolos, e intentó huir; pero el padre tomando su báculo se dirigió hacia ellos Los calÍbes se prostunaron ante él, lo condujeron a sus chozas, y 10 invitar on par a volvel y pal a que les hiciese U113 visita en ciero día El día señalado el pa_ dte se fut: ('on su saclÍstán, y se encontró con una con– gregación de calibes V con una gran fiesta preparada en su h01lflr Se quedó con ellos por algún tiempo, y en recompensa los invitó para que fueran al pueblo de Palenque el día de fiesta de Santo Domingo Una gr a11 par ticla de estos indios salvajes asistió, llevando consigo cmne de tigJ e, de mono, y cacao como plesen– te OyelOn misa y miraron todas las ceremonias de la iglesia; entonces invitaron al padre a que se estuviera el1tl e ellos y los enseñara, y eligieron una choza en el lugar donde 10 enCOl'tlaron por primera vez, a la que consagró él como iglesia e instr uyó a su sacristán para que dijera la misa todos los domingos Según dijo el prefecto, si el padle hubiera vivido, muchos de ellos probablemente hablían sido cristianizados; pelO, des_ gl aCladamente murió, los caribes se remontaron en la selva, y desrle entonces ninguno de ellos ha apar ecido por el pueblo
Las rttína~ quejan como a ocho millas de la pobla_ ción completamente desoladas El camino el a tan pé_ simo, que, pala llevar a cabo algo, era necesario que– darse aBa, y tuvimos que hacer los preparativos para el efecto En el pueblo había tres pequeñas tiendas, cuyas existencia:.: en conjunto, no valdlían setenta y cinco dólares, pero en una de ellas encontlamos libra y media de café, que aseguramos inmediatamente. Juan nos comunicó la grata nueva que a la mañana siguien– te matarian un puerco, y que ya había tr atado una porción de milllÍeca,: también, que había una vaca con su telnero que andaba suelta, y que se podía hacer un arreglo par a mantenerla y 01 deñarla A1 momento se atendió a esto, y se hicieron todos los arr eglos nece_ salios pala visitar la~ ruinas al siguiente día Los in_ dios generalmente conocían el camino, pero sólo había un hombre en el lugar, apto pala selvirnos: como guia en el terleno y él tenía entre manos el negocio de ma_ tar y distlibuir el puerco, lazón pOl la cual no pudo ;p~rtir con nosotros, pela prometió seguirnos
Al atardecer la quietud del pueblo se vió pertur– bada por un estallido; y al 'salir nos encontramos con que se hübía cafdo una casa Una nube de polvo se levantó de allí, y las ruinas probablemente yacen, toda.. vía como cuando ca~ elon El cólera la había pliva_ do de sus moradores, y por varios años había perma_ necid.o deshabitada
CAPITULO 17
PREPARATIVOS PARA VISITAR LAS RUINAS - PASEO - LA PARTIDA _ EL CAMINO _ LOS RIOS MICOI, y OTULA - LLEGADA A LAS RUINAS - EJ, 'l'ALACIO - UN FEU.DE·JOIE _ ALO· JAMIEN10S EN EL PALACIO - INSCRIPCIONES DE LOS VISITANTES ANTERIORES _ LA ,MUER. TE DE BEAJ\;HA.'II: -DESCUBRIMIENTO DE LAS RUINAS DE PALENQUE - LA VISITA DE DELRIO. LA EXPEDIf'ION DI, DUPAIX _ LOS DIBUJOS DE LA PRESEl'ITE OBRA ,- PRIMERA COMIDA EN LAS RUINAS - ENORMES LUCIERNAGAS - DORMITORIOS - LA EXTENSION DE LAS RUINAS OBSTACUI,OS PARA LA EXPLORACION - SUFRIENDO POIt LOS ZANCUDOS_
Tempumn a la mañana siguiente nos preparamos para tl aswdal nus a las l uinas. Tuvimos que hacer pLOvisiones p~la el manejo de los asuntos domésticos en glan ezcala; nuestros utensilios de cocina eran de tosca alfal E'r'a, y nUE.stras tazas· de dm as 'cáscaras de
ciertas legumbl eS .redondas, cuyo valor total, qUlzas, ascendería a un dólar No pudimos conseguir un ja_
llO para dgua en el lugar, pero el alcalde nos prestó uno libl e elE' costo a menos que se quebl ara, y como ya entonces estaba rhjado él plobablemente lo consi-
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