Page 45 - RC_1968_10_N97

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ccntro España, extendió su celo humanitario en defensa de los indios a nuestra plovincia En su Brevísima Re– lación de la Destrucción de las Indias, en efecto, relata una serie de crueldades ordenadas por Pedrarias Dávila Prirnt:'!ro elogia a Jo "felicísima provincia de Nicatagua" preguntándose que "quien podrá esclarecer la felicidad, sanidad, amenidad y prosperidad, y frecuencia, y po– blación" de su tierra y gente, aglegando:

Elan cosa verdadera de admiración ver quan po· blada de pueblos, que casi dUlaban tres y quatro le. guas en luengo, llenos de admhubles f1 utales, que causaba scr inmensa la gente.

Pero luego, con su acostumbrada inventiva, afirma que ha sufrido en los pocos años de su existencia "tan– tos daños, tantas matanzas, tantas crueldades, tantos cautiverios, e injusticias, que no podl ía lengua humana decirlo" En ese pequeño, discutido y osado libro, con– siderado' pOI Menendez y Pidal como el panfleto de un paranoico, inserta en el apartado 5 del capítulo que le dedica a Nicaragua un lamento Iya lo transcribiremos en su oportunidad) que nuestlos indios entonaban, se– gún él, entre lágrimas y suspiros, cuando iban en lome– lÍas a cumplir los inhumanos haba¡os que les imponían los españoles. Uno de los castigos de éstos contra los indios, cuando se cansaban, apeaban sus cargas o en– fermaban de hambre o fatiga, era "cortades por la co– llera la cabezo" sin desatarlos de las cadenas "y caía la cabeza o un cabo -refiere Fray Bartolomé-, y el cuerpo a atto" Finalmente concluye:

POi las guei ras infernales, que los Españoles les han hecho, y por el cautivelio horrible, en que los pusieron, mas han muerto de ob as quinientas y seis– cientas mil personas hasta hoy, y hoy los matan En obra de catOI ce años todos estos esta agos sc han he– cho Rabi á hoy en la dicha provincia de Nicaragua obra de quatro, ó cinco mil pelsonas, las quales ma~

tan cada día con los sel vicios, y oplesiones cotidia. nas, y pelsonales, siendo, como se dixo, una de las más pobladas dcl mundo (lO).

An1es de insertar su testimonio sobre algunas flu– tas que vio por estos lales, diremos que para Montalvo fue "el ángel guardián" de los indios y para muchos liberales fanáticos y emotivos "un piadoso escritor a quien no se debe contradecir sino comentar y defender", Rómulo Carbia, Marius Andlé y otros historióglafos mo– demos, por el contrario, encontraron a Las Casas falsean– do los hechos hist6ricos en favor de sus teorías y de– mostraron, asimismo, su nociva y perjudicial influencia en los destinos hispanos Actualmente, pues, nadie duda de sus manifiestas exagelaciones y de sus tenden· ciases mentiras, pero también nadie lo puede negar el título de "Padle y Doctol de la Amelicanidad" que -"por su actitud afilmativa de la justicia y la libeltad, que entlega <...omo plincipios augurados del Nuevo Mun· do, en palte por sus manos formado"- Agustín Yoñez, no sin lazón, le adjudica He aquí, por tanto, el testi– monio de Fray Bartolomé -ayudante en 1527 del Obis– po Diego AlvOlez de Osario en el Monasterio de domi– nicos de Le6n y lesicJente y p,edicador en 1536 del Con– vento de San Flancisco en Granada- sobre las frutas

d~ estas regiones que saboreó en ese entonces:

. En oh as pal tes, como en la felice provincia de Nicaragua, no sólo del pan tenía copia grandísima de labIauzas, llera plantaban muchas :uboledas de dul– císimos Í1 utales, las cuales no les servían solamente de mantenimicnlo pela pala recrcación les Clan de~

leitables; entre obos eran zapotes que llamamos ma~

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mt;ycs por aparecer ~ los de esta Española, y otros chlcozapotes, que lJUSlmos nombres nísperos, los cua. les dos frutas no CI ea que tienen en España ni otras muchas y diversas pa~tes sus iguales, pues los que llaman en lengua meXIcana aguacate, que son a las pelas de lIuestra Castilla en hechura y color muy se-–

meiantes, pocas se hallal án que en sabor y dulzura se les igualen (11),

C) GOMARA

Flancisco López de GómOlo, a pesar de no haber estado en Nicaragua, dio un resumen fiel y cabal de la provincia antes y durante la conquista en su prolija His?oria General de las Indias ed.itada por vez primera en 1554 Su visi6n de las "cosas notables" que aqui obselvó, aunque tomadas de Oviedo y Valdés, fue sin. tética y admirable 112) Comienza hablando del des· cubrimiento de Gil González Dávila, de su encuentro con Nicoya, del diálogo con el cacique Nicaragua (quien "comprendiendo la forma de ser de aquellos nuevos hombres, su resuelta petición, Jo fuerza de las espadas y la bravura de los caballos, respondi6 por medio de cuatro caballeros de su corte que aceptaba la amistad por el bien y de la poz y oceptaría la fe si le pareda 1an buena comO se la elogiaban"). de la batalla con Diriangén¡ en suma: "de la conquista y población de Nicaragua' ,

Luego diserta sobre el "volcán que llaman Masaya" y la aventura de Flay Bias del Castillo -a quien llama Fray Bias de lñesta- dentro de su cráter, sobre la cali– dad de la tiella, las costumbres y la religi6n de Nicara– gua Es interesante Jo que dice sobre nuestros árboles y peces de aquel entonces: la provincia -escribía-:

Era de muchos jardines y arboledas Ahora no hay tantos Crecen muchos ál boles, y al que llaman ceiba engorda tanto, que quince hombres cogidos de las manos no lo pueden abarcar. Hay otros en for

w ma de cruz. Hay muchos át boles que producen una especie de ch uelas COlOl adas, de las que hacen vino. También lo hacen de otras frutas y de maíz. Por la costa de Nicaragua suele haber ballenas y unos mona·

ti uosos peces, que cuando sacan medio cucrpo fue13 dcl agua, 50bi epujan a los mástiles de las naos: tan glandes son Tienen]a cabeza como un tonel, y los bl azos como vigas de veinticinco pies, con los que patea y cscal bao Hace tanto estruendo y hoyo en el agua, que espanta a los navegantes, y no hay quien no tema su fuerza, pensando que va a hundir o volcar el navío, Hay tamlJién UIlOS peces con escamas, no mayores que los bogas, los cuales grufian como puer· cos, en la sarten, y loncan en el mar y por eso los llaman roncadores.

D) HERRERA

El resto de los cronistas se ocupa, como por no de– jar, de Nicaragua De éstos el que más páginas le de– dica es AntoniO de Herrera y Tordesillas, autor de la Historia General de 105 Hechos de 105 Castellanos en las Indias y Tierra Firme del Mar Océano (Madrid, 160 l· 1615) Esfe "C1onisfa mayol de Su Magestad", en lo lelativo a Ja provincia, se inspiró en la Década In, libiO

IV, Capítulo V de la Revus Oceanicis et Orbe Novo de Pedlo Máltir de Anglería y ni siquiela se le ocurrió ci–

tarlo De nuestlos pobladores dice que se quejaban de la "poca memoria que el Rey tenía de ella, que ela una provincia tan buena, tan abundante y tan sana, fértil de pan y carnes"

El OTROS CRONISTAS

Sería infructuoso hablOl de todos ellos por lo cual seremos lo más parco posible limitándonos a los que

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