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TESTIMONIO DE LOS CRONISTAS
1 -APUNTE INICIAL
A una serie de cronistas, por lo tanto, debemos las primeras noticias geográficas
l
his1óricas y culturales so~
bre el territorio de NicOlagua y ellas deben figurar ne– cesariamente, como también las del resfo de los que escribieron las cartas de relación y demás documentos, en la historia de lo Ijteratura nicaragüense Antes de dar nombres es necesario anotar que los cronistas que se ocuparon en referir cuestiones relacionadas con el an– tiguo territorio nacional, lo hicieron por información com– plementaria, o mejor dicho paro que sus labores no re– sultaran incompletas De ahí que sus memorias e his– torias generales y particulares hablan muy poco sobre nuestra tierra -a excepción de Oviedo quien dio una preciosa descripci6n a los pocos días de la conquista– si comparamos lo escrito sobre Nicaragua con lo de las otras naciones.
La mayoría de los historiadores literarios de Hispa–
noamérica -y algunos norteamericanos- consideran
como manifestaciones previas a las lespectivas literatu· faS de sus países las cartas de relaci6n, informes, testi·
monias y demás documentos de los descubridores, con·
quistadores, colonizadores y, sobre todo, las obras de los cronistas quienes revelan, en tonos más o menos semejantes, la impresi6n que les produjo las mal bau– fizadas Indias y los distintos acontecimientos que en ellas tuvieron lugar Tales textos ·se han estudiado co–
mo inicios de la activídad literaria en muchas repúbli–
cas hispanoamericanos y la crónica, portkuJarmente, ha
recibido un trato especial "Nuestra crónica primitiva
~escribe Alfonso Reyes a prop6sito de la literatura de
la conquista mexicana- no corresponde por sus fines a las bellas letras, pero las inaugura y hasta cierto ins– tante las acompaña"
las crónicas en general -cuyos autores fueron, en Ja mayoría de los casos, conquistadores empeñados y
deseosos de perpetuar su Fama y misioneros que vivían en contacto con el olmo indígena- dabon! cuenta de los hechos a medida que acontecían usando casi siem– pre un estilo llano, sabroso, descriptivo e informando abundantemente de la vida, de la tierra y de las cos– tumbres de los indígenas En conjunto, puede afirmarse sin temor alguno
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constituyen uno de los monumentos más preciados e importantes del reinado de Carlos V.
Los cronistas de Indias -esclibe José Garcia López en 8U Histotia de la LiteratUla Española– saben dal a 8US relatos una viveza y una amenidad
no superada por la producción novelesca de la época. Extraordinariamente crédulos y sinc(,H os, nos cuentan
con igual entusiasmo las más estupendas maraviUas
y las auténticas pelipecias de sus andanzas en el
Nuevo Mundo, y aunque casi siempre se trata de sol·
dados que escriben sin plopósito Jiterario alguno, sus
obras, llenas de eolol, de detalles pintoleseos y de emocionante tensión dlamátiea, tienen, aparte de su valor histórico, una calidad humana y estética de pri– mer orden.
2 -COLON "( SU CUARTO VIAJE
Crist6bal Col6n en su cuarto viaje ragua el 12 de Septiembre de 1502
descubre a Nica– Al año siguiente
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el Almirante envía una carta a los Reyes Católicos in· form6ndoles de su última travesía, en la que describe cómo llegó a nuestras costas logrando una prosa, al de–
cir de Eduardo Zepeda Henríquez, "con veldaderas ma·
I ejadas poéticos":
De allí cuanto pude (se lefiere al Jaldín de la
Reina) navegué a la tierra firme -escribe Colóll-. adonde me salió ~I viento y corriente teuibJe al opó.
sito; combatí con ellos sesenta días, y en fin no le
pude ganar más de setenta leguas
En todo este tiempo no entré en puerto, ni pude ni me dejó tormenta del cielo. agua y trombones y re–
lámpagos de conUnuo, (IUe parecía el fin del mundo. Llegué al cabo de Gracias a Dios, y de allí me dio Nuestro Señor prospero el viento y corriente Esto fue a 12 de septiembre Ochenta y ocho días hacía
que no f!.le había dejado espantable tormenta, atando que no vide el soJ ni estreHas por mar; que a los
navío~ tenía yo abiertos, a las velas lotas y perdidas aliclas y jal cia, cables, con las baleas y muchos has.
timentos, la gente muy enfelma y todos contritos y
muchos con plomosas de religión y no ninguno sin
otros votos ni romerías. Muchas veces habían Begado a se confesar Jos unos a los otros Otras tormentas se
han visto. mas no durar tanto ni con tanto espanto. Muchos esmOl ecieroR. harto y hartas veces, que te·
níamos por esforzados. El dolor del fijo que yo te·
nía aHí me arrancaba el ánima, y más por verle de tan nueva edad de bece años en tanta fatiga y du–
rar en ella tanto. Nuestro Señor le dio tal esfuerzo que él avivaba a Jos ollos y en las Oblal:; hacía él
como si hubiera navegado ochenta años. y él me con– solaba (1).
Esta carta, de la cual hemos citado un fragmento, fue fechada en la isla de Jamaica el 7 de julio de 1503 Erradamente se ha creído que Diego de Porras en su Relación del Cuarto Viaie de Colón -escrito en San Lúcar el 7 de noviembre de 1504- es, después del Al– mirante, el segundo que da noticias sobre la gente que se encontraba habitando en aquellos tiempos la costa atlántica. Esta afil moción tenía su base en ra creencia tradicional de que Cariay se encontraba en la costa de Jos mosquitos Pelo lotroph, entre atlas historiadores, ha demostrado que dicha provincia quedaba cerca de Puelto limón, o sea en territorio costarricense
Los "puertos é gatos monteses" de que habla de Pon as en su Relación no los vio, pues, en el sitio en que hoy quedan actualmente los puertos de Bluefields y San Juan del Norte Ni siquiera las muieres indige· nas que "traían collares colgados de la cabeza a las espaldas", según la corta de Colón citada arriba, vivían en territorio nicaragüense porque también fueron vistas en Cariay Por lo tantó, ninguno de los dos fueron los primeros cronistas que informaron sobre los indios que en aquel tiempo vivían en el que sería nuestro territo– rio nacional.
3 -TESTIMONIOS, CARTAS DE RELACION
y DEMAS DOCUMENTOS
Este nutrido matelial, aparte de su posible valor literario, ofrece una variada y rico visión de la vida y
los sucesos de la época y se ha recogido mínimamente entre otros libros recopilados por extranjeros en la Colee– ci6n de Documentos referentes a la Historia Colonial de
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