This is a SEO version of RC_1968_10_N97. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »III
SITUACION DEL TEATRO ENTRE 1790 Y 1870
A finales del siglo XVIII y en los principios del XIX, con el advenimiento de las ideas democráticas y liber~
tarias, apareció un teatro enciclopédico, afrancesado y
obsceno que se distinguía por su exageración e ¡nsin· cel ¡dad Este ambiente teatral encontró, setenta u Dchen· ta años más tarde, un notable arraigo en el raquítico, afeminado y llorón repertorio de representaciones ro– mánticas producidas seguidamente Con claridad se ob– serva que casi todas las obras nacionales producidas en el siglo pasado (que no posaron dé la media docenal
fueron, además de carecer de la imprescindible estructu–
ra teatral y Ilasta de rasgos, carácter e intención dromáti– cas, vergonzosas Una de las que se libra de esa ver–
güenza pOI el dominio y la calidad del lenguaje es el "Diálogo de uno de los que llaman Serviles y el ciuda– dano CIelo Ordóñe.". firmada en Granada por el seudó– nimo Juan Solistagua; diálogo político-histórico que fue es– crilo "para conleslar a la refutación que éste (Ordóñez) creyó hacer en su papel que pul:¡licó en Sdn Salvador con fecha 6 de junio pp de 1825", es decir, con inten– ción partldarista y no teatral, que es lo que aquí inte~
lesa No puede considerarse, por tanto, obra de teatro ni pasar como tal
En un artículo escrito en 1937 Joaquín Pasos anota que Kasimir Khon ("el héroe de la independencia de Nicaragua") mantenía a sueldo a veinte compañías de cómicos que recorrían sin cesar las provincias de Centro América presentando clandestinamente funciones de una extremada obscenidad Una prueba de esto, salvo la que se conoce por tradición, es el testimonio que la ciu– dadanía leonesa obsequió a la "Compañía de FUl1ánbu–
los" -bajo la dirección de Pedro Serrate- cuando en 1849 tuvo un mes de brillante y lucrativa temporada "Es digno de hacerse constar -rezaba el testimonio re–
ferido- que en sus representaciones el público no se vio, como en otros casos, en la dura necesidad de tener que escuchar diálogos indecentes en perjuicio de la mo– ral y del buen gusto, ni de abstenerse de asistir al es– pectáculo" Basados en los testimonios de Squier y levy notamos que, salvo los tradicionales bailetes de la colo– nia (que continuaban representándose en Jos departa– mentos de Masaya, Granada, Carazo y Managua) el tea– tro era, durante esa época, una diversión de la cual se
gozaba muy poco en Nicaragua. Las compañías dra· máticas españolas y sudamericanos -en especial co– lombianas y venezolanas- recorrían las principales ciu– dades de la república representando comedias peninsu– 100es, zarzuelas y un elevado número de dramas france– ses traducidos 01 español Los cómicos y autores se ins-
talaban en las plazas públicas o, por falta de edificio especiol, en patios particulares Más frecuentemente que compañías dramáticas venían tínfireros, funánbulos o prestidigitadores y en los intelvalos, a menudo, artistas indígenas o nacionales intentaban dar alguna función Nada mejor para ilustrar lo dicho que el testimanio
de Squiel cuando relata una representación teatral que
presenció en León hace más de cien años, acto que fue anunciado como "Sagrada Función", llamado también Sainete y Misterio, que constituía la parte final de un espectáculo diferente a la divelsión taurina que había presenciado anteriormente la función se realizaba en un tablado de seis pies de alto -situado en uno de los costados de la plaza- con una división al fondo, sepa· rada por varios trapos de colores para uso de los {utis– tos y con armazón de madera
l
en el borde de enfrente llena de temblonas candelas de sebo Primero la or: questo, consistente en un sinnúmero de violines y clarine–
tes, obsequió
Q la concurrencia "'a música más lánguida del mundo". A continuación un joven bardo recitó, des– pués de hacer una referencia y explicar en prosa lo que diría en verso, un poema a Cristo "o quien dispensó gran cantidad de superlativos y cantó a nuestro Redentor de manero muy similor o como un doliente enamorado con– taría o su bienamodo" Después de la recitación son6 la música de nuevo acompañando ohora a dos hombres y tres mujeres que cantaron una lúgubre canción que el
ministro ignoró de qué se trataba Y por fin vino a lo
abra de teatro.
Una especie de drama tomado de la Biblia -narra textualmente- siguió al acto musical, en el que un cómico superficial y bullanguero tomó parte junto con otros figurantes Esto fue, con mucho, lo mejor del programa; el actor cómico, tipO extraordi· nario, se desenvolvió muy bien, pelO los que tenían
papeles serios, eran de verdad cosa muy seria. Esos actores declamaron con voz monótona, como autóma·
tas, sin ningún arte Una hora de manso sufriDlien· lo era más suficiente para un cristiano.
Durante la guerra nacional se suprimieron las fun– ciones teatl ales a excepci6n de las de los pueblos y pobla–
dos, y sólo continuaron su representación el resto de los
espectáculos de las farándulas ambulantes Albert Z Carr al referirse o la vida social granadina de esos oños, en efecto, dice que no había teatros, pero que algunas veces actos de variedad británicos -acróbatas, cantores, poyasos- daban sus representaciones y que uno podía salir ocasionalmente para ver en un villorio una función sagrada --especie de auto sacramental- muy divertido para los sofisticados de la ciudad
64
This is a SEO version of RC_1968_10_N97. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »