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« Previous Page Table of Contents Next Page »paso tan trascendental que se hab~a dado, si~ que CO~
tara derramamiento de sangre y para que DIos ilumi– nara a todos".
Cuando se estudia el movimiento independientista de San Salvador, se comprueba que aquellos: patriotas no esperaron a .que se consolidasen las extensas ra–
mificaciones del movimiento, ya que los partidos de
Santa Ana, San Vicente. Sansouate y San Aliguel con~
denaron la acción del 5 de noviembre de 1811. y de
inmediato realizaron actos de ostensible sumisión a España. Zacatecoluca y Metapán sí aprobaron el mo–
vimiento. pero en realidad, éste había fracasado por la
acción de los partidos inconformes, no obstante que San Salvador estuvo sin autoridades casi UDa semana. Se Inició el martirologio de los patriotas salvado– reños cuando el nomQrado eorregidor intendente J o~
sé Maria Peynado y el juez de comisión, coronel José de Aycinena, sustanciaron el proceso contra los "se– deciosos"l aunqUe el juicio a que se les sometió fue corto, ya que fueron dados libres en enero de 1812, La repercusión de lo ocurrido en San Salvador fue de consecuencias en otros partidos de la provincia, comprobándose que no b.abía sido infructuoso el ejem plo de Jos patriotas de Ja capital. El 17 de noviembre de aquel "a,ño se registró UDa sublevación en Usulutánl y como resultado de los desórdenes. el subedelegado Manuel Barroeta permitió a los reos considerados co– mo cabecillas a Jo cárcel de San MifUeI.
En la misma techa -17 de nOVIembre de 1811– se vio conmovida Santa Ana por una asonada en la que participaron Anselma Ascencio, Juana Evangelis–
ta Juan de Dios Jaco, Lucas Morán. Francisco Reina, B:uno Rosales y otras personas Ese movimiento fue considerado por las aut~ridades como ·'de. ~an pu– janza". y tuvo como consecuencia la reJnlS10n a la cárcel de Cadenas de esta capital de los autores de la asonada. La mayoría de los reos salió libre en 1821; sólo el cabeciUa de aquella acción. Francisco Reina. permaneeió en la cárcel hasta 1818. .. . En la misma ciudad de Santa Ana se registro sIete días después, el 24 de noviembre~ una sublevación con– tra la autoridad local. siendo sus plincipales promoto~
res José Agustín Alvarado, Leandro Antonio Fajardo, José Galdámez Morán. BernaI:do Letona. Vicente Fa· jardo. Antonio López, Juan Ubaldo Ortega, Seberino Posadas l Vidal Antonio López y Marcelo Zepeda Fue– ron consignados a la Capitanía General el 3 de diciem· bre de ese año, Se les sometió a Consejo de Guerra y el Triblwal los sentenció a deportacíón con destino a los castilos de San Felipe, San Carlos. Trujillo y Re– medios (Petén) RecobrarOn la libertad hasta 1818 Por lo que informan los documentos del Archívo General de la Nación, es para el investigador indu– dable que donde repercutió con mayor pujanza el mo vimiento independentista de San alvador fue en Ni· caragua, provincia en la que se registraron sucesos de gran trascendencia.
Las acciones contra las autoridades se iniciaron en la ciudad de León el 13 de diciembre de 1811. y el 24 del mismo mes en 'Granada. siendo admirable cómo las actitudes independentistas se extendieron en el curso de pocos días a Masaya. Nueva Segovia, Villa ete Rivas y fuerte de San Carlos. habiendo sido toma– do este fuerte mediante un movimiento sorpresivo de los contingentes granadinos el 8 de enero de 1812. Ya en el plan de abierta subversión fueron obliga– dos a abandonar los cargos que servían los empleados españoles. quienes se retiraron a Masaya. Al ser oro ganizadas Juntas de Gobierno en León y en Granada fueron suplimidos los tributos
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las alcabalas y los quintos que favorecían a la monarquía españolaj se de– claró Jibre la navegación comercial por el Gran Lago v. el río San Juan. aboliéndose tamóién otras obliga– CIones a que estaban s'Ometldos los comerciantes para el intercambio de sus mercaderías
Elementos principales en las acciones registradas en Granada, y por las que tanto hubieran de padecer poco después. fueron: CIelo Bendaña. Telésforo Ar.
güeUo, Gregorío Bracamonte. Pío Argüello Vicente Castillo, Juan Cer~a. Francisco Cordero, Jósé l\lanuel de la Cerda. Joaquln Chamorro. Manuel Antonio Cer– da, José Dolores Espinosa. Faustino Gómez Pedro Guerrelo, Miguel Lacayo. Tomás Madrid, Le'ón MoU– na Manuel ParrilIal José O' Horán. José del Calmen Rivera, Gregorio Robledo. Silvestre Silva, Juan Dá~
maso Robledo, presbítero Benito Soto.
Al ser iofOl mado el Capitán General de los graves sucesos que se registrab,an en Granada. Oldenó la for– mación de un ejército para combatir en su propia pla– za a los "sediciosos", y el 12 de Abril de aquel año
-1812- los granadinos derrotaron a los ejércitos de las tropas realistas..
El 28 del mismo mes. des;pués de un día de ata– ques y contraataques. las fuerzas que defendían a la monarquía ocuparon la plaza de Granad Allí se de– rramó abundantemente la sangre de los patriotas que defendían sus dereehos, su suelo.
Los vencidos independentistas fueron envIados hasta esta ciudad a pie en una jornada que duró casi dos "me'ses. La escolta que forzosamente compartía los sinsabores de aquellas 23 sombras agonizantes. les dio en todo el trayecto el peor de los tratos. A fines de Julio de 1818 continuaron en sus padecimientos al ser sacados, con grillete al pie, hacia los presidios de Tr'u. jillo. La Habana y Cádlz
TodáS las sublevaciones contra las autoridades de la colonia teniáD su orl~en en el descontento general que {lrevalceía por el mal trato y los abusos cometidos contra los cnollos por 105 empleados lle origen espa– ñol que ejercían mando o influencia en la totalidad de las provincias.
Otra acción en la que se comprueba ese desconten– to del pueblo y que se considera como repercusión del movimiento de San Salvador de 1811, fue la ejecutada el 20 de diciembre de ese año por los comisarios A.· nastasio Reyes. Isidro Cabrián y Juan Moralesl quie– nes al frente de muchos hombres armados tomaron el cuartel de Sensuntepeque deponiendo al subdelega· do. Allí destruyeron los depósitos de tabaco y aguar~
diente; sin embargo, esos hombres' en vano esper!U"0n que los secundara la gente comprometida del propio lugar y de Guacotecti; fueron dominados por fuerzas superiores en número y armamento. viéndose obligados a buscar refugio en San Salvador donde se les captu– ró, siendo confinados en Omoa. Los demás revolucio· nal ios 'Sufrieron pena de picota y cincuenta azotes al tratar de ocultarse en San Vicente.
En los dias 1~ y 29 de enero de 1812 Se registró una sublevación en Tegucigalpa Trascendió la noti– cia ele que fray .José Antonio Rojas o.f,m, congrega ba su celda a las personas que por una u otra causa estaban inconformes con la actuación de la autoridad local. actividad que tendía a que Se fOlmase u~a Jun– ta de Gobierno integrada por criollos y mestizos. El autor de las proclamas -sediciosas lue Julián RomelO, a quien juntamente COn el fraile Rojas se les acusó del delito dé sedición. privándoseles de la libertad. Las sublevaciones continuaron estremeciendo a las reales autoridades La de Chiquhnula fue el 23 de fe· brero de 1812 Esto prueba que las ramificaciones del luovimiento eran extensas'. mas esos soñadores de la libertad también fracasaron en su intento
La persecución de la autoridad contla los insur–
~entes fue implacable. A varios de ellos se les remi·
tió con griUete al pie a la fortaleza de EJ l\lorro, en La Habana; Ot1'05 a 19s plesidios de TI ujmos al de Rcmediso (fetén) y San Fernando de Omoa. Pocos fuelon los que permanecieron en las cárceles de Gua– temala hasta el año de, 1819
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en que fueron dado ]i–
b.·es por indulto.
El martirologio a que se sometía a los varones ~e
alma libre que en nuestro suelo soñaban con Ja inde pendencia, era a manera de acicate que aviviba más y más sus sentimientos de patriotas Cada asonada, ca· da sublevacíón. cada intentona revolucionaria en vez de crear el temor por 105 rigores de las persecusiones,
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