Page 53 - RC_1968_08_N95

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clon fuerte que encontraron. Por la razón inversa, esa misma minoría liberal fl'acasó después, como lo veremos, en la constitución progresista de Guatema– la, y, por consecuencia obligada, en la estabilización definitiva de la Federación centroamericana, En cuanto a la actitud de las autoridades el 15 de setiembre, hay que decir que lo que hicieron fué ple– garse a la gran fuerza de los acontecimientos, Gaín– za, que pretendió jurar la Independencia con sujeción al Plan de Iguala, por el que México se iba a erigir en una monarquía constitucional independiente de Espa– ña, se vió obligado por la presión popular .a jurar la Independencia absoluta de España, México y cualquie– ra otra nación, aunque no por eso abandonó, claro es–

tá, su propósito de anexión a México, descubierto en sus actividades posteriores, Esa fué la actitud de to– dos los funcionarios y empleados españoles o españo– Ii:stas.

7,-REPUBLICA E IMPERIO (1821-1823).

Vamos a entrar ahora al estudio de la época en que la opinión de Centro América se dividió entre la in– dependencia l'epublicana absoluta o la anexión al Im– perio Mexicano, y que por comodidad y facilidad lla· maremos período imperialista, asignándole a este vo· cablo un significado puramente de opinión política, Una circunstancia: la de la dificultad y lentitud de comunicaciones, permite ver, una a una e indepen– dientemente, la reacción propia de cada ciudad o villa centroamericana ante la noticia de la Independencia proclamada en Guatemala. Pero vamos a dar antes Una explicación necesaria para la correcta compren– sió!n de esas reacciones: debe recordarse que el des– arrollo histórico colonial de Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, produjo, como lo acabamos de ver, sociedades simples, sin grandes y bien marcadas diferencias de intereses, y más bien unidas en el sen– timiento adverso a Guatemala. Preponderaba, pues, en ellas, la conciencia de localidad -bien fomentada durante la Colonia y el período revolucionario- so– bre las conciencias particulares de grupo o clase, di– fusas por falta de una libre y completa evolución so– cial. Así, sus divergencias políticas internas, en los pdmeros tiempos de vida independiente, obedecieron sobre todo a las tendencias que llamaremos autono– mismo provincial y guatemalismo. La primera era la de los que, deseando cambios y progl'esOS para sus pueblos, se daban cuenta de que la condición primera para ello, era la relativa emancipación de la tutela guatemalteca, ejercida en su perjuicio durante todo el coloniaje. La segunda, la de quienes repugnaban la autonomía, porque intuían con su obtención la can· celación de su posición y funciones (exfuncionarios es– pañoles o españolistas y grupos ligados al mecanismo burocrático colonial), o de ciertos privilegios de orden feudal colonial (el clero). Los primel'os, que repre– sentaban la tesis progresista, la que convenía de ver– dad a las exprovincias, y por eso estaba llamada a pre– ponderar en ellas, tomaron el banderín liberal. Mar– chaba a su cabeza la minoría intelectual avanzada y luego iban todos los grupos conscientes de que era ne-

cesado, para el buen desarrollo de sus intereses y opi– niones pl'Ovinciales, la adopción de formas liberales en la economía y la administración, y como primera entre ellas, la liquidación de la potestad colonial de Guatemala. Los segundos, funci·onarios y miembros del clero, se valieron de las incultas masas criollas e indígenas, urbanas y l'urales, que levantaron invocan– do la defensa de la Religión, recurso tan explotado ,iempre para ocultar la defensa de intereses muy di– ferentes. Ya con esta explicación, podremos compren– der bien los hechos suscitados en Centro América en. el pel'íodo imperialista.

En San Salvador se juró la independencia absolu– ta en 29 de setiembre, y como el grupo liberal progre– sista acordara, por medio del Ayuntamiento, la crea– ción de una Junta subalterna económica y consultiva, tendiente desde luego a ampliar la autonomía salva– doreña, algunos clérigos se opusieron a ~\:~.naso y pro– movieron varios tumultos populares, f~:!.;k~jo inter– venir el Jefe Político Barriere, quien pustípresos a los flirigentes liberales y canceló las eleccion~f que se pro– yectaban. Llegado el cura Delgado -simpática figu– ra republicana y progresista- desde Guatemala, co– misionado por la Junta constitutiva, expulsó a ~arrie­

l'e, puso en libertad a los presos e instaló la Junta Pro– vincial que demandaba el sentimiento localista pro– gresista del pueblo. En Honduras algunos pueblos, encabezados por Comayagua, donde preponderaba el elemento burocrático peninsular y españolista, procla– maron la Independencia; pero junto con la Indepen· dencia de Guatemala y uniéndose al gobierno impe– dal de México. Otros departamentos, con Tegucigal. pa a la cabeza, siguieron a Guatemala. La razón que llevó a Tinoco, Intendente de la provincia de Hondu–

r~, a acordar la sujeción a México, es, en el fondo, la mIsma que movió a los funcionarios y clédgos salva. doreños a oponerse a la autonomía provincial del Sal– vadol'; el miedo o recelo de que, con los cambios so– brevenidos, les fuesen cancelados sus privilegios. "Esto lo hacía Tinoco -dice el historiador Vallejo refiriéndose a la anexión hondureña a México- con la mira, sin duda, de pertenecer siempre a un c~ntro

lejano"; esto es, con la mira de justificar y garantizar su posición y funciones :sociales y políticas. En León de Nicaragua, el Intendente, el Obispo y el Coronel de milicias -valga decir, la burocracia y el clero-, declararon el 11 de octubre la separación de Guatema. la, y el 21 del mismo mes la adhesión al Plan de Igua– la, lo mismo que Comayagua. Mientras tanto Granada . '

lUI'aba la Independencia, manteniéndose unida a Gua-

t~mala. En Costa Rica se decidió por la independen. cla absoluta de España y la temporal de León y de Guatemala, sus dos autoridaes superiores en pugna, hasta tanto no se normalizasen las cosas asumiendo así, de hecho, la autonomía local en for~a absoluta, por lo pue procedió a la instalación de una Junta que

1m 1822, fué sustituida por otra de elección popular la que fungió hasta el año 23. '

Ese fenómeno de aislarse y autodeterminarse ca– da región al desaparecer la autoridad de la Península

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