Page 51 - RC_1968_08_N95

This is a SEO version of RC_1968_08_N95. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

la y de la cantidad de vicarías, curatos, cofradías y d.octrinas que en su diócesis había: dos datos que, por sí solos, dan un aidea de la importancia y la influencia sociales de los grupos religiosos. Y para dar más cla– ra cuenta de ello, piénsese que sólo en la ciudad de Guatemala existían los siguientes conventos: Santo Domingo (fundado desde 1529), San Francisco (desde 1528), Nuestra Señora de la Merced desde 1557), la Compañía de Jesús (desde 1561), San Juan de Dios (des– de 1556), Nuestra Señora de Belén (desde 1653), Cristo Crucificado y San Felipe Neri (estos dos últimos pos– teriores). De esos conventos, los dos más antiguos., el de Santo Domingo y el de San Francisco, se contaban entre las más ricO's propietarios de empl'esas en gran– de, de azúcar, ganado y minas. Aunque no en igual grado que en Guatemala, la Iglesia constituyó también un grupo preponderante y con cierta fuerza social en el resto de Centro Amélica, no tanto por su poder eco– nómico, como por su influencia moral sobre la pobla– ción.

En cuanto a los hacendados y comel'ciantes, tam– bién tuvieron su mayor auge en Guatemala, donde la existencia de numerosísima mano de obra y la política favoritista de las autoridades peninsulares, permitían un mayor desarrollo de las actividades agrícolas, pe– cuarias y mineras y garantizaban un l'elativo éxito en el comercio interno e interprovincial. Esos grupos formaron la llamada aristocracia guatemalteca, en la que formaban las familias criollas más distinguidas y poderosas: los Aycinena, Pavón, Arrivilliga, Nájera, .Juarros, Gonzále~ Batil"es, Barrundia, M(~.'Úfar, u.

L'ruela, etc. El rasgo más importante, tanto de estos aristócratas, como de los grupos eclesiásticos guate– maltecos, es el contenido feudal de su modo de vivir y de pensar. Expliquémonos el por qué de ese conte– nido. Hemos visto atrás cómo fué de exiguo el comer– cio exterior de Centro América y cómo ese hecho in– fluyó decisivamente en el retraso económico del Istmo. Cerrados los mercados externos, la producción se en– cogió, por falta de colocación, hasta los límites mismos del consumo local. Y no pudo desarrollarse la rique– za numeraria o mueble. Socialmente.. esto quiere de– cir que no pudo formarse una clase o grupo mercantil fuerte e independiente. como los que se formaron en otros lugares de América, donde el comercio exterior, si bien reducido por el monopolio peninsular, sí fué capaz de importar riqueza numeraria. Por ejemplo: Chile, el Perú, La Plata, Nueva Granada, etc. En to– dos estos lugares surgió una joven burguesía agraria que fué, por cierto, la impulsora de la Independencia. Clase agraria, por cuanto era propietalia de fundos y haciendas susburbanas y rurales, que constituían la base de sustentación de sus actividades; pero clase de– finidamente burguesa, también, por la preeminencia de sus intereses comerciales sobre la puramente territo– riales de sus propiedades. En Centro América, en cambio, los grupos propietarios iniciales de la Colonia (encomenderos, órdenes monásticas, etc.), no habiendo podido saborear los frutos jugosos del comercio, ni si· quiera podido verlos saborear por las compañías penin– sulares monopolistas, no se aburguesaron y peI'mane– ciel'On rígidos dentro de los intereses y opiniones pu-

l'amente feudales con que iniciaron su desarrollo co– lonial. Ciertamente, el comercio existió, pero no n grado regular y suficiente como para hacer preponde– rar la riqueza numeraria sobre la inmueble, el interés comercial sobre el territorial, la opinión liberal sobre la feudal. Este hecho es de importancia máxima en la sociología centroamericana, y explica fenómenos históricos como el carácter pacífico de nuestra Inde– l)endencia y el predominio del Partido Conservador en Guatemala hasta 1871.

En las otras provincias también se formaron cla– ses criollas con preponderancia social, aunque no tan– ta como para ser reflejada en una orgullosa concien– cia clasista alistocrática. Menos pobladas, más aisla. das aún que Guatemala y constantemente abandona– das, cuando no vejadas, por las autoridades y oligarcas de la exclusivista Metrópoli, el desarrollo económico de dichas provincias no fué suficiente como para mar. ear diferencias sociales tan rígidas e ill(,,'tucionaliza-

J '." das como las de Guatemala. Desde lU't,~rj.;~,-:.; diferen-cias entre españoles, criollos e indios sí ""~. fistían, pero aquÍ no nos referimos a ellas, sino a las r~\"ultantes de la división del trabajo social, que fueron Ías operado– ras de los subsiguientes movimientos históricos rela– cionados con la Federación, que luego vamos a exa– minar. La diferencia entre españoles y criollos sólo tuvo importancia en el problema de la Independencia, cuando ellos represetnaron, respectivamente, el espa– ñolismo y el autonomismo. Liquidado ese problema, la diferencia aludida desapareció como factor de la historia centroamericana. En cuanto a la diferencia entre criollos e indios, nunca tuvo importancia en los movimientos históricos del Istmo; los segundos fueron empleados como simples instrumento guerrero y elec– cionario indistintamente, por los dos bandos en que se dividieron los primeros.

y siguiendo con nuestro interrumpido análisis: clase de artesanos, de verdad definida, sólo existió en Guatemala -si bien hubo grupos de artesanos en otras ciudades del Reino- como consecuencia de una vida urbana más evolucionada. Desde el año de 1556, el Ayuntamiento de Guatemala inició la reglamentación de los gremios, por medio de cursos, exámenes, libran– za de títulos. vigilancia gremial, etc" adoptando el sis– tema europeo de jerarquía y períodos para el ascenso. lEn 1797, la Sociedad Económica intentó organizarlos dentro de un reglamento general, pero el proyecto nO se cumplió por haberse disuelto la referida entidad. Finalmente, en 1811, el Ayuntamiento comisionó al Al– férez Real don Antonio de Juarros para la elaboración de un proyecto de ley sobre esa materia. Ese Regla– mento Gremial, que no se aplicó por haberlo reproba– do el Presidente Bustamante, tiene un carácter mar– cadamente social, y en el fondo prepondía a impedir la entrada del campesinado en los gremios y la salida de los artesanos de él. Tendencia conservadora como !;sa, sólo se explica, en 1811, por el pensamiento fen– :lal a que hemos aludido. de la clase dominante. Co– l'rectamente, el historiador Salazar atribuye las ideas de Juarros, vertidas en ese Re.glamento, el hecho de que estaba "ofuscado todavía por sus preocupaciones de casta y de familia". Después de los grupos cita-

14

Page 51 - RC_1968_08_N95

This is a SEO version of RC_1968_08_N95. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »