This is a SEO version of RC_1968_08_N95. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »-caso mucho más corriente- cuándo permanecía en aparente desinterés ante las necesidades y los proble– mas de las provincias, pOlO la imposibilidad económica de actual'.
Pero estas distinciones sólo pueden interesal' a quien quiera constituirse en jUez de la audiencia. Para el estudiante que invéstiga hechos y nada más que he– chos, los inÜ'esados, realmente, no es hacer tales dis– criminaciones, sino constatar que las provincias cen– tl'oame1"icanas no las hacían tampoco; que sus vecinos a quien inculpaban y demandaban rectificaciones, en sus protestas públicas, era a la Audiencia, sin pl'eO'l:m– parse por averiguar si tal estanco o tal im.puesto pro– venía por simple trasmisión o por verdadero' ol"igen, y en este último caso, si voluntari.amente o no, ,de aquel cuerpo. Lo cual era muy natural, porque estaba con– forme con las apariencias, que es lo decisivo, sobre todo cuando son tan grandes comn aquéllas y l'efe;;.'i– das a ¡JUeblos incultos y remotos como eran los centro– Ilmericanos. Además, como en la Audiencia aparecían frecuentemente guatemaltecos de los "aristócratas", el resentimiento provincial lógicamente tenía qne en· derezal'se contl'a la misma Guatemala.
A fin de cuentas, que la Audienci.a, pUl' cuanto era la encarg'ada del cumplimiento de órdenes molestas y
g'ravosas en Centro América, que le venían de la Pe– faÍnsula o le imponía la fuerza de ciel·tas ciTcunstau– cñas que ahora vamos a estudiar, y pOi' cuanto tam– bién, muchas veces, hacía prepnndel'ar los intereses especiales de 'Guatemala en detrimento de los de las demás proVÍnicas, se fué captando el recelo y la ani– mosidad de estas últimas, en parte justificada, y en parte, injustificadamente,
lLas lIlircunstancias que hemo¡¡¡ mencilma«!o como iIlue obligaban a veces a la Audiencia a imponer nue· vas carg'as, o a abstenel'se de intervenir en las provin– cias del Sur, cuando su acción era impl'escindible y
solicitada, las constituía, en dos palab¡'as, la pobreza del Reino y del lEral'Ío. NatUl'almente que eso era consecuencia l'igurosa y obligada de la falta de comer– cio exteriol' de Centro América, lo que no permitía la importación de l"iqueza, como bien lo decía el Presi– dente Salazalt', en 1767, en l)árrafo que dejamos con– signado atrás.
Dan Juan 13. :n:risal'J.'~, ¡¡muado!" y dueño de una de las casas de comel'cio más ricas de Guatemala y dis– tinguido eSCl.'itor en materia de Economía Política, de– cía en JLA GrAVE'fA DE GlUATlEMAJLílI., en ¡800, des– pués de hace¡' PI'OUjO estudio sobre el ruec::¡imiento del cultivo de las tintas: "Sin ningún ramo [le exh'acción, ¿qué esperanza nos QJ(ueda de que le entre alguna pla– ta a este miserable Reino?,. ¿Cómo o de qué mane.t'a se podrá sostener sin padecer un trastm'üO general?" lEsta situación tan negramente pintada pOl' Ii'isarri ve– nía l'ealizándose desde algunos años atrás. Así vemos ciimo la alcabala mal'itima que en 1"J94 había pJ.·oduci– iIo 51.873.5 pesos, en 1799 no alcanzó más que a 1.056,1,
~esos; es decir, fiue se redujo en sólo cinca años a me–
nOS del 2%. Y {lesde estos últimos años del siglo
XVln, la situación económica y fiscal del Reino se fué agravando progresivamente: en 1808, el comercio ge. ne,·:.';l no ascendía anualmente ni a un millón de pesos,
y en 1819 el 11éficit anual de la administración llegó a los 250.000 pesos, amén de una deuda que pesaba so– bre ella de 2 milhmes de pesos por adelantos hechos por la Real Caja de México.
'Eal escasez de fondos debió necesariaIl1ente refle.
jarse en la política de la Au.dienci.a, induciéndola a la fl'ecuente imposición de nuevas cargas fiscales y obli– gándola a abstenerse de emprender plan u obra algu– na de fomento en las provnncias. Ahora bien, COmQ
las condiciones de Guatemala, si bien nunca habían sido tan negras como en estos últimos años, no fueron dm'adas en ninguna época, nunca tampoco contó la AudIencia con medios suficientes para adoptar una po– litica diferente, más en consonancia con las grandes y
varia~as necesidades de las pl'ovincias~, •.,No hay que olvidar, a este respecto, las dificultade;,:~i\, comunica– ción y demás condiciones geográficas ti«{::-§as del Ist–
mo, para el establecimiento de una relat¡! ón constante
y efecvita de las autoridades radicadas
l? ~~, Guatemala, con todas las poblaciones y núcleos sometidos a su ju. risdicción, pOl'que este hecho constituyó otro gl'an obs– táculo para una buena labol' de la Audiencia. Recuér– ilese que en él, precisamente, basó el diputado López
de la Plata, en 1814, su solicitud Ilara que Nicaragua
y Costa Rica, que eran las provnl1cias más alejadas y abandonadas, se independizaran de Guatemala y fue– l'an constituidas en Capitanía General.
Faltando, pues, la dirección y el apoyo de las au. toridades supel'iQres, el desarrollo económico en Ceno tro Amédca se vió del todo confiado a los débiles es. fuerzos y codos elementos matel'iales con' que conta. lOa individualmente cada región o localidad. Pero es– to era lo mismo que nada, ya lo hemos visto: las riva. lidades e intereses contradictorios Que el defectuoso sistema administrativo Cl'eaba y fomentaba hacían en . '
absoluta negatorias todas las gestiones locales. Como ejemplo de esto, que nos servirá también para justifi· cal' lo dicho sobi'e ciertos aspectos exclusivistas de la
~)olitica de la Audiencia, vamos a hacer cita rápida de la ol'Íentación y carácter de esa política con respecto a Costa Rica, qne es la que mejor conocemos. Guatemala fué dm'aute el coloniaje, franca o en– cubi.ertamente, opuesta a todo lo que significara para Costa Rica un paso fUera de su miseria: ahorcó total– mente el comercio que desde los primeros años de la Colonia se inició con Panamá, imllOniendo impuestos exil'uol'dinarios y otras trabas especiales a la exporta– dón y la impoJ:tación, negando, en 1811, hasta prohi– bido abiertamente, en momentos en que dicho comer– eio aumentaba y se hacía decisivamente importante por la introducción de géneros de Jamaica. Esta últi– ma d~spnsici.ón dio lugar, por cierto, a una protesta con,juuta de todos los Ayuutamientos costarricenses, en la que se recriminaba fuertemente a la oligarquía guatemalteca, por atribuÍl'sele la paternidad de dicha prohibición. Efectivamente, esa política de la Audien– da, prolongada durante todo el coloniaje, obedeció.. .. al propósito localista de proteger a las familias po·
This is a SEO version of RC_1968_08_N95. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »