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ESTUDIO . HISTORI(O~SO(IAL·

SOBRE

EL ORIGEN YDISOLUCION

'DE LA FEDERACION CENTROAMERICANA

l.-EL AspJbTO GEOGRAFICO

Queremos empezar, para que no falte ningún ele– mento en el estudio del origen y disolución de la Fe– deración Centroamericana y para presentarlos ordena– dos todos ellos, por un rápido examen del escenario geográfico en qUe tales hechos se verificaron, conven– cidos de la importancia del factor ambiental en las ¡'elaciones de sociedad.

La América Central está constituida por una faja larga Y estrecha de tierra que sigue la (lirecdJión NOl'·

oeste a Sudeste. La atraviesa una cordillera central principal, que siguiendo igual orientación la divi~e ,en

~os vertientes de extensión y caracteres muy dlstIn· tos: la del Pacífico, que tiene 3D leguas de anchura. y

la ,del Atlántico que alcanza hasta 80 leguas. Natural– mente, la primera, por razón de su misma estrechez relativa, es muy accidentada: desde las orillas del mar, las montañas se elevan a grandes saltos, hasta alcanzar alturas de 2.000 y 3.000 metros, formando rápidas pt;n· dientes, depresiones y pequeñas mesetas que se suce– den en escalón. En cambio la segunda, al extenderse más ampliamente, forma espaciosos valles, perpendi– culares a la costa algunos, y otros longitudinales con respecto al Istmo, que se extienden entre las deriva· ciones de la Cordillera principal y entre algunas mon– tañas secundarias independientes. Finalmente. dicha vertiente, al acercarse al mar, forma insalubres y di– fíciles manglares, pantanos y ciénagas. otra diferen– cia importante entre las dos secciones, es la determi– nada por el desigual réginlen pluvial: en la del Pací– fico, las estaciones seca y lluviosa se suceden con re– lativa regularidad en el transcurso del año, mientras que en el Atlántico, por estar expuesta a los vientos alisios del Nordeste, las lluvias son casi continuas, y

sólo ciertas circunstancias locales o accidentales pero miten la existencia de cortas estaciones secas. Abora bien, las fundaciones coloniales se concen· traron, salvo excepciones sin importancia histórica de– cisiva, en las mesetas altas del centro del Istmo y en la vertiente del Pacífico, obedeciendo a la mayor salu-

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RODRIGO FACIO B.

HISTORIADOR· DIPLOMATICO COSTARRICENSE

bridad y mejores condiciones naturales de vida de di– chas regiones, y, generalmente, a la orientación gene– ral de las corrientes expedicionarias de la conquista. En efecto, las expediciones provenientes del Sur se hi– cieron todas desde la cindad de Panamá, esto es, con base en las costas del Pacüico, Así, Francisco Rer. nández de Córdoba fundó Bruselas en Costa Rica, y

Granada y León, en Nicaragua, sobre la vertiente oc– cidental. A su vez, las expediciones originadas en el Norte, especialmente las que vinierOn por tierra desde México, Se encauzaron principalmente hacia dicho lado, orientación qúe se hiz0 definitiva cuando Pedro de Alvarado fundó la primera ciudad de Guatemala en el centro de las mesetas altas formada por la Cordillera principal, y estableció en ella su centro de operacio– nes. Con base en dicha ciudad, el mismo Alvarado, o sus tenientes, fundaron luego una serie de villas en la referida vertiente occidental: San Salvador, San Mi– guel, etc. Ciertamente, las expediCiones que vinieron por mar desde Veracruz fundaron algunas en el lito– ral del Atlántico; entre las más importantes, Trujillo (Francisco de Las Casas) y Gracias (Juan deChaves), pero todas ellas resultaron, en definitiva, una desvia– ción en la orientación fundamental de las fundaciones. Lo que se comprende por el hecho de que, al erigirse la Audiencia de los Confines en 1542, su sede se fijó primero en Gracias, posiblemente por ser sito de mu– 'cha accesibilidad para Nueva España y las Antillas; pero fué removida de allí escasos siete años después, y tras algunas inlportancia de las regiones central Y

occidental del territorio. en la realización social de las jóvenes colonias. Luego, los ataques y depreda– ciones continuas de piratas y filibusteros durante todo el coloniaje, forzaron el mantenimiento de esa situa– ción.

Pero debe notarse que todas esas primeras ciuda– des de Guatemala, Tegucigalpa, Comayagua, San Salva– dor, León, Granada y Cartago, alrededor de las cuales

y como nutrido o dirigido por ellas, se operó el des-' arrollo social colonial, no fueron fundadas atendiendo a determinadas necesidades económicas o a determina" das condiciones geográficas, lo cual hubiera sido parte

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