This is a SEO version of RC_1968_08_N95. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »Una mantenida tradición, explican la espontánea volnntad con que los países centroamericanos han se– guido colaborando en la magna tarea de estructuI'al' la unidad continental, mediante la enunciación y. o~
servancia de principios, que han venido a cons,titulr un Derecho internacional americano. y a trave~ de iniciativas y movimientos de cooperación de caracter pragmático; es la razón también, de que en las !l~n
ferencias y reuniones panamericanas, Centroameru:a haya dado una sensación de su unidad. en comuni– dad de intereses y coincidencia de aspiraciones, .co– mo una parcialidad solidaria dentro de la Orgamza– ción de Estados Americanos, con elementos bastantes -ideológicos. sentimentales y prácticos- para carac– terizar la existencia de una sola nación en el Istmo; así lo entendió el doctor Nieto del Río, delegado de Chile a la Conferencia interamericana de consolida– ción de la paz, celebrada en 1936 en Buenos Aires. al decir: "Las repúblicas centroamel:icanas están _ da~
do a la conferencia un hermoso eJemplo de solidarlo dad entre ellas, que se impone al respeto de todas las demás", Podemos agregar que, frente a los pl'O-
De excepcional actualidad es lo tocante al Mer– cado Común Latinoamericano. A lo lal'go y a lo an– cho de toda América se ha venido hablando con ,ma– yor frecuencia y más y más cada día d~ la neceSidad de la integración económica lati~oamer~cana Y .de la formación de un Mercado Comnn Latmoamerlcano. Con más acentuado propósito de re~l.ización, quizás. desde que en marzo de 1966, en Reumon que en lBu!?" nos Aires celebró el Consejo J[nteramel'icano lEcono– mico y Social. lanzó el Presidente de la RelJública Argentina, Aduro, JIllía, su p~opuesta de q.ue se cele· brase una Reunion de PreSidentes americanos para vigorizar los planes de la Alianza para el ll.'l'ogreso. Al lado del amplio mercado de 200 millones ~e
habitantes del país-continente que e;s los lEstados U.n!" dos de América. se proyecta dar VIda con la partIcl. pación de los ¡Jemás países Miembros de la Organi– zación de los Estados Americanos, al Mercado Co· mún Latinoamericano, con sus 230 millones de habi– tantes. Los Estados Unidos de América. el único país miembro de la O.E.A. que no formará parte de ese nuevo Mercado Común ha expresado su apoyo a esta revolucionaria idea. quizás la más trascenden– tal de las que en ete siglo se han externado con ten· dencia a afectar directamente la vida del mundo ame· It'icano.
La Cal'ta de )Punta del Este, que en agosto de 1961 estableció la Alianza para el Progreso. dedicó su Título Tercero a la Integración de la América Latina, Se reconoció en ese histórico documento, la necesi– dad de las Repúblicas Americanas de ampliar los mercados nacionales latinoamericanos. como condi. ción indispensable para aceleral' el proceso de des– arrollo económico del Continente y como medio ade– cuado para obtener una mayor productividad median– te la complementación y especialización industrial, facilitando así la consecución de mayor beneficio so– cial a los habitantes de las diferentes regiones. . Por ese entonces, Guatemala, El Salvador, IlIon· dUl'as y Nicaragua ya habían firmdo en Managua el
" ':"DA'VID'VEtA'
Jurisconsulto, Periodista, Autor y Conferencista Guatemalteco
blemas continentales, o dentro de estos, hay o pue– den haber puntos de vista cenb'oamericanos. que no empiecen para que nuestros países -nuestra antigua gran nación- formen con los demás de la América en un cuadro mayor. a su vez (lo.n1prendido en el ma· yor ámbito de la Organización de las Naciones Uni– das; la nuestra es una concjencia de pueblo y una resultante de mantenidas tradiciones, merced a la su· pervivencia de ing'l'edientes esenciales que antes' for– maron la Federación Central; ese espíritu dio naci. miento a la Organización de los Estados Centroame· ricanos -ODECA- y la mantiene como una entidad reg'ional de gran potencia solidaria y de beneficiosas
proyecci~l}es hacia lo por venir. De su capacidad de cooperaClon en el seno de la OEA puede darse como indice la "Declaración de principios SObl'e solirlal'idad
y cooperación interamel'icanas", apl'Obada pi" \~\ de diciembre de 1936 por la Conferencia interffgf;r/.::ana de Buenos Aires. declaración cuyos priiJ.ClV:(·;~ fue– ron formulados y presentados por las delegotLCiones centroamericanas, inspirándose en la tradición, pana. medcanista de su gran Nación.
t'CARLOS~A~~RA lmAlUlER
ExMini~tro de Relaciones Exteriores de Guatemala
y EmbaJador en los Estados Unidos y Canadá, Repre– sentante en la ONU y en la O.E.A. Autor y
Conferencista.
13 de diciembre de 1960 el Tratado General de il1te~
gración Económica Centroamericana, estableciendo el Mercado Común Centroamericano. Costa Rica se ad. hil'ió al Tratado el 23 de julio de 1962 es decir des. lmés de la suscripción de la Carta de Punta del' Este. Año y medio antes, ellO he junio de 1958. cuando quien esto escribe desempeñaba el cargo de Ministro de Relaciones lExteriores de Guatemala. se firmó en Tegucigalpa por los cinco países centroamelicanos el Tratado Multilateral de Ubl'e Comercio e j[ntegración Económica. . En el mismo año de 196~, el 18 de febl'el'o. los gobiemos de la República Argentina, Brasil. Chile, México, ll.'araguay. Perú y l[JI'uguay, suscl'iben :en
Montevideo el Tratado que establece una zona de
Libre Comercio e instituye la Asociació.n Latinoame· I'icana de Libre Comercio, conocida por las siglas ALALC. Posteriormente se adhieren al Tratado ,-de Montevideo los otros países de América del Sur mieDl bros de la Organización de los Estados Americanos, primero Colombia y Ecuador más tal'de lBolivia y Ve· nezuela.
. Es por tal circunstancia. que la Carta de Punta
del lEste hace referencia a dichos Tratados, i;econo– ciéndoles como instrumentos eficaces pa¡'a sus obje– tivos integracionistas. a la vez que estima recomen– dable el establecimiento de vínculos adecuados entre la ALALC y el Mercado Común Centroamericano "con miras a facilitar la integración económica en el ámbito latinoamericano". La Cal'ta de Punta del Es– te, con visión de futuro, no descuidaba señalar el de– n'otero lógico y conveniente de los países latinoame– ricanos para una mejor utilización de sus recursos, para su desarrollo económico, para su maYOI' benefi· cio y para poder competir en un mercado mundial que cada día actúa mas organizado y organizado en grandes bloques, en el que los pequeños países apenas si pueden defender sus intereses y cada vez con ma·
YOl' dificultad.
32
This is a SEO version of RC_1968_08_N95. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »