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« Previous Page Table of Contents Next Page »mirar cómo el Señor quiso convertir tan repentina– mente ,a estos pueblos.
Al volver de esta excursión, dirigióse el P. Fr. To– más de la Torre a Chiapa, en donde con mucha so– 1emnidad celebraron los Religiosos aquella Semana Santa. Estando allí llegó la confirmación que espe– raban de México, así como la convocatoria para el Capítulo Provincial que en aquella ciudad había de celebrarse en Septiembre de aquel mismo año. Reu– nió luego a los Religiosos, y con ellos confirió algu– nos de los asuntos que habría de presentar al Capí– tulo para el mejor gobierno de aquella Provincia. y
después de dar las instrucciones necesarias para lo que se, había de hacer en Su ausencia, dejando en– cargado el gobierno de los Religiosos al P. Fr. Do– mingo de Ara, partió él para México ~l 3 de Mayo, llevando por compañero al P. Fr. Jerónimo de San
Vicente, y también a algunos indios para que los hiciesen compañía en tan largo viaje.
No ponderaremos aquí los muchos trabajos e in– comodidades que por sus achaques y muchos años tuvo que sufrir el P. Fr. Tomás de la Torre en tan larga y penosa jornada, que toda la hizo a pie, como lo tenía por costumbre, sin admitir dispensación en esto ni en la abstinencia de carne. Pero antes de lle– gar a Mérico tuvo el gran consuelo de encontrarse con su Provincial, el P. Fr. Pedro Delgado, que le tuvo mucha lástima viendo el trabajo con que había hecho tan largo camino, doliéndose de sus fatigas con entrañas de padre; y conferenciando ambos so– bre las cosas de la Orden en aquellas tierras y el bien y progreso de sus habitantes, llegaron a la ca– pital de la Nueva España.
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CAPITULO PROVINCIAL CELEBRADO EN MEXICO EN 1547. - ASISTE A EL EL P. FR. 'rOMAS DE LA TORRE OUE ES CONFIRMADO EN SU CARGO DE VICARIO. - DANSELE ATRIBUCIONES ES– PECIALES 'PÁRA EL GOBIERNO DE LA ORDEN EN CHIAPA Y GUATEMALA. - EL P. FR. TOMAS DE LA TORRE ES ELEGIDO PRIOR DEL CONVENTO DE SANTO DOMINGO DE (UUATEMALA. -
MISION DOMINICANA A LA PROVINCIA DE ACALA.
En el Capítulo Provincial que se tuyo. ~n México, el 14 de Septiembre de 1547, al que aSlstio el p. Fr. Tomás de la Torre se aceptó como Convento (formal o formado) el de Santo Domingo ~e Guatemall!-, Y se nombró Prior al P. Fr. Tomás CasIllas.. Ademas f~e
ron asignados: Fr. Vicente Ferrer, Doml!1go de V: ICO , Domingo de Azcona, Francisco de la Pena, FrancIsco de Quesada, Matías de Paz) Pe~o de An~ulo, Juan de Torres, Cristóforo Pardane, DIego Hernandez y Juan Guerrero sacerdotes; Agus~ín de la Magdalena y Ga– briel de Santa María, acólItos.
"En el mismo Capítulo fué aceptada la Casa qe Ciudad Real, a la que se dió 'por Vicario a Fr.. Tomas de la Torre, y a laque se aSlg.n~ron: Fr. Domn~go de Ara, Alfonso de Villalba, Jerommo de San VlCe~te,
Vicente Núñez, Pedro de la Cruz, Alfonso de Portillo, Pedro Calvo y Diego Calderón sacerdotes; ':[ a ,Fr. Pe– dro Mártir, lego" (l). Y "para que en ~lngu~ caso fuese necesario acudir a México, por la dIstancIa del camino" en el mismo Capítulo se le dió al P. Fr. To– más de ia Torre autoridad de Provincial en todas las tierras de Chiapa y Guatemala.. .
Por lo anterior se ve la gran mfluencla que el P. da al P. Fra. Tomás de la Torre, comenzó a gozar ya Fr. Tomás de la Torre tuvo. en dicho Capítulo, ya que gran parte de él fué dedicado exclusivamente a las cosas de la futura Provi~cia. de San Vic~nte, la que desde este Capítulo, en vIrtud de la autorIdad otorga-cierta independencia. , Mas la influencia, virtud y letras del P. Fr. Tomas de la Torre, no se dejaron sentir solamente entre los Religiosos sino tamb;én entre los de fuera del Con– vento. El santo Obispo de México, Don Fr. Juan de Zumárraga, verdadero hijo del llagado serafín, como le llama el P. Araya, estaba ausente, por lo que no asistió al Capítulo. Llegó poco después de celebrado éste y cuando le fué a visitar el P. Fr. Tomás de la
Tor~e con su compañero Fr. Jerónimo de San Vic~nte,
luego echó de ver que eran forasteros, porque a todos los de México conocía muy bien; y así les preguntó en viéndolos, si eran de Oaxaca. Respondiéronle que no eran, si no de Chiapa. Y en oyendo esto, aunque estaba muy viejo y pesado, luego se arrojó en tierra derramando muchas lágrimas y diciendo: "¿De aque– llos santos, de aquellos santos que se abogaron? ¿De aquellos que por mis culpas no llegaron a mi obispa- (1) P. RemesaI. (2 ) P. Araya, Parte 11, Cap. XXIII.
do?" Viendo esto el P. Fr. Tomás de la Torre y su compañero, arrojáronse también en tierra pidiendo que les diese su bendición; mas el obispo deCÍa que no se levantaría si no se la daban ellos primero. Y
como no bastasen ruegos ni instancias para vencer la humildad del santo Obispo, abrazóse con él el P. Fr. Tomás de la Torre, y al fin vinieron a levantarse jun– to,s. Entráronse luego en un aposento, donde no ha– bla otra cosa que le sirviese de adorno más que libros'
y allí conversaron larga y fraternalmente por largo rato, saliendo los Religiosos muy edificados de las pa– labras del señor Obispo, tan humilde y tan hijo en es– ta virtud de nuestro Padre San Francisco (l). El nuevo Provincial electo en el Capítulo, que se llamaba Fr. Domingo de Santa María, encomendó al
~. ~r. Tomás de la Torre que predicase el domingo SIgUiente en el Convento. Súpolo el señor Obispo y
fuéle a oír con la llaneza que solía sin criados ni a– compañamiento; y quedó tan contento del sermón que no hallaba encarecimientos con que alabarle dig– namente. Comió aquél día en el refectorio con los Religiosos, sin permitir que le añadiesen una tortilla a lo que a los otros daban. Después de la mesa ha– blando con los Religiosos, se lamentaba no habe~ po– d!do asistir al Capítulo, como hubiera deseado; y con– tandole aquellos Padres lo que se había tratado y dis– puesto, como todo le pareció muy bueno, lo alabó mu– cho.
Desde que el Iltrmo. Sr. Zumárraga vió la prime– ra vez a Fr. Tomás de la Torre le simpatizó mucho
y le cobró especial cariño, el qU~ se aumentó después que le oyó predicar aquel sermón. Tras esto entró en deseos de suplicar al P. Provincial que aquel día estaba ausente, qué dejase al P. Fr Tomás de la To– rre por predicador de aquel convento. Dióse cuenta
d~ esto el P. FI:.
J~rónimo de San Vicente, quien pre–
v~no a! P. Provmclal los desec;>s que el Sr. Obispo te– ma; dandole a la vez muy efIcaces razones para que no lo hiciese, qor la mucha falta que el P. Tomás de la Torre había de hacer en Chiapa. Por estas mismas razones, cuando el Sr. Obispo llegó a pedirle que se quedase Fr. Tomás en México, se lo negó el P Pro– vincial, si bien manifestándole sentimiento por no poder darle gusto en aquello. El Sr. Obispo como religioso que era, acostumbrado a obedecer a ~us su– periores, ni hizo sentimiento alguno, ni replicó pala-
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