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FUNDASE, CONVENTO ,DE LA ORDEN EN CHIAPA. -:. VIAJE DEL PADRE FR. TOMAS CASILLAS A LA REGION DE SOCONUSCO. - NOVEDAD CON QUE SE HlALLO A SU VUELTA A CHIAPA. _ COMO SE
S01~UCIONO EL PLEITO DEL ENCOMENDERO DE CHIAPA. - EL P. CASILlLAS VISITA EL CONVENTO DE CINACANTLAN: PASANDO DESDE ALLI A RECORRER ALGUNOS PUEBLOS POR DONDE HA-
BlAN PASADO A SU VENIDA DE ESPAÑA.
El lunes después de la Octava de Pascua de Resu– rrección del año 1545, salieron de Ciudad Real los Padres Fr. Tomás Casillas, que como sabemos era el Vicario de los Religiosos, Fr. Tomás de la Torre. Fr.
Jordán de Piamonte y Fr. Jerónimo de San Vicente. Llegaron aquel mismo día a Cinacantlán. pueblo nu– meroso de donde los indios les sacaron de comer al camino' admirándose de ver que no querían comer carne, porque nunca habían visto tal ceremonia en los españoles. (1).
Como los Religiosos no sabían bien la lengua del país llevaban consigo un intérprete español llamado Gregorio de Pesquera, por medio del que les explica– ron brevemente los principales misterios de nuestra fe, cosa que hasta entonces nunca habían oído; en tanto que los Religiosos procuraban darles muestras de mu– cho amor y cariño, y les regalaban algunos objetos pia– dos,oy;, que los indi. \:(\ecibían con gran respeto y vene– raCIOno
Después de esto continuaron su viaje a Chiapa, de donde así como supo el Encomendero Que los Padres llegaban, preparóles grandioso y singular recibimien– to al estilo de la tierra, saliendo a esperarles casi a media legua; y con el mismo acompañamiento llegaron hasta la iglesia, que estaba muy enramada y adorna– da con flores. Después que por breve rato dieron los Religiosos gracias a Dios, acompañáronles a la vivien– da que les tenían preparada en donde les hicieron com– pañía un buen rato el Encomendero y principales in– dios ponderando aquel el grandísimo gusto que todos
tení~n en que hubiesen llegado felizmente a su ciudad, en la que todos estaban a sus órdenes.
Al día siguiente volvió muy atento a vistarles el Encomendero, y a decirles Que ya tenía señalado lu– gar para que, si era de su gusto, se les edificase en él convento. Llevólos luego a ver dkho lugar, que era suficiente para trazar en él convento, iglesia V
huerta; y siendo del gusto de los Padres comenzaron éstos a planear la forma que se le había de dar al edificio; a todo lo cual halláronse presentes muchos de los indios, mostrando su contento por lo que veían
y oían.
,Continuó visitando con frecuencia el Encomende– ro a los Padres, quien para más atraerse la voluntad de éstos no cesaba de ponderar las injusticias, las ti–
ranías, los agravios que con los indios allí se habían usado; pero que por la misericordia de Dios, Que ha– bía enviado a aquella tierra tan buenos y celosos mi– sioneros, todo aquello había de acabar. Los poste– riores sucesos nos harán ver la sinceridad del Enco– mendero; quien sin él pretenderlo iba poniendo a los Religiosos al tanto de la situación en que los indios se hallaban en aquella tierra, en lo Que se fueron los Pa– dres confirmando por lo que a los mismos indios oían decir, y por las excursiones que hicieron a distintos lu– gares en tanto que se les edificaba el convento. Una de estas excursiones fué la Que a la Región de Soconusco hizo el P. Vicario Fr. Tomás Casillas, con el ánimo de ver, consolar y animar a los Religiosos que allí anteriormente había enviado, así como saber el orden que tenían en la conversión de los naturales. Quiso llevar por compañeros de esta jornada a los Pa– dres F'r. Domingo de Medinilla y Fr. Juan de Santo Tomás, que estaban entonces en Cinacatlán. Enviólos a llamar; más el P. Medinilla estaba con el ánimo de volverse a España, para lo que se le dio permiso.
Empre~dieron, pues, la jornada a Soconusco los Padres Cas;llas y Fr. Juan de Santo Tomás; iban co– mo dos apostoles en el celo, como dos mártires en la paciencia y como dos pobres religiosos en la observan– cia. Llegados a Soconusco hallaron a sus hermanos muy tristes, porque el día antes habían enterrado al P
F'r. Luis de Cuenca, religioso de tantas prendas, es~
cribe el P. Araya (2), que sobre tener gran celo en la
s~lud de. las almas, era muy útil en lo temporal, y ha– bla serVIdo a sus hermanos con grande ,diligencia en su largo y penoso viaje desde, España, en el Que casi todos enfermaron. Ayudóles el P. Casillas a .llorar la muerte del querido ht;rmano; y viendo Que estaba otro a la muerte y los mas de ellos enfermos, era grande la pena que tenía, y se afligía grandemente porque no había médico ni medidm\s con Que Socorrerles. Pro– curóles otro sitio, el más a propósito y el más sano Que pudo hallar, y en él edificó una casa muy pequeña en donde los puso; y él se volvió a Chiapa para en– viarles desde allá algún socorro.
Mas, si en Soc~musco había hallado penas, en Chia– na no las enco~tro menores a su regreso; pues halló alborotadB; lB; ~lUdad por la malicia del Encomendero, que al ~rmcIPlo se mostraba a los Padres muy celo– so del bIen de los indios y .fi~.o amigo de los Religio– sos. Ya ant.es. de llegar, reclblO el P. Casillas una car– ta del canomgo Perera, firmada en Ciudad Realel el 11 de ~eptiembre de 1545 (3); en la que, entre otras cosas, dec.la:
"Si en algún tiempo Vuestras Paternidades han
d~. mostrar su .prevención, su mucha religión, discre– CIOn y p~udencla. es en la presente, en Que ha llegado a esta ClUdadel Encomendero de ese lugar uno de los más famosos conquistadores de esa pro;'incia y que, como él dice, ganó esta tierra por el valor de' su
~spada y la~a.. Es aqui muy conocido, y a las pare– Jas del conocnmento es el amor que se le tiene v sien– do cortesano y discreto tiene cabida con todos, y a
~odos I:!ersuade con facjlidad lo que Quiere, y teniendo mdustna para acampanar sus rabones con liberalidad ni Tulio. ni Demóstenes le harán ventaja en salir co~
el negOCIO que emprendiere.
"El que ahora trae entre manos es procurar con todas sus fuerzas echar a Vuestras Paternidades de eSe partido. Para esto presentó una petición ant~ los Alcaldes, cuyo traslado simple va con ésta. Tiene amo– tinada la Ciudad contra Vuestras Paternidades V lle– gó el negocio a punto que entrambos Alcaldes ~on sus ministros estaban determinados a ir presto a ese' lU~ar
'1 hacer información de los casos que están en esa pe– tición, y averiguados, de cualquier modo que fuesen, echar y desterrar a VV. PP.' de Chiapa y su comfl" , Cuando lo supe, rompiéronseme las entrañas de dolor, que tengo muy en ellas a VV. PP.
"El señor Tesorero García Mendaño y YO detuvi– mos a los Alcaldes, :ofreciéndonos a ir a besar a VV. PP. las manos antes que' se llegase a tanto rompimien– to. El ha caído enfermo, y a mí me han sobrevenido tantas ocupaciones forzosas que, no siendo posible hacer jornada, me determiné a escribir esta carta; por lo cual suplivo a VV. PP. por las entrañas de Jesucristo, Que consideren el peligro que corte la honra de sus perso– nas y de ese santo hábito, y dando lugar a la ira se salgan de ese pueblo, que como en su entrada se. ~e
rificó aquella profesía: el p~eblo qu~.an~aba en. !lme– bIas vio una grande luz, aSI se verifIcara tamblen en
(1) Remesal, Libro VI, Cap. l. (2) Parte 11, Cap. XIII. (3) P. Araya, Parte I1, Cap. XIV.
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