This is a SEO version of RC_1968_07_N94. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »a lo que le movió en definitiva el pensar que, ingre– sando en la Orden de Predicadores, que tan celosa se mostró siempre por sus Hijos en el bien de los in– dios podría él también continuar trabajando en fa– vor de éstos. Y no se engañó el P. Las Casas; pues, antes que él, con él y después de él, siempre la Orden Dominicana se ha distinguido en procurar el bien es– piritual y material de los naturales de las regiones que trataron de evangelizar. De esto nos da prueba bien clara la presente Historia.
. Fray Bartolomé de Las Casas tomó, pues, el há– bito i1ominicano el año 1522 en el Convento que fa Orden tenía en la Española, llamado de Santo Do– mingo. En éste vivió por espacio de varios años, apartado, por así decirlo, del mundo y descuidado de las cosas de Indias, ocupándose tan sólo en las cosas propias de la Religión en que había profesado y de– dicándose al estudio. Por el año 1527 fué cuando co– menzó a escribir su "Historia de Indias", la que ter– mingo. En éste vivió por espacio de varios años, Por aquel tiempo sublevóse en la Española el ca– cique Don Enrique, al que varias veces habían inten– tado reducir a la obediencia los españoles por la fuer– za, sin conseguirlo. Entonces intervino Fr. Bartolo– mé de Las Casas, aconsejando al Presidente de aque– lla Audiencia, Don Sebastián Ramírez de Fuenleal, usase no los medi~,:\, ásperos de la guerra, sino Jos más pacíficos de la suavidad y persuación; ofrecién– dose él mismo, con el permiso de sus Super'ores, a ir a hablar al cacique y convencerle. Así se hizo, en efecto; consiguiéndose, por estas y otras posteriores diligencias de Fr. Ba\·tolomé, la pacificación de toda la Isla.
Por el año 1530 hizo viaje a España el P. Fr. Bartolomé de Las Casas, de donde volvió a los seis meses. En el entretanto habíase celebrado Ca– pítulo Provincial de la Orden en la Española, en el que se reconoc'ó como Convento formal el de Santo Domingo de México, y del que fué nombrado primer Prior el p. Fr. Francisco de San Miguel, quien se em– barcó enseguida para dicha Ciudad llevando consigo algunos Religiosos, entre los cuales iba Fr. Bartolo– mé de Las Casas.
Al poco tiempo de estar en la Nueva España, en– viáronle los Superiores al Perú, para que allí diese conocer la Cédula Real referente a la libertad de los ind'os. y también para que tratase de fundar en aquellas tierras Convento de la Orden. Púsose ense– guida en camino Fr. Bartolomé para cumplir la do– ble misión que la obediencia le encomendaba, llevan– do consigo dos compañeros, que fueron los Padres Fr. Bernardino de Minaya y Fr. Pedro de Santamaría, más comúnmente llamado de Angulo. Con ellos atravesó a pie toda la Nueva España; y pasando por Guatemala y San Salvador, llegaron al fin a Nicara– gua. en donde se embarcaron en el puerto llamado El Realejo.
Así que llegaro~ al Perú, presentó Fr. Bartolomé de Las Casas la Ce{~ula R.eal a los Capitanes Diego de Almagro y Franclsco Plzarro, que ofrecieron obe– decerla y guardarla. Trató luego de fundar Conven– to; mas no. encontrando si~io ~!I. donde vivir en paz, tan necesarIa para ~a. predlcaclOn, del Evangelio, pues aun no estaba paCIfIcado el palS, determinaron los Religiosos embarcarse para Panamá, como lo hicie– ron, llegando de vuelta a El Realejo (Nicaragua) en el año 1532.
Estando en ~sta región ocupados en la predica– ción del EvangelIO a los naturales, recibió Fr. Barto– lomé carta del Licenciado Cerrato, Pres'dente de la Audiencia de Santo Domingo, comunicándole que el cacique Don Enrique se había vuelto a manifestar hostil a los españoles, con quienes no quería comuni– carse para nada; y así le rogaba, ofreciéndole todo ]0
necesario para el viaje, que fuese allá con brevedad pues sólo él podría obligar, con sus buenos razona~
mientos y por medios pacíficos, a Don Enrique para que depusiera su actitud hostil. Deseoso de secun– dar los planes de Cerrato, púsose luego en camino acompañado de Fr. Pedro de Angulo, llegando feliz– mente a la Española. Fuese inmediatamente a ver al cacique; le habló, y tan bien supo desempeñar la misión que le habían encomendado, que Don Enri– que se vino con él a la Ciudad, y juntos entraron en la Audiencia en medio del aplauso de los habitantes. De modo, que el cacique Don Enrique, que durante catorce años había sido la pesadilla constante de los españoles, quedó amigo para siempre de ellos, gra– cias a la feliz intervención del P. Fr. Bartolomé de Las Casas. Con 10 que dando por terminada su mi– sión, junto con Fr. Pedro de Angulo, dió la vuelta a Nicaragua.
En el año 1534 intentó Fr. Bartolomé hacer nue– vo viaje al Perú; y en efecto se embarcó. Pero un gran temporal que sobrevino le obligó a desembarcar otra vez en Nicaragua, en donde tuvo ocasión, y aun necesidad de ejercer su título de "Protector de los In– dios" contra los incalificables desmanes del Gober– nador Rodrigo de Contreras, a los que le fué impo– sible poner coto.
Grandemente disgustado se hallaba por la re– prensible conducta del Gobernador, cuando recibió la carta del Htrmo. Sr. Marroquín, invitándole para que se fuese a Guatemala: adonde, como ya dijimos, llegó junto con otros tres Padres: Fr. Luis Cáncer, Fr. Pedro de Angulo y Fr. Rodrigo de Ladrada; to– mando luego que llegaron posesión del Convento que seis años antes había comenzado a edificar el P. Fr. Domingo de Betanzos.
Para no perder el hilo de nuestra Historia, nos vemos en la necesidad de cortar aquí la biografía del Padre Las Casas; mas no para suspenderla, sino para ir desarrollándola poco a poco en los siguientes ca– pítulos.
EL TRATADO DE "UNllCO VOCATJlO·NIS MODO" DIE FRAY BARTOLOlV1E DE LAS CASAS. - LOS CUA– TRO JJ'E LA. FAMA Y DA CONQUISTA PACIFJrCA DE LA VERAPAZ. - EL CACIQUE DON JUAN. - FUN– DAN LOS DOMlINlICOS EL PUEBLO DE RAVINAl.. - MISIONANDO LLEGAN HASTA COBAN.
Por este tiempo, año de 1536, el Provincial de Mé– xico, que lo era entonces el P ~ Fr. Domingo d~ B~
tanzos, nombró a F'r. Bartolome de las Casas VLCano de Guatemala y Superior del Convento de Santo Do-· mingo de aquella Capital.
Poco haCÍa que Fr. Bartolomé había escrito su Tratado de "Unico vocationis modo" en que resumía toda su doctrina acerca de la conquista y civilizacíbn de los indios en esta teoría: "La divina Providencia. dice. no ha instituído otro medio, para llamar a la fe católica a los predestinados, que la predicación del Evangelio, por la cual se persuade al entendimiento y
se atrae e inclina a la voluntad a abrazar la doctrina y ley de Jesucristo. Por consiguiente, no es l:n edio a propósito para el efecto, antes muy cor:trano, el hacer guerra a los que se pretende converhr a la fe católica".
Esta teoría del P. Las Casas, que como, ~l enseña– ron y defendieron, en España y en Amenca, gen~
ralmente todos los Dominicos, halló no poca OP08l–
ción en todas partes aún entre personas que por su carácter era más de ~xtrañar. Pero F'r. Bartolomé de
18.8 Casas. que tenía un temple de alma nada vulgar, no se doblegó' ante la corriente de oposición de sus
This is a SEO version of RC_1968_07_N94. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »