Page 117 - RC_1968_07_N94

This is a SEO version of RC_1968_07_N94. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

20

BIOGRAFIAS DE ALGUNOS RELIGIOSOS DOMINICOS NOTABLES EN CENTRO AMERICA EN EL SI. GLO XIX. - Fr. MIGUEL JOSE DE AYCINENA, ULTIMO PROVINCIAL DE LA PROVINCIA DE SAN

VICENTE DE GUATEMALA. - Fr. JUAN MARIA MARTINEZ,

ULTIMO VICARIO DE LA MISMA PROVINCIA.

Fr. MIGUEL JOSE DE AYCINENA, guatemalteco. - Nació el P. Aycinena en la Nueva Guatemala el año 1785. Perteneció a una de las principales familias de aquella Capital, siendo su padre D. Juan Fermin de Aycinena e Irígoyen Caballero de la Orden de Santia· go, Vizconde de Aldecoa y primer Marqués de Aycine–

~a; y su señora madre Dóa. Maria Micaela Piñal y Mu– ñoz Rarba de Figueroa; distinguidos ambos por su no. bleza y por su religiosidad.

Fué educado Fr. Miguel cristianamente, en lo que sus buenos padres pusieron especial empeño. En la Universidad de San Carlos, de la que fué más tarde distinguido profesor, hizo sus estudios de Humanida– des y Filosofía. Pero, a pesar de las halagüeñas es– peranzas que todo le ofrecía en el mundo, sintiéndose con vOE'ón religiosa, despreció cuanto el mundo pu· diera o

l' ..•.... e, y tomó el hábito de la Orden de Pre.

dicador~ '!,.-,,'el Convento de Santo Domingo de su Ciu– dad natal, haciendo su profesión religiosa al siguiente año. o sea en 1805, en manos del M. R. P. Fr. Juan In– fante.

En dicho COnvento continuó sus estudios de Teo– logía con singular aprovechamiento, haciendo a la vez notables progresos en la virtud; cosas ambas, estudio y ,virtud, tan importante en la Orden Dominicana. En el año 1809, terminados ya tan felizmente sus estudios. fué ordenado de sacerdote por el Iltrmo. y Rvdmo. Sr: Arzobispo de Guatemala, D. Rafael de La Vara y La. madrid: celebrando su primera misa en la iglesia de Santo Domingo en la fiesta del Rosario de aquel año. Desde muy joven desempeñó varios cargos en la Or– den, y también el de Catedrático de Filosofía en la Uni– versidad de San Carlos, cuyas cátedras eran entonces servidas gratuitamente, una por Religiosos de la Or– den de Predicadores y otra por los de nuestro Padre San Francisco.

En atención a sus innegables méritos, la Orden le concedió el honroso título de Presentado; y en el Ca. pítulo de su Provincia de San Vicente, celebrado ellO de Noviembre de 1817, fué elegido Provincial, cargo que desempeñó con acierto por espacio de tres años. En 1824 defendió con el mayor celo y energía los derechos e intereses de la Orden, dando a luz un opúsculo con este título: "Procedimientos de la Pro– vincia de Predicadores de Guatemala en la exacción del 7% impuesto por la Asamblea Constitucional oCns– tituyente de las Provincias unidas del Centro de Amé–

rica, sobre el valor líqu;do de las fincas de Comunida. des Eclesiásticas, seculares y regulares, y sobre capi. tales de Cofradías, Hermandades y Obras Pías". En 1826 publicó otro Opúsculo, explicando los motivos y fundamentos de su circular de 6 de Febrero de 1825, expedida a los Religiosos de su Provincia sobre los con– ductos por dónde deben recibir los decretos y órdenes de las autoridades civiles.

En 1828 fUe nombrado segunda vez ProvinciaL di– rectamente por el Rvdmo. Maestro General de la Or– den; y ejerciendo este cargo se hallaba en aquellos tan dificultosos tiempos, cuando el viernes, 10 de Julio de 1829, a las doce de la noche, fue apresado, lo mis– mo que los demás Religiosos que componían las Co– munidades de Santo Domingo, San Francisco y la Re· colección, y todos juntos en compañía del Iltrmo. Sr. Arzobispo, D. Fr. Ramón Casaus y Torres, también Dominico, fueron llevados directamente al puerto de Omcia, en donde tuvieron qUe esperar varios días un barco que los llevase a La Habana.

El sufrimiento de la partida en forma tan incivil e inesperada, el mal trato del camino y el mal clima del puerto Omoa, afectaron a la salud de casi todos los desterrados de tal modo que parte de aquellos Re-

ligiosos murieron :tI llegar a La Habana, y entre ellos el P. Fr. Miguel José de Aycinena, quien falleció en Septiembre de aquel mismo año a la temprana edad de cuarenta y cuatro años, lleno de méritos y con la gloria de haberse distinguido en la defensa de los intereses de la Iglesia y de la Provincia Dominicana de San Vicente, de la que fue el último glorioso Pro– vincial.

Fr. Juan María Martínez. - Nació en Leronés, distrito de Potes en la Provincia de Santander (Es– paña) y obispado entonces de León, el 18 de Di-

ciembre de 1828. ,

Sus virtuosos padres, que lo fueron D. Toribio Martínez y Doña Vicenta del Arenal, pusieron el ma– yor empeño en la cristiana eduéación de su hiio Juan. A los quince años de edad comenzó éste sus estudios de latín y humanidades en el Colegio de Santa Cruz de Potes, en donde mereció el aprecio y la justa apro– bación de sus profesores, quienes le proponían por modelo a los demás estudiantes, como uno de los más distinguidos por su conducta y aprovechamiento en el Colegio.

Veinte y tres años contaba nuestro biografiado, cuando en unión de sus compatriotas D. Juan Gar· cía Mo~eno y D. Angel de la Vega, arribó a las pla– yas guatemaltecas, llamado para que se hiciera car– go del puesto de Tenedor de Libros de la Casa co– mercial que en Huehuetenango tenía la empresa Pan– da y Cía. Por su carácter dulce y apacible, que con– servó toda su vida, por sus bellas prendas persona– les se granjeó el aprecio de cuantas personas llega–

ba~ a tratarle; siendo esto motivo para que dicha Casa comercial le distinguiera entre los demás em– pleados, dándole poco después el cargo de Jefe de la Casa que aquella Compañía estableció en Quezal– tenango, segunda ciudad de la República.

Mas a pesar del buen porvenir social y material que se 'le presentaba, no era aquel el camino por donde Dios le dirigía. Toc6le la divina gracia en el corazón; y, sin vacilar un instante siquiera, Se pro– puso renunciar a cuantos bienes y encantos del mundo le ofrecía, y se fue resueltamente al Convento de Santo Domingo de Guatemala, solicitando ser admi– tido en aquella santa Comunidad, gracia que le fue concedida inmediatamente.

Al tener noticia de esto, algunos de sus antiguos amigos, con el propósito de hacer desistir a Juan de su determinación, que ellos juzgaban desacertada, se propusieron ir a visitarle al 'Convento. Lle!taro~ a éste, siendo muy bien recibidos por el M. R. P. Pr~or

y Vicario Provincial, Fr. Pedro Mártir E?alazar, qUIen inmediatamente dio el competente permISO para que, el que pronto había de ser Fr. Juan, pudiese salir a saludar a sus amigos y despedirse de ellos. . Mas no pensó él del mismo modo; y, temIendo nuestro aspirante al hábito dominicano el peligrq, a que con aquella visita se podía exponer su vocaClOn religiosa, juzgando podía ser aquel. ~n laz'O que le tendía el enemigo de nuestra, salvaclO!1, para hacerle desistir de sus intentos, pe~so ~er mas, prudente. no recibir aquella visita. Manifestoselo. aSI. al .P. Pnor, añadiendo que sólo bajaría p.~r obedIencIa ~I, de nue· vo se lo ordenaba; observaclOn que no deJO de ad· mirar al anciano religioso, dejando a. ,nuestro, Juan en libertad para que hiciera lo que qUISIese.. No recibió, pues, nuestro joven l~ anuncIada ~lSI­

ta' por lo que grandemente contrarIados sus amIgos al' ver frustrados los propósitos que ~11í les habían traído determinaron tomar una espeCIe de vengan– za. Y al efecto organizaron una alegre sere.~ata, y en las horas más silenciosas de la noche pusleronse en

87

Page 117 - RC_1968_07_N94

This is a SEO version of RC_1968_07_N94. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »