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« Previous Page Table of Contents Next Page »Los anteriores datos, que tomamos íntegros del Folleto impreso en 1892 y reimpreso en 1923, que lleva por 'título: "Verdadero origen de la devoción jurada que los hijos y vecinos de la Cindad de Santa Ana pro– fesan a Nuestra Señora del Rosario desde el año 1733",
nos dan idea clara de la grandísima devoción que hubo siempre en Santa Ana al Rosario de la Virgen María. Hace, pues, muy cerca de doscientos años que la Virgen del Rosario fué declarada pública y oficialmen– te Patrona de dicha Ciudad; y durante to.do ese tie.m– yo se la ha honrado con especial y no mterru~pldo
culto por todos los buenos santanecos. Antes blen se ve que esta devoción y este ~ulto han id~ en aumen~o,
como claramente lo demuestran los repetidos votos JU–
rados con que se la ha prometido honrar, Y de hecho se la 'ha honrado, durante casi dos centUl;ias. Esto por 10 que hace al culto oficial que se la pro– metió como a Patrona de la Ciudad. Pero esto mil>mo nos hace suponer la mayor devoción particular, que anteriormente al voto jurado de 1733, se profesapa por los fieles de Santa Ana a la Virgen del RosarlO; ya que este voto no pudo ser sino fruto de la mucha devoción que desde tiempo inmemorial se la profe– saba a la vez que una muestra de los muchos favo– res ~ecibidos por su intercesi~.n;. los c~a~es favores movieron a la autoridad, ecleslastlCa y clVll,. a poner la Ciudad bajo la protección de la Sma. Virgen del Rosario la que prontamente demostró ser verdadera Patrona: de Santa Ana, "porque h~biend? sacado su Imagen por las calles desde aquel dla paro la.mortan– dad, y los enfermos s~ s.intieron mejorados y llbres d~,l
letal accidente y contaglO, que los había sobresaltado . La Virgen del Rosario es, pues, la segunda Patrona de la Ciudad de Santa Ana.
Devoción a la Virgen del Rosario en San Vicente de Austria. - Esta villa, dice Juarros, poblóla de es– pañoles D. Alvaro de Quiñones Osorio} presi<!ente de la Real Audiencia de Guatemala, h~cla el ano 1638.
El curato de San Vicente es tan antiguo como la po– blación misma, puesto que al dar a ésta el título de Villa, ya sirvió de testigo del Acta el Cura de ella, D. José B. Corral. . 'ó Desde el principio hl!bo en la VlI.la gran devoc~. n a la Sma. Virgen, especlalm~nte baJO la advocaclOn de Nuestra Señora del Rosarlo. De ello no~ da prue– ba el testimonio escrito, con fecha 2.7 de. ~uho de 19~6,
por el Rdo. P. Fr. Ignac.io Abá~olo, re~lglOSo. F;rancls– cano y párroco de la misma V:1l1a. DlCe aSl: ~e es grato participarle que la erecclón. de la Cofradla del Santísimo Rosario en esta Parroqula data de .antes del año 1702 según afirma el P. Fr. Pablo Monzon, O. P.; pues dic~ terminantemente que: "Constando en Bula anterior a 1702, que se con~E}rva en el altar !l.e la Co– fradía, reconocemos Y testlf~camos su ereCClOn y or– ganización canónica de antlguo ...y en nombre del Gral. de los PP. Predicadores, Y <:,omisioJ?ado par.a. el efecto por el Iltmo. y Rvdmo. Senor ObISPO, ratificó su organización y vida en un todo conforme a las preso cripciones canónicas y supsaJ;ló los de.fectos que hu– biera habido en su orgamzaclón anterlor, & &.-San Vicente a 13 de Noviembre de 1904".
Según esto, no cabe duda que el año 1904 e?t istía en la capilla o altar del Rosarlo de la parroqula de la Ciudad de San Vicente una Bula de la erección de la Cofradía de antes de 1702. De modo que antes de los 64 años después de fundada la Ciudad de San Vi– cente ya se estableció dicha Cofradía; por tanto no creemos sea aventurado afirmar. que, la devoc~ón a la Virgen del Rosalio en Sap Vlc~nte de Austrla,es tan antigua como la poblaclón ~lsma.
Entre los distintos curas que Slrvieron esta parro– quia figura D. Martín Calatayud, quien al morir dejó un l~gado con el fin de que cada tres años negase una Misión de Religiosos Dominicos. Con la frecuente lle. gada de estos Misioneros dicho se está que la devoción a la Virgen del Rosario tomada cada vez más auge, no sólo en San Vicente, sino que también poblaciones próximas, de modo especial en Apastepeque y en Alo-
cuilta, que eran dos lugares obligados adonde debían los Religiosos Dominicos llegar a misionar.
Pero lo que más que nada hizo arraigar entre los vicentinos el amor y la devoción a la Virgen del Ro– sario,es el especial favor que por la intercesión de esta Soberana Reina recibieron a fines del siglo XVIII. He aquí lo que se lee en "Recuerdos salvadoreños": "Años hace que los vicentinos y bellas vicentinas celebran con gran pompa y entusiasmo la alegre fun– ción de las "Flores de Mayo", consistentes en vistosas procesiones vespertinas, con que se honra la bella Ima– gen de la Virgen del Rosario.
"Su origen se hace remontar al siglo XVIII, en que los' antepasados juraron en presencia de la linda Imagen celebrarla anualmente las "flores" expresadas, en religioso reconocimiento de que, sacada la efigie al atrio de la iglesia principal, había librado a la pobla– ción de ser inundada y perdida por un inmenso torren– te de, abundantísimas aguas, desprendidas del volcán Chichontepec, a causa de haberse descargado en él una gran manga que lo 'atravesó de Suroeste a Noroeste. "Se sabe haberse tenido por cierto que aquellas temibles aguas se dividieron en dos grandes porciones en los momentos que unidas se abrían pasO"~,f'.n direc– ción recta hacia la población; y que, hali~2lJ' cóse efec. tuado aquella separación, una parte de llis'aguas to– rrenciales se desbordó por el rumbo Sur de la Ciudad, inundando el río Amulunco y sus cercanías, y la otra se precipitó por la quebrada de Satiponsi, pasando a sus inmediaciones por el lado muy contiguo de Occi– dente, corriendo cQmo cinco cuadras, hasta confundir– se con las aguas del río Acaguapa.
"Se ha tenido también por cierto que, el hecho aquí narrado aconteci6 en las horas de la tarde, y precisa_ mente en los instantes en que la milagrosa Imagen se hallaba en el atrio del templo, a cuyos pies pedían mi–
sericordia los afligidos fieles de la consternada pobla– ción".
La veracidad del hecho anteriormente narrado confirmada se halla por la tradición oral. Así lo cuen– ta D. Eliseo Miranda, que aún vive, quien dice ha. berlo escuchado de labios de su misma madre, doña Gertrudis Marroquín, y ésta se lo había oído contar a los Padres Vidales, uno de ellos fué su padrino de bautismo.
Estos Padres Vidales, refiere la misma persona, vivían en Guatemala; y como amaban mucho a la Sma. Virgen. pidiéronla les mostrara el mejor modo de ser– virla. Parecióles a ambos ver una imagen pequeñita de la Virgen, que les dijo: "Alli quiero que me sir· váis, donde encontréis esta imagen". En busca de ella salieron de Guatemala, y recorrieron México, Cos– ta Rica, Nicaragua, Honduras y, por fin, llegaron a El Salvador, tristes y desconsolados por no encontrar lo que buscaban con tantas ansias. Mas, al pasar por la Ciudad de San Vicente, entraron en su iglesia parro. quial, y en la capilla lateral de la izquierda más pró. xima al presbiterio, que es la de la Virgen del Rosa. rio, hallaron la imagen cuyo grabado publicamos: y
no dnrlando fuese la misma que en sueños se les había representado, determinaron quedarse allí para ser· virla.
Estos Padres llegaron a San Vicente el año 1805
pues el 1806 nació la madre del que estos datos nos ha proporcionado, de la que, como dejamos dicho, fué uno de estos Padres Vidales padrino de bautismo. Es. tos Padres se referían el milagro que hizo la Virgen del Rosario librando a la ciudad de San Vicente de la gran torrentada de aguas que bajaba por el próximo volcán amenazando inundar y arrasar la Ciudad, no co– mo cosa que ellos hub;eran visto, sino como acontecida años antes de su llegada a San Vicente.
De cualquier modo que sea, lo anteriormente ex– puesto nos demuestra la mucha devoción que en San Vicente se ha profesado siempre a la Sma. Virgen del Rosario, a la que en todo tiempo se ha honrado, y aun al presente se la honra con solemnes cultos, especial~
mente en su mes de Octubre.
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