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« Previous Page Table of Contents Next Page »,;ibIes de las vacadas y los rebaños de caballos, en las inmediaciones d.e cuantiosas haciendas; o' se ilustl'a
el pai.saje con la p¡:esencia medrosa de los pueblos in– dígenas solidarizado en torno del alma secular de las ceibas, con ranchos pajizos de puertas que la hos– pitalidad mantiene de par en pal', como oscuras pu– pilas vigilantes bajo largas pestañas de MANASCO, con moradores de barro que visten la herencia estéti– ca de los trajes de sus maYOl'es.
Desde la hacienda de lLos Arcos, a siete leg'uas de la capital, Landívar se volvió a contemplar con fel'VOl'OSa delectación los altos conos de los tres vol– canes que recortaban sus siluetas en el ambiente cá–
lido del medio día, para proseguir un tanto desolado por la sensación de tener que ¡'eCOl'¡'er nna di~tancia
de trescien~as leguas, que si bien era acodada por el descanso que los ojos de un temperamento al'tístico encontraban en la contemplación de la naturaleza, ha– cía lenta y pesada la marcha por la inquietud tran– seunte en los caminos, que se consideraban poco se· g'Ill'OS, erizados de dificultades materiales y asechan– zas de los indígenes aÍln rebeldes a la dominaci.ón, como por la i.ncomodidad de los albergues en las for– zosas paradas.
Supo del cansancio de las jornadas ¡ntermina–
Mes, de la molicie de las bien trenzaillas hamacas en
I(lS jalones del camino, del riesgo de los ln:ecipicios capciosos a los ríos ttu'bulentos; sob¡'e sus cabezas se dehojaban en veces ¡'amas enteras de loros bullicio– sos (} hacía signos de paz una garza con los dos pa– ñuelos blancos de sus alas. Aprendió a pl'esenth' la cercanía de las pequeñas poblaciones por el pausa– do vogar de los zopilotes; a sufl'Ír las alternativas de fdos vientos y soles sofocantes. Ya bordeando la
montaña de Ajusco, por un largo desfilal1e¡'o. de cin– co leg'uas, en escabr·oso paR'aje, l'enovada el valOl' de la caravana la sensación de acel'carSe a la altipla– nkie de México, con un amplio. panorama que se domina desde el mirador de San Caosme; pasai'on
}JOl' San ilgUStíll y al caer de la tarde alcanzaban la garita () pueda «~e la illíimJJal.'lJ,
CCI,TÍa el mes de enel.'O y Rafael sonreía satis· fecho al término de su llazaña, con la frescura y la confianza de sus diez y :mleve años.
Por el tiempo en que lLalldival' llegó a 'Jrepot– zotláIDI, en xebl.'e¡'o de 1'650, tenia este pueblo, ca– beza de pal'tido, con sus barrios sujetos unas 521
familias [le indios; era ya mm, curato impOl'tallte y
se sigl1ificaba por la :hu'esencia !!'Iel colegio de la com– pañía ~le Jesús, "en donde se labl'an en. lehas hu– manas, y virtudes los Sugetos, que secundan toda la provincia después, que pasado SM Juvenado son clar.ines por cuyas voces sonoramente resuena la palabm IEvaugélica". JH!abía establecidas cáte– dras de gramática latina, filosofía moral, teología es· colástica, retórica y otras humaniddes, siendo ¡'ector el padre Pedro Ríos. POi' disposición del P. Provincial Antonio de Rl[endoza se había trasla«1af1t6> 2 'li'eEC3t·
zotlán ei noviciado de llos jesuitas, «j[1Il!c(1Jtm,@!o Dill-¡; ('1Jlil!'
más ministerios y el colegio, máximo en la ciudad
de Mé"ico.
Con paciente y desinteresada labor, iniciada por los misioneros, llegando a ellos por las vías expedi. tas del idioma nativo, el O'Jl'OMJI:, los jesuitas logra– ron ganarse a los indígenas, quienes les cedieron a aquellos terrenos y casas, auspiciando la fundación del seminario de indígenas, al que enviaron sus hi– jos los principales caciques, lLa crónica religiOsa ha– bla de doncellas O'Jl'OMlI'Jl'JES consagradas al culto cristiano, en cuenta de una virgen que murió en éxtasis poco después de su conversación, cuyo cuer– po se hallara incol'l'upto Un año más tarde, así como frescas todavía las l'osas de su guirnalda; el INDIO SANTO, hijo de un gobernador de Chiapas; de un heredero del señor Choh!la que ¡'enunció a sus ri. quezas para profesar en la humildad y otros casos sing'larcs del estilo milagrero a que fueran tan afi– cionados los espíl'itus lÍie ]a época.
TepotzotIán quiere decir -'llagar de Jorobado", nombre que quizá tomó de la proY.imidad de un mono te que llluestra la apariencia de una joroba. lLa erec– ción del convento se comenzó en 16'40, aunque la funda.ción naciera moralmente desde 1532. lLandi. val' halló que los jesuitas g-ozaban de HUl!. espléndi–
~la morada, en la que relig'iosos y novi.cios, retirados unos de .oh:os, Se distribuían con holgura. lLa capñ. lla d01l1~,shca era un gl'ato reCInto qne describe el pow:e Pél'ez de Ribas: ".Bóveda con hermosos flo–
rones de varias labores, el retablo y sagrario del al– tar curiosa y ricamente dorado y todo convida a de. voción y reverencia, El lu'incipal cuadro del retablo ocupa una l}c1'fectísillla imagen de Nuestra Seño¡'a
d: yrimoroso pincel y de gran arte, tl'aslado de la qU~
es~a en Santa María la MaYOr de Roma. Agre– ga Tablada que "traspasando el cancel, que corona profusa talla de mal1!eu'a donde S001'e un jarrón cui. mina el monograma iDlel clásico 'lflllrS", se admi¡'a a– nancando el pavfunen~o, ~atizaól(l' gi!al'aapOlvo de
~zUlejos, d~col'ados emblemátiicamente y con leyen. aas en latm, lEI Ol'naío del altar pOlIllJdia calificm:se de excesivo, Henqp como está tille lUH'1llacinas y cuyas tallas dOl'allbs alUlID.entan: SUR bli'mO mCli'ced a espejos embuiilIllos por doquiem. lEl tapiz ~Jr!lIe «Jllbli'e las pa– redes es d.e hermoso efecto y muy original con flo. rones l}olim'olnos sobl'e fondo de 01'0 y plata. lUna de las hornacinas gnaralla na estatua de un donador
~lon J!.>e~lh:& lltuiz ¡¡]le .&h~llIOO.a(]a, en actitud orante ; vestido a Ya wrsanza de Ja>, ilJOrte de Felipe lfJ[".
PROFESANDO
La·ndivar tomó pronio gusl:o a esa vida de plácido reposo, p1:opia al esfudio y la elevación del espiritu. Oraba al amanecer, en su blanca eelda con una ven– tana abierta hacia la pa:1l meditativa del campo; ha– cía su frugal desayuno en el :refectorio en compañía de los demás novicios, después de oí!:' la misa cotidiana,
y disponía el programa diurno, lleno por las obligado– nes de las aulas, los rezos reglamenfarios y las horas de es2udio y iñediiüéión: las noches de los lunes, miér– coles y viel'~ oía Uillt. p'lá~ea de eOilfl'icei6n del maes-
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