Page 13 - RC_1968_06_N93

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La que va a pie ... ¡No! Yo no le dija nada.

La que va a pie ... ¡El La que va a caballo

-Vos sos de largo? -le preguntó -¡Se! -contestó el hombre, ~ecamente.

La "e" también se hace nasal. para represen– tar soledad ó tristeza. El Pocoyo quP. también se le llama "Caballero", es un pájaro no~turno, especie de buho que canta en la noche; ¡caballp.l'o!... ¡caballe– ro ... !. De este pájaro tal vez aprpndió el Indio a cantal' su soledad en la noche, allá l'l.rgo; con su gui– tarra; dándonos ese tono nasal de la "e".

dijo que iba a llegar agora! y andaba solo... ó Con el muchacho de Luis? La que va a pie ... ¡Solo, andaba!

La que va a caballo ¿No le dijistes nada, vos?

pausa. Se oye el paso del caballo (tragana, tran– gana, tran).

La que va a caballo... Tal vez guelva, cuando sepa

que el muchacho está aqui La que va a pie ... y qué sabe?

La que va a caballo. .. Tu mama, pues, no· le habló? La que va a pie ... ¡No!! Si mi mama no estaba.

se oye el paso del caballo, trangan (trangana, tran).

y hasta se da el colmo, como sucedió en una ocasión _y dejo para esto de testigo al poeta Francisco Pé– rez Estrada, en cuya compañía iba yo por los caminos de Diriomo. cuando observamos, que un pájaro iba cantando sobre las ramas de los árboles al mismo compás del ~ote de un caballo.

Para finalizar, sólo quiero agregar que el ha· bla Nicaragüense es tan representativa que hasta di·

gestó, como lenguaje," queda perfectamente delineado dentro de nuestra propia manera de ser. Por ejem· plo, es esencialmente femenino apoyar lo que se dice con suficiente garbo y emoción, golpeándose las piel" nas o las caderas con las manos; y es gesto, masculino inequívoco, representativo de decisión tomada, el le· vantarse el pantalón con energía por la orilla de la faja. También para señalar con exactitud ó mostrar con evidencia. se estira la boca, llevando los labios hacia delante y se dice -¡UUUb!... "Aquello que está allá, UUUb!

Finalmente, donde se ve perfectamente claro la relación del habla Nicaragiiense con el canto de los pájaros es casualmente en el 'lsilbido" ó "chifli· do", que usamos nosotros con tanta propiedad. Posiblemente el silbido o chiflido está inspira· do· en el canto de los pájaros "clarineros" que abun– dan en los patios donde hay árboles grandes y por donde ha corrido la infancia de casi todos nosotros. Así por ejemplo no hay Nicaragüense que no

tenga ó no haya tenido un silbido o chiflido para cada ocasión o más bien para cada asunto así:

Me acuerdo de una canción (J l1 e se canta en el Río San .Juan, es triste y la tristeza la da el pronUll ciado deje nasal, asi:

Eran ~as cuatro de la tarde cuando mataron a Lola y decen los que la oyero" que en su agonía decía yo quiero ver ese homt>l'e que me haquitado la vida etc.

En el mismo trabajo cit.adílo del Dr. Lacayo, cuando se refiere a las entonaciones reconoce "que

1a entonación popular Nicaragüensp. tiene su ritmo y

contornos propios, canturreos regionales" y que se encuentran en dicha entonación elementos básicos generales para caractel'izarla",

Como ya lo he expresado antes, para un escri· tor como yo, ocupado en todos los asuntos del pueblo, la entonación, ~l canturreo, el ritmo que sigue la gente al hablar, no está sencillamente acomodado dentro de 10 puramente característico, sino que, como también puede decirse de cualquier lengua, sus mo– dalidades se las ha dado la misma naturaleza. Por eso el canturreo, la entonación del habla de nuestro pueblo es más notable en la gente del cllifi'lpo y llega hasta advertirse la relación que tiene ese 1enguaje mu sical con el canto de los pájaros. Hasta la modalidad del grito la da también la naturaleza, por eso es dife· rente un grito en la mañana de un grito que se oye en la noche; como es diferente el canto de los pájaros en el día, al canto de los pájaros nocturnos. Así por ejemplo: el canto de un pájaro que se llama la Viuda y que canta así: .Tuuu Upp - .Tuup - .Juup -con honda monotonía- es muy parecido al gdto de al– guien que busca a otro, que tal vez anda perdido y

lo llama: ¡Manuel... Uuyy Manuel... Uuyy Manuel! lEl poeta José Coronel Urtecho me contaba que él conoció a una muchacha que entraba corriendo por el zaguán de la casa llamando a un compañero de nombre .José Angeles, y le gritaba... ¡Joseangeles.... .Joseangeles.... Joseangeles... igualito a un alacara· ván.

Yo tomé un diálogo por escrito, de una mucha· cha que iba a pie conversando con una mujer que iba a caballo, hasta donde puedo darle con exactitud, lo paso aquí, para hacer notar, cómo esta conversación, sigue el ritmo del trote de la bestia:

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Se silba o se chifla

a) a un amigo . b) a la novia .

c) al hijo . d) al ganado . e) al perro .

etc.

(aquí el

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silbido)

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