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de que el señor Barrios se lanzase contra un pueblo que ja– más puede dañarle y contra un g(}bernante de cuya lealtad no podía dudar, por .atraers.e.a un enemigo natural suyo, como es el General Guardia, ambicIoso con pretensiones a ser la pri– mera espada de Centro América, que había tratado de derro– carlo por medios indignos, y que no dejará perder ninguna oportunidad que se le presente para hacerlo.

"Después de tales hechos, no veo yo camino digno para tomar la iniciativa en el sentido que Ud. me indica, pero debe Ud. estar seguro de que saludaré con júbilo el advenimiento de una circunstancia cualquiera que haga desaparecer el pre– sente malestar de nuestras relaciones con esa República. "Soy de Ud. muy atento servidor,

(f) P. JOAQUIN CHAMORRO." "León, noviembre 30 de 1876. "Sr. D. Francisco Huete.-Guatemala.

"Muy señor mío y amigo: Hasta anoche (no) tuve el gus– to de recibir su apreciable carta de 19 del que fina, por haber pasado hasta Managua bajo cubierta de mi señora esposa. De– bo confesarle que esa carta me ha sorprendido tanto por la precaución con que Ud. la mandó, como por los'conceptos que encierra. Si ella fué escrita, como Ud. dice por inspiraciones del mismo General Barrios, no veo yo necesidad de precaucio– nes especiales para evitar un extravío; y mucho me llama la atención la insistencia de Ud. en persuadirme de que el General Barrios desea un Ministro de Nicaragua para salir del com– promiso con el General Guardia con objeto de traernos la guerra cuando tengo la solemne protesta oficial de ese mismo Jefe en sentido contrario, y en la cual he descansado y descan– so para licenciar el Ejército.

"Ud. ha visto la nota del Ministro guatemalteco. En ese documento se dice a la faz del mundo que Nicaragua no ha tenido motivo para alarmarse por el pacto de Santa Ana, es– tando vigente el tratado Ayón-Soto, el cual es un obstáculo para cualquier arreglo en contrario que sería nulo por el hecho mismo de oponerse a aquellas estipulaciones.

"Me es penoso decirle, señor Huete, que su larga ausencia de nuestro país le ha hecho olvidar el carácter nicaragüense. Por acá hemos mirado siempre con lástima a los centroameri– canos notables que, después de recibir un golpe de Guatemala, son llamados por un recado de tercera persona, para curarle la herida; y no seré yo quien arrastre el nombre de mi país por ese sendero degradante. Si el General Barrios desea sin– ceramente una cordial inteligencia conmigo y con Nicaragua, que lo diga directamente, sea de un modo oficial o privado, qu yo corresponderé con mi lealtad característica a esa insi– nuación. Tal inteligencia sería de beneficio recíproco pai'a ambos países y para todo Centro América, y de grande im· portancia personal para el General Barrios.

"Ud. sabe muy bien que ello. de marzo de 1879 volveré a mi condición de ciudadano privado, mientras que el General Barrios tiene en perspectivas una larga carreras de mando que no seré ~o ni ningún nicaragüense honrado quien se la pero turbe. SI lograra establecerse el lazo de amistad que Ud. indica entre Nicaragua, Honduras y Guatemala, el General Barrios

d~be estar. seguro de q.ue el ex!rem~ de ~se lazo, correspon– diente a Nicaragua, sera mantemdo fiel y firmemente mientras el Gobierno de esta República permanezca en manos de la gen– te honrada, así como debe estar .se11:uro también de que, si lle– gara a colocarse en el poder publIco de este país uno de los perturbadores de oficio, al día siguiente se formal"Ía la cuá– druple alianza contra su Gobierno, porque los guanacos tienen una antigua cuenta que cancelar con Guatemala, y desgracia– damente el General Barrios ha preparado las cosas de tal ma– nera, que la más pequeña circunstancia puede dar ese resulta– do, al cual hemos servido siempre de obstáculo.

"Confirmo a Ud. mi carta de ayer. Si yo hubiera dado a! General Bar~ios el menor motivo de desagrado, ya hace tiempo que hublera tratado de reparar mi falta; pero es por el contrario. A más de los hechos que todos conocen hay otras circunstancias que me obligan imperiosamente a 'espe– rar de él la iniciativa. Mi penúltima carta a él fué contestada con frialdad después de mucho tiempo, y mi última no recibió contestación.

"Retiro a Ud. mis agradecimientos por sus buenos oficios y sus mejores intenciones; pero le recomiendo encarecidamen– te sea Ud. muy cauto y medido en sus palabras y ofrecimien. tos, y que tomando en cuenta mi posición, mi carácter y la ín– dole del pais cuyos destinos me están confiados, se cuide mu– cho de facilitar cosas que tal vez serían imposibles, porque

esto pudiera dar un resultado muy contrario al que Ud. Se pl'omete, y que sería muy de sentirse.

"Veo confirmada en su carta que contesto, el concepto que le enuncié en mi carta anterior como deducción lógica de que el artículo del Progreso fue escrito por inspiración del mismo General Barrios. No tengo interés en que no se siga escribiendo en ese sentido que no ataca ninguno de mis actos. La vergüenza es para el autor de semejante producción y pa– ra la causa que defiende.

"Deseo a Ud. felicidad y me repito su servidor y amigo,

(f.) P. JOAQUIN CHAMORRa "P. S.-El sábado salgo para Managua donde daré de bao ja ~l r~sto del ~jército de movimie~to. Yo me retiraré pOr algun tiempo, deJando el mando en Jefe reasumido en el señor

~anad~r~s pal'a quedar libre de tod:t ingerencia en los nego– CIOS publicos y descansar de las fatigas que me ha ocasiona. do la última situación. Vale." (96)

Estas cartas fueron escritas bajo la seguridad de que se. rían leídas por Barrios, como lo fueron, pues el señor Huete era allegado al mandatario. De allí su tono intencionado. Ellas contribuyeron al éxito apetecido.

GUARDIA QUEDA SOLO CONTRA NICARAGUA

Los presidentes de Guatemala, El Salvador y Honduras

cans~dos ya de guerrear por predominio político, y habiend¿ el pnmero de ellos conseguido colocar en su vecindario a per– sonas amigas y aliadas, comenzaron a desinteresarse en la

i~vasión a Nic.aragua de la que sólo Guardia sacaría provecho. Sm embrgo, este, a pesar de verse solo, no desistía de sus propósitos hostiles contra el Gobierno de don Pedro Joaquín Chamorro.

Ya hemos visto cómo pretendía halagar al General Jerez para continuar amenazando a Nicaragua. Veamos ahora los esfuerzos que hacía con Zaldívar para que éste perturbara la paz de Nicaragua. La siguiente carta nos dará idea además de ~as. locas esperar;zas que abrigab.a Guardia y del poco co– nocimiento que tema del pueblo mcaragüense y del estado actual de Nicaragua, al paso que nos proporciona otros datos interesantes de estos sucesos.

"San José 10 de noviembre de 1876. "A S. E. el señor Presidente de la República de El Sal– vador.

"Mi muy querido amigo:

"Hoy he recibido su muy estimable del 3 del corriente que contesto con la satisfacción de siempre. ' "Efectivamente, no tenía conocimiento de que la Falange nicaragüense se hubiese desorganizado completamente y por esto concebí yo el proyecto de que uniéndose a esa Falange (que yo suponía en número de 400), 400 hondureños que se org;anizase!, más que suficiente para hacer la ocupación de Leon y Chmandega, puesto que me consta de una manera evi· dente que al pisar Jerez el territorio nicaragüense se le uni– rían centenares de soldados y proclamaría su Gobierno en

c~alquiera de las ciudades que atrás he denominado, al propio tIempo que la Falange de nicaragüenses existente hasta hoy en Liberia a las órdenes del General Clement Cantón haría la ocupación de San Juan del Sur y Rivas, sosteniendo ~se nuevo Gobierno. Las dos Segovias lo reconocerían inmediatamente, y dominando ya ese Gobierno en más de las dos terceras par– tes del país, sería natural ante los ojos del mundo su recono–

c~';Uiento por las otras ~epúblicas de Centro América; y adhi– nelldose ese nuevo Gobierno al Tratado de Alianza entre Gua– temala, El Salvador, Honduras y Costa Rica, tiene Ud. caído de hecho al Gob. de Chamorro, pues sus pocos partidarios se 1I.nonadarían ante la fuerza moral de esos acontecimientos. Estas son las deducciones lógicas que se desprenden mirando la cuestión bajo la faz que la he planteado; pero hagamos abstracción del curso natural de los acontecimientos: supon· gamos que el Gobierno de Chamorro esté a cubierto hasta de las impresiones morales que son las que positivamente influ– yen en el ánimo de los hombres y las que producen mayor efecto: que Chamorro derrotara a Jerez y a Cantón en todas partes, ¿ cree Ud. que después de un año que se encuentra en estado de guerra de espectación, mil vecs más perjudicial que la real y efectiva, quedaría en aptitud de declarar la guerra a Honduras o a Costa Rica aliadas con todas las otras Repú·

(96) Lo~ originales de estas cartas. en el ardMvo del doctor Pedro

Joaquln Chamorro.

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