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« Previous Page Table of Contents Next Page »reconocimiento de los dereehos polítieos de todos los eentro– americanos para que los ejerzan igualmente en eualquier parte de Centro Amériea: el reeonocimiento de los títulos literarios y profesionales sin otro requisito que su autentici– dad: la modificación armónica de nuestro sistema aduanero, y del sistema de monedas, pesos.y medidas; y en fin, el plan– teamiento del principio de que las desavenencias que surjan entre los países del Centro, se resuelvan siempre por la acción de medios diplomáticos. Pienso que estas bases de amplia– ción de la Liga sabrá Ud. apreciarlas con su ilustrado cri– terio y su reconocido patriotismo."
Don Pedro Joaquín Chamorro no sólo aceptó con entu– siasmo la idea de la Liga, sino que tuvo la oportunidad de proponer que fuera Guatemala el lugar de reunión de los Plenipotenciarios, y preocupado como estaba por promover el adelanto de Nicaragua, y de acuerdo con el espíritu que el Presidente Barrios reflejaba en sus mensajes, propuso a éste que los países de Centro América formaran una sociedad para que se encargara de aneglal' la via del río San Juan del Norte, como que la apertura de esta arteria comercial fa– vorecería la prosperidad social, política y económica de los cillco Estados. . El Presidente Barrios se excusó con el pre– t.exto de haber hecho ya un arreglo con la Compañía de Pa– nam(t; y acabó pidiendo que se le mandara un estudio con presupuesto de la obra, "para ver cómo le hago U1\ giro fa– vorable al asunto, y poder, aunque sea de aquí a alg!Í.n tiem– po, contribuir eficazmente a la realización del patriótico p,ensamiento de Ud." (84)
Mientras tanto, seguían en buenos términos la corres– pondencia entre ChamolTO y Ban"ios, pues vemos que el pri– mero accede, a solicitud del segundo, a nonibrar para Mi– nistro de Nicaragua en México al mismo que Guatemala ha– bía acredita.do en aquella República,· y aunque Nicarag-ua no tenía, como Guatemala, graves asuntos que resolver con niéxico. .
El General Jerez, creyendo también en las intenciones de Barrios, envió la siguiente carta en la cual hace mérito de los sinceros sentimientos unionistas de don Pedro Joaquín Chamorro, bien conocidos del General.
"Tegueigalpa, noviembre 22 de 1875. - "Sr. don Pedro Joaquín Chamorro, Presidente de Nicaragua. "Muy apreciado señor mío:
"Veamos que se agita actualmente de nuevo la cuestión de unión centroamericana. He leído una manifestación de los leoneses en que se manifiesta que todos vuelven a formar bajo la bandera de esa gran causa. .
"D.esde 63 he tenido el gusto de haberme entendido con Ud. y demás amigos de Oriente en este importante asunto.
Los antecedentes de Ud. no pueden serme dudosos; y aun tengo que asociar dolorosamente al recuerdo de nuestra iden– tificación política el de la irreparable pérdida de su muy estimable hermano que fue sacrificado en aras de la patria. "La franqueza y sinceridad que a Ud. caracterizan, sus
~;olemnes compromisos, su posición a la cabeza de un pueblo, que después de varias y enérgicas demostraciones ha llegado hasta cónsignar solemnemente en el Congreso su programa muy nacionalista, con los puntos cardinales para la realiza,"' ción de la obra, todo me coloca lejos, muy lejos de admitir la más pequeña duda de la eficaz cooperación que Ud. pres– tará a la reconstrucción centroamericana bajo un solo go– bierno, en una palabra, sobre las bases esenciales consignadas en el Congreso.
"Bien veo que Ud. es bien conocido en el pais por sus antecedentes y carácter, pero me permitirá Ud. me tome la libertad de desear obtener de Ud. una contestación a la pre– sente, que me sirva para mejor contradecir a algunos que acaso no estuviesen al tanto de saber calificar el patriotis– mo (le Ud.
"Con esta misma fecha escribo a León a mis antiguos amigos políticos, manifestándoles la satisfacción que expe– rimento al estar seguro, como estoy, de que lo que ellos quieren para la patria lo quieren también Ud. y nuestros amigos de Oriente, como bien lo han justificado desde 863.
Les añado que en tal caso todo está allanado para la orga– nización del país y para una cordial reconciliaeión. "Incluyo a Ud. una manifestación nacionalista de los pa– triotas de Tegucigalpa, y le aseguro que no es obra mía, lo cual no significaría mucho, porque es mi viejo tema co– nocido. Es producción espontánea de los tegucigalpas, en consonancia con una observación que vengo haciendo hace
(84) Carta original en el archivo del Dr. Pedro Joaquín Chamorro.
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algún tiempO, qUé esta dudad y la de Rivas son las mas agitadoras quizá de todo Centro América.
"Deseo a Ud. señor Presidente, perfecta salud; espero se sirva saludarme y haeer común ésta, al señor don Dioni_ sio, y me suscribo de Ud. Aff., Atto. S. S. - (f.) MáxÍlno Jerez.'" (85)
Pero fue precisamente aquél en quien más confiaba Je– rez para esta obra, el Presidente de Guat~mala General don Justo Rufino Barrios, el primero en destruir, con la espada y por. causas de mezquino predominio, el acercamiento que aparatosamente fingía procurar.
Don Anselmo H. Rivas fue escogido para representar a Nicaragua en la Dieta Centroamericana, y a él tocó, COmo Presidente de ella, inaugurar las sesiones.
Llevaba el señor Rivas "amplias instrucciones para SUs– cribir a todo pensamiento que condujese directa y pacífica– mente a la reorganización de Centro América en un solo cuerpo de nación," y además iba acreditado como Enviado Extraordinario ante el Presidente General Justo Rufino Ba– mos para estrechar y fortificar las relaciones e·xistentes en– tre Nicaragua y Guatemala. (86)
Cuando el señor Rivas llegó a Guatemala en enero de
1876 y viQ que esta República se preparaba a entrl;l.r en guerra con. El Salvador con objeto de apoyar al General José María Medina que revolucionaba en Honduras por cuenta de Barrios, estuvo a punto de regresar a su país Si¡l presentar siquiei-a sus credenciales; pero 10 disuadieron sus colegas; y
así, lo primero que hizo fue llamar seria y enérgicamente la atención del Gobernante de Guatemala hacia las funesta8 consecuencias de la guerra que se vislumbraba.
Apal·ent.ó Barrios darse a razón, protestó qu~ la revolu– ciÓn de Honduras no era obra suya, licenció el ejército, y los Presidentes de El Salvador y Guatemala cele,bral'on una con– fel:encia en Chingo con lo cual apareció asegurada la paz. La Dieta est.ipuló más o menos el programa que el Pre– sidente Barrios había expuesto al Presidente Chamorro en la cai'ta ya citada; pero las resoluciones de dicho congreso fue– ron nulas, pues apenas se ausentaron los delegados de Gua– temala, el General Ban'ios se decidió a apoyar abiel'tJl.mente la 1'evolución que el General Medina hacía en Honduras, y al mismo tiempo se lanzó contra El Salvador.
, Esto hizo estériles los esfuerzos de los. centi'oamerica– nos en aquel tl~<l.tado general, el cual, "en .,otras circunstan–
cias~ice el señor Rivas--, habría sido iln paso avanzado hacia la suspirada unión de los Estados." - .
SE LE HACE EL VACIO A NICARAGUA
La guerra entre Guatemala y El Salvador terminó con el triunfo de las armas de Barrios en Pa'saquina. y con Ja ca· pitl)lación de los salvadoreños en Chalchuapa, ;~. la que si– guió el llamado Tratado Definitivo de Paz 'y Amistad firma– do entre el Presidente Barrios y el Provisorio doct.(Jr Rafael Zaldívar, a quien el primero acababa de colocar el). la Pre–
sid~ncia de El Salvador por insinuaciones de Gu¡¡,rdia. Este tl"at;,\do se concluyó en Santa Ana el 8 de maY9· de 1876.
•En Nicarag-ua causó justa alarma este acuerdo, pues en él se estipulaba una alianza ofensiva y" defensiva en caso de guerra exterior, ya fUese ésta con alguna nación extran– jera o con uno de los Estados de Centro América; se de–
claraba roto el pacto Rivas-c.'1.razo suscrito .en 1873 entre Guatemala, El Salvador y Nicaragua con objeto de deTrocar a Guardia por haber revolucionado a Honduras con la expelo dición del "General Shelman"; y como se invitaba a :Hondu– ras y a Costa Rica a adherirse a dicho Tratado D.efinitivo de Paz y Amistad y se excluía a Nicaragua era claro que
se trataba de fOnual' una cuádruple alianza contra este país. Don José Dolores Gámez, en sus "APUntalnientos para la Biografía de Máximo Jerez", pg. 137, 2a. ed., n~s da el motivo que tenía el Gral. Barrios para favorecer la revolu– ción contra el Presidente de Nicaragua. Refiriéndose al fin de la Campaña entre Guatemala y El Salvador; dice el Sr. Gámez:
"Desde ese momento el General Barrios desistió, bien sea por desaliento, bien por que lo creyera inoportuno, de toda idea de reorganización nacional. Persistía, sí, en so pensamiento de auxiliar la revolución de Nicaragua, contra cuyo gobernante abrigaba resentimientos particulares por la
(55) El original existe en el archivo del Dr. Pedro Joaquín Cham<lrro·
(86) Anselmo H. Rivas. Circular a los GobiernO!> de Centro América del 5 de Septiembre de 1876, en la Memoria de RR. EE. de 1877.
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