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« Previous Page Table of Contents Next Page »gasto, em'íe un comisionarlo aparente. con la nllSlOn ostensible de procurar la reforma del Concordato para alejar las cues· tiones que han surgido con el actual.
"Mañana mismo voy a recabar el crédito de .íl 6.000 en dinero, por si Ud. se ¡'esuelve a hacel' este gasto, enviando un comisionado especial, y si lo obteng'o daré aviso por te· léglafo. No sé por qué comprendo que el señor de llbrco– leta no está de acuerdo en ese pensamiento; sin embargo, ya que yo no puedo moverme de ésta, por los negocios que tengo entre manos, le voy a mandar fondos para que venga a discutir la cuestión y enviarlo a Roma, como Ud me 10
indica, si fuere conveniente, a sondear el terreno para obrar con mayor seguridad."
Respecto de su candidatura, se expresaba así el señor Chamorro en su referida carta haciendo hincapié en esta cil'cunstancia como una razón de más pala no aceptar la misión a Roma que se le quería encomendar.
"La indicación que Ud. me hace y que he sabido tam– bién por otros conductos, de que se me señala como candi– dato tIara el l>róximo período, ha venido a aumental' el ma– lestar que produce en mí la larga ausencia y separación de mi familia e intereses; como Ud. comprenderá mejol' que ningún otro, esa posición que muchos codiciall, (49) para mí no tienen halago, y sólo \'1'0 en ella los inmensos sacrificios que me acal'rearía el descré.rlito por mi incapa– cidad en el mando y por tantas eS!leranZas frustraflas; y
en fill, las amarguras que de divel'so g'éuero le traen consigo al que desempeña tan altas funciones. Mas, .,j por mi des– gracia se efectuase esa elección, tendría (Iue resignarme a apurar el cáliz, y aun en este caso, querría tener allanados todos inconvenientes que ahora embarazan a Ud. y que más tarde pueden tomar grandes proporciones y no hallarse re– medio l>ara sdvar la sítuación; pero, por otra parte, mi in– tervencióu en la realización de ese negocio (el asunto de los Jesuítas), me atraería un fuerte llartido de oposición, que seria funesto para el mismo país; y no cI'ea que temo nada personalmente, sino porque nada podría hacer en bien del país. No quisiera ni haber hablado de una cuestión tan delicada y que me toca tan de cerca, pero lo hago eon un amigo intimo a quien le debo toda franqueza, y ponjue esta cO!lsideración puede servir de excusa para no admitir la misión en cuestión. Los intereses de Ud. y los míos son los mismos, pnesto que hacernos abstracción de lo personal y sólo tomamos en mira los intereses generales; así es, pues, que yo no pretendo evadir la responsabilidad moral que pudiera ve· nirme, arrojándosela a otro, pero si llegara a salir electo, no sería conveniente al país que comenzara desde el l>rimer día con una oposición declarada y en lucha abierta. Si el des– prestigio fuera al fin de mi administración, no me arredra– ría, porque el mal sería pequeño; y respecto a lo personal, mis antecedentes y todos mis hechos deiarían bien 1lUesto mi nombre como le sucederá a Ud."
No habiClldo aceptado la misión el señor Chamol'l'o, el Gobie11lo de don Vicente Quadra, por acuerdo del 5 de enero de 1875, nombró en lugar de aquél, al Comendador don José elc Marcoleta Enviado Extraordinario y Ministro Plenipoten– ciario de Nicaragua cerca de la Santa Sede.
El señor de Marcoleta emprendió en Roma las gestiones que le fueron encomendadas, y de su resultado hablaremos adelante; por ahora sólo nos cumple decir que cuando don Pedro Joaquín ChamolTo visitó a León, en 1875, siendo ya Presidente, el Padre Sal! Román, Superior de los Jesuítas en Nicaragua, le hizo cargos de que por gestiones suyas se trataba en Roma del retil'O de los Jesuitas de Nicaragua. Don Pedl'o Joaquín ChamorI'o no sólo negó que fueran obra de su administración tales gestiones, sino que además hizo manifestaciones y ofertas en favor de la Compañía al Padre San Román.
(49) I'ruecerÍn a.hora que los hombres de aquella ~j)oca hablan tal len– g"lIuje empIcando una falsa modestia; pel'o no es así: en realidad eran
sjn(~Cl W como lo demostraban con los hcch03. renunciando varias veces a
Sl1!i candidahuas y aun a la Presidencia misma. Don Vicente Quadra. que nadie mejor complendía este desprendinliento, c.~cribía al Sr. Chamarra el 10 de Febrero de 1874: "creo no contai' muy largos (días de vida), prin–
(~ipnlmcl1te por la encl'\'3,<;ión que Dlís fac.nltndes y energía han sufrido con el duro. penoso. desagradable )~ C!rt.éril trabajo n que fui t\3ido por mis e()nciudadano5; y. al que, como dije a Ud. en mi untel·jor, no es remoto se oblig-uc a Ud, por lo cual ya voy teniéndole lástima".
l. Y ilué atl"a~ción ibn. a tener para estos hombre~ el poder, si para ejer– cerlo se l;ometínn a. la ley..' y para coml}leta\~ los gastos (jue su elevarla po– Bición l'equerín cm- neces'nl'io las mi1.!i veces suplirlos de 6U propio pe~ulio'!
Lns cartas originalcs. del Sr. Quadrp,. en el archivo del Dr. Pedro J oa–
quÍn Chamorro: las de 'D Pecli"O JooC1uín CL";Un01l'O, en el archivo del DI.
Cal Jos Cuadra Pasos.
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El Padre Rafael Pérez S. J. en su historia "La Compa– ma de Jesús en Nicaragua y Costa Rica", (pg. 381, párrafo 4") da a entendei' que el Sr. CharninTo estaba jugando a dos cal'tas en este asunto; pero los documentos trascritos, que no pudieron ser conocidos por el Padre Pérez debido a su ca– rácter eshictamente reservado, demuestran que el Sr. Clm– mon'o decía la verdad, aunque las apariencias mostraran otra cosa, ya que las gestiones iniciadas por el Gobierno de Qua–
dl'U vinieron a hacel'se públicas en el del señal' Chamorro y por eso las atribuyeron a éste.
En cuanto a las promesas de que habla el mismo his– toriador hechas por el Presidente al P. San Román, aunque no dice en qué consistieron, se echa de ver, por la conducta postelior del señor Chamono, que se l'eferían a las garan– tías que bajo su Gobierno tendrían los Jesnítas, promesas que fueron fielmente cumplidas.
El. SR. CHAMaRRa ELECTO PRESIDENTE
DE LA REPUBLlCA
El 22 de setiembre de 1874 regl'esó a Granad-'1 don Pe– dro Joaquín Chamarra, después de haberse visto a la muelte a catU:a de una pulmonía que le atacó en París.
El Semanal Nicaragüense, fecha 25 de aquel mes, dice, l'efil'iéndose a este retonlO: "La ciudad de Granada le ha dado un esplénüido testimonio de su aprecio y simpatía, yen– do a su encuentro casi en masa hasta el muelle, y acompa· fiándolo a su casa con demasiado alborozo."
Aunque el señor Chamarra era el candidato del Partido 'Consel'vac!Ol' para Presidente en el pelÍodo de 1875 a 187\), ('liando regresó al país, sus trabajos electorales estaban muy avanzados, sin que él tomara pal te en ellos, piles era mal visto en aquellos tiempos que el propio candidato fuera a hacerse propangada y u solicitar votos.
El 4 de octubre de 1874 se verificaron las elecciones pri– marias en completa libertad y orden, salvo un pequeíío inci– dente en Managua. Don Pedro Joaquín ChumolTo o.btuvo 551 ('lectores y su contricant.e el Lcdo. D. Buenaventura Selva, 234; don Evaristo Carazo, 203; don Juan B. Sacasa, 122; don Pío C.astellón, 100; los demás no tuvieron más de cien votos. Los opositores ganaron a la redonda en León y en alg'u– nos cantones de, Rivas, Chinandega, Matag'alpay Nueva Se– gavia. Refiriéndo::;e a esta elección, decía más tarde don Pedro Joaquín Chamol'l'o: "Yo por mi parte, señores, he abri– gado siempre la íntima convicción de que esa elección (la de ]87,.) rue verdaderamente lihre. Sin que me hubiera cabido al más pe<lueña duda de que era obra exclusiva del Gobierno, como maliciosamente se propala, no habría habido conside– ración hnmana (llIe me hubiese obligado a aceptar el lloder."
PROGRAMA DE GOBIERNO
Los opositores no se conforman con la derrota. Por la eOl'l'espondencia de don Vicente Quadra con su hermano don José Joaquín, se sahe que el General Pineda demmeió ·al PI'€– sidente una conjura en enero de 1875 que tenía ramiIicacio– ¡leS en Rivas, Managua y León. El 27 de febrero estuvo a punto de estallar la guerra civil, pues en un sitio de las afue– ras de León llamado "El >Chilamate" se rcunieron individuos armados con intento de echarse sobre el cuartel; pero las
autori(!a.(~es, auxiliadas de los vecinos honrados, reprimieron la sedlClOn y eapturaron a muchos comprometidos a quienes se les siguió causa, de la cual resultaban comprometid<>-<¡ algunos rep]'('sentantes al Congreso.
. Bajo tan malos auspicios, tomó posesión de la Presiden–
Cia de la República don Pedro Joaquín Chamono, el lo. de marzo de 1875. . Como su mensaje inaugural y el manifiesto qUE! lanzó a l?s pueblos en aquella fecha contienen su progranla de goblerno que fue cumplido fielmente trascribimos integTos a continuae:ión esos notables document~s.
MENSAJE de don Pedro Joaquín Chamorro al tomar posesión de la Presidencia de la República.
Honorables Senadores y Diputados:
"L1~mado ¡rol' el voto de la Nación y por la solemne de– e1an!tona que de él habéis hecho, al ejercicio de la Prime'ra
l\1a~I;;tratura: no me cabía consultar si mi capacidad y ente. rez!1 me hac~~.n. apto para el desempeño de un destíno tan, delIcado y difIcIl en el que han escollado los hombres más
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