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causado una consternaei6n gen~ ..al
en León.
"Sin embargo de todo esto, no debemos deternos en nuestros movimientos, en la posibilidad de una deslealtad: aguardo, pues, a los rivenses y a la artillería con todo lo que he pedido. Soy su afectísimo amigo.
FERNANDO GUZMAN." (28)
En efecto, la guerra estaba concluida, Jerez le había puesto término, no tanto porque hubiese ya perdido las es– peranzas de hacer la nacionalidad, pues el Presidente del Perú le ofreció, por medio del Dr. Lorenzo Montúfar, todo apoyo para seguir luchando por aquella causa, (29) sino porque vio la preponderanefa que Martínez adquiriría cada día, y que no iba eh camino de lograr sus aspiraciones de toda la vida: mandar en Nicaragua.
Por decreto de 29 de octubre, el Senador Presidente Cha– morro, en nombre del Gobierno y pueblo nicaragüense, da las gracias al Sr. Guzmán por "el restablecimiento de la paz que con tanta prudencia y celo se había propuesto conservar", Y
"por la abnegación y patriotismo con que ha defendido l.a causa naciona!." Como justa recompensa a las dotes de mI– litar que mostró en los campos de batalla, se le nombró Ge– neral de División del Ejército de la República.
Guzmán, a su regreso, se fue directamente al templo e hizo cantar un solemne Te Deum en acción de gracias. El 20 de noviembre el. l:¡enador Presidente lanza una pro– clama, despidiendo a los soldados que vuelven a sus faenas pacificas, En ella se encuentran estos conceptos:
"Soldados de la Patria: desgraciado el que osare arreba. taros el inestimable bien de la paz. Si tal cosa sucediera, si algún enemigo del orden, devorado por el fuego de las pasio· nes, levantase otra vez el fatídico estandarte de la rebelión, sabriáis escarmentarle porque sois valientes y tenéis un Jefe, inspirado por el amor a la Patria; sabrá, como ahora, condu– ciros a otros triunfos y coronaros con nuevos laureles. "Pero no perdáis de vista que el verdadero republicano, el liberal amante de las instituciones, jamás se deja sorpren– der de los pérfidos halagos del egoismo. Ni los honores, ni las riqu~as, ni ~l deseo del Poder, ni las vulgares venganzas son parte a extraviar su firme paso en el sendero de la vir– tud.
"Así, pues, 'si algún espíritu inquieto o mal aconsejado se acerca. a vuestros oidos y murmurase instigaciones de tras–
t0l'l1OS, separadle de vuestro lado. ,Ese tal no es vuestro ami–
go". (30)
El 25 de noviembre el Sr. Chamorro entregó la Presiden– cia a don Fernando Guzmán. Este acto tuvo efecto en Grana– da, a donde se habia trasladado temporalmente el Gobierno después de firmada la paz.
El 1 1' de enero de 1870 quedó restablecido el orden cons– titucional, a pesar de q\.le no faltaba quienes pedían que si– guiese el estado de sitio; pues el Gobierno, sintiéndose ya fuerte, no quería privat a los pueblos de los beneficios consl– titucionales más allá de 10 estrictamente necesario, (31)
GESTIONES PARA PONER FIN A LA GUERRA
Ya hemos visto' el l'esultado de los esfuer'zos patrióticos dtl los señores Guzmán y Chamorro para lograr una paz segu–
}':.\ y honorable; hemos visto la a.migable intervención de los Estados de Honduras, El Salvador y 'Costa Rica para ayudar a conseguirla; hemos visto que el General Máximo Jerez puso fin a la guerra de modo inopinado. Veamos ahora a qué obe– deció este extraño desenlace, y cómo a la gestión diplomática de don Pedro Joaquín Chamorro se debió en gran parte el t'ixito alcanzado. '
Desde antes que e1-' Sr. Chamorro fuera llamado al Minis– terio de la Guerra y alejerCÍcio del Poder Ejecutivo, se diri– lrió al Presidente de Honduras Gral. José María Medina y al Gra!. José Trinidad Callañas, rogándoles que interpusieran su valiosa influencia con J'erez para hacerlo desistÍ¡- de una gue-
(28) Archivo del Dr, Pédro Joal!uin Chnmorro.
(29) Sofonias SalvatierÍ'a, Revista Histórica, dÍl'igida por A Fletes llolañós. 'Managua, 30 de noviembre de 1918. Pág. 21.
(30) Gaceta de 1869, pág. 372.
(31) Informe de A. H. Rivas al Congreso, 1870, parte eXPOllitiVa,
rra injusta y antipatriótica; y para. que las gestiones tuvie– ran más efecto, tocaba. a aquellos señores la 'cuerda. sensible del nacionalismo, aparentando cre~r que eso buscaba Jerez de buena fe y pidiéndoles que hicieran ver a Jerez que el ca– mino por él emprendido 110 era el mejor para conseguir la uni– dad de Centro América.
Pero como ambas cartas son muy importantes y. arrojan mucha luz sobre el verdadero fin de la guelTa civil de 1869, la.s trascribiremos íntegras.
"Granada 24 qe julio de 1869.-"Excmo. Señor Capitán General don José María Medina.-Presidente de la República de Honduras.-Comayagua.
"Señor de toda mi estimación y respeto:
"Aunque yo no tengo el honor de conocer personalmente a V. E., el buell nombre de que justamente disfruta V. E. y
la alta posición en que se encuentra colocado, me animan a dirigirle la presfónte para informarle de las tendenclas de la revolución que estalló el 26 del próximo pasado en León, y pe· dirle muy encarecidamente a nombre mío y de todos los propie– tarios y gente honrada de este país, se digne dar una benévo– la acogiqa al Sr. D. Pedro R. Ramírez, que con el carácter de Encargado de Negocios de este Gobierno pasa a esa Repú– blica a solicitar del de V. E. cooperacióll y ayuda para resta· blecer prontamente el orden en ésta.
"El programa solo del Sr. Jerez revela las tendencias, causas y objeto de la revolución; y no se ocultará a la elevada llenetración de V. E. que el riesgo inminente que corre el prin– cipio de autoridad, el orden y la propiedad puede hacerse trascendental a esa y las otras Repúblicas, ya por la preten– sión del Sr. Dictador liberal de establecer la nacionalidad por la vía de hecho, ya por lo probable que es la introducción de elemento filibustero, si la lucha se prolonga por algún tiem" po. (32) Prevenir este mal sería muy digno del enérgico e ilustrado Gobierno de V. E.; y en esta confia~a es que el señor Guzmán ha acreditado su comisionado.
"Con un paso semejante V. E. vendria a estrechar las fraternales relaciones que felizmente han comenzado a esta– blecerse entre los dos Gobiernos y acabaria de atraerse las simpatías de hombres y pueblos cuya nunca desmentidad leal– tad asegurarán a V. E. un fiel amigo y aliado.
"La conducta del señor Comandante de Amapala, decla– rando buena presa como contrabando de guerra las armas que en el vapor venían a los facciosos, es un hecho que llena de honor y gloria al Gobierno de V. E. y que este Gobierno y pueblo saben apreciar en su vel'dadero valor. ' "Ruego a V. E. muy encarecidamente se digne dispensar la confianza que me tomo, y aceptar las consid(lraeiones de aprecio y respeto con que por primera vez me doy el honor de firmarme, de V. E. obediente servidor y amigo, Q.B.S.M~
(f) J. JOAQUlN GHAMORRO."
"Granada 24 ,de julio de 1869.-"8r. General don Trini· dad Cabañas. (Confidencial).
"Aunque nuesu'as relaciones personales no han sido es– trechas, no por eso he dejado de tener por Ud. fuertes sim– ¡latías que me han inspirado su honradez, valor y demás cualidades personales, y sobre todo las buenas y repetidas apreciaciones que oí de mi hermano Fruto que ta.nto estimó a Ud. Tales antecedentes me hacen tomar la confianza de dirigirle la presente que tiene por objeto informal" a Ud. de la tendencia de la revolución que hoy se ha desarrollado en
esta República para que pueda Ud. juzgar con exactitud e influir con sus prestigios a fin de que la causa dél orden, que es la de Ud. triunfe en este pais. ,Ante todo recordará Ud. que en el año de 1863 se convenció el General Jerez y sus principales amig-os de nuest.ras sanas intenciones, de
(32) Sin duda sabía el señor Chamol'ro aquella amenaza del General Jerez al Ledo. Jerónimo Pél'e'~: "Ud. vio mi arrepentimiento por la intro– ducciÓJl del fíllbuster!¡¡ml>; pues le aseguro que en caso igual VOlvcl'ia a introduclI'los". (Obras, pág, 164~. Aun no lo Iliabia escrito Pérez, pero ya se lo habia dicho Jerez. Por otra parte, lo,. antecedentes de éste justifi. caban llqufll temor. Por lo demás, no es creible que Jerez intentaba hacer la nacionalidad de hecho; su programa no habla de ella y si de reforma. liberales. Si fll sefior Chamorro aparentaba creerlo, era para argümental' con más fuerza ~ontra la revolución de J ",rez. l!lste, para cxcu¡¡arse una vez más COn el pretexto nacionalista, desistió de seguir la guerra aparen– tando que lo convencian aquellas razones, pero en l'calidad pOl'que como, prendia qtle Martinez lo tenia dominado. .
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