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« Previous Page Table of Contents Next Page »Sobre las intenciones y modo de proceder en este delica– do asunto de los señores Guzmán y Chamorro, dan cuenta las siguientes cartas cruzadas entre ~mbos.
El primero de ellos escribe al segundo desde Masaya con fecha 17 de setiembre: "Al fin se arregló el armisticio de diez días, y este C,orreo lleva la nota oficial en que doy cuenta. Debe Ud. nombrar su Comisionado para las pláticas de paz. Al tratar de ésta, no debe Ud. tomarme en cuenta a mí, ni economizarme de ninguna manera: yo la deseo fer– vientemente; Y con gitsto pasaré por mi sepal'ación, si fuera necesaria. Lo único que quiero es que no se haga una cosa qne por indigna pueda ser un feo borrón para Nicaragua".
y el mismo <lía, horas más tarde, vuelve a escribir al p¡'opio Sr. Chamorro: "En nada se debe tomar en cuenta mi opinión. Uds. deben ver lo que más convenga, con total abs– 1,ención de mi personalidad. Por lo mismo, no !¡lería de nin– gún modo conveniente que se me nombrase para entender– ¡ne en ese asunto".
Ese mismo día 17 de setiembre le contesta don Pedro Joaquín Chamorro en los siguientes términos: "HI;! pensado. que el SI'. Ayón, que ha comenzado a entenderse en este asunto, continúe en él por ser el más competente en esta materia, y que Ud. tenga también en esto una eficaz inter– vención, dándole Ud. las bases que juzgue convenientes, con– sultando, si a Ud. le parece, la opinión de algunas personas de Granada. Por lo que toca a Ud. personalmente, no debe excusarse de conocer en este asunto, que por ser de tanta entidad y de interés público exige de nosotros, si se quiere, toda clase de sacrificios. Hagamos lo que convenga al país y al honor del Gobierno en cuanto sea posible y no nQS pa– remos en el qué dirán de la gente. y juntos carguemos con toda la responsabilidad. . Puede Ud., pues, entrar en mate– ria pOi' medio del Sr. Ayón, a quien oficialmente se le ha llamado a Masaya a donde llegará el Sr. Colindres. Acaba de aprobarse el armisticio con Ud. ajustó ayer".
Al Dr. Ayón le escribe lo siguiente: "Managua, setiem– bre 18 de 1869.-Sr. Dr. Tomás Ayón.-AmigQ que aprecio: Van las instrucciones a que Ud. debe arreglarse: por ellas verá Ud.. que en ningún caso debe comprometerse la digni– dad del Gobierno. QuierQ la paz como el que más; pero sin el sacrificio de mi deber como gobernante.
"Ud. debe discutir confidencialmente con el Sr. Guzmán, y oír la opinión dé las personas respetables y amigas del Gobierno.
"P"rocure restringir, en cuanto le sea posible, el reeQno– cimiento de la deuda, respecto de aquellos que nQ Mm sido forzados para dar lQS recursos; pero que ésto no sea un obstácu.o a la consecución de nll objeto tan grande. La cuestión de dinero lio es de una importancia vital.
"Deseo a Ud. acierto en la comisión que se le ha encar– gado y que logre nn éxito feliz que satisfaga el sentimiento público.
"Soy de Ud. amigo y servidor.
(f) P. JOAQUIN CHAMORRO." (16)
El Dr. Ayón no quería convenir en que las al1llas que– dasen en León: "Conozco-eseríbía el 22 de setiembre al Se– nador Presidente- que quedando las armas en León, no se hace más que aplazar la revolución para más t.arde, tal vez a una época no remota; pero considero que.' será imposible conseguir lo contrario por medio de aneglos." (17) Es decir, en León querian derrocar al Gobierno a todo trance: si desistían era porque habían fracasado; pero tan luego se repusieran, volverían a la carga. En realidad, no era el pueblo de León,. bueno y pacífico, el que inspiraba esos
t~n!-ores, sino sus caudillos, y principalmente Jerez, cuyo es–
pm~u revolucionalio, bien conocido desde hacía muchos años, habla traído grandes calamidades a Nicaragua.
El 25 de setiembre se ajustó en Masatcpe el convenio de paz que fue suscrito por el Dr. Tomás Ayón y el Ledo. D, Manilel Colindres, comisionado este último por el Gobier– no de Honduras. La sustanci lL de ese convenio es la siguien– t.?: 1 9 Se convocaría una constituyente después de un mes de firmada la paz; pero no se determhlaban las bases de la nueva !Carta Fundamental. El Gobierno se comprometía a
otorg~r libertad, tanto para la elec~ión como para las deli– beraCIones de los diputados. 2 9 Una vez ratificado el conve–
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16) El original de estas cartM. en el !U'chivo del Dr. P. J. Chamorro.
(17) Original en el archivo del Dr. P. J. Chamorro.
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nio, el ejército revolucionario regresaría a Le6n. En esta ciudad las armas serían entregadas al Comisionado Colindres y las custodiaría el Gobernador Militar a las órdenes del Go– bierno, mientras se llenaban las demás cláusulas del Conve– nio. 3 Q Cumplido el desarme de la revolución, el Gobierno darla de baja a su, ejército, y nombraría para Prefecto de León a una persona que mereciera la confianza de los jefes de la revolución. 4 9 Se reconocía la deuda de la revolución
y se la colocaba en el mismo plano de igualdad de la del Gobierno. (18) -
Este convenio era honroso y ventajoso para el Gobierno. Jerez <lió por terminada la guerra y se marchó a León. Guz– mán adelantándose a él, envió a don Pascual Fonseca una carta con el propio Carmen Cárcamo para que en su nom– bre y secretamente le ofreciera ayudarle en la vida privada. Jerez aceptó, pero advirtiendo a don Pascual que no extraña– ra si exteriormente asumia una actitud contralio a la paz, porque temía que lo asesinaran.
Otl'a carta igual envió al Ledo. Zepeda para que éste influyera con don Francisco Baca a favor de la paz. (19) En efecto, llevado el tratado a León, los revolucionarios comenzaron a dar largas al asurito, pidiendo refoi'n1a!¡ y una prórroga del armisticio; pero ni Guzmán ni Qhamorro que– rían conceder más prórrogas, porque sospechaban que de ellas se aprovecharía el enemigo para preparar una nueva ofensiva. Así se ve de las siguientes cartas.
"Masaya, octubre 3 de 1869. (2 Y media de la tarde).– Sr. don Pedro Joaquín Chamorro. Managua.-Mi estimado amigo: Acabo de recibir su estimable de hoy, y me he im– puesto de las modificaciones que proponen en León al trata– do de paz, y de la solicitud de otra prórroga del armisticio. "Mi opinión es que no se pueden aceptar esas modifica– ciones, sin COml)rOmeter la dignidad del Gobierno y sin dejar al país expuesto a entrar muy breve en una nueva lucha. "Tampoco puede consentirse en la prórroga del armisticio, pues Ud. mismo está al corriente de que lo (IUe quieren es sólamente ganar tiempo para juntar sus fuerzas y elemen– tos, como se ha probado con el hecho de estar mandando parque a Masatepe y lli ocupación de Chocoyos. ¿Qué fe podemos tener en esos hombres?
"Así, pues, me parece que puede el Gobierno contestar al señor Colindres en términos que revelen nuestra buena disposición á poner término a la guerra, y nuestro verdadero sentimiento de que no se pueda lograr tan importante objeto. Manifiéstenle todas las razones de conveniencia pública que se oponen a la aceptación de las referidas modificaciones. "En cuanto a desocupar San Antonio y demoler' las for– tificaciones, si a Ud. le parece conveniente, que se haga; pero que de ninguna manera se retire el piquete del volcán, porque ese está cubriendo un camino importante, y pone embarazos al enemigo en el caso que quiera dirigirse a esa ciudad.
(f) FERNANDO GUZMAN Don Pedro Joaquín Chamorro tampoco desea prorrogar el armisticio, pero al fin consiente para extremar las opor– tunidades de hacer la paz. $u carta dice así:
"Managua, octubre 5 de 1869. Sr. Ledo. D.on Manuel Colindres, Comisionado &.~Muy apl'eciado Sr.: He recibido la importante carta de U.S. de 1 del corriente, a cuyos con– ceptos me doy el gusto de responder.
"Es muy perjudicial al Gobierno la prórroga del ar– misticio nuevamente solicitado, una vez que todo convenio a este respecto, en las actuales negociaciones, lo hemos visto violar escandalosamente por los Jefes de la revolución, como se significa con la ocupación de Chocoyos por D. 'fomás '"n–
cayo, la aglomeración de elementos de guerra en el campa– mento de Masatepe, y últimamente con la ocupación del pue– blo de Niquinohomo ejecutada el 4 del que rige, dentro del término de la prórroga. Por esto el Sr. Colindres se con– vencerá que las deferencias sobre prórroga, no pueden traer al Gobierno' sino males positivos, porque mientras él de su l)arte cumple con lealtad su fe empeñada, de la otra se le falta sin respetar aun la promesa hecha ante la mediación del Gobierno de Honduras.
"Sin embargo, deseo dar a Ud. una prueba más de los sentimientos que me animan por el restablecimiento del orden y para manifestar a U. S.- y su ilustrado Gobierno cuánta
(18) Colecci6n de Acuerdos y Decretos de 18ü9.
(19) Poco después de la guerra el Gobierno ayudó a Jerez a establecer un Colegio en Rivas.
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