Page 135 - RC_1968_05_N92

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por fundamento esta base, no es ni razonalmente proponible; a lo que el señor Navas replicó que por su parte no se ha pretendido un triunfo absoluto sobre el partido Genuino, da– do que no puede. ~onsiderárse extremidad .la can~idatura del Senador don AdrIan Zavala, por ser notorio que el pertenece a esta misma agrupación política, y porque siendo moderado y conciliador, tiene la yentaja de reunir las simpatías de to– dos los círculos del pals. .

"A continuación tomaron la palabra varios comisiona– dos de ambos partidos, sosteniendo cada uno su respectiva tesis, y no habien~? sido posible llegar a ,!na solución satis– factoria, se rcsolvlO dar cuenta a sus comitentes.

"En este estado el Sr. Comisionado don Filadelfo Núñez propUSO como término medio la candidatura del Sr. General Zavala asociada de la del Sr. Senador don Evaristo Carazo. El Sr. Rivas manifestó: que las instrucciones de los comisio– nados se limitan a proponer como término medio la candida– tura del muy honorable don Vicente Quadra y que la propo– sición del Sr. Núñez podría en otra ocasión discutirse. "Federico Solórzano, Anselmo H. Rivas, Benjamín Gue– rra M. Vijil, José M. Gasteazoro, F. del Castillo, Eddo. Mon– tiei F. Alvarez, N. Vega, J. Luis Vega, Ascención P. Rivas, N 'Lacayo, Pedro Balladares, Pascual Fonseca, F. Castellón, M'anuel A. Vaca, C. Marenco, F. Martínez, S. Machado, F. Núñez, Toribio Tijerino."

"Manifiesto de la Convención Nacional Conservadora a

los pueblos de la República

"La Convención Nacional Conservadora se ve en el caso de dirigirse de nuevo al Partido Conservador de la República, para informarle de todo lo que ha ocurrido desde la procla– mación hecha el 11 de Enero último de la candidatura del esclarecido ciudadano General don Pedro Joaquín Chamorro, hasta h'Oy. Comunicada aquella proclamación a todos los Clubs conservadores de la República, todos contestaron aco– giéndola con entusiasmo, y de varios pueblos se han levan– tado actas suscritas por considerable número de ciudadanos en Opoyo de ella. Nunca se ha pronunciado la opinión pú– blica de una manera más espontánea y explícita en favor de un candidato.

"Los que adversan esta candidatura han redoblado sus esfuerzos, al extremo de contraer alianzas peligrosas con los sistemáticos enemigos del actual orden de cosas, dando lu– gar con esta conducta a que, a la sombra de círculos conser– vadores disidentes, y aprovechando la excitación que produce la cuestión eleccionaria, lleguen a realizarse hechos que ha– brían de lamentarse aún por los mismos conservadores que los hubiesen ocasionado. Con semejante conducta han apeo lado a vanos medios para extraviar el criterio público, entre otros a dar pábulo a la invención de los opositores de que el Poder está vinculado a una casa de comercio bajo la razón social de Chamorro-Zavala. Esta fábula, que tomaba cierto colorido de verosimilitud por la circunstancia de haber ocu– pado puestos muy distinguidos individuos pertenecientes a es– ta sociedad mercantil, no sólo iba tomando séquito en algu. nas gentes del vulgo, sino en personas de quienes había de– recho a esperar mejor criterio. El señor Chamorro, como prendiendo que es.ta arma podía a la larga herir gravemente los intereses de su partido, esgrimiéndola los enemigos con habilidad, le determinó a formar la resolución de exigir de sus amigos prescindiesen de su candidatura, y con este ob– jeto llamó a algunos de sus más íntimos, poniéndoles al co– rriente de su determinación. Estos desaprobaron el pensa– miento fundados en que en la cuestión actual no se trataba de él, sino de el Partido, y que el cambio de su candidatura podría ser interpretado por amigos y enemigos como un acto de debilidad que introdujese el desconcierto en las filas del Partido Conservador, a lo que él contestó que, a su juicio, no había peligro de desconcierto, porque él proponía al señor Don Vicente Quadra, quien reune todas las condiciones por las cuales el Partido Conservador le ha dado esta muestra

d~ confianza, y que por otra parte, la presidencia de su can·

d~datura lo deja en libertad de ponerse al frente de su par– tido y defender con energía los intereses del país.

"En consecuencia, se convocó la Convención para que decidiera, y este alto cuerpo aceptó por unanimidad el pen–

s~miento del señor Chamorro, a condición de que fuese admi· tIdo el señor Quadra como vínculo de unión con los conserva– dores disidentes.

Desgraciadamente se hizo imposible llegar a una inteli· gencia, a pesar de las disposiciones conciliatorias del Partido,

porque los opositores a la candidatura del señor Chamorro no obstante reconocer las relevantes. cualidades del seño: Quadra, se negaron a aceptar esta patriótica solución a la di, ficultad.

"En tal concepto, la Convención Nacional Conservadora ha decidido continuar con la candidatura del señor General don Pedro Joaquín Chamorro, resuelta a llevarla a las urnas elec-, torales. . "Benjamín Guerra, A. H. Rivas, Miguel Espinoza, Luis Cierra. H. SabalIos, Francisco D. Avilés, M. Vijil, Federico Muñoz, F. Alvarez, A. Avilés, S. Avilés, Eduardo Montiel, Inocente Granera, C. Marenco, Indalecio Bravo, Luis' Mejía, J. D. Martínez, Antonio Cega, Ascención P. Rivas,· Claudio Rosales, F. del Castillo, Pedro J. Ruiz, Pbro. Miguel Bolaños, Fernando Brenes, Leopoldo Avilés, Vicente Vijil, J. C. Ben– goechea, Pedro A. Obregón. El infrascrito delegado por el Departamento de Chinandega declara que concurrió a esta Convención sólo en el caso de que se llevaría a efecto el pensamiento de la candidatura término medio del Honorable

Sr~ Quadra. (f) Salvador Chamorro. Los que suscriben, de~

legados por el comité departámental de Rivas, declaran: que se han incorporado en esta Convención con el objeto de hacer adoptar un término medio entre los candidatos extremos: E. Carazo, P. Chamorro, Salvador Castrillo; Narciso ArgüelIo Feria, Ramón Sáenz, Luis E. Sáenz, Eduardo Terán, Eleodoro Arana, Juan .Lacayo, A. Avilés, Liberato Dubón, Toribi,o Ti· jerino, Rafael A. Rivas, Narciso Vega, Mercedes Tejada, J. Luis Vega, Francisco Sáellz, Ramón Molina, Dolores Casti· llo." (230).

Los temores del Sr. Chamorro se cumplieron. Las elec– ciones primarias no fueron ajustadas a las promesas del mandatario. El Director de Comunicaciones, don José Pasos, hizo funcionar el telégrafo a su antojo, enviando informacio– nes que influyeron decididamente en el resultado de la elec– ción; mientras que en algunas partes, principalmente en Ma– tagalpa, hubo verdaderas violencias para derrotar la candi– datura del Partido Conservador Genuino, como se llamaba a la gran fracción que apoyaba al Sr. Chamorro. Fue para és– te gran satisfacción haber ganado en León aunque perdió en Granada, ciudad de su nacimiento y residencia, y por eso quizás donde tenía más opositores en las clases principales, porque a pesar de todo era respetado y querido de la masa popular.

Después de las elecciones primarias, y cuando se vió que don Pedro Joaquín no contaba con suficientes electores para derrotar a los otros dos candidatos que contaban con mayor número, don Evaristo Carazo y don Adrián Zavala, hubo una reunión para deliberar sobre lo que convenía hacer. Don Pablo Hurtado nos ha referido que cuando los par– tidarios de don Adrián Zavala propusieron que los votos de Chamorro se· le cedieran a aquél, don Anselmo H. Rivas contestó: .. -Hemos lanzado la candidatura de don Pedro Joaquin Chamorro sin odios ni resentimientos contra nadie; así es que no nos aliaremos con ninguno para combatir al otro: que gane el que tenga más voto; pues ambos candidatos son de nuestro partido.

Como consecuencia, salió e,lecto para Presidente don Eva-risto Carazo. .

Desde luego, esto significa la caída del Partido Conserva– dor Genuino muchos lo comprendieron así y hasta se alegra, ron de la derrota del vie'jo adalid de la causa del orden, quien, como él mismo lo había dicho, era un estorbo a ciertas ambiciones personales. Mas no faltó quien apareciera debi– damente aquel hecho histórico. A don Ramón Sáenz le oimos decir:

-Quién sabe que va a pasar en Nicaragua con la derro– ta de don Pedro Joaquín Chamorro!

-y el Dr. Francisco Alvarez, al ver una manifestación popular que los granadinos enemigos de don Pedro Joaquíri hicieron pasear por las calles de Granada, exclamó: -Puebo imbécil, celebrando su propia derrota! Que estos señores fueron videntes, lo justificaron los acontecimientos posteriores.

A pesar de la derrota y de que el adversario trataba !Íe humillar con ella al vencido Partido Conservador, no perdie– ron los hombres de esta agrupación el sentido patríótico y político que tanto les habia distinguido, al resolver todos sus desastres del modo más conveniente para el bien del pais.

(230) Ambos documentos fueron tomados de El Mercado. No. 512. del 13 de Febrero de 1886.

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