Page 134 - RC_1968_05_N92

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considera el hombre para eso. En honor a la ve'rdad el propio Dr. Cárdenas nunca manifestó a nadie sus propósitos de se– guir en la presidencia, y antes bien, a los que le hablaron de ese plan, les rechazó la idea.

Los amigos de don Pedro Joaquín Chamorro insistían en que aceptara la candidatura, diciéndole que en las pasadas elecciones el partido había logrado pocos votos, porque él no había sido el candidato. Por fin se decidió, sabiendo que hacía un sacrificio.

-Yo sé que Cárdenas no me va a dejar salir electo– dijo a uno de sus deudos-; pero quiero que se sepa que acepto la candidatura para demostrar que no estoy de acuer– do con él en muchas cosas ni quiero estarlo, y menos que se crea que estoy entendido con él en una especie de juego electoral.

Resuelta la candidatura de don Pedro Joaquín Chamorro y dispuesto él a aceptarla, se reunió la Convención del Paro' tido en Managua el 11 de enero de 1886, y una vez instala– da, pasó en cuerpo a visitar al Presidente Cárdenas. "A las 4:30 p.m.-refiere la crónica de aquel acto- la Convención Nacional Conservadora se presentó E.'n los salo– nes del Ejecutivo, y en un sencillo pero significativo discur– so, manifestó al jefe de la Nación el placer que animaba a los dE.'legados de siete departamentos que allí presentes es– taban de poder saludar en nombre de sus comitentes, bajo los auspicios de la paz, que su gobierno ha podido devolver a los pueblos a despecho de los constantes esfuerzos de la oposición sistemática que le ha adversado. El Sr. Presidente, que oyó con agrado aquellas sinceras y significativas expre– siones; contestó acogiéndolas con el mayor placer y mani· festando en seguida su deseo de que, en las próximas elec– ciones presidenciales, el Partido Conservador eligiera a un hombre digno de las gloriosas tradiciones del Partido," (228) Después de esta ceremonia la Convención Nacional Con– servadora proclamó oficialmente la candidatura de don Pe– dl'O Joaquín Chamorro para la Presidencia de la República en el período constitucional de 1887 a 1891. Los convencio– nales don Anselmo H. Rivas y Dr. Francisco Alvarez fueron comisionados para redactar el manifiesto al pueblo nicara– güense en que se expusieron los motivos del Partido Conser– vador para reclamar de ellos el apoyo a esta candidatura. Dichos señores lo hicieron en los términos siguientes:

"La Convención Nacional Conservadora a los pueblos

de la República

"El respeto que 1I0S merece la opinión de nuestros con– ciudadanos nos impone el deber, ahora que se trata de efec– tuar la renovación periódica del primer Magistrado de la República, de dirigir a los pueblos una manifestación expo– niéndoles los títulos con que el Partido Conservador se pre– senta ante ellos y que lo hacen acreedor a la alta confianza que le han dispensado, encargándole la dirección de los ne– gocios públicos dE.'sde hace más de 30 años, En una época no muy remota, de que conservan recuerdos testigos pre· senciales, fluctuaba Nicaragua entre una vergonzosa anar– quía y una degradante dictadura. Los nicaragüenses vivían en constante zozobra teniendo ante sus ojos un porvenir som– brío. El título de nicaragüenses era mirado en los Estados vecinos corno un apodo infamante.

"En este estado las cosas, unos pocos hombres resueltos, animados de nobles sentimientos, se enfrentaron a la situa– ción, y su sangre generosa regó las cárceles y las calles de las ciudades de León y Granada y las costas del Gran Lago. Ese fue el origen del Partido Conservador. Desde en– tonces no ha dejado de estar en constante lucha con los ele– mentos insanos de la sociedad; pero merced a sus esfuerzos, abnegación y sacrificios ha logrado es~ablecer el actual orden de cosas, sacando de la abyección y de la miseria al pueblo nicaragüense y elevándolo, por sus instituciones políticas a un rango no inferior al de varios pueblos de Hispano Amé– rica.

"Con el objeto de continuar trabajando en este sentido y

que el país prosiga marchando imperturbable en la se~da

del progreso, hemos proclamado hoy solemnemente con la plena autorización de nuestros comitentes, e interpretando el sentimiento nacional, candidato a la Presidente de la RepÚ. blica para el próximo cuatrienio al esclarecido y benemérito ciudadano Senador y General Don Pedro Joaquín Chamorro cuyos relevantes méritos están en la conciencia del pueblo ni.

(228) El MelXado. 12 de Enero de 1886.

caragüense, y lo hacen en las actuales circunstancias el ma8

apto para regir sus destinos, por lo que no dudamos que los pueblos de la República, quedarán satisfechos de nuestra conducta." (229)

Una vez lanzada oficialmente la candidatura del señor Chamorro, de nuevo la Convención en cuerpo fué a visitar al Presidente Cárdenas para notificarle su resolución. Don Mariano Zelaya B., uno de los convencionales que ocurrie– ron, nos ha referido que el Presidente los recibió muy bien, y en un discurso muy satisfactorio para el candidato, dijo que se sentía complacido de que el Partido Conservador hi– ciera justicia a los merecimientos de don Pedro Joaquín Cha– morro que acaba de dar una gran prueba de patriotismo en el conflicto con el Presidente Barrios de Guatemala. Conclu– yó ofreciendo que la elección sería completamente libre. Los convencionales pidieron al gobernante que les per– mitiera publicar su discurso, a lo cual el Dr. Cárdenas accedió gustoso y comisionó a don José Pasos y don José Dolores Rodríguez para que lo reconstruyeran. Pero grande fué el asombro de los convencionales cuando vieron que el discurso reconstruído por Rodríguez y Pasos estaba muy lejos de co– rresponder a lo expresado por el Presidente Cárdenas. Se les reclamó a los redactores; pero éstos insistieron en que tal era el discuso del Presidente y no otro.

Don Julio César e,ra por entonces el Jefe del renaciente Partido Liberal. Junto con su partido había dado el voto a Cárdenas para Presidente, por sus tintes radicales; pero no estaba satisfecha de la política de éste, que no dió participa– ción en su gobierno al liberalismo. Los que ahora comba– tían la elección de don Pedro Joaquín Chamorro solicitaron la alianza del señor César y su partido; más él contestó: Que siendo liberal por convicciones y no por resentimiento, y empeñado en levantar a su partido, prefería las tendencias del candidato Chamorro, netamente republicanas y progresis– tas, y que lucharía por el triunfo de éste, dándole su voto y el de su partido en los comicios.

'Con tan malos indicios, el Partido Conservador todaVÍa hizo un esfuerzo con el objeto de conciliar las voluntades al– rededor de don Vicente Quadl'a cuyo nombre inspiraba con– fianza a todas las tendencias por la honestidad con que ma– nejó los caudales públicos y por su respeto a las libertades ciudadanas cuando ejerció el poder. Pero habiendo fracasa– do tan laudable intento, el Partido lo manifestó así al pú– blico, y declaró que seguía adelante con don Pedro J oaquin Chamorro como candidato.

He aquí los documentos que refiere este incidente:

"Protocolo de la Conferencia de las Comisiones de las Convenciones Conservadoras Genuina y Progresista

"En la ciudad de Managua, a los doce días del mes de febrero de 1886, reunidas las comisiones de las Convencio– nes Conservadora Genuina y Conservadora Progresista, com– puesta de las personas que suscriben, con el objeto de llegar a un advenimiento en la cuestión electoral que actualmente embarga los ánimos de los nicaragüenses, el señor Comisio– nado señor don Anselmo H. Rivas propuso en nombre de sus representados la prescindencia de la candidatura del señor Gral. don Pedro Joaquín Chamorro, adoptándose en su lugar por ambas agrupaciones la del esclarecido ciudadano don Vi– cente Quadra, cuyo solo nombre es una garantía para todos los partidos políticos del país y para todos los intereses so– ciales. El señor Senador Lcdo. don Vicente Navas éontestó a la proposición anterior: que reconoce la honorabilidad del señor Quadra, y considerándole muy digno de la confianza de los pueblos, acoge con gusto su candidatura en nombre de la Convención que representa, pero acompañada de la del Seriador don Adrián Zavala, muy digno también de la con– fianza pública y cuya candidatura ha merecido ya la acepta– ción general del país. Expuso además que esta solución no puede menos que ser satisfactoria a todos los partidos, pues– to que, a más de armonizarlos, ella facilita el cumplimiento del precepto legal que obliga a los ciudadanos nicaragüenses a dar su voto por dos candidatos. El señor Rivas objetó: que el mantenimiento de la candidatura del Honorable Se" nador don Adrián Zavala equivaldría a pretender el triunfo absoluto sobre el Partido Conservador Genuino, y qUe la si– tuación de su Partido no es para dejarse imponer una ren– dición, que un arreglo supone la abdicación de las preten· siones de ambas partes, y que un arreglo que no reconozca

(229) El Mercado, 12 de Enero de 1886.

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