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« Previous Page Table of Contents Next Page »sionado por consiguiente, muy c~ecidos g'a;stos la pasada si– tuación, el Gobiern~ n~nca apelo al medIO extremo. ~e los despojos Y las confIscacIOnes, pues todo cuanto neceSIto para el equipo y sostenimiento del Ejérci~o ~ue inm~diata y reli– giosamente pagado; y aun en terrltono enenugo, nuestros soldados se manifestaron sumamente respetuosos a la pro-piedad ajena. , 1 Id d .., 'b' , . "En ninguna epoca e so a o nlcaraguense reCl 10 su prest con mayor -exactitud, ni el Ejército en general fue li-uidado en período más corto, después de haber vuelto la ftepública a su situación normal: el estado de sitio, declara– do y levantado varias veces, no se hizo sentir en el seno de esta sociedad, sino por el movimiento de nuestras tropas, pues en los .días de mayor alarma, se conservaron en vigor la g~rantías del ciudadano."
MIS!ON A COSTA RICA. ELECCIONES DE 1886
El 23 de julio de 1885 el Gobierno del doctor Adán Cár– denas nombró a don Pedro Joaquín Chamorro Enviado Ex– traordinario y Ministro Plenipotenciario en Costa Rica con objeto de que concluyera con aquella República un Tratado de Paz, Comercio y Extradición.
El señor Chamorro fue espléndidamente recibido en la vecina República, lo que demostraba que el aprecio que se le tenía en Costa Rica en nada había menguado por la acti– tud enérgica y decidida con que había defendido los intereses fronterizos de Nicaragua cuando ejerció la Presidencia de la República.
El tratado fue concluido, lo aprobó el Congreso de Nica– ragua; pero no el de Costa Rica, porque recesó antes de que hubiera habido tiempo de d}scutir~o. . • A fines de 1885 se comenzo a agItar la cuestIon electo– ral. El nombre del señor Chamorro fue presentado por sus amigos a la con~ideración pública como candid~to a la Presi: dencia en el perIodo de 1887 a 1891. Donde pnmero se lanzo su candidatura fué en León, la ciudad que lo adversó en las elecciones de 1874 y que ahora, agradecida por la política conciliadora del Sr. Chamarra, quien con miras de asestar rudo y certero golpe de muerte a la pasión localista había iniciado por Occidente la construcción del Ferrocarril y lle– vado hasta el telégrafo, hacía honor a sus merecimientos de administrador de político y de patriota.
Pero el señor Chamorro comprendía que su nombre iba a ser motivo de discordia y por eso, fiel a su norma de paz y conciliación, desprendido de toda ambición, insinuó a sus amigos que no era conveniente su candidatura. He aquí el documento en que consta:
"Granada, diciembre 17 de 1885.-Sr. Dr. D. J. Nicolás Valle, Secretario del Club Político de León.
"Señor: He tenido el honor de recibir la muy atenta co– municación de Ud. de 8 del corriente, contraída a poner en mi conocimiento que el Club de que Ud. es digno órgano, y otros ciudadanos han acordado adoptar las candidaturas del Sr. Dr. Don Roberto Sacasa y la mía, para la Presidencia de la República en el próximo período; acompañándome, al mis– mo tiempo, el acta en que consta ese aCUerdo.
"Al acusar a Ud. recibo, debo manifestarle que me es graJo que el Club y demás ciudadanos a que alude se hayan fijado para candidato a la Presidencia en un ciudadano tan distinguido y de tantos merecimientos como el señor Doctor Sacasa, cuya elección sería indudablemente benéfica para Ni– caragua.
"Por lo que hace a mí, me siento muy honrado y lleno de gratitud con que sujetos tan importantes como los que forman esa asociación política, me consideren también con– veniente para ocupar el mismo elevado puesto, pero mi fer– viente deseo es que los votos recaigan en el sujeto cuya elec– ción peuda más fácilmente armonizar los sentimientos e ideas, si no de todos los nicaragüenses, al menos del mayor número, pues sólo de ese mOdo podía el gobernante trabajar con éxito en la promoción de los verdaderos intereses del país. "Soy de Ud. con particular aprecio, muy Atto. y S. Ser-vidor. .
(~.) P. JOAQUIN CH;AMORRO." (226) A pesar de la resistencia del Sr. ¡Chamorro, los occiden¡– tales persistieron en lanzar su candidatura. Con tal objeto llegaron a Granada los señores don Liberato Dubón y don Toribio Tijerino. Estos señores fueron agasajados en el Hotel
(226) Copia, en el archivo del Dr. Pedro Joaqufn Chamorro.
de los Leones con un banquete, y de sobremesa expusieron lo que se proponían, y que deseaban obrar. de acuerdo con los amigos de Granada.
Don Anselmo H. Rivas aplaudió la idea, disertó sobre los méritos de don Pedro Joaquín, y agregó que para éste lo que se le pedia era un nuevo sacrificio, pero estaba $eguro el sejíor Chamarra no lo rehusaria por tratarse de la patria. Habiéndose puesto de acuerdo con los de Granada, los de León lanzaron en firma la candidatura del Señor Chamo– rro, y la manifestación popular que siguió a e¡¡te acto fue tan ruidosa que el señor Dubón, al dar cuenta de ella, escri– bió que la multitud era de 1;;11 modo abundante y apretada en varias cuadras de León "que hubiera sido posible andar sobre las cabezas."
Sin 'embargo, el Presidente Cárdenas se resintió con los amigos de León y Granada porque no habían tomado en cuenta !!u parecer para dar aquel paso j decía que como él había recibido la Presidencia de Zavala, y éste de don Pedro Joaquín, si ahora él se la entregaba otra vez a Chamorro, sería dar ocasión de mayores críticas a la oposición, que acusaba a los tres, bajo el epíteto de Cas;\ Gobernadora, de haber monopolizado el poder de Nicaragua. (227)
Esto vino· a aumentar los temores de don Pedro Joaquín Chamorro; su resistencia a aceptar la candidatura se hizo cada vez más firme, y desde entonces se empeñó en lograr un arreglo con el Presidente a favor de un tercero. A este respecto, don Agustín Vijil, hijo del General Miguel Vijil, cuenta lo siguiente:
"Muchas veces me refirió mi padri!, en las pláticas de– lante de toda la familia, que, al aproximarse la designación del Partido Conservador para el candidato a la presidencia, convinieron los varios dirigentes en que fuera don Eduardo Montiel a proponerle al Dr. Cárdenas que escogiera el candi– dato para apoyarlo decididamente; que don Eduardo Montiel regresó a Granada mal despachado porque no fue posible que Cárdenas hiciese indicaciones. Resolvieron en seguida que fuera mi padre, el General Miguel Vijil, porque en la última campaña de 1885. contra Barrios, Vijil, que hahía sido o iba a ser nombrado Mayor General del Ejército de opera. ciones, cedió gustosamente el puesto para don Vicente Navas,
p~sando a ser Secretario del General en Jefe Cárdenas, sien– do esto oca~ión de relaciones amistosas. Mi padre propuso al Dr. Cárdenas que escogiera el candidato con la seguridad de que el Partido Conservatlor lo acogería y apoyaría, pues deseaba caminar enteramente de acuerdo y hombro con hom– bro con él; que le mencionó varios nombres, entre ellos, los de don Pedro y don José Chamorro; que Cárdenas se ence– rró en la frase: "No quiero meterme en el asunto; deseo dejar al Partido Conservador en libertad". Que ante esta actitud del Presidente, le manifestÓ' Vijil que en tal caso no quedaba más camino que lanzar la candidatura de don Pedro Joaquín Chamorro, por la cual ya se habían pronunciado don Liberato Dubón y un grupo de amigos en León; Cárdenas se hizo lenguas entonces de don PedrQ Joaquín Chamorro y manifestó que nada era mas justo que Hevar al poder al Que acababa de salvar al país." Hasta aq!lí 10 que refiere el Sr. Vijil.
No se dió por vencido con esto el Sr. Chamarra, sino que personalmente propuso al Presidente Cárdenas que .se conviniera en un candidato, al gusto del mandatario. InSIS– tió en proponerle a don Pedro y a don José Chamorro, y además al Dr. A~ustín Pasos y a don José Miguel Gómezj pero el Presidente Cárdenas persistió en su negativa de in– miscuirse en el asunto.
Se dijo en eso!! días que los amigos del Presidente Cár– denas pensaban en la reelección; que don Cayetano Ibar~üe1?'
había sorprendido una conversación por la cual se avenguo que el General Isidro Urtecho y don José Pasos planeaban reelegir al Dr. Cárdenas.
Don Pablo Hurtado ha referido al autor de esta biogra– fía que él presenció una conversación entre don Anselmo H. Rivas y el Ledo. don Vicente Navas. Abog~ba éste por la reelección del Presidente Cárdenas, y COlUO RIvas le contest~
ra que para eso precisaba dar un golpe de estado y no.vela al hombre capaz de tallto, el Lcdo. Navas repuso que el se
--;;n-Lo "n~eriorJ!1ente
relataqo se lo ohnos " dOll }"al¡lo Ht,lrtlldo, quie" agregaba Que eran infuI\dados los temores del PreSIdente Cárd~nas
respectó de ¡as críticas a la Casa Gobernadora. pues don Anselmo R. RIVas, en uno. cuanto!¡ artlculos que PIlblic6 en El Centro Americano en 1883 bajo· el titulo: Inco"secuencias· de la Oposieiól1. La C;:asa G.obOlmado ra • refutó de modo tan concluyente aquellos cargos, que nadIe volV19 ~ n!,pl!,T de la Casa Gobernadora.
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