Page 132 - RC_1968_05_N92

This is a SEO version of RC_1968_05_N92. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

"Corinto, Abril 2l, 1885.-8r. Dr. Don Rafael Zalciívar.– "Presidente de la Rep~blica de El Salvadol".-8an Salvador. "Muy apreciado señor y amigo:

'~En la i~~sibi1idad de discutir por el cable las graves cuestIOnes pohbcas a que ha dado lugar la situación creada por Guatemala, me he reservado el expresar a Ud. mis im– presiones sobre los últimos acontecimientos, y mi manera de a~reciarlos, a reserva de oír las explicaciones que Ud. me ofrece.

"Debo decir a Ud., con la franqueza y lealtad de un ami– g?, que la paz, en las condiciones que Ud. la arregló, me hizo el efecto de un rayo que hubiese caído a mis pies, y que igual impresión sintió el país entero que se consideraba en aptitud y con el derecho de imponer condiciones en vez de recibirlas. La contradicción en que incurrieron los alia– dos al dejar en pie la Camarilla del General Barrios, soli– daria en los gravísimos males ocasionados a todo Centro América, sin tener la menor idea de la necesidad imperiosa que los haya hecho aceptar semejante extremidad; la preci–

P!tac~ón inusitada con Que se llevó la negociación de la paz,

Sin O1r el voto de los aliados, no obstante que éstos se reser– varon expresamente voz y voto en esas deliberaciones; la inmerecida mención que Ud. hace del Cuerpo Diplomático, cuando con excepción del Ministro español Ordóñez y de otros dos o tres, los demás alentaron a Barrios en su teme– raria empresa, aplaudiéndole sns proyectos liberticidas, y cuando vieron perdida su Camarilla, se interponen a pretex– to de humanidad para impedir la justa vindicación del de– recho ultrajado; y finalmente, la amnistía incondicional pa– ra los hijos desnturalizados de Centro AmériCa y princillal– mente de Nicaragua que trabajaron eficazmente por implan– tar en su país el ignominioso yugo de Guatemala; todo esto produjo en el país una irritación difícil de expresarse con palabras; por eso me abstuve de contestar a Ud. sus cable– gramas, deseoso por otra parte, de ponerme de acuerdo con el Gobierno de Costa Rica, acuerdo que se me dificultó por haberse interrumpido varias veces la línea telegráfica. "Por fin, como Ud. sabe ya, aceptamos el hecho consu– mado, haciendo caso omiso del Cuerpo Diplomático, por las razones ya expuestasy sin decir nada de emigrados, no por falta de generosidad, sino porque habría sido irritante para el país que ha hecho grandes sacrificios, y principalmente pa– ra nuestro Ejército, que aún no ha podido regresar al terri– torio, ayer frescos en sus casas a los causantes de sus fati–

A'lIS y sacrificios; y esto sería tanto mas ofensivo a su pa– triotismo, cuanto que dichos emigrados debieran su posición, no a un acto de clemencia del Gobierno, sino a un derecho que les habría dado la intervención diplomática. lo cual los habría hecho mas insolentes y audaces y constituído en ver– dadero peligro para el orden público.

"Por lo demás. el Gobierno de Nicaragua ha hecho cum– plida justicia á Ud. y al pueblo salvadoreño, y como quiel'a que sea, debemos complacernos por el restablecimiento de la paz, y hacer esfuerzos por que ella sea duradera v fecun-dL· . "Rindo a Ud. las más expresivas gracias por las aten– ciones y oportunos servicios prestados por Ud. y por todas las autoridades salvadoreñas a nuestras columnas expedicio– narias en territorio de esa República, y me complazco en cs– perar que las relaciones entre Nicaragua y El Salvador serán cada día mas estrechas y cordiales. A este efecto pasa a esa República el Sr. Lcdo. don Vicente Navas con el carácter de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Nicaragua. nevando de Secretario al apreciable ioven Lcdo. don Ladislao Argüello a quienes encarecidamente recomien– do.

"Deseando a Ud. felicidad, y ofreciendo mis respetos a la niña Sarita y a sus apreciables hijas, quedo de Ud. afmo. servidor y amigo.

P. JOAQUIW CHAMORRO." (223)

INTERVENCION DE NICARAGUA EN EL SALVADOR

Acababa de pasar el conflicto con Guatemala cuando, con fecha 22 de abril, el Presidente Zaldívar invitó a Nica– ragua para que concurriera a unas pláticas sobre unión cen– troamericana que tendrían efecto en Santa Tecla. El Pre– sidente de Nicaragua recibió con extrañeza tal invitación y no la aceptó porque "la opinión púbUca se ha pronunciado

(223) La ea,rta de Zaldlvar existe original en el archivo del Dr. Pedro JoaQuln Chamórro; la éoJitéStaci6n. en copia auténtica.

contra esta iniciativa, en momentos en que los pueblos aun no han recoprado de los inmensos sacrificios que les ha cos-tado, la proclamación dé esa idea. (224) ._-

Pocos dias después, el 16 de mayo, don Pedro Joaquín Chamorro entregó la Presidencia al Dr. Adán Cárdenas y se retiró a Granada. En esta ciudad y en Masaya fue objeto de grandes festejos y agasajos a causa de- su patriótiéa y enérgica conducta en la guerra. El Ejecutivo le confirió el grado de General de División del Ejército de Nicaragua. En el mismo mes de mayo, el Grat Francisco Menéndez con el apoyo de Guatemala, hizo estallar una revolución en Santa Ana, República de El Salvador.

El Presidente Zaldívar, creyendo que su separación del poder evitaría el derraú1amiento de sangre, resignó el mando en su opositor el Gral. Fernando Figueroa; pero esto 1\0 de– tuvo la revolución.

Los políticos de Nicaragua vieron con difidencia el mo– vimiento de Menéndez, porque slibian que éste estaba apo– yado por Guatemala, donde seguía imperando _el círculo de Barrios, y se acordaban que cuaÍldo Menéndez, en compañía del dictador guatemalteco, invadi!> a El Salvador, proclamó: "no obedezco a miras y sentimientos personales; no sirvo una facción que suplanta ideas, y que se propone el cambio de un déspota endiosado; invoco la gran causa de la slllvación de nuestra patria, la ventura del pueblo cuscatleco..." Esto aumentaba la desconfianza de 1.os nicaragü<nlses, pues estaban amargamente aleccionados de que la bandera de unión sólo había servido para ensangrentar a Centro América con estérils luchas prsonalistas. Temieron, pues, que la Camarilla de Barrios hubiese cambiado de medios, pe– ro 1\0 de propósitos; y tanto por esto como porque Figueroa les pedía auxilio en virtud del tratado de alianza, creyeron lo más conveniente acabar de una vez con aquel nuevo peligro, dando decidido y completo apoyo al gobierno salvadoreño. Así opinó D. Pedro Joaquín Chamorro, quién fue consul– tado por el Presidente Cárdenas.

Cuando en El Salvador se supo que Nicaragua estaba decidida a intervenir, los directores de la revolución dirigie– ron a don Pedro Joaquín Chamol'to el siguiente telegrama: "Depositado en Santa Ana el 3 de junio dé 1885.

"Don Pedro Joaquín Chamorro.-Granada.

"Hemos sabido con pena que el Gobierno del doctor Cár– denas, dando oído a las sugestiones del partido Zaldívar, que es el que aún domina en San Salvador, ha ofrecido su apoyo natural al General Figueroa. Damos a Ud. nuestra palabra de honor de que las miras de la revolución no son en manera alguna hostilcs a Nicaragua, pero si por desgracia presta auxilio a dicho General, tal intervención traerá por conse– cuencia lIna guerra general en Centro América. Sus buenos oficios pueden evitar semejante éalamidad.

"De Ud. aEfmos. seguros sj!rvidores. Manuel Gallardo, Jacinto Castellanos."

El señor Chamorro hizo conocer este telegrama al Presi– dente Cárdenas. Este contestóle, dándole las razones de la intervención de Nicaragua a favor del Presidente Figueroa. La retirada de las tropas de Nicaragua se efectuó sin novedad; pero las relaciones con esta república permanecie– ron rotas. El 30 de octubre desembarcó en el Golfo de Fon– seca una expedición revolucional;a compuesta de emigrados nicaragüenses y de extranjeros. Estos insurgentes procedían de puertos salvadoreños y lograron penetrar hasta la hacien– da Satoca y el pueblo de Somotillo donde organizaron nomt– nalmente un Gobierno Provisorio; pero al saber que se acer– caban tropas del Gobierno, huyeron, dejaron en manos de las fuerzas leales armas y pertrechos, y se refugiaron en Hon– duras.

Las relaciones entre El Salvador y Nicaragua quedaron

r~stablecidas en las conferencias de Amapala en los primeros dlas del mes de enero de 1886, en las cuales se convino que ambas repúblicas vigilarían a los asilados, evitarían que se les dieran armas y se comunicarían mutuamente las maqui– naciones que los emigrados llevaron a cabo contra la paz de cualquiera de las Repúblicas paciantes. (225)

. Para terminar lo referente. a los trastornos de 1885, co– pIaremos lo que dice en su Mensaje al Congreso el Presidente Cárdenas (10 de febrero de 1886): "Y es de notarse que, no obstante de haber entrado en actividad el ejército más nume– roso que se haya levantado en la República, y de haber oca-

(221) Contestación de! Ministro de En. EE.

(226) El protoeolp de estas conferencias se publicó en la GlKeta ()flcls!

de 1886, página 66.

96

Page 132 - RC_1968_05_N92

This is a SEO version of RC_1968_05_N92. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »