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« Previous Page Table of Contents Next Page »"Mi hija Merceditas ha mejorado bastante, circunstancia que me hace quedarme, hasta cierto punto con gusto, algunas semanas más en esta República.
"No sé si tenga que pasar a Honduras. Al Dr. Cárde– nas le escribo pidiéndole sus órdenes sobre este particular. Le digo que después de la reserva de Guatemala que debe afuera solamente unos tres millones, nos expondríamos al ri– dículo de nuestros opositores de dentro y de fuera, si pidié– ramos la garantía y nos la ofreciese incondicionalmente el Gobierno de un país que debe ocho veces más, y que respecto a buscar un tratado de amistad, lo tenemos teórica y prácti– camente celebrado con aquel país; pero que sin embargo, pudiendo suceder que no llegando a Tegucigalpa después de estar en El Salvador y Guatemala, aquellos hombres, buenos amigos nuestros, se sintiesen desairados; yo estoy dispuesto
a andar por completo mi vía crueis.
"E] Ministro Americano 1\'lr. Hall ha llegado esta noche de los Estados Unidos y, según se me acaba de informar, in– teresado y muy bien dispuesto para ayudarme en el encargo que tengo con este Gobierno de obtener su concurso a la ga· rantía del interés sobre el capital requerido para el Canal Interoceánico.
"Si al recibo de esta carta Ud. pudiera ponerme un te– legrama diciéndome que doña Luz se halla mejor, yo me ale. graría mucho y se lo agradecería más.
"Haciendo esta carta común al amo Nicho y a todos nuestros buenos amígos, con mis buenos recuerdos a toda la familia, soy siempre Stl affmo.
J. ZAVALA P. D. No recibí una sola carta por el correo que llegó hoy. En el No. de El Porvenir ví la risible invención de El Republicano de mi altercado en el vapor con Valle y de los silbidos y mueras en el teatro de esta ciudad. Ni a bordo ni aquí he hablado una sola palabra con él, y ni siquiera le he meneado mi sombrero cuando le he visto por casualidad."
(214)
MUERE LA ESPOSA DEL SR. CHAMaRRa POLEMICA CON DON MANUEL URBINA
No pasaremos por alto la gran prueba que envió la Pro· videncia a don Pedro Joaquín Chamorro el 7 de enero de
1884, fecha en que perdió a la compañera de su vida doña Luz Bolaños de Chamorro. Hija de un hombre inteligente y notable por su actuación política, doña Luz poseía talento y conocía los sucesos de su patria y a los hombres que actua– ban en ellos, lo suficiente para dar algún atinado consejo a su marido. El Sr. Chamorro fue muy atendido en aquella dolorosa ocasión por la sociedad de Nicaragua, como lo prue– ban las numerosas cartas de pésame que l'ecibió entonces. A fines de ese, mismo año, el Gobierno del Dr. Cárdenas se vió en la necesidad de expulsar a varios conspiradores (decreto del 9 de setiembre de 1884) entre los cuales se e~
contraba don Manuel Urbina. Con este motivo Urbina, en un impreso que tituló su Despedida del Partido Conservador, hizo blanco de sus ataques al Presidente Cárdenas, al Gral. Joaquín Zavala y a don Pedro Joaquín Chamorro. A estos dos últimos los calificaba de hombres funestos; y al Gobier– no, de oligarquía reinante.
El señor Chamorro manifestó que contestaba aquellos ataques porque su menosprecio a tales injurias, la alegaban sus adversarios como prueba de que éstos decían la verdad; se desfiellde de los cargos que le lanza el Sr. Urbina, demos– trando que no puede ser funesto un hombre que impulsó a Nicaragua por las vías del progreso cuando le tocó regir sus destinos; qi.\e desde 1880 había comenzado a desarrollarse, como una consigna, la prédica sistemática contra él. "En ella he visto-escribe-, por una parte, el mencionado propósito de algunos de separarme de la escena política para la más fácil realización de sus proyectos; y por otra, la expresión del despacho que produjo en varios el haber resistido las in– sinuaciones que se me hicieron por personas caracterizadas, creyendo que por una bochornosa popularidad podía traficar con el honor y con el bienestar de los pueblos."
Este último pálTafO se refiel'e cIarainente a que le pro– pusieron hacer la revolución a Zavala, lo cual rehusó.
\214) El ol'i¡¡inal, cn el m'chivo del DI'. Pedro Joaqllin ChamOl'l'o.
GUERRA DE 1885. EL SR. CHAMORRO SE ENCARGA
OTRA VEZ DEL PODER EJECUTIVO
al. Antecedentes.
Nunca antes de 1885 intentó formalmente el Presidente de Guatemala General Justo Rufino Barrios reconstruir la unidád de los cinco Estados que a raíz de la independeflcia form'aron la República Federal de Centro América.' " En el capítulo XXXII hemos citado los testirií9nios de D. José D.: Gámez y don Enrique Guzmán, dos correligionarios del General Barrios en aquella época, para justificar que éste nunca pensó seriamente en reconstruir la unidad de 'Centro América. .' ' Los ,,sucesos de aquellos años no hacen más que confirmar lo que dice e·l Sr. Guzmán. Barrios más, bien comprometía el plañ 'ünionista, según lo hemos visto (216). Perturbó con guerras civiles a Honduras y El Salvador, y no obstantt! que i:lalió ganancioso en ellas, se conformó con colocar de Presi– dente t!n Honduras, pl'imero al Ledo. D. Crescencio Gómez, y desp4és a su ex-Ministro de Relaciones Exteriores!~l Ledo.
D. Maí'co Am'eHo Soto; y en El Salvador, y a l\0)¡cltud del Gral. Tomás Guardia si hemos de creer lo que éstegice, al Dr. Rafael Zaldívar (216). Si Barrios hubiera pensado en la unión y se hubiera creído capaz de semejante empresa, sin duda que le habría sido más factible- realizarla entonces por lo' menos ent.re los tres Estados cuyos destinos tenía en sus manos y anexarse después los dos restantes. Pero su alll'–
bición era más pobre; le bastaba que en el vecindario hubiese– g'obernalltes amigos y dóciles que le aseguraban al par de una influencia indiscutible, una seguridad de que no le ame– nazarían con revoluciones la especie de monarquía absoluta que había establecido en la República de Guatemala. Pero en 1885, acuciado Barrios por la amibCión e insti– gado por los emigrados nicaragüenses que desde muchos años atrás maquinaban por adueñarse del poder en su país, y con tal objeto no descansaban en la obra de los disturbios, lanzó el decreto ejecutivo del 28 de febrero de 1885 en el cual ptoclama la unión de Centro América, "asume el ca– rácter de Supremo Jefe Militar de Centro América y el ejer. cicio del mando absoluto como tal, hasta lograr que se reú– nan estas secciones en una sólo nación, bajo una sola ba~
dera." , Don Enrique Guzmán, uno de los emigrados a causa del decreto de expulsión del 9 de setiembre de 1884, pero que había ya apreciado lo que era Barrios y su sistema, calificó aquel paso de "estúpida audacia", pues sin duda sabía que el mayor mal que se le, ha hecho a la causa unionista es tomarla por bandera para revolucionar a los pueblos, y peor si se trata de imponerles con tal llretexto el dominio de un tirano bárbaro y sombrío.
. El estado de agresividad de los opositores al Gobierno de Nicaragua que entonces rodeaban a Barrios, puede cole– girse del siguiente telegrama:
"Guatemala, 7 de marzo de 1885.--8eñor don Pedro Joa· q\líti Chamorro.-Managua-Gracias mil por el decreto de 9 de setiembre que nos trajo aquí a presenciar la resurrec– ción' de la Patria y la inmortalidad de Barrios, el genio ceno troamericano. Todavía es tiempo: arrepiéntanse, abracen n\lesti'a bandera y nosotros ofrecemos perdonarles sus críme– nes. -:.. José D. Gámez."
bl. El conflicto.
El 7 de marzo comunicó Barrios al Presídente Cárdenas que había asumido el mando militar de su Ejército con objeto de hacer la unión de Centro América.
Cuando el doctor Cárdenas leyó en privado este mensaje a don Pedro Joaquín Chamorro, éste le dijo: -;-Contéstele que se vaya a la m. .. !
El Presidente en persona di6 cuenta de este mensaje al Congreso que entonces estaba reunido. Don Pedro Joaquín Chamorro que era Senador, ofreció con su ardor patri6tjco
(215) Barrios fUe el culpable <lc que fracasara la dieta de 1876, porque no bien reces6 ésta, contra lo prometido a los representantes de los F....st.ados, perturbó con guenas eiviles a Honduras y El Salvador.
(216) wfambil'n Ud. que conoce mis sentimientos, medir-.í. la. inmensa dell<la de gratitud con qlle el Gral. Barrios me ha obligado, para el porve– nil', pues no podia dal'Me mayol' prueba de confianza, qlle colocarlo a Ud. a la cabeza de los destin\ls de Sll paia ... " (Carta de Gllardia a ZaldíNar fechada en Libel'ia a 18 de Mayo <lc 1876, publicada" en El Diario Nicara– güense del 5 de Mayo de 1887).
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