Page 115 - RC_1968_05_N92

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Enriques (178) y demás liberales de esta calañá han tomado elestartdarte jesuítico, aúJ!'. antes de que pronunciesl,! última

palabra~ Que será despues cuando l~ tempestad e~\te deshe-cha! '1 1 ., d I J' 't . "Desengáñate, JoaquID: a expu slon e os esUI as SID ue se obstente una prueba fehaciente dt; !lue ell?s.son pel!– qroSOS' o han atentado contra la tranqudnlad publIca, s,erIa

~nlan:,entable error político, cuyas funestas. consecuencias no es difícil preveer. Detente, pues, y reflexIOna que con, ello no le:haces un bien al país, y antes por el contrario: lo preci– pitas en una revolución; y digo esto porque los librepensado– res ésos que se encuentran libres de las trabas que imponen las' preocupaciones y el fanatismo pueden darle libre vuelo a su clara inteligencia, que debieran estar satis!echos con esta medida son los primeros que te van a combatir con armas de toda ciase. Ya están escribiendo contra mí y otros, los de mala ley, y más tarde darán con otras armas más' potentes para derrocarte.

"!\yer hubo una gran reunión donde el Padre Castillo con el obj"eto de leer unas cartas, cuyo contenido no conocemos, peto tódos los concurrentes se manifestaron muy satisfechos, lo que me hace comprender que los iglesieros, unidos ya a Enrique y su CÍrculo, se están cambiando con otros pueblos

y quién sabe con qué personas. Lo cierto es que todos éstos se manifiestan muy jesuitistas y al mismo tiempo contentos de la actitud del Gobierno, a quien consideran colocado en la necesidad de dictar la resolución temida.

"Reitero que, al dar el salto mortal, no le haces un bien al país que se resiste a recibir ese don, ni agrada a los libe·· rales representantes de los Gobiernos occidentales, porque ellos son los primeros que te mondan los dientes, de lo que debes inferir que son pocos y muy pocos los que son entusiastas de esa idea.

"El joven Elizondo escribió a Zelaya manifestándole que era probable que el 7 sacarán a los Jesuítas de León, y esta carta, que fue leída en presencia de varias mujeres, ha produ· cido una verdadera alarma, porque 10 consideran como el eco del Ministro. Si esto fuera verdad, sería muy triste que asun– tos tan graves estuvieran en el conocimiento de much'achos y beatas, y fueran desconocidos por las personas que más inte· rés tienen por la bienandanza del país y que en caso dado, comprometen sus intereses y sus vidas; y si es falso, como lo creo, es injustificable este modo de proceder, y compro– meten al Gobierno o por lo menos agravan la situación. "Nosotros creemos que el Gobierno pudiera tomar una tangente con la que dejaría bien parada su autoridad, sin per– der sus prestigios y calmando la gran efervescencia que se nota, y es la de dejar a los Padres traídos de Matagalpa con– finados en este Departamento sin permitirles el noviciado, de cuya manera nadie diría que retrocedes ante un espectro. Gre· vy, Presidente de la gran República francesa retrocedió ante la opinión de aquella poderosa nación y se contentó con en– claustrar a los Jesuítas, sin que por esto se haya nulificado, ni dejado de ser uno de los hombres más prominentes de aqueo lla República.

"Quiero llamarte la atención sobre otro punto que no es de poca importancia: las embarcaciones de la Compañía son muy malas, y si por desgracia zozobrara alguna de ellas con– duciendo a los Jesuítas, lo que no es difícil en las costas de Rivas, la responsabilidad vendría de lleno sobre tí y tu fami– lia hasta la última generación, y aún sobre los conservadores, a quienes quieren hacer responsables de semejante medida por las conexiones que tiene contigo y por haber salido tú de su seno, y ya ves que bajo ningún concepto aceptaríamos la res– ponsabilidad de un hecho que querrían hacerle aparecer los liberales un monstruoso crimen semejante al de la Pelona. "Si a pesar de todo 10 expuesto quieres llevar adelante la expulsión, es necesario que te limarres los calzones y co– miences por declarar a la República en estado de sitio, man·, dando en consecuencia callar la prensa que tanto aviva las pa· s!ones y que te resuelvas a dar palo de ciego sin contempla– Ciones de ningún género; de lo. contrario las consecuencias se· rán muy tristes para tu Gobierno. Permíteme que te hable con todo franqueza: la situación es tal, que hasta los solda· dos en mi concepto están minados, y por más ilusiones que se forme Vijil, yo tengo muy justas desconfianzas. Las mujeres

~eneralmente están contra la medida y las del pueblo traba-d

Jan sin cesar y ya nos comienzan a bautizar con el nombre e sacapadres. En fin, espero que, pensando todas, las razo. nes que expongo en esta carta y las consignadas en otra qUé

, (17~) ~ refiere a 40n JSpriqlie GUZ1l1án ;y eo1Teligionarios.

dirijo en compañía de unos amigos, resuelvas la cuestiól\sil\ preocupaciones de ningúngéneró y tom!lndo ,en cl1-eIitaq~~~

dado el paso, no debes contar con el tnunfo en las ele~clO.

nes. "'.' "Acabo de saber que han dado orden para hacer salirhóy a esa a una compañía de 100 hómbres, y esto revela clara– mente que persiste en tu resolución de expulsar a .los RJl. pro

Ojalá no te pese el vernos reducidos a la miseria. y al ost,racis– mo como víctimas expiatorias de tu desacierto. Hazme ~l fa– vor de creer que no es el fanatismo el que me hace ver el porvenir tan oscuro, pues esta cuestión no la veo bajo el pun– to religioso, sino político.

"Para concluir de una vez, te diré: que prefiero vivir con los Jesuítas gozando de la paz y .con todas las regalías que élla nos proporciona merced a tantos años de sacrificio, que volver a los tiempos de Cándido Flores y Sousas, cuyo sólo recuerdo me horripila, o la guaranga de Guzmán, de quien no puede esperarse mejora porque no conservará ni hacienda, ni crédito. Y, a propósito de esto, deseáramos que salieras cuan– to antes de los bonos consolidados y recogiéramos vela en nuestros negocios. ,

"A Dios. El te salve y nos salve a nosotros! "Tu más adicto y sincero amigo,

(f.) P. JOAQUIN CHAMORRO." (179) Adnúrable carta! Es un esfuerzo desesperado para con– vencer al amigo que se precipita ciego al abismo. Toda clase de razones, todo lo que puede conmover al espíritu o t.ocar al interés personal y político contiene esta epístola. SI hasta aquello que parece un consejo contra la libertad de imprenta

y las garantías, no es sino una advertencia de qu~ tendrá el mandatario que descender a esos despotismos si persiste en su determinación de expu!-sar a los J esuítas. El.pon:enir, ll~no

de maldiciones el horrIble pasado de nuestra hIstOrIa tragIca, los negocios, l~ familia, el ostracismo, la miseria, todo esto, en antítesis con la paz y tranquilidad que se gozaba al pre:– sente, está admirablemente combinado para producir el efecto deseado. .

El mismo hecho de invocai' sólo intereses políticos, mani– festando que se desatiende de los religiosos, era un recurso oportuno; ninguna mella hubie!an h~cho en ~l ~nimo poco ca– tólico del General Zavala conSIderaCIOnes relIgIosas. Por eso le dice: "No se trata de fanatismos, ni de motivos religiosos: se trata de que perderemos las elecciones si expulsas a los Je– suítas!"

La otra carta fue publicada, y aunque contiene razones de peso, su valor decisivo es menos poderoso; pues lo que se dice en la intimidad tiene más fuerza convincente, porque ne– cesariamente son más sinceros esta clase de consejos. Sin em– bargo, ella también expone graves consideraciones de mucho valor. Sobre todo ambas están animadas de cierto espíritu profético que se cumplió más tl,lrde de. lo que se crt;í,a, pero sin faltar una palabra. El PartIdo Conservador perdIO el po– der, Zavala, aunque lo procuró, no pudo dominar al Partido Liberal después en 1893, y volvieron los días de Sousa y Flo– res; hubo destierros, persecuciones, miseria.;.

La carta pública dice así:

"Granada 30 de mayo de 1881.-Sr. General don Joaquín Zavala.-Presidente de la República.-Managua. "Excelentísimo Señor:

"No por indiferencia a la situación que se ha creado con motivo de las disposiciones tomadas respecto de los RR. PP. de la Compañía de Jesús, sino porque veíamos precipitarse los acontecimientos con rapidez vertiginosa, y temíamos que nuestra voz llegase a vuestros oídos quizá en los momentos más inoportunos, nos hemos abstenido hasta ahora de expre– sar nuestros sentimientos y convicciones ~obre la grav~, cues– tión que hoy tiene excitada y en espectatIva a la NaClOn en· tera.

"Pero, gracias a la Divina Providencia, se ha hecho esp~­

rar vuestra resolución que debe ser el resultado del es~udlo

concienzudo de los acontecimientos en que aparece complIcado el nombre de los RR. PP., dando así el tiempo necesario. pa– ra que ella, cualquiera que sea .el, sentid~ e~. que .se dlc~e,

vaya marcada con ese sello de aCierto, de Justicia e 11I!.parcla– Iidad, que viene caracterizando, desde h'ace algunos anos! las disposiciones del Gobierno en asuntos qu~ envuelv~n los Inte– reses más caros de la sociedad; y esta circunstancia nos .per– mite cumplir con el deber de ciudadanos y de am~gos sIDce·

(179) El órlglnal de esta carta se guarda en el archivo del General Joa.

quín Zavala, ahora en poder de S11 hijo don J ua,n José.. , .

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