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den considerarse asegurados cuando el pallil esta regido por una mano enérgica y bien intencio~ada. Benard es él que más se le parec~ IIPr su. int~!igen~ia y carácter~ P?r sus idel,ls avanzadas y poi," S,ll dedlcaclon aSidua al cumphmlento de sus deberes, El ,gu"ar~llrá, como aquél y sabrá emplear proveo chosamenteel , e~Qro Nacional, garantizará los intereses del TPartido, I>~IqU,e ',en, el ,~ondo profesa todos los principios que forma~}Jp,~~edo pohtlco, es buen es~oso y exce~ente pa· dre de faqnl1.a,IlUS costumbres y morahdad son dignas de imitación '1.( jarp.á~ transige con los actos inmorales y desauto· rizados, ,los C;uáles combate fr~nca y enérgicamente. ' "Estas c,ircuitstancias le valdrán la más cruda oposición de parte de lpsdemagogos y de esós círculos relajados, cuyo ensanche cortlctrácon mano firllle; pero los hombres de orden, los que propenden por la regularidad en todo tendrán, en ' !;ÍI un importante ,"9Iaborador. No crea Ud. que esté fascinado por el afecto. Le be estudiado con detenimiento y he ha~la.

do en él cualidades que no había descubierto antes. Otras muchas persoJ1l~s fuertemente preocupadas contra él le apre· cian con entu~~a:smo, no por insinuaciones y halagosqúe ja· más pródiga" :;¡ino por el conocimiento de sus altas dotés. "Es cOllov~niente que Ud. sepa que aunque Benard no ha sonado cómo candidato, hay varios círculos en diversas partes e~!us,illstas. por él y que sólo t;speran mi últi~3 de~

En Chontales sólo esperan la voz del Partido, y en Rivas es natural que lo acepten, porque tienen simpatías por él, re· sultado que se obtendrá fácilmente si ven dudosa la candi· datura Carazo. Sólo con Segovia no podemos contar 'pOJ:que, como Ud. sabe bien, los Caste}lones aceptan exclusivamente a Zavala, pero de creerse que en la alternativa de aceptar a Benard o a Carazo optarán por el primero, mayormente si de Granada trabajan en ese sentido.

"Con Eduardo y Avilés (151) hablé francamente y ellos, aunque no están dispuestos a trabajar por otro que Cuadra, está:o. resuel,to,s a abstenerse; pero tal conducta puede dar por resultad9que los montañeses, canaleros y bocapanchistas se atraigan a mucha parte del pueblo, lo cual traería conse· cuencias muy difíciles de reparar. Para evitar ese mal,se necesita y exijo de Ud. se empeñe en contrastar los trabajos de aquélltls: que se ponga de acuerdo con Zavala y Morales, al primero de los que escribo en esta fecha, y sobre tod9 que influya en ese sentid9 en el ánimo de Mejía, Juan Ramírez, Santos Vargas y demás amigos a quienes de paso envío mis afectuosas saludes. Asimismo espero que llegado el caso, emprenda sus trabajos en los pueblos de ese y de los otros departamentos.

"No debe Ud. dudar que Benard seguirá la misma mar– cha que yo en política y en mejores, y que durante su admL– nistraci6n se ~levar4. a feliz t~mino la composición dél río y puerto de San Juan, de tan v,ital interés para el país. No tema Ud. porque alguna vez hayaapoyaddo otro orden de cosas; acuérdese de Urbina y del Gral. Estrada que se ha– llaron en iguales circunstancias. Más tarde, los que hoy se oponen, se convencerán cómo sucedió con nuestros amigos de León cuando los ':ilo'mbramientos de Pineda, Duarte, Rizo, etc. "Talve:¡; tendré que elevarlo a la Prefectura y cuento

Otra de la misma ciudad de unos días más tarde, decía: "Puede ser que Duarte nO haya traducido la verdadera opo– sión que en el fondo se le hizo ver tiene Benard unánime– mente en León. Yo, con la franqueza que m.e caracteriza y creyendo que Ud. recibirá como un acto de ,confianza la sin– ceridad de I\li relato, debo decirle que Benard no obtendría el voto de Occidente para ascender a la Suprema Magistratura de la Nación." (154) ,

Las únicas candidaturas orientales aceptadas en Occiden– te eran la de don José Joaquín Cuadra y la del General Za– vala.

El Ledo. Don Antonio Silva da las razones de la oposi-ción a Carazo en Occidente, en la siguiente carta: . "León, julio 2 de 1878.-8r. Don Pedró Joaquín Chamo– rro.-Managua.

"Mi e!!ltimado amigo: En cumplimiento de lo que le anun· cié en mi anterior de ayer relativamente al asunto electoral, atendida la situación en que a la vez se encuentra, y des· pués de haberme avocado confidencialmente con algunos de nuestros mejores amigos, paso a imponerle lo siguiente: "El Partido Conservador de. Occidente no ve en la can· didatura Carazo la representaci6n inequívoca de sus princi– pios políticos; sino que, por e~ contrario, inspirado como ten· drá que ser dicho señor por las ideas y sentimientos exagera· dos de los pro·hombres de Rivas, no prómete su adminis· tración toda e:;¡a prudencia, moderación y reposo que el mano datario de Nicaragua debe indispensablemente acompañar a su conducta oficial: no se carecen para estll consecuencia de algunos antecedentes que, unidos a otras c~rcunstancias más respecto de este y de aquel departamento, constituyen moti· vo suficiente para esperar que tal elección no dé resultados favorables a los verdaderos intereses de la: Replíblica. Por consiguiente, este Partido que, en aras de su constancia y buena fe, ha sacrificado siempre hasta sus garantías perso– nales, luchando cuerpo a cuerpo con la demagogia y la anar· quía, no podrá jamás resolverse a empeñar su humilde his· toria con hechos contradictorios, lo que sucedería evidente. mente si, por una veleidad incalificable o por pueriles apre· ciaciones, se pronunciara expresamente por la referida can· didatura.

"Sin embargo, y comprendiendo la condición política en que se encu!;lntra, no hará oposición alguna al candidato que les hombres de la actual iniciativa proclamen y apoyen para futuro Presidente, sino que antes bien le darán sus votos con buena voluntad, por ser así conveniente a la conservación de la paz pública que es Su principal y quizá su única aspi· ración.

"Lo expuesto hasta aquí se refiere al Partido en gene· ral, y en cuanto al Sr. Balladares y a mí, sólo tengo que manifestarle que como amigos de Ud., más que como com· partidarios, estamos dispuestos a hacer todo el sacrificio po– 'sible para procurarle el mejor término a su administración, asistiéndonos la pena de prever que la próxima elección, y que ya no creemos posible enderezar convenientemente, ten· drá trascendencias poco lisonjeras al porvenir del Partido Conservador en especial, y acaso del país en general. Nues– tra actitud, pues no será diferente de la suya,.

"Sin otra cosa, soy como siempre su Afmo. servidor y amigo.

Hemos dicho que después del Manifiesto de El Pital, cre– yendo don Pedro Joaquín Chamorro que estaba eliminado el nombre del Gral. Zavala del palenque ekctoral, manifestó sus simpatías por don Emilio Benard, según lo hemos leído en la carta del 5 de junio al Gral. VijitPero hemos visto que Benard se negó a aceptar por carecer,del capital que exi– gía la Constitución. Tal era el interés del' Sr. Chamorro por el triunfo de Ben~rd, tal la fé que tenía etJ sus altas cuali· dades y la segundad de que seguiría d,esllrrollando el plan de progreso que él habia iniciado, que ll!lió hasta ofrecer a Benard la suma de dinero suficiente p~ra que la exhibiera como capital y que se la devolviera cuando a bien tuviese; pe· ro Benard persistió en su negativa.

Entre los candidatos populares que pudieran ganar sin hacer violencia y al mismo tiempo que garantizaran al Par-

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