Page 106 - RC_1968_05_N92

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tido Conservador y la obra del gobernante, sólo quedaba el Gral. Joaquín Zavala, a quien, a pesar de su renuncia a la candidatura, seguían proclamando los pueblos.

Zavala tenía la ventaja de ser popular aun entre los li– berales, quienes lo proclamaron su candidato en un principio: "El Partido de oposición fué el primero en proclamar al Ge\– neral Zavala", dijo don Enrique Guzmán en La Prensa. Y an– tes (16 de mayo de 1878) había escrito esta frase: "¿ Hay quien dude que las tres cuartas partes del país deseaba que fuera Presidente de la República el General don Joaquín Zavala ?"

Su condición de socio de don Pedro Joaquín Chamorro no era un verdadero obstáculo para aceptar la candidatura, a pesar de lo dicho por él en el Manifiesto de El Pital. El Jerónimo Pérez comentaba así en La Tertulia esta pretendida incompatibilidad:

"Si el General Martínez proclamó a un amigo, deudo y compadre, no hizo mal: en lo que hizo fue en haber compri– mido la elección, y tuvo que comprimirla porque antes él mis– mo la había formado en favor de otros individuos, qUe des– pués le· disgustaron por razones que le parecieron suficien· tes.

"No emplee las armas el Gobernante para el triunfo de Zavala, y poco importa que tengan tales vínculos. Los pue– bles, antes de pronunciar este nombre, sabían la sociedad y la amistad, en cuya virtud nada hay de deshonroso para don Joaquín, no sólo emanando su candidatura de éste o aquél círculo político, sino aun cuando don Pedro la hubiese pro– puesto y la generalidad la hubiese adoptado.

"Esta amistad y esa sociedad, únicos ar2"umentos de Za· vala, son quizá los mismos que a muchos indiferentes los han atraído para ofrecerle sus votos. Ellos han visto que los mayores opositores de don Pedro, los que más hablan de su desprestigio, son los que consideran a Zavala como el mis propio para sucederle en el puesto, sabiendo más que todos los vínculos que los ligan."

Se refería indudablemente en el último párrafo a D. En– rique Guzmán y su círculo; pues Guzmán, aunque amigo personal e íntimo de Zavala, estaba contra su candidatura desde que la proclamaba el Partido Conservador y era sim– pática al Gobernante.

Mientras el Pl'esidente Chamol'l'o pensaba con entusiasmo en don Emilio Benurd pal'a que lo sucediel'a, los conHerva· dores persistían en la candidatura del General Zavala, a lJesar de. su renuncia. El 7 de julio se proclamaba en Gra– nada al General Zlwala candidato del Partido Conscl'vador para Presidente de la República.

La siguiellte carta explica la actitud del Partido con respecto de este paso:

"Masaya, julio 20 de 1878.-Sr. D,on Pedro Joaquín Chao morro.-Managua.

"Estimado señor y amigo nuestro: Contestamos su es· timable de 12 del corriente.

"La resolución de Ud. de dejar a los hombres de todos los departamentos la escogencia de los medios para salir de la situación difícil a que nos condujo el Manifiesto de El Pital, la aplaudimos sinceramente, porque, dejando a los pueblos en plena libertad para que ellos elijan al ciudadano que más les plazca, Ud. se pone a cubierto de los tiros de la maledicencia, y caso de haber lucha, el partido que resul– te vencido, no podrá atribuir su derrota más que a su pro– pia debilidad, o a su falta de táctica, en la dirección de sus fuerzas. Asimismo aplaudimos con igual sinceridad el que UeI. haya adoptado los medios privados para hacer conocer a la generalidad su última determinación.

"Por lo que hace a nosotros, creemos haber salido de la dificultad. Puestos de acuerdo con los Clubs de esa ciudad (Managua) y la de Granada, hemos proclamado nUevamen– te la candidatura a ésta la de. señor Carazo, nosotros le sociaremos la del señor Balladares para ser consecuentes con nuestra primera proclamación.

"Aquel paso salvador ha producido sus efectos aquí. La am;iedad que se notaba en la población, la desorganización que comenzaba a cundir en el partido, todo, todo ha desa. parecido al solo nombre del candidato prestigioso y popu-lar. . "Puede Ud., pues, estar tranquilo por lo que respecta a Masaya, pues la compactabilidad de sus habitantes hace esperar una elección enteramente tranquila y pacífica. "Nuestra contestación se ha hecho esperar demasiado y por ello pedimos a Ud. nos dispensa. La demora ha con– sistido en que, queriendo nosotros que los amigos de más

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importancia se impusiesen de su carta hemos tenido que in. vertir bastante tiempo para lograr este propósito, atendido el número de aquéllos.

"Con todo placer somos de Ud. afectísimos amigos y

obsecuentes servidores. (f.) J. Miguel Bolaños, Rosalío Cor– tés, Pedro J. Ruiz, L. Avilés." (156)

Zavala por su parte no hizo más para que los elE!ctores desistieron de llevarlo a los comicios; si no' revocó expresa– mente su Manifiesto de El Pital, lo hacíl:!- de hecho, deján– dose hacer Presidente. Quizá tuvo en cuenta el consejo del General Don Fernando Guzmán. A este señor le oimos de– cir que había hablado así al General Zavala:

-Si Ud. no acepta la candidatura, será responsable an– te Dios y los nicaragüenses de lo que pueda venir. No sao bemos a quién nos impondrá don Pedro, y en caso sí tendria que haber intervención del Ejecutivo para ganar la elec– ción.

La siguiente contribuye a esclarecer cuál fué la actitud del Presidente 'Chamorro en las elecciones de Autoridades Supremas.

"Managua octubre (la fecha del día está rota) 1878.– Señor Lcdo. don Antonio Silva.-León. "Muy señOl· mio y amigo:

"Acuso a Ud. recibo de su ap¡"eciable carta del 10. del corriente.

"Ud. está en su derecho al lanzarse en la arena electo– ral, poniendo en movimiento todos los resortes de que puede disponer para dar el triunfo a su partido. Es muy sensible que con invenciones y chismes de todo género, y hasta con calumnias, se haya creado cn esa ciudad la deplorable si· tuación presente, cuyas consecuencias no es posible calcu– lar.

"Retraído como he estado en la cuestión electoral, veo con calma y con toda claridad los manejos de los varios círculos políticos, y deploro que se hayan empleado recursos de mala ley para colocar a· nuestro apreciabilísimo amigo Don Pedro Balladares en la actitud intransigente que ha asumido, y que lancen a gentes sencillas, como el Alcalde de Nagarote y el Gobernador de Policía de esa ciudad, hasta faltarme al respeto.

"Es falso que el Ministerio, ni siquiera algún miembro del Gabinete, trabaje por eliminar a D,on Pedro ni de la Pre– sidencia ni de la Senaduría; por el contrario, los trabajos de los Ministros que h'an tomado parte en la elección, tienden a la armonía del partido, guardando a Don Pedro las consi– deraciones a que es acreedor.

"La cuestión social la resuelve satisfactoriamente la Senaduría, porqne sólo podrán predominar los elementos sa– nos que he procurado robustecer durunte mi período admi– nistrativo.

"Quiera Dios que no tengan que arrepentirse de la divi– sión los hombres que la fomentan. Pronto a descender a la vida privada, lamentaré el que mis amigos me hayan con– trariado el esfuerzo de consolidar en esa importante pobla– ción la paz octaviana que habia logrado establecerse en es– tos últimos ticmpos.

"Hace algunos meses que Ud. me viene hablando de su retraimiento, asegurándome que está en Aventino; y sin embargo, Licenciado, he conocido que Ud. ha ejercido en la política de ese Departamento cierta intervención que ha con· tribuído a crear la funesta división que hoy existe; y últi· mamente he tenido la pena de saber que se designa a Ud. como uno de los intermediarios en ciertas pláticas de arreglo entre el honradísimo y pacífico Olancho y el partido rojo que actualmente amenaza conculcar el orden público y que tiene la lanza enristrada para fulminarla hasta contra mi persona.

"En la posición que ocupo, ajeno a las pretensiones de' los círculos locales, no puedo menos que encarecer a los ciu– dadanos un espíritu de conciliación, como el único medio de mantener sobre sus quicios una sociedad regularizada. "Sin otra cosa, soy de Ud. Atto. seguro servidor.

(f.) P. JOAQUIN CHAMORRO." (157) De todo lo dicho se desprende que el Gral. Zavala lleg6 a los comicios hecho candidato y luego Presidente por la opinión pública y no por la intervención del gobernante.

(156) Original, cn cl archivo del Dr. Pedro Joaquín Chamarra.

(157) La carta existe original en el archivo del Dr. Fedro J oaquin Chao manci. Las palabras subrayadas están rotas y han sido reconstruidas.

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