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« Previous Page Table of Contents Next Page »"grandes mudanzas en el cuadro de calamidades que por to– das partes ofl'ece la presente situación de Centro. América." Intentaba devolver a Costa Rica sus derechos conquista– dos y sus instituciones republicanas conculcadas por la bota militar de un usurpador que mantenía pelturbada a toda la América ,Central.
"Derrocar esa tiranía-continuaba exponiendo Argüello– es llegar a la emancipación de un pueblo hermano y resta– blecer el equilibrio político perdido en estos pueblos desde la hora infausta en que el señor General don Tomás Guardia escaló el Poder Supremo de Costa Rica.
"La política funesta del Gobernante que ha sido U11 ene– migo implacable de Nicaragua en vez de un pacífico vecino, es también la causa inmediata de la conflagración general que amenaza incendiar a todos estos países, presagiando pa– ra nosotros las más deplorables consecuencias, puesto que aquí será indudablemente el teatro de la guerra más desastrosa que haya empapado en sangre nuestro suelo.
"En la espectación de acontecimientos que se ven ya muy de cerca con todo el horror de las calamidades que entrañan para impedir el progreso de nuestros nacientos países, es muy justificable la decisión de un empleado que como yo abandona de hecho su puesto para llevar a cabo un pensa– miento salvador que bien merece el sacrificio de los que no miran su persona ni su conveniencia, cuando se trata de res– catar los grandes intereses de la sociedad."
Grande fué la indignación de don Pedro Joaquín Cham.o– lTo cuando supo la conducta del 'Comandante de San Carlos y el peligro en que ponía la paz de Nicaragua mantenida hasta entonces a costa de ingentes sacrificios. Sin pérdida de tiem– po dictó las medidas más enérgicas para atajar el mal y cas– tiga}' a los infractores de la ley. Destituyó al Coronel Ar– güello y al Lcdo. Francisco Zamora, principales responsables; nombró para sustituir al primero al Gral. Vicente Zamora, y mientras llegaba éste a tomar posesión de su cargo, destacó con fuerzas al Gral. Agustín Benard para que ocupara los lugares abandonados, y se le dieron instrucciones de que in– coara la causa correspondiente e impusiera a los culpables, caso de que fueran habidos, todo el rig'or de la pena mereci'– da.
En las instituciones había este párrafo que bien podía estimarse como una alusión a los medios que Guardia pla– neaba emplear dos años antes contra Nicaragua:
"En el desempeño de su cometido, deberá Ud. tener pre– sente siempre que el Gobierno de Nicaragua, cualquiera que sea el estado de sus relaciones con Costa Rica, no ha visto
ni podrá ver con indiferencia actos de hostilidad procedentes de este ¡laía contra el orden público de aquél, porque, estric– to observador de los deberes que le impone el Derecho de Gentes, jamás ha pretendido apelar, ni aun por vía de repre– salia, a medios reprobados para hacer efectiva su seguridad." (145)
No contento con eso, el Presidente Chamorro se trasladó a Granada para vigilar más de cerca el curso de los aconte– cimientos, y el 14 de enero lanzó la siguiente orden del día: "Jefes, Oficiales y Soldados del Ejército: El Coronel don Manuel Argüello, acuya lealtad y hOll(~r. estaban confiadas las fortalezas de San Carlos y Castillo Viejo en el l'Ío San Juan, ha abandonado su puesto el 11 del mes en curso para tomar participio en una empresa fraguada por emigrados costarricenses, con objeto de cambiar el orden político de su país. Este Jefe ha faltado gravemente a sns deberes; ha cometido un acto de rebelión; ha abusado de su autoridad para hacer reclutamientos; se ha apoderad,o de los elemen– tos de guerra puestos bajo su custodia para la defensa na. cional: ha desertado de su puesto, y comprometido la neutra– lidad de la República en los asuntos interiores de Costa Rica, no menos que el honor del Gobierno ante aquellos que no tienen todos los medios y datos para apreciar debidamente la pureza de conducta y rectitud de intenciones del primer ma– gistrado y ha ejecutado, en fin, un acto de hostilidad prohi– bido por un pacto solemne aun en tiempo de guerra entre las dos Repúblicas.
"El Gobierno ha procedido inmediatamente a destituir a dicho Jefe de su empleo, subrogándole con otro digno y capaz de apreciar la confianza que se deposita en aquel en cuyas manos se pone la llave de la República y los intereses del comercio, y ha ordenado la instrucción de su causa para que
(145) Todos los documentos sobre este asunto fueron publicados en la Gaceta de 1878, págs. 17, 27, 28 Y 80.
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un crimen· de tan graves trascedencias reciba el condigno· castigo.
"Jefes, Ofíciales y Soldados: el Coronel ArgüelIo ha da– do un funesto ejemplo de indisciplina: que la reprobación que ha caído sobre su conducta os sirva' de estímulo para que la vuestra en todas circunstancias sea digna de soldados republicanos que comprenden' la alta misión. de que están encargados. El Comandante General. (f.) Pedro Joaquín Chamorro."
La expedición de los revolucionarios a Costa Rica siguió su curso, pero bien pronto topó con el fracaso. Derrotados en un punto llamado la "Angosturita" camino de Limón, los revolucionarios se embarcaron en ese puerto rumbo a Colón. Algunos soldados murieron y todo el armamento que Argüe– 110 había sacado de Nicaragua quedó en poder de Costa Rica. En esta República no se creyó un momento en que el Gobierno del señor Chamorro estuviese mezclado en aquel feo y descabellado intento. La prensa de Costa Rica unáni¡. memente excusó al Gobiel1lO de toda responsabilidad al par que aplaudía las medidas dictadas para significar la repro. bación que le merecían tales hechos y su propósito de que fuesen castigados los culpables.
El Coronel Argüello fue traído a Granada y sometido a juicio tal como lo había prometido el Presidente.
LAS ELECCIONES DE 1878
a). El problema del cándidato.
La oora magna de don Pedro Joaquín IChamol'l'o consis– tió en pacificar a Nicaragua, debelando las facciones y res– tableciendo la concordia con los gobiernos vecinos. Hemos visto que antes de dos años estaba concluída obra tan meri– toria como indispensable para emprender los progresos que inició su administración.
Cuando a fines de su gobierno se planteó el problema de su sucesor, el Presidente y sus consejeros comprendieron que para que no se conmovieran los cimientos de la paz y las garantías individuales a tanta costa fundadas y mantenidas, era preciso encauzar la corriente de la opinión pública para que esta eligiera un Presidente honrado y enérgico al par que progresista y popular o popularizable, con el fin de pre– servar aquella obra sin recurrir a la violencia en las elec– ciones.
Desde 1877 se venía trantando del asunto. Los liberales habían designado al Gral. Joaquin Zavala quien al mismo tiempo gozaba de fuertes simpatías en el Partido Conserva. dor; mientras que el núcleo genuino de este partido había lanzado a la consideración pública el nombre de don José Joaquín Cuadra.
El Sr. Cuadra, hermano de don Vicente, había sido can– didato del conservatismo en las elecciones de 1862, en oposi– ción a la reelección del Gral. Tomás Martínez, y fue derrota– do de modo fraudulento. Gozaba en el país de inmenso pres– tigio por su indiscutible honorabilidad y competencia, supe– rior esta ¡¡ltima a muchos de sus contemporáneos. El estado de la cuestión electoral se puede apreciar pOI la siguiente carta del Presidente Chamorro al Gral. Zavala, al mismo tiempo que pone de manifiesto que el mandatario intervenía en la lucha como un simple ciudadano, dando con– sejo y maniobrando legalmente, pero sin emplear abusivamen· te los numerosos recursos que el poder ponía en sus manos. Ya veremos cómo fUe respetuoso a la libertad electoral hasta el fin de la lucha, y con que habilitadad hizo triunfar a su partido, no sólo sin Uliar de violencia contra sus adversalios, sino atrayéndolos a votar por su candidato.
"Managua, 12 de noviembre de 1877.-81'. Gral. D. Joa– quín Zavala.-Granada. 'Estimado amigo:
He recibido tu apreciable carta del 5 ue me había sido ya anunciada por Dionisio.
"Comprendo el horror que el circulo guzmanizanista tiene por la candidatura de don José Joaquín Quadra, y esto expli. ca perfectamente el paso que Enrique (Guzmán) ha dado cerca de tí.
"Siendo marcada la tendencia de los Guzmanes a fomen– tar la división de Granada, sus manifestaciones y protestas no me inspiran la menor confianza. Ellos, como sabes, que– maron las primeras cebas en materia de candidatura para excitar las pasiones, y exhibieron tu nombre, creyéndolo la candidatura del Gobierno para que sirviera de pasto a la mordacidad de nuestros enemigos, y en seguida tomaron tu
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