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« Previous Page Table of Contents Next Page »hombre aprecia a [a mujer encerrada que a la que no lo está Nuestras casas coloniales eran casas de po– cas puertas, aunque de muchas vental'}as Ventanas enrejadas con fuertes hierros cuidaban del honor de las doncellas Y es notable esta coincidencia en Sevilla, la ciudad española de las ventanas, es decir, de las mujeres encerradas, es en donde aparece la fi– gura del Don Juan El Buscador de mujeres nunca es buscador si las encuentra a cada paso Cuando en nuestras ciudades se cambian las ventanas coloniales por las puertas modernas, las mujeres se tornan anda-riegas Se acaba la vida de familia
2 9 "'-L1MPIEZA DE SANGRE "No es malo ser hermosa"
Una secreta unión, un vínculo milagroso, existe entre la virtud y la belleza femeninas Ambas parece que se funden en una $010 claridad cuando llegan a encontrarse EntonCes la una parece reflejo de fa otra, dan las dos unl;! misma luz Es preciso tenerlo muy presente 10 virtud es una belleza espiritual, y la belleza una virtud material Este es el verdadero sen– tido de la belleza física La materia trata de superar su esencia, de elevarse lo más posible hacia lo espiri– tual, y logra en su esfuerzo, representarla en sí misma una gracia que corresponde en lo material a la gracia de los dones del espíritu Pero el carácter eminente– mente carcelario que tiene Jo belleza al manifestarse en moldes materiales, es ya un anuncio de la existencia de límites, que la mujer hispana tiene muy en cuenta para su exacta valorización La belleza de una me– jilla termina necesariQmente en la mejilla La belle– za de un cuerpo limita por todas partes con el aire que lo rodea La piel es una barrera, un final La muer– te es la desintegración
Nuestras antiguas damas conocen muy bien esta filosofía que otorga a la belleza física solamente el pa– pel transitorio que le corresponde Por eso dicen "no es malo sel hermosa" Es decir, si soy hermosa, tanto mejor, belleza seas bienvenidar pero lo que sus– tancialmente me interesa es ser virtuosa! La prima– cía de lo espiritual es para ellas indudable, de allí que la fealdad no sea un obstáculo aunque la belleza re– presenta una cualidad
En el terreno material, la hermosura física es pa– ra la mujer hispana el mejor de los dones Pero esta jelarquía de la belleza no se debe en manera alguna a satisfacciones de vanidad personal Se debe a consi– deraciones de carácter social. Para ellas, la belleza como virtud material, es una 'consecuencia de la bon– dad de la sangre, una garantía de bienestar físico para la descendencia La belleza es un vehículo, un me– dio, nunca un fin, ni aun desde el punto de vista de la materia
La belleza de los ascendientes ha sido disuelta y
la belleza de los descendientes no ha sido formada aun Sin embargo los humanos son los guardadores de aquellas bellezas ya disueltas y los comunicadores de aquellas bellezas no formadas aun La mujer es la forma viva, el estuche que guarda lo joya heredita– ria de belleza que está labrada en el rojo rubí de ro sangre
Lo ordenada escogencia, con miras o la herencia y conservación de la culturo, fue un factor deCisivo en
III establecimiento de la nobleza española Aceptado
yó este hecho hereditario que no cabe aquí discutir en sus grandes razones de ser, debemos fijarnos solamen– te en este fenómeno, "noblesse oblige", como dicen íos heróldicos franceses, pero, obliga a qué? Lo no– bleza de fa mujer hispana la obliga seguramente 6
observar uno conducta recta, digna de su estirpe La limpieza de sangre fue en su origen limpieza de alma La dama hispana tiene un concepto muy sólido de Jo nobleza Comprende la enorme responsabili– dad de su raza, y la acepta Sabe que tiene la obli– gación de responder a los preceptos de fa nobleza de los caballeros Los fundadores medioeváles de su linaje escogieron como primera Dama a fa Virgen Ma– ría, la mujer que representa la estirpe cristiana La devoción a lo Virgen llena tos romances de caballerí'O Desde entonces a la Madre de Dios se le da un nombre de soberana se la flama "Nuestra Señora" La mu– jer cristiana de la Hispanidad sigue esta tradición de honra, 10 cultiva
, , España" al colonizar, se funde con la raza indí– gena la absorbe No la aniquila, como los ingleses la acepta y la transforma El indio experimenta en– tonces una transformación y una gloria muy parecidos a .ia transformación y la gloria experimentaads por los publicanos al recibir la gracia divina El indigenismo
~ntra en fa Hispanidad desde entonces todos los in– dios son españoles La dulce raza nativa es recogido, llevada en señal de alianza a los nuevos hogares espa– ñoles Las morenas y encendidas mestizas comparten con las españolas peninsulares los mejores salones so– ciales Los matrimonios se hacen mós frecuentes, llega a borrarse toda distinción racial al amparo de la misma comunión imperial.
y así' vive la mujer hispana de aquella época majestuoso en los nuevas tierras de América Así se organiza lo sociedad, así se forman nuestras actuares familias nicaragüenses
{l)-Los mismos liberales cuentan a Fray Bartolomé entre BUS filas
·rosé Milla, por ejemplo, ee jacta de situarlo slH La bondad exagerada de este misionelo caUSR enormes perjuicios a la obra de nuestra colonización: la Costa A tlántka de nuestro país es un ejemplo de este hecho Debido a
BU impl udente liberalidad, alli los indios no fueron jamás redimidos Las expediciones de misioneros 60)03, sin ayUda. de las nrmas hispanas, envia– das
a RCjueHa región dieron sóJo resultados de antropofagia
Inventando clu<!]dades sufridas por los nativos. Fray Dartolom6 es. en realidad. uno de los Pl"ime1 os propagadOre3 de la 'lleyenda negra" R6mulo
Cnrbia, en sus conferencias dictadas en Madrid. ]0 seiiala como mentiroso al enconharIo falseando los hechos hiat6ric08 en favor de BU8 teorías.
Ma:riu8 André y otros Ihhtoriógrafos han demostrado BU perjudicial influen–
cia en 108 destinos hispanos
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