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« Previous Page Table of Contents Next Page »El primer demócrata que viene a Nicaragua es detenido en su afán subversivo y demagógico por la primera dama hispana (1)
Doña María era una dama integralmente religio– sa Su caracterí'stica era esta En ella encontramos, como raro ejemplo, el cumplimiento, a veces heroico, de todos sus deberes Su deber de hispana al defen– der las empresas del Imperio, su deber de madre al salvar a sus hijos con una inteligencia y peligrosa treta cuando los vecinos de Granada querían enviar a perse– guirlos, su deber de esposa al afrontar las persecucio– nes y desgracias de su marido, y principalmente, su deber de católica, en el cumplimiento del cual llegó hasta lo inaudito, Por eso, cuando siguiendo el Via–
crucis en Granada recibió la fatal noticia de que su hijo Hernando había asesinado al Obispo de León, noticia que sabía habría de acarrear quizá lo ruino total de su familia, Doña Maria palideció y continuó rezando los Estaciones
La primera doma de nuestra provincia era como la "mujer fuerte" del Evangelio Fue conquistadora, defensora y civilizadora Mujer íntegra y maravillo– sa, su vida, que concluye llena de amarguras y decep~
ciones en Lima el 25 de Mayo de 1573, es el dechado de fas virtudes femeninas en tiempos de la Hispanidad Con su ejemplo y su obra pudo formar en Granada y
León una sociedad que fue desdee entonces nuestra sociedad Ella es, pues, su fundadora
Nuestras mujeres que vivieron en la época del Imperio, continuaron la tradición de honor y de virtud enseñada por Doña María de Peñalosa Ellas llega– ron a implantar en nuestro país el tipo de la dama española de aquel tiempo
Al estudiar el carácter general de la mujer his– pana, encontl amos como base de su personalidad dos cualidades esenciales su limpieza de alma y su lim– pieza de sangre Ellas forman el orgullo, el blasón de la mujer hispana Limpieza de alma y de cuerpo,
espiritual y material, limpieza integralmente humana y divina
El resultado de esta doble limpieza es un ser hu· mano completamente dirigido hacia su doble fin Como corolario de estas dos características, la mujer consigue un maravilloso equilibrio ent~e la mate– ria y el espíritu, equilibrio que podría manifestarse en esta forma NO ES FEO SER BUENA NI ES MALO SER HERMOSA Esta frase, que termina con todas las cobardí'as femeninas, es la expresión práctica y sentimental de la filosofía de aquellas damas
1 9 -L1MPIEZA DEL ALMA
"No es feo ser buena"
a) RELIGIOSIDAD ¿Cómo actuaba en la mu-jer hisppna de la época imperial el sentimiento religo-
so? La fundadora de la sociedad nicaragüense nos lo dice con su ejemplo La vida de doña María de Peña losa enseña a las mujeres de Nicaragua cómo una dama, puede, al mismo tiempo, ser la primera en la saciedad yen la religión Más aún cómo es preciso, absolutamente necesario para que una dama tenga prestigio social, que su vida seq una continua práctica católica La base única que presta un verdadero sostén al edificio hermosísimo de la mujer hispana es la religión Linaje, sangre, virtud, decoro, todas sus cualidades descansan allí La vida de la mujer nica– ragüense durante la época dé nuestra grandeza era una vida esencialmente religiosa Pero es preciso no equivocar el sentido de este concepto Llevar una
vida religiosa no consiste solamente en la práctica más o menos obligada de los deberes de iglesia, sino en la dirección de la vida misma por la norma religiosa La religión es una cuestión integral y no litúrgica La mujer católica debe ser una mujer vitalmente religiosa Cada uno de sus actos es dirigido por esta norma tras– cendental
La mujer hispana era una mujer conquistada pa– ra la religión Era el producto humano de la victoria contra el paganismo, lograda en una lucha de siglos Ya el catolicismo estaba cimentado en ella por la enor– me fuerza cultural de su estirpe El fenómeno de la conversión había tomado hacía tiempo los caracteres generales de una verdadera adaptación social Se vivía en un medio católico No se trata entonces de renunciamientos conventuales como en los tiempos de la decadencia latina~ sino de una práctica efectiva, más dolorosa que aquellos por cuanto se luchaba tam– bién contra los fuer~as del mundo En Nicaragua, como en todas las tierras recién descubiertas, la mujer española sufrió tremendas pruebas Indudablemente, era entereza heroica la que se necesitaba entonces para mantener la fortaleza del ánima El espíritu libraba en las tierras de América durante lo Conquisto, batallas más grandes y reñidas que Jos del cuerpo Las pasiones andaban sueltas en nuestros bosques co– mo las fieras Cuando el castellano luchaba en las montañas contra los indios feroces, su esposa batalla– ba en los caseríos contra los pecados de los hombres He ahí el verdadero origen de la fuerza defensora de las altivas españolas, que durante mucho tiempo fue achacada al orgullo y al desprecio Eso altivez, ese
orgullo, si se quiere lIamársele, fue un elemento indis– pensable para la formación de nuestra familias de prosapia
La damita hispana de esos tiempos conservaba, al amparo de una religión palpitante, de una religión vital, conservaba, digo, porque también la habí'O he– redado, una distinción y una personalidad que nunca fueron igualadas con las fórmulas sociales que se in– ventaron después La razón es muy sencilla la dama hispana, formada en un criterio y una educación inte-
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