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Los degenerados de Nordau -Influencia notiva de Emiliano Hernández.-Generación literaria modernista.– La influencia de Chocano.-Detadentes y modernistas. -El complejo del trópico Lo que se espera después de la Gran Guerra.

Entre 1900 Y 191 O llegaron a manos de las per– sonas cultas los libros de Max Nordau, en uno de los cuales se ocupaba del caso clínico de los decadentes

europeos Los nuevos literatos franceses deberían encasillarse entre los elementos anti-sociales bajo la tara de enfermedades hereditarias Sostenía al par el profesor, que los alimentos fermen~ados influían so~re

las inteligencias de los bardos haCiendo fluctuar a es– tos entre las emociones y los sentimientos Aun más, agregó que salientes literatos constituían peligro para el Estado, participando de esta opinión Pompeyo Ge– ner Luego, contradiciéndose, agregaba que los nue– vos escritores franceses eran formidables humoristas, algunos de genio Guardando distancias, en nuestro medio se hizo clasificación análoga y muchos líricos ,

fueron considel ados, sino como peligrosos, a lo menos como melancólicos

El término decadente principió a popularizarse en Centro América en 1910 Escritor decadente era quien seducido por la moda artística de Francia bus– caba audaces expresiones También se apltcaba el término a quien usaba los vocablos "nelumbos" "már– moles pentélicos" y "horas crepuscularias" En su afán de neologismos, Chacona aconsejaba al poeta Rafael Al évalo Martínez, que huyera de los "metros gastados de palabras viejas" y de las "palejas de ver– sos atados como yuntas" A pesar de las burlas, los decadentes seguían imperturbables como pracedieron sus antecesores los románticos y sus herederos los van– CJuardistas (1) Los últimos tuvieron que enfrentarse a los antiguos decadentes, encontrando en éstos a sus más feroces adversarios

Más de un poeta creyó realidad lo afirmado por NOI dau acerca de los degenerados, catalogándolos en

superiores e inferiores Entre los primeros estaban los

intelectuales, término aplicado impropiamente a los escritores se descartaba a los abogados, médicos y pi ofesores Más de uno preconizó que el cultivo de las letras facultaba a ser amoral el poeta estaba so– bre los demás hombres Fue, en Nicaragua pontífice de tales desatinos, Emiliano Hernández, venezolano, de brillante imaginadón Era neoromántico, ultrare– tÓI ico y falto de ideas y de ideales Según su credo extraño, el esclÍtor grande o chico no debía de cumplir ningún compromiso Hasta el sentimiento de amistad debía de despreciarse Inició un período de envileci– miento y estableció la primera "mutua de elogios"

(1) Pocos moc.1elnistas se afHiaron a la vangumdin gntrc ellos debe

eitars~ a Miguel Angel Asturias. Odán Selva y Alionso Oro.nteg (Uuntc– mala) El primero de los eitadQ~ ca Rutar del poema Emuló Lipolidón. pieza Olirrinalísimn En Nic3.1agua la tlansfonnaci6n Be apeló en José COl anel Ul t.echo y Salomón de la Selva

l

encontrándose estos dos en puntos nntag6nico5 de }loHticn Uno tiene la "ista a la dClecha y el tia n la iZllUiel"da Caracterí$tica del vangmlldisIJ10 fue una confu~ión de fuerzas <le revolución y reaccionarias CéSftl Brañas {también en Guatemala) salió

n. última horas del modernismo, )0.1 a hacer un arte divCl'SO al tille c9tiló desde! 1900 a 1921 Ni Alévalo MarHnez (Guatemala) ni Rafael ReHarlara Valle (Hontlm'as) ni Rafael Cal"dona (Costa Rica). ni Santiago ArgUelLo

(Nicalagua) dejaron su modernismo específico Carlas \Vylt.l Ospina (Guatemala), temeroso de estar en desacuerdo con la é!Joca, abandonó la lJOesfa para dedicarse a. cscl'ibir novelas cliollns

Exaltó el petardo en gran escala, protegido bajo las bandelas purísimos del arte Envenenados por su es– cuela, algunos sucumbieron moralmente Los más se salvaron, aislándose o huyendo a otras repúblicas sin tales contaminaciones Por fortuna la primera guerra europea (1914), marcó deberes a los escritores y estableció un código de ética desconocida por los dis– cípulos de Hernóndez Cabe apuntar que en 1912 en Centro América el decadente se trasmutó en defi– nitiva por el de modernista Se desatendieron las inculpaciones de Nordau, y, así, cuando Chacona arri– bó en su segundo viaje, nadie lo motejó de desequili– brado

Con la permanencia en Centro América de José Santos Chocano hubo un cambio de tendencias lite– rarias se abandonaron los motivos exóticos Cuando el poeta peruano llegó por primera vez a principios de siglo, predicaba el arbitraje obligatorio en asuntos in– ter nacionales Tenía aires de mosquetero y aún no había entrado en /lel endiosamiento de sus treintitrés años/l Su misión más que lírica era política Mas su influencia literaria se anotó en su segundo o tercer jira en 1912, después de su publicación en Madrid de Alma América Tenía entonces la prestancia de un poeta bárbaro, "sano de alma y de cuerpo a pesar de las civilizaciones enfermas" Manifestación elo– cuente de su nueva concepción artística fue "La Oda Salvaje"

Con su permanencia en Guatemala terminaron los abates lánguidos y los violines del otoño Los te– mas predilectos fueron las montañas y los ríos desbor– dados Su campaña literaria tuvo en el medio dos jóvenes colaboradores José Rodríguez Cerna y Adrián Recinos El primero de los citados se erigió en el pro– sista elegante, cromático los temas más baladí'es sa-bía embellecerlos Escribió el primer libro de prosa artística del Istmo Recinos, representó el enciclope-dismo sagaz, tolerante En Honduras aparecieron tres prosistas,Julián López Pineda, Luis Andrés Zúniga

y Rafael Heliodoro Valle. La escuela en Nicaragua tenía su representante en Santiago Argüello

Guatemala fue centro de las inquietudes artísti– cas Llegaban allí jóvenes líricos de los cinco países del Istmo soñadores de Nicaragua, belicosos de Hon– duras, discretos costarricenses y apasionados salvado– reños Inserto una nómina de tan desinteresados caballeros del modernismo

Rafael Arévalo Martínez, Carlos Wyld Ospina, Jorge Valladares Márquez, Manuel Calderón Avila, Alberto Velásquez, Alfonso Guillén Zelaya, Carlos Ro– dríguez Cerna, Ramón Ortega, Gustavo A Ruiz, Ra– fael Valle, Flavio Heerrera, Carlos H Martínez, Carlos H Vela, Alfredo Sierra Valle, Roberto Barrios, Virgilio Rodríguez Beteta, Antonio Barquero, Virgilio Zúniga, Arcadio Chozo, Andrés Largaespada~ Andrés Vega Bolaños, Salvador Mart~nez Figueroa, Manuel Andino, Joaquín García Salas, Hernán Cuevas del Cid y Mario Sancho (2)

l2) Una vez aleiuda Chocano de Gl1atemah\, en 1921. tlM In. caída

del légimen del licenciado Estrada. CabrCl a, aurgió otra gencrncl6n gepa~

1ada riel clásico modeuli9mo Otl a8 tendencias y otras ideas estéticas fue– Ion 8U!i bandcIOS Plcdiloctoa Degcol1aron: C¡¡lInr llrniias. Cnrlos Gnnda–

la DUlán, Ramón Aceña Dur¿,in. Sinfolooo AguiJa.r, Ar{lueles y Davíd Vela.

León Aguileln. AlCledO Ba16l'16 Rivela, Carlos SnmnYOR Aguilar y August()

Meneses

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