Page 48 - RC_1968_03_N90

This is a SEO version of RC_1968_03_N90. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

va fue un poeta discutido contirientalmente En cam– bio, Troyo fue un prosista sin grandes alientos y de producción escasa Hubo en sus prosas afiligranadas visible influencia de Catulle Mendes.

Pertenecía la familia de Troyo a la aristocracia del café, formada en Centro América cuando ese pro– ducto 'era el renglón de mayor rendimiento Los ca– fetaleros constituían una élite, como la de los azuca– reros en Cuba En manos de tales agricultores esta– ba el mejorar el standard de vida y de introducir cam– bios en las costumbres al modificar los hábitos de la colonia La mayor ¡Jarte de los productores realizaron viajes rumbosos a Europa San Francisco, California, fue otro centro de atracción de los capitalistas ver– náculos En honor o la verdad, la familia Troya, an– tes que despilfarrar las utilidades en "lo danzo de los millones"; estableció una magnífico coso comercial Levantó un edificio de tres pisos de hierro y cemento armado, hecho que en tal ciclo representaba una enorme aventuro en Centroamérica, La mayor parte de los casas de Cartago (residencio de los Troya) ero de barro y modera

Si el padre de Troya, don Juan Ramón Rosas Tro– ya, llegó a ser uno de los hombres más trabajadores y prósperos de su paí's, Rafael Angel representó el re– verso de la medalla El esfuerzo y la lucha 'eran las armas del primero y la imaginación y la indolencia las aliadas del segundo Don Juan Ramón realizaba ne– gocios lucrativos, y el vástago dilapidaba el dinero a monos llenas Nunca el literato fue colaborador efec– tivo de la firma Troya ni siquiera actuó de contable como el colombiano Los narcóticos parecieron ha– berle embotado la voluntad, lo mismo que a su her– mano Miguel iniciado también en la lírica Hubo olguna simililud entre el carácter del padre de Silva y el de Troya, Los dos gustaron de las buenas lecturas literarias y filosóficas Don Juan Ramón emprendía con empeño estudios de arqueología, interesándole los ídolos de piedra y los artefactos de barro precolombi– nos Tales actividades eran vistas con desdén por sus hijos, seducidos por el preciosismo A las piedras mayas, preferían los bibelots, las tanagras y las japo– nerías Sobre la tumba del viejo Troya alguien cince– ló una frase romántica Dice así "Venció a la For– tuna con su labor, pero no pudo vencer a la muerte" Rafael Angel Troya, de la burguesía centroameri– cana sin pergamino alguno, blasonaba de elegante aristócrata, rodeándose de cojines exóticos, de bue– nos muebles y de encajes En su tocador no faltaban los valiosos perfumes El ajenjo, de moda entre los literatos ver/enianos, era su bebida favorita Como se consideró a Silva, platónicamente incestuoso, d Troya se le vio como infatigable consumidor de alcaloides Sus fantasías a juicio de muchos, se originaban de la superexcitación del cerebro avivado por el absintio o por el cáñamo indio Mós de uno le atribuyó el pro– pósito de fundar un enigmático rito religioso, suposi– ción absurda dado el catolicismo ferviente de los Tro– ya, sentimiento arraigado en el poeta

La fatalidad le quitó la vida y evitó que sus fa– cultades mentales se alteraran totalmente, cómo suce– dió con su hermano MigLiel Impulsad<) por su reli-

giosidad y pasión hacia la búena música, la noche del 4 de mayo de 1910, acercóse al portalón de la Iglesia de San Nicolás, en Cartago. Cuando escuchaba una melodia inefable, las torres de la iglesia abatidas por -el terremoto que destruyó la ciudad, se desplomaron sobre él Personas piadosas, tras grandes esfuerzos, lo sacaron moribundo de entre los escombros para atenderlo en un parque Ahí, lo rodearon, no damas -exóticas como las de las novelas leídas, sino humildes mujeres Estas cerraron sus párpados piadosamente, y de rodillas, pidieron al cielo por ki salvación del alma del escritor empeñado en huir, mientras vivió, del con– tacto con el pueblo

Rubén Darío en el periodismo centroamericano.-Sus luchas por la unidad de las cinco repúblicas ~Ambiente

literario: románticos y c1ásicos.-Avatares de Arturo Abro– gi.-Anfluencia rubendariana en la poesía y en la pro– sa -La revista Ariel, de Froilán Turcios.

En estos rápidos apuntes creo del caso exponer cómo influyó Rubén Daría en algunos círculos intelec– tuales, antes de que el formidable poeta se constitu– yera en revolucionario de la poesía Me circunscribo sólo a los países del Istmo La influencia del póeta en la literatura de España y Sur América está expues– ta magistralmente por diversos críticos Mi principal objeto es esbozar, además del ambiente literario, las transformaciones del medio artístico cuando el autor de Azul se alejó de nuestras repúblicas Las compo– siciones de los literatos eran arcaicas, semi-clásicas, como pueden verse en los álbums de poesías pertene– cientes a damas y señoritas de (a sociedad elegante Mientras más famoso era un poeta más se le solicitaba para loar a las dueñas de tan cromáticos libros La manera de escribir versos en tales volúmenes fue si– milar a la usada en España al redactar madrigles sobre los bonicos Por fortuna tales hábitos van borrán– dose Los modernistas recogieron parte de tal he– rencia

En tanto que los biógrafos y comentadores de Daría se ocupan de la actuación del poeta en Chile y

en España, pocos se han interesado en historiar sus actividades en San Salvador y Guatemala Hay refe– rencias sobre el particular en el libro La Juventud de Rubén Dario de Gustavo Alemán Bolaños Este libro es valioso como orientación para seguir los posos del literato en los últimos años del siglo XIX Cuando Daría llegó a San Salvador, después de abandonar la casa familiar en Nicaragua, tenía apenas catorce años de edad Su nombre, sin embargo, sonaba ya en los

di culos oficiales y en las redacciones de los periódicos Muchas de sus composiciones escritas en León o Ma– nagua, eran admiradas Hasta los académicos intran– sigentes acordaban en que en Centro Améric no había surgido con anterioridad un prodigio lírico como el del precoz joven lleno de ensueños y melodiosas rimas El humorismo de muy buena leyera una de las carac– terísticas de los primeros versos de Daría Hecho rala a pesar de ser adolescente, su maleta no se en– contraba atiborrada de versos para fa novia Idealizada

y angelical, según costumbre ent re los románticos

44

Page 48 - RC_1968_03_N90

This is a SEO version of RC_1968_03_N90. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »