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pero al siguiente, y los demás, es preciso que se res–

pete de modo la justicia, que ya se olvide lo excesivo del rigor, o se contemple, que solo fue obra de la neo cesidad No ha sido esta la conducta de los gefes de América He visto varias cartas circunstanciadas, en que se dice que Morillo pasó por las armas mas de seis mil hombles, y que las imposiciones a los pueblos, han sido ton terribles, que ni la voluntad mas perfecta de llenar· las, podía hacerlos subsistentes Ricafort en la Paz en 24 horas seguía un proceso, lo sentenciaba, y se proce– día a la egeeución Todo esto después de un indulto concedido un año antes ¡Cuántos inocentes fueron sa– crificados por ese monstruol Sus acciones en algún modo constan de gazeta. El logra un empréstito pedido a son de tambor, y con el auxilio de las bayonetas El saquea la Paz, solícita premios, y coarta a los pueblos mismos a que lo pidan ¿Crerá V. M. que los Americanos han de ser fieles continuando esta política? Es muy grande el talento de vuestro Magestad, poro que se persuado de un sistema, que reprueba la mas vulgar razón Podrá lograrse que algunos pueblos desal modos callen sus sentimientos por algun tiempo, estudien el disimulo, que se cautelen de aquellas mismas personas cuya confianza es inspirada por la naturaleza; pero su interior renueva diariamente sus votos Sus ruegos a la Divinidad tienen por objeto la independencia, y espe– ran la ocasión favorable en que realizarla. Puede ser, que no sea el año presente, ni el venideror pero ella será, porque el ánimo es declarado: los motivos, el de· seo no varían, y no puede faltar un rompimiento en la Europa, que les facilite oportunidad poro llenar sus de– signios Cada gazeta en que se decia continuar los castigos de Quito, la Paz, y Chile, se veia con transpor– tes y de dolor, desanimaba a los leales, y enfurecía a los Patriotas En la suerte de sus hermanos veian la que les esperaba, y tenian por mas glorioso morir como guerreros, que como tímidos, asesinados por hombres inexorables ¿El que habiendo nacido libre, se vendió como esclavo por haber errado en la opinión, no proyec– tará siempre salir de ella? ¿Que estado le esperOlá mas desgraciado, cuando no espere la revolución? ¿Será muerto? Menos mal es, que la servidumbre para el que nació libre Decía Montesquieu, que lo esclavitud desapareció con el Christianismo ¿Que diría al verla renovada, abusando del nombre del mas católico de los Reyes? Pero se contesta a tan sólidas reflexiones, di· ciendo, que los castigos, y los impuestos los escarmen– tarán, y al fin han de reducirse ¿Pero conoce el cora– zón humano, el que raciocina de este modo? Los casti– gos obstinan, los razones convencen, la dulzura atráe Yo les preguntaría ¿Y cuando comenzará ese escarmien· to? Hace nueve años que nació en la Paz la revolución; el clarin no ha cesado de sonar entre incendios, cadá· veres y ruinas El coronel González destruiría mas de qua renta mil hombres indefensos. Muchos pueblos han quedado sin una cabaña en las cercanías de Huaman– ga Los Talaberinos hicieron la misma, o mayor carni· cería: muchas ojos de servicio refieren como mérito es– tos atentados ¿Y el efecto? La América está despo– blada, pero no sujeta No sujeta Señor, ni lo será nun· ca por medio de las armas. ¿Cuántos hombres existen de los que han pasado a la América meridional y sep– tentrional? Que se presenten a V. M. Jos estados, y ha– llará en ellos con asombro, que aunque mataron a mu– chos Americanos, ya no respiran ni la quinta parte Los que quedan, no son suficientes, ni aun para guarnicio·

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nes Pues que vengan muchas tropas a que maten y

mueran, costéense escuadrones, sáquense de la Penín– sula regimientos enteros, trasládense a sufrir los fuertes y poco sanos climas del nuevo mundo, suenen las cam– panas con repiques alegres por las primeras victorias Dentro de quatro años solo se verán desnudos huesos, restos de unas preciosas flores que debían estar ador– nando los campos de España, y destinados a su atra_

sada agricultura, a sus manufacturas destruídas, y a su comercio postergado.

Aun no se forma la cuenta de un modo exacto y verdadero El soldado de España muere; pero deja cuando menos dos hijos en las muge res del país. Estos mismos dentro de veinte años son otros tantos militares contra la patria de su padre: pierde la España el hOm– bre, el fruto, y la propagación que de él había de ad– quirir; y aumenta por su medio en el nuevo mundo los defensores de la independencia ¿Como estos cálculos, tan sencillos y naturales, se ocultan los encargados de la administración de tan vasta monarquía? Es sin duo da, porque muchos hallan conveniencia en ocultar la verdad, y en que continúe la anarquía, y el desorden Tal vez será, porque alguna potencia tiene formados sus proyectos sobre la destrucción de España, y de las Indias, pOlo dominar con mayor facilidad. Cuando los hombres que se remitiesen fueran inmortales, el tenerlos en Amé– rica no le trae a V. M ninguna ventaja. Nada apro– vechan las Américas a la Europa, en el momento que dejen de ser productivas; es necesario contemplarlas co– mo heredades ¿Yen caso que produzcan, que utilidad se reportará, si eso mismo se consume en soldados, que han de sujetarla? Doblar los impuestos para que el elario logre cubrir las necesidades públicas de estos rei– nos, y para que quede algun sobrante, que pueda remi– tirse a esos; es una imaginación, que calece de funda– mento. ¿Quien traba;ará, si en ello no halla utilidad?

Hablo, Señor, con hechos del día, que aunque terribles, solo son débiles anuncios de los venideros En la pro– vincia de Cuzco se está vendiendo la fanega de trigo a 27 pesos, en la Paz a 40 Pueblos enteros han muerto de hambre, y de quinientos en quinientos se conducen los hombres a la sepultura Esto depende de que no hay gente para el traba¡o: consumida en la guerra, la que queda no quiere trabajar, sabiendo que la cosecha no ha de ser suya Cuanto menor sea el comercio, y el cul– tivo, mayores han de ser las pensiones, creciendo siem– pre en razón inversa de la utilidad de los pueblos. Así es preciso que se haga para mantener las tropas, pero también será infalible, que llegará el caso de que se abandonen como in 'tiles el azadón y el arado. Sabe Sabe V M. los tumultos que se ocasionaron en todos tiempos por la falta del pan. El hombre en la sociedad busca su tranquilidad y conservación. Cuando no halla lo que podía conseguir en los montes, en medio de los brutos, rompe con ímpetu todos los lazos de sus obliga– ciones y se arroja a los mayores atentados. Esta es la situación, en que se hallan las Américas, en medio de pomposas partes, que jamás sorprenderán a ningún po– lítico. ¿Que hazañas son las dignas de elogio, con un egército de 3;000 hombres en Jujui, que no puede reha– cerse en caso de alguna desgracia, arruinado el comer– cio de cobotage, y ya en nuestros mares una esquadra enemiga, que impide toda especie de correspondencia y

tráfico? Muy en bosquejo presento a V. M los moles de la guerra, porque temo al escribir, el fastidio de un papel difuso: con todo no podré prescindir de una

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