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« Previous Page Table of Contents Next Page »~0senlfrenalllos, causadores del desorden, de violen.
~iaS, rrobos \7 asesinatos. Esto esfá compensado muY bien con la confesión de que 105 políticos ex– ilanjeros Y la gente sensala, que sabe raciocinar,
aprueban nuesfra revolución, Y nos consideran co–
mO héroes Nosotros los rabiosos desenfrenados, ladrones Y asesinos, hacemos más caso de la apro– bación de los politicos y de la gente sensafa, que de los insulios de nuestros generosos enemigos Pero si perdonaInos a V la descortesía con que empieza
a insinuarse en nuestra gracia, creo que la gente in'\pardel no le perdonará la poca destreza con que e).11,a exponiendo las causas que dieron lugar al en– gaño de los políticos, y de las gentes que saben ra– ciocinar Dice V que se han dejado engañar con
Jos cr.aenaos fa~J1Idosos que inventan 105 criollos.
¡Válganos Dios, Señor Observadorl ¿Como llama V. política y sensata él una gente que se deja engañar con cuermllos ¡abullosos? Y si la gente sensata se en– gaña de este modo tan grosero como es qUe los cuentos fabulosos de nuesfros eneInigos no engañan
a los ~ismos insensatos? La gente sensafa, la gente polltica, la gente que sabe raciocinar, disHngue muy fácihnenfe 10 cierto de lo falso, lo bueno de lo malo,
y no se deja engañar con cuentos fabulosos, ni con cuentos verdaderos.
Los hechos bien examinados son los que deci– den a los políticos a formar su juicio, y estos hechos los encontrará V en los documemos priInero, segun– do y tercero de la colección que pongo al fin Esfos sí que son doclllnentos iInparciales, de gente política
y sensaia, testigos oculares, infachables, y de toda excepción El priInero es de un ilustre Iniembro del Parlmnento de Inglaterra, hoInbre independiente,
C;:UO no tiene que ver cosa alguna con el Rey de Es– p3ña, ni con los nuevos Esfados de América El segundo es de un negociante inglés, que iiene las mejores relaciol'les en su país, COInO lo acredita su correspondencia, y que no debía esfar muy comen– fo con la revolución Americana, porque ella le ha sausado quebrantos considerables El úlfiIno es to– davia más incontrasiable, porque su aufores Espa– ñol, de España, de la patria de que V parece ser, es Oidor de Lima, y escribe al Rey También España pl"oduce de cuando en cuando algunos hOInbres justos, Y me glorio de esto, porque así podré colocar a n1is padres en el núnrero de los escogidos Mas dejo a V en el empeño de persuadir que la gente sensafa es una gente muy necia, y paso adelante con su fexto
1Liml!4áBldonos a presenlar el resulfado cierlo de las cmms, o el esnalll:o en que eUas elCis~en, atenidos a
dOClllUl'l\\emOll aidedignos, y a Il'elaclones exaclas e im.
parciiaJes, decimos que los insull'gellJles o regenerado– res de la limérica Españ.ola en 10 años ele lucha no
ban adelanfado aun cosa algUllla más ele lo que con. siguqeJron al piI'incipio de eUa. En México reina la 2JrallJquilidad; y solo quedan algunas plUfldas de
hanciialos q~le lienen sus guál'idas en las montañas y
bosques. Las Iropas Españolas los van exfell1ninan. do Bloco a poco. El Viney Apoelaca se ha gl'angea– clo el amor de loclos los habilames de Nueva.España,
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y . 00 [isongea de que reslablecCJ'á brevemerife en ella los días más serenos y feUces.
Nosotros no dudaInos que el Virey Apodaca se lisongée, del mismo Inodo que Fernando y sus ami– gos, con la pacífica dominaci6n de América, pero V misIno dice que se lisongea, y no puedo añadir cosa alguna a esta verdad. En cuanto a que reine la tranquilidad en México, no esfoy inclinado a creerlo, porque lo contradicen las noficias que reci– bimos de aquella parfe, y por 10 que hallo en e ltexto de V veo, que no pttede haber ial tranquilidad, cuando quedan existemes allí algunas padldas ele bandidos. Si cree=os a los docuntenfos oficiales de España, Y si nos atenemos ahora a lo que sobre México dice V, es preciso convenir, en que la revolu– ción de Nueva España jamás ha esiado en Inejor pie que hoy Aquellos docUInentos nunca dijeron otra cosa. aun cuando estaba la revolución en mayor fuerza, sino que había en aquel país partidas de ban.
~ill!lClS, que daban poco cuidado. PéU'llidas de bancU.
dq:¡s, en el idioIna de Napoleón. eran los ejércifos de Españoles que se le oponían en la guerra de la Pe– nínsula, y pall'nidali de bandidos, en el idioma del gobierno de España, son los ejércitos de patriotas Atnericanos Lo que sacamos en limpio de todo es– Ío es, que en diez años de guerra el Gobierno Espa– ñol no ha conseguido en México Inás, que hacer morir millares de hombres de fados modos, sin aca– bar con las pariic'las de bandidos.
Yo me atengo, Señor Observador, a 10 que dijo el año próJtimo pasado la Ciudad de Veracruz al
Virey Apodaca, en la Representación iInpresa en la Habana con superior penniso. Esfe es documento que arroja legifimilllad hasfa por las tapas del cua– derno en que se confiene, y así no se podrá fachar de insurgente, ni de emanjero mal inforxnado. Allí,
pues, vel emos en las páginas 3 y 4, que Guanajua!o, Valladolid, Zacalecas, Potosí y Queré!aro están en
ma~ es~il.~~o para S. M. C., Y que no les espera mejor suede a México, Puebla, y olzas chidades opulentas; que el eonfagio se ha propagado por loda 2a super.
~icie ~le aque' vasto conUllIenge, y que desde las ori. lIas deR mar pacífico hasia las rilberas del seno mexi. cano nodos sufren Jos rigores de la convulsión civil.
Vea V, Ini an'\igo, COInO anda la cosa por aquellas parles con las endiabladas parlidas de béll1ldidos, y
vea V como los insurgentes, rebeldes, piratas, ladro– nes, asesinos, y estúpidas canallas. no nos descui– dan'\os en buscar mejores noticias, y más legítimas que las que siempre tienen los leales sabios y hon–
1 ados Españoles
Lo que en diez años de guerra se ha hecho por los Americanos en el resio de aquel grande confi– nenfe lo diré después, aunque sea deInasiado sabido de los políticos y de las gentes sensatas. Por ahora solo noiaré que V se refiere a c1ocPRlenlos fidedig_ nos, y t'elaciones exaclas e imparcial'l!s, sin Inostrar cuales son, COInO si cada lector no tuviese derecho de examinar por sí nUsmo los documentos que se le citan, para no tOInar gafe;> por liebre. V. nos hade
creer que su tesoro habrá salido de alguna· de las excavaciones del Herculano, pues es tan nuevo que nadie hasta hoy tenía noticia de él. Pero sea lo que
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