This is a SEO version of RC_1968_02_N89. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »Colón tOlnaron engañosaznente por las cercanías de Cipango, sirvió a Bonpland de rico campo para el estudio de la flora acuática.
Zig:o:agueando unos días más y admirando las fantásticas noches estrelladas de la zona tórrida, lle– garon los viajeros a las costas que descubriera Colón en su tercer viaje al nuevo mundo Singlaron el golfo de París y echaron el ancla en Cuxnaná, sita sobre el río Manzanares, cuyas márgenes SOn em– porios de vegetación, grávidas de frutas que el pru– siano y el francés paladearon a su entero gusto Estudiaron minuciosamente la estructura geológica de esta zona tan propensa a los terremotos, vatici– nando Hutnboldt los cataclismos que han ocurrido después y que, posiblemente, ocurrirán en la henno– se tierra que prohijó al Gran Mariscal Sucre, héroe de Yaguachi y Pichincha y generoso paladín de Tarqui Recorrieron la Cueva del Guácharo, una de las grandes maravillas de la AInérica meridional, con sus varios compartimientos de estalacfi±as de formas salomónicas y tubulares, que difunden el so– nido en mil ecos diferentes
A Caracas llegaron Huxnboldt y Bonpland en febrero de 1800 Con las cartas del valido Godoy para el Capitán General, Guevara de Vasconcelos y con les enviadas desde 1I):adrid por el Marqués de Uzfaris a sus parientes venezolanos, Humboldt fue recibido con esplendidez insospechada En el án–
gulo noroeste de la plaza de la Trinidad, llamada hoy del Panteón, existe una placa de Tnánnol que
señala al viandante la casa en que residieron Ale– jandro de Hutnboldt y Bonpland A la semana de
su arribo, por las cuchillas de granito que exhornan las flores de Mayo, escaló la silla del Avila y com– probó de nuevo sus barómetros para la medición de las montañas Admiró, en la hacienda "Blandín", de Chacao, las plantaciones cafeteras realizadas por el Padre Mohedano, visitó "Tamanaco", la hacienda de los Palacios, tíos de Bolívar y admiró en "Bello– monte" los trapiches de la faznilia Ibarra, emparen_ tada con los Ponte y Villegas, en cuyo tronco acaba– ba de florecer el futuro libertador de AInéricaJ De la Guayra, partieron para Cartagena de In– dias, con el ánimo de seguir para Cuba y México, pero sucedió que en este puerto colombiano se en– contraron con el maiemático español, Joaquín Fran– cisco Fidalgo, quien se hallaba entregado a un infenso estudio sobre la desviación de la brújula, estudio que comprobaron y ratificaron Hutnboldt y su compañero Bonpland
Una vez que herborizaron abundantemente en la costa atlántica, el matemático español dio a Hum– boldt las referencias más exac±as y cordiales acerca del gran sabio gaditano, José Celestino Mutis, des– Cubridor -entre otras mil plantas autóctonas-, de una quinta bastante parecida a la benneja de Laja, aunque no tan febrifuga y eficaz como la ecuatoria– na Esta agradable referencia y el hecho personal de haberse infonnado el Barón, de que su amigo el capitán Baudin vendría por el Cabo de Hornos a re– correr las costas del Pacífico, d~cidieron a Humboldt y Bonpland a subir el río Magdalena, llega~ a Bogo-
45
tá y seguir más tarde al Perú, escalando los picos más altos de la cordillera andina. Cuarenta días emplearon los viajeros en cubrir la distancia acuá– tica que hay desde Barranquilla hasta Honda A medida que surcaban el Magdalena fueron herbori– zando con esmero, a fin de poder cotejar sus hallaz– gos con las faznosas colecciones del sabio Mutis, con el objeto de poder constatar qué nuevas especies se agregarían a las ya catalogadas por el célebre natu– ralista gaditano y por su discípulo Francisco José de Caldas.
Bogotá, la docta urbe fundada por el letrado Jiménez de Quesada, recibió a los dos viajeros más en atmósfera de estudio, que en ambiente de diver– sión y cortesía, corno acababa de hacerlo Caracas, enfrenada anterionnente por la manera como había recibido al conde Luis Felipe de Segur y al real Del– fín de Francia
En la ciudad del Funza Humboldt visitó el salfo del Tequendama, las salinas de Zipaquirá, el curioso lago de Guatavita y la selectas ganarerías de la Sa– bana Invitado desde Quito por su amigo, Carlos de Monfúfar, hijo del Marqués de Selva Alegre, arregló su inmediata visüa a nuestra tierra, en compañía de Bonpland y de Caldas.
Partieron por Ibagué hacia el Quindío, cuyas alturas midió Humbolt, no sin tomar los datos ne– cesarios para la formación de su carta geográfica, que abarcando desde las Guayanas llegaría hasta el meridiano austral de Lllna. Iticieron su enfrada en Quito el día de los Reyes Magos, dispensándoles la cuna de Afahualpa una entusiasta acogida Desde el primer momento asombró al insigne viajero la grandiosidad y hermosura del paisaje ecuatoriano. Los grande nevados del Antisana, Cayambe e Imba, hura, la suavida~ del clima primaveral, la transpa– rencia de la atmósfera, la indumentaria tan vistosa de los indígenas, y la fulgencia nocturna de los as– tros entusiasmaron, de tal modo, a HUItlboldt que habiendo dedicado en su programa dos meses para Quito, per:rnaneció seis en nuestra capüal, escalando dos veces el Pichincha y excursionando por todos los valles de Chillo, donde cada mansión blasonada de los marqueses de Selva Alegre, Villa Orellana, Solanda, Selva Florida, San José y Casa-Jijón, se abría con esplendidez dieciochesca en honor de Hutnboldt, Bonpland y del amargado popayanés, el sabio Caldas, a quien no faltaron nunca pretextos para excusarse de asistir a tan rumbosas fiestas. Carlos de Monfúfar,' educado cuidadosamente en España y buen amigo del Barón desde los días parisinos del Directorio, arreglaba agasajos sociales y excursiones científicas que no dieron reposo a los ilustres sabios, según apuntara después, en su famo– sa obra "Viaje por los Países Equinocciales", el in–
signe hijo de Prusia, que, a decir verdad, ha sido el mejor turista que ha pisado tierras ecuatorianas, desde los días lejanos de los Académicos del Rey Sol y de los culfísimos marinos españoles, Jorge Juan y Ulloa
De nuestra c;apital siguió Humboldt para el sur, deteniéndose en Latacunga, donde analizó los re-
This is a SEO version of RC_1968_02_N89. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »