Page 118 - RC_1968_02_N89

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es convenir en que los tales demóclatas y libelales son hom– bles que entienden de democracia y de libelalismo tanto como los tUl cos, los persas, los chinos y los neglos de Angola. Usted nos cuenta en su foneto de la Contestacion a D Antonio José de Irisani que en su escapada de Guatemala abl ió en San Salvador una clase privada glatuita de del echo, y que entIe los CUlsantes habia dos hanItanos del gene1al Bauios: lo que plodujo la amistad de U con aquel genela\. POl supuesto que en la tal clase debi6 enseñalse la doctl'ina de que en las 1 epúblicas democláticas un militar cualquielR puede quital el mando al Presidente y hacClse un capitán genel al POl medio de una conspil acion contla la autolidad constitucional ¿ Y cómo no habia de hacerse amigo aquel militar de un profesol de del echo que plofesaba plincipios tan democláticos y tan eminentemente libetales? Si no en– señó U esto, no enseñ6 cosa alguna, pOlque ningun buen fruto hemos vis~o de su enseñanza PelO 10 que palece que no tiene duda es, que en aquella clase debi6 enseñalse el del echo que todo buen dem6clata y todo eminente Iibelal tiene pala calumnial a tlochemoche.

Ahola voi a entlar en la palte pUlamente lidicula de la contestacion de U, en cuya parte espelO que no me llevalá U a mal que la tiate lidículamente como ella 10 melece Co– mienza U su salta de desatinos diciendo que no selá U quien emplée armas prohibidas en los debates de hombres cultos Yo supongo que U. entiende pOr almas plohibidas el puñal y el estoque oculto dentlo de un baston, pOlque en cuanto a la pistola y al flOlete no se llaman almas plOhi– hidas cuando estas almas se llevan descubiettas Tampoco Cleo que cuenta U enhe las almas p10hibidas las calumnias, pOlque estas son las únicas que U emplea en ¡¡US debates con los hombl es cultos. Sig ue U diciendo que contestará con calilla y con frialdad; pelO lo que vemos es, que su cal– ma de U es el hUlacan mas ter1ible que pueden fOlmar los fuelles de Eolo, dios de los vientos, y que estos vientos desa– tados ocasionan la fl ialdad de las calumnias de U , que pOl fllas no deben illita!· a nadie Asi es que U, con la calma del hUlacan y la flialdad de los polos, no llena nlUchas pá– ginas insh uyéndonos en los inte1esantes sucesos de su niñez y de su juventud, pa!a pelsuadilllOs que no pudo solicital la seCl etalÍa de la legacion a que se destinaba al señOl Payes, pOlque ela U muí joven entonces, y que solo solicitó ser nomblado aglegado a aquella legacion, y que a causa de otlas niñeces que U cometió no pudo hallalse en Guatemala cuando fué electo plesidente el genelal Canela De todo esto sacamos en limpio, pOI lo que U dice; que no pudo ofende1se pOl no haber obtenido aquella sec1etalía, pero que pudo lesentÍlse pOl no habelse admitido su solicitud de ser nomblado apegado a la legacion. Que U 10 solicitó no pue– de duua1se, pues U nos lo dice, y que no se accedió a su solicitud se infiere del silencio que U. gualda soble este punto De nada vale lo que U dice en aquello de: la legacion no tuvo efecto, y ni el señor Payés, ni el señor Zavala, ni yo vinimos a Emopa Pela el señol Payés fue 1I0mblado ministlo, y el señol Zavala, seclctalio, mas no consta, ni siquiew del dicho de U, que fuese admitida su solicitud de vellÍl de attllché, y así hai toda lazon pala Cleel que ha– biendo U quedado détaché de la legacion, se atacltó al pal tido contHllio al gene1al Canela U ve, SI. don LOlenzo, que no hai mucha dife1encía entle habelse hecho levoltoso pOl no habel conseguido una secletalía, a habelse vuelto tal pOl no habélsele cleido digno de sel attaché, aunque esto de attaché en español no quiele decÍl nada, pOlque no tenemos el Vel bo atnchar. Soble este calgo y soble el otro de habelse U. opuesto a la deccion del genelal Cauela, lo ha defendido a U. en Guatemala un P M, que tal vez selá algun Pedlo, o Pablo, o Pascual Montufal, mucho mejor que U lo ha hecho, y en pocas palablas Despues de habe1se publicado el tolleto a que U. contesta, apaleci6 una lectificacion que COlle aglegada al folleto, y dice lo siguiente: "El autor de este folleto palece mal infOlmado en los puntos siguientes: plil11e10, que Montufal e1a conservador en los primeros tiem. pos de la Fedel acion, hasta que habiéndose tratado de en· vial a Europa ciel ta legacion, de la que queria sel secretario, no llabiendo conseguido su deseo, se convh tió en un liberal de los mas desaforados: él ela muy joven en aquel tiempo

pala que sus opinIOnes fuesen de alguna importancia; y si valió despues y Se hizo un fUlioso demagogo, no debe atli– buÍlse a no habel conseguido la seCletalia de aquella lega– cion, de lo que no existe documento alguno, sino a lo tUl bu– lento de su genio: segundo, que no puede ser cierto que se opuso al voto general de los guatemaltecos que eligieron al genCl al Call el a para presidente de la república; pOlque cuan– do se hizo la ptilllCla eleccioll, en 1846, Montllfal no figm a– ba en la poIltica, y cuando se hizo la segunda, en 1851, habia ya emig1ado de Guatemala a causa de habelse complOmetido contIll. el gobiel no como un inquietadol del 01 den público. Por 10 demas que contiene este folleto, nada hai que deba

1 ectificalse -P M."

U vé, pues, Sl don LOlenzo, que P. M. lo ha defendido a U mejor que lo que U 10 ha hecho, y sin gastar tanto papel, ni quital tanto tiempo al lector con los cuentos de sus niñeces y la Clonología de ellas, con que U nos ablu– ma; pelO el buen P M no sabia que ela U en aquel tiempo un homblecito que aspÍlaba ya a ser attaché a una legacion diplomática PelO ¿ cómo quiele U que todos tengan tan exaetaE noticias de U cuando no es de aquellas personas en que se ocupa el almanaquista de Gota? Se sablán así, mui por encima, los hechos de su juventnd, y nO es de extlaña1se que valien un poquito de 10 que fUClon exactamente En cuanto a la substancia no hai que decir que no es la misma OtlO tonto sucede con 1especto a 10 que pasó en Costa Rica entle U. y los Sles Casbo y MOla, pues todo lo que U dice en muchas l'áginas, contándonos mui POI extenso sus pere– gtinaciones, que a nadie interesan ni instl uyen, se leduce a si t!lles sucesos oCUllielon en un año antes o en OtlO des– pues; en d cla plesidente Castlo o lo habia dejado de ser, cuando sil vió a U y cuando U le pagó mal sus sel vicios En 10 sustancial del caso, U. conviene, y no podia dejar de con– venil- cuando todo el mundo en Costa Rica conoce aquellos hechos con todos sus pelos y señales Que U pinte la cosa con los mejoles cololes que le eS posible, es Illui natmal; pe– lO no lo es menos, que el hecho, sin la iluminacíon de tales cololes, se ¡llesente feo como la cala del diablo, si es que el diablo tiene cala, y no eS solo un espÍlitu impUlo PelO, en fin, pala no andal parándoos en pelillos, quielo qUe sea cíel to todo lo que dice P M en su Rectificacion, y que U solo se hizo un furioso demagogo pOllo tUlbulento de su genio, y que cuando se hiza la última eleccion del genelal Caue"" U habia emigllldo ya de Guatemala a causa de ha– belse complometido contla el gobielno como inquietador del Oldcn público; lo que se confOlma mui bien con lo que U mismo confiesa en la página 9 de su contestacion

No se le ha calumniado a U. pues, S1. don LOlenzo. cuan– do se ha dicho que degeneló de sus nobles patielltes, y tomó el pa!tido, que en vez de libelal, ha debido lIamalse des– tluCtOl, desOlganizador y tlastolnador de todo olclen y de todo concietto; y tan exacto es esto, que en toda su vida pública no ha manifestado U olla cosa, ni ahOla mismo lo manifiesta defendiendo a su plotector Ballios, que ha hata– do de bastornar todo el olden qUe leinaba en la Amél'ica del CentIo, y que ha puesto en allnas a cuatIo de las cinco lepúblicas que hai en aquel pais

Usted dice que en la Refutacion a que contesta se ha en– trado hasta en el saglado de su vida plivada, sin contestar sin embargo a sus aserciones. Esto es falso, Sr don L01 en– za; no se ha enbado en aquel sagl'alio que U dice: nada se ha dicho de su vida doméstica de U, ni de acto alguno en que no tenga algo que hacer la política Lo que se dijo sobre el oligen del labioso libelalismo qne ha desplegado U

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es cosa que pettenece a la vida ptivada, sino a la causa pú– blica; ni cómo llegó a sel miemblo de la COl te de Justicia

d~ Costa Rica, ni minisbo de Estado de la misma lepública, ni embajadol de don GClaldo Bauios, son cosas del dominio secleto y ptivado de los individuos, sino actos que tienen una conexion íntima con los empleos públicos que U ha desem– peñado o está desempeñando Ningun secleto de U. se ha tlatado de levelal, ni se ha levelado U puede quedal en la opinion de mui buen hijo, de mui buen padle, de lnui buen esposo, y de mui buen ctistiano, principalmente si llega a allepentilse de habel sido tan glan calumniadOl SI, señ~r,

puede U queda1 en opinion de mui buen clistiano, pOlque

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