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« Previous Page Table of Contents Next Page »brillante carrera, que le elevó en poco tiempo al mas alto grado de gloria, a que ¡amas llegó un extrangero
en los dominios americanos de S M C Despues de pasar por los gobiernos militar y civil de la provincia de Concepción, consiguió el mando en gefe de todo aquel Reino, con el grado de teniente general, y los títulos de Baron de Va llenar y Marques de Osorno Cuando este hombre excelente comenzó sus servi– cios en Chile, los indómitos Araucanos hacia cerca de dos siglos y medio, que sosten ion la guerra mas des– tructora contra las poblaciones españolas Los cortos intervalos de paz, que habia dejado gozar en todo aquel tiempo la inquietud de los Indios, solo habian servido para llorar de nuevo los males de la guerra, que se volvia a emprender con mayor entusiasmo Por esto, D Ambrosio O'Higgins puso todo su empeño en ganarse el amor de aquellos enemigos, al mismo tiempo que les mostraba, con su valor y destreza, que su indio nacion a la paz no era consecuencia del temor a la guerra, sino solo un efecto de su genial humanidad Las victorias, que le concedia su pericia, eran siempre en– grandecidas pOI los actos mas notables de clemencia, Sus prisioneros eran tratados como amigos; y de este modo, los que un dio antes dejaban sus chozas para ir a bustar la muerte entle las armas de un enemigo odiado, volvian al seno de sus familias, llevando la glatitud y la reconciliación, en lugar de la enemistad y del odio •
D Ambrosiio O'Higgíns mereció, tan bien como el que mas, el renombre de héroe; porque él consiguió en pocos días hacel lo que en siglos entelos no consiguie– ron los mejores militares, que pasaron del antiguo al nuevo mundo El logró dominar a los Araucanos del único modo, que podian ser dominados unos hombres, que habian humillado siempre el orgullo español, cuan· do estaban los pendones de Castilla tremo/ando victorio– sos en los cuatlo ángu los de la tien a Cortes, Pizarro, Alvarado, Gaboto, Dávila, Ponce de Leon, y todos los demas conquistadores de Amél ica, vencieron a millones de hombres desOl mados, y aterrados con la estupenda supeJioridad de sus enemigos; pero D Ambrosio O'Hig– gins venció, sin mas armas que las de su virtud, a unos guerreros, que temían muy poco a los cañones y a los fusiles, que eran muy superiores a los españoles en la caballería, y que estaban bien acostumbrados a escalar murallas, tomar plazas fuertes, y destruir egélcitos euro– peos de tres, cuatro, y cinco mil hombres, tomando en ellos hasta a los mismos Capitanes generales
Fue tal el respeto que los Araucanos concibieron por las virtudes de aquel héroe, que no solo mantuvieron una paz imperturbable mientras duró su gobierno, sino que lo hacian frecuentemente el árbitro de sus querellas particulares, y el juez de sus diferencias públicas, y recibían su decisión como si fuese dada por la boca de la misma justicia Así fue como consiguió, con su sabia y humana política, asegurar la tranquilidad de las fron– teras de Araueo, y reconquistar la Ciudad de Osorno, Clue por muchos años habia estado bajo el dominio de los Indios, des pues de haber llegado a ser la mas im– portante de las colonias españolas en aquel pas No contento con haber proporcionado a Chile las ventaias que quedan expuestas, quiso O'Higgins quitar todos los embarazos, que hasta allí habian impedido el adelantamiento de la poblacion, del comercio y de la policía Ordenó la formación de muchas villas y aldeas, en donde se leuniesen las familias dispersas por una
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vasla extension de terreno: mejoró todos los caminos de) Reino, y principalmente ros de Ja cordillera, y el que va de la Capital a Valparaiso No nos detendremos en dar una razon circunstanciada de todo la que Chile debe a este ilustre extrangero, porqueseria emprender una obra demasiado larga, y agena de nuestro objeto; contentándonos con decir, que apenas se ve en aquel país una cosa útil, que no haya sido hecha por O'Hig– gins Así su nombre sé oye siempre en boca de los Chilenos, acompañado de los epítetos mas gloriosos y lisongeros: su memoria se conserva con amor y con respeto, y sus virtudes sirven de cargo a todos aquellos que tuvieron la desgracia de antecederle o sucederle en el mando
Cuando el Rey de España, por premio de Jos servi– cios que este hombre benemérito le hizo en Chile, le confirió el empleo de Virey del Perú, llevó consigo a Lima a su hijo D Bernardo, para darle a su lado la educación, que en aquella corta edad podio recibir; pero luego que tuvo una oportunidad favorable le envió a Inglaterra, a tamal aquellos conocimientos, que la po– lítica infernal de Madrid no permitía difundir en el nue– vo mundo Por esta rozan estuvo D Bernardo algunos años en el colegio que tienen los Jesuítas en Stoneyhurst, en el condado de Lancaster,
Luego que este joven concluyó sus estudios, visitó el Reino Unido, y residió un poco de tiempo en Londres; pasó a España, para de allí volverse a su país nativo, y Jlenar los debe/es filiales, al lado de una madre, por quien siempre ha manifestado la maYal ternura Desde su vuelta a Chile hasta el principio de la revolución, se mantuvo constantemente atendiendoa al cultivo y mejo– ras de sus haciendas, que confinan con los territorios de los Araucanos De consiguiente, su vida era poco tu– multuosa, o mas bien diremos, que era mas filosófica de lo que podio esperarse de un joven educado en Euro– pa, dueño de sus acciones desde su primera edad, que poseía considerables bienes de fortuna, y que gozaba de una gran consideracion entre sus compatriotas Esta consideracion le había grangeado la del mismo gobier. no español, que para servirse del influjo, que este jo· ven tenia en la provincia de Concepcion, le confirió el empleo de Coronel del regimiento de milicias de coba· llería de la Laja, que era uno de los que debían estar mas dispuestos a obrar contra los Araucanos en el caso de una guerra
Llegó, en fin, el tiempo en que todo Americano manifestase francamente sus sentimientos en pro o en contra de su patria la invasion de los Franceses en España, y las nuevas injusticias que esta nacion hizo a la América, en la época en que le convenio ser mas contemplativa, nos pusieron en la mejor situacion para empezar a abrir los cimientos de nuestra libertad civil O'Higgins se decidió sin titubear por aquel partido, que solo podía ser abandonado de los egoístas, o de los perversos enemigos de su patria; y desde que se reunió el Congreso general de las provincias chilenas, en la capital de Santiago, el año de 1811, comenzó a prestar sus servicios a la causa de la libertad, concurriendo a aquella asamblea, como uno de los Diputados de la In– tendencia de Concepción
En aquel cuerpo siempre sostuvo el partido mas justo; aquel que si hubiera prevalecido, ¡amas Chile habria sido presa de sus enemigos exteriores Sus opi– niones eran claramente manifiestas en favor de aquellas medidas enérgicas, Clue debian cenar pOla siempre la
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