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hallan como a l;Ina legua de Valparajso, entre este Il;I– gar y las Peñuelas; otros en Yapel, en las fronteras de los Indios gentiles, y en las inmediaciones de la Con– cepción: de todos estos, y otros varios, ql;le se conocen en aquel Reino, se saca oro en polvo; encontrándose tal vez algunas papilas de bastante grandor, por el cual han solido hacerse particulares

Todo este oro, que se extrae en Chile, se vende allí para llevarlo a lima, que es donde se sella, porque en Chile no hay coso de moneda, y se tiene averiguado por la rozan, que se toma de él, que sale anualmente la cantidad de seiscientos mil pesos; pero aseguran, que el que se extravía por la cordi llera pasa de cuatrocientos mil, y así compondrá el todo un millon, o algo mas Coquimbo, y el Guasco, paises donde los minerales de

lodos suertes de metales son tan comunes, que parece que la tierra está convertida en ellos, son los parages donde se ti abajan los de cobre, de que se abastece todo él I'erú y Reino de Chile: pero aun de este metal, cuya c.alielCld es la mas sobresaliente, que se conoce, solo se hacen labores en aquellas minas, que se consideran necesarias para el consumo que hay de él; quedando intactas la maYal parte de los otras, de que hay noti– CiCIS, y se tienen descubiertas Este metal es uno de los renglones, que componen el comercio acfivo de aquel Reino.

En cambio de los frutos, géneros, y metales, que el Reino de Chile envio al Perú, le entran de bste hierro, paños, y lienzos, de los que se fabrican en Quito, som– breros, algunas boVetClS, aunque en corta cantidad, por tegel se allí también; azúcClres, cacao, chcmcacas, o ras– pC!CJuras, conservas, tabClco, aceite, loza y toda suerte de merCaderías de Europa

Entre el Reino de Chile, el Paruguoy, y Buenos Ayres tambien se mantiene comercio, aunque todo se hace por HuellOS Ayres; llevándose del Paraguoy allí los efectos, que se producen en aquellas tienas, y consisten en la yerva elel Paraguay, y cero; estos pasan despues a Chile, y de aquí se lleva al Perú la yerva. Tambien se hacen crecidas conducciones de sebo a Mencloza, con el cual se fabrica allí el jabon; y en cambio de estos géneros, contribuye Chile a Buenos Ayres, ropa de la tiena, de la misma que se lleva del Perú, y de la que se fabrica en aquel Reino, ozúcar, ponchos, tabaco en polvo, vinos y aguardientes: estos dos últimos renglones los toman los comel ciantes en San Juon, por estar mas a la mano para la condución

NUMERO VI

Capítulo 1II del viage al rededor del mundo por J. F. G. De La Pérouse, Descripcion de Concepción, &c.

La nueva Ciudad (Concepción) contiene sobre diez mil almas Allí reside el Obispo, y el Mayor General, que está a la cabeza del cuerpo militar Este obispado confina con el de Santiago, la Capital de Chile, donde reside el Capitan General Al Este confina con las Cor– (lilleras, y por el Sur se extiende hasta el estrecho de Mogollones; pero sus verdaderos límites están en el rio Biobio, a un cuarto de legua distante de la ciudad. To, do el pais al sur de este rio pertenece a los Indios, ex– cepto la isla de Chiloe y un pequeño recinto en las cercanías c\e Valdivia Es inexacto llamar a estos Indios vasallos del Rey de España, con quien siempre están en

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guelr a Las funciones del comandante español Son de la mayor importancia; porque teniendo bajo sus órde. nes las tropas de línea y de milicia, extiende su auto. ridad soble lodos los ciudadanos, que en sus negocios civiles están gobelnados por un Corregidor También está encargado de la defensa del país, y obligado a hacer la guena, y tratados de paz incesantemente. Una nueva administración debe reemplazar pronto a la vie. ia Se diferenciará poco de la de nuestras colonias porque la autoridad selá dividida entre el comandant~

militar y el Intendente Pero debe observarse, que en las colonias españolas no hay una Corte Suprema, por– que los que están reveslidos de la autoridad real, pre. siden también en las causas civiles con unos pocos abo. godos que les ayudan Es fácil percibir, que no estando administrada la justicia por Jueces iguales en dignidad, la opinión del Presidente siempre influye sobre la de los miembros inferiores del tribunal La consecuencia de esto es, que la justicia está administrada realmente por una sola persona, lo cual debe tener muchos inconve. nientes, a menos. que supongamos a aquella persona desnuda de toda preocupación, libre de toda pasion,

y poseyendo un talento muy ilustrado

No hay en el universo un suelo mas fértil, que el de esta palie de Chile. Los gl anos producen sesenta por uno; las viñas son igualmente productivas; y las llanuras están cubiertas de innumerables rebaños, que se multiplican mas allá de todo cálculo, aunque aban– donados a ellos mismos Todo lo que tienen que hacer los habifcmtes, es poner cotos en sus respectivas posesio· nes, y encerrar allí las bocadas, yeguadas, mulas y caro neros El precio o/dinario de un buey cebado es ocho pesos; el de un carnero seis reales, pero no hay compra· dOles; y los naturales están acostumbrados a matar cada año un gran númelo de novillos, de los cuales aprove– chan solamente los cueros y el sebo para enviar a Lima Curan tambien alguna carne al uso de los Indios, para el consumo de los pocos buques costaneros de la mar del sur.

En este país no hay ninguna enfermedad regional Los que consiguen no contraer aquella, que es demasiado común en el mundo, viven muchos años. En Concep– cion hay varios personas, que han completado un siglo A pesar de tantas ventajas, esta colonia está muy lejos de hacel aquellos progresos, que podían esperarse de una situación tan favolable para el aumento de la población; porque la influencia del Gobierno incesante– mel1te contraría la del clima: las leyes prohibitivas eger– cen su imperio del uno al otro extremo de Chile. Este Reino, cuyas producciones, si se dejasen subir a su ma– yor grudo, podrian abastecer a la mitad de la Europa; cuyas lanas bastarían pOlo las manufacturas de Francia e Inglalerra; y cuyo ganado, si se salase, produciria una inmensa renta; este Reino, digo, está enteramente des– tituido de comercio Cuatro o cinco buquecillos llegan caua año de Lima con azucar, tabaco, y unos pocos ar– tículos manufacturados en Europa, que los desgraciados habitantes pueden comprar solpmente de segunda ma– no, despues de haber pagado crecidísimos del echos, pri· mero en Cadiz, despues en Lima, y últimamente al en– trar en Chile En cambio solo pueden dar trigo, que es tan barato, que al agricultor no le costea la roza del terreno; sebo, cueros, y unos pocos tablones; de manera, que la balanza elel comercio está siempr e contra Chile,

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