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menterio de Rivas,En Costa Rica engalanó con fre– cuencia las páginas de EL COMERCIO, de su amigo don .Justo A. Facio; y asociado después de su compa– ñero de ostracismo don Em'ique Guzmán, fundó EL DIA que también contaba can el prestigio de la plu– ma de don Anselmo H, Rivas, publicación ésta de cor– tísima duración y que habia de tener tan funestas consecuencias para sus incautos e ilusti'es flmdadores. Escritor clal'o, vehemente Y fecundo, se poseslo. naba hondamente del asunto de su exposición y es– tudio, y lo abol'daba l'csueItamente en todos sus de– talles y en todo su conjunto con tal fuerza y sutileza

y sondeo de análisis. con tal elevación de ideas, con tal erudición sobre ia materia en cuestión, con tal dominio y vigor y elegancia de lenguae que el con– senso Y el aplauso general lo colocaron l'ápillamente en el número de nuestros mejores y más valientes escritol'es y en el de nuestros más pulcros y escogillos estilistas; de tal suerte, que al leel'se sus editoriales

y demás artículos sobre temas de interés general o pel'sonal, no puede uno susti-aerse fácilmente al im. pel'io de su dialéctica contundente, ni al halago de la forma impecable en que sabia molllear sus períollos fIuillos, gallardos y rotundos que reflepjaban con exac– titud y hermosura sus altos y robllStos pensamientos como brotados de un manantial límpido, copioso e inagotable lle fresllos recuerdos, impresiones y ense–

ñaD'lia8.

Su fuerte principal era la polémica en la que se mostraba tloctrinario, filósofo, hacendista, versado, de veras, en los negollios públicos y en las disquisicio– nes literarias y más concretamente aún, en las grama, ticulaes. Hidalgo en la discusin, era también incan– sable y tenaz en su táctica defensiva que trocábasc pronta y fácilmente en vigorosa ofensiva fortalellída por la ilaeión y despliegue ordenado lle sus argumen– tos, y amenizada ya pOI' el auxilio de su fertifísima me– moria que excitada al calor de la controvel'sia pare– cía brotal' ))}'oJíficamente en Jlechos de compal'ación favorables a su tesis, ya pOr los l'ecm'sos Val'ios de sus facultades mentales -ciencía, imaginación, sensibili– llad, lógica y lenguaje- predispuestos a estos diarios

y ágiles torneos de saber y de ingenio que culminaban generalmente enéxitos lisonjeros pal'a él, y que, adies– trándole lle continuo en los lícitos amaños del debate, hicieron de este joven PROFESOR DE ENERGIA uno de los más esforza~los y brillantes paladines de la ;ren– sa COmbativa con que se tlfana la crónica de lluestl'Os eSClitores nacionales,

Psic:ólogo, y filósofo a la manera avanzada y mode– rada de, los Presidentes meridionales Cárdenas y Cara. zo. adl1urador de la fuerza dinámica en el hombre que va al fondo de las cosas sin desesperar nunca de encono trarlas en su aspecto legítimo y sustancia verdadera. entraba a la liza no con los puños levantados y la mira– da colérica y retadora a la manera de un Rochefort. o armado de "hacha y maza", al modo de un Veuillot. se¡tún la propia expresión del polemista francés, sino más bien apercibido a la lucha a guisa de gentiles y va– lerosos justadores de la talla de Un supuesto MoniaUa y de un auténtico P. Daniel. de siglos atrás. o contempo ráneamente. de un Horado Greeley y de un Roberto

Ow~n. o mejor aún, en ocasiones cónsonas r:On su fem-

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pel'amenlo, de 111 más lI11terior y destacad&, can respec– to a los últimos, de un André Chénier que sabia suavi· zar su estilo vigoroso con efusiones de su espiritu eter. nalnente visitado por las musas del Parnaso.

Gramático distinguido y conocedor de la lengua co. mo pocos de sus connacionales sostuvo. muchas veces, discusiones lingüísticas con los primeros hablistas del .país. eh las que se admiraba a la par, la amplitud del conocimiento, el giro flexible de la espejeante frase. la idea precisa de alto coturno, y el lenguaje pulquérrimo que no dejó de la lnano ni aún en sus editoriales escri– tos con frecuencia bajo la exigente premura de las pren. sas de mecánica labor obligada y tasada, que no espe– l'an un instante en su afán de poner diariamente en pie, lleno de vida nueva, a ese mensajero luminoso, calzado con las sandalias del Mercurio que ha de partir al alba de sus modestos portales, para nevar de casa en casa, da lugar en lugar, por todos los pueblos de la Repúbli– ca, los últimos sucesos mundiales y locales, las últimas controversias o notas festivas, las últimas palpitaciones del día, de la vida íntima nacional,

En el período de Gobierno de don Evaristo Carazo,

y en unión de una de las más descollantes y culfivadas mentalidades del pais. el doctor Pedro González, su ami.

gO y compañero en los Gabinetes de dos Administracio– nes, publicó un librito de exiguas dimensiones p91'O de gran significación, fuste y alcance, intitulado Frutos de Nuestro Huerto, que contiene escogidas produccio– nes de algunos de los que fueron hombres de letras de verdadera prominencia en Centro América. Lástima es que se encuentre totalmente agotada aquella corta edición hecha exprofesamente para que sirviera de texto de lectura en nuestras escuelas de primera ense. ñanza, e hiciese conocer, siquiera someramente, a las generaciones incipientes, lo que escribieron y fueron aquellos hombres merüísimos de pretéritos tiempos, honra de la gran patria de nuestros mayores, como se advierte en la instructiva y límpida prosa de L ...rreina· ya: en la castiza, elegante y eficaz, de Irrisari; en la ins– pirada y fogosa de Barrundia, de Valle, de Vijil, de Al– varo Contreras: en la conceptuosa, abundante y clara de Tomás Ayón: en la fábula ingeniosa, de penetrante moraleja final, de Garcia Goyena: y en la versificación dúctil 'i bello de Manuel Dieguez. para no dar mayo; extensión a la cita,

En 1897, y a petición de algunos admiradores del escritor. acordó el Gobierno del General Zelaya. la pu. blicación de algunos de los mejores oriículos de Ortiz. en los que ciertamente campean sUs relevantes dotes de

litelato cabal mógrafo de comprensiva visión y de recta

conciencia. perfila en fh'mes telieve" que dijéranse es– cultóricos, aquellas grandes figuras centroamericanas enfocadas al alcance de su xadio visual y sometidas a su esmerada y diligente apreciación, Articulista litera.

~io. deleita en sus páginas selectas. por la frescura. pu–

re~a, gracia. buen gusto. espontaneidad y fuerza de es lilo, COD!O es el caso, por ejemplo, con el cuento adaman– tino LIn Pluma Aznl, que es una bella fantasía de con curso. entre los intelectuales de su época y lugar que formaban el grupo romántico del Barrio La1Íno. en la que lle"a la pluma encantadora el paterno corazón, ese

paisajist~ milagroso del micro cosmos inefable del hogat en donde. como aquí. imperan S, A el Capitán Pulgar.