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colocaría IPSO FACTO en la situación de un sobera· no. de un buque de guerra, de un agente diplomático. de un ejél'cito extranjero, que go~an del privílegio de extraterritorialidad".

Valen estos dos casos, por otros muchos que sería largo de enumerar en un artículo de pequeñas dimen. siones como el presente. como prueba de la necesidad de un estudio especial sobre la materia propuesta.

El Gobierno de Colombia preocupado de este asun· too dispuso en abril de 1876, según lo refiere Seijas. ta– mal' las providencias necesarias a fin de impedir que los extranjeros enarbolen el pabellón de su Nación. pa· ra 10 cual sólo se hallan autorizados, en los casos res– pectivos. los agentes diplomtáicos y consulares de las naciones amigas: y deseando conocer primero la opio nión sobre el particular de los ministros diplomáticos. se dirigió a ellos por escrito. contestando los de Ale– mania, Inglaterra. Francia y Estados Unidos. cada uno por separado, coincidiendo en el pensamiento justo de la prohibición del uso INDISCREMINADO de la ban· dera: pero en el sentido también de que "al proceder contra la persona que haga uso indebidamente del pa– bellón de su respectivo país, se tenga por la insignia nacional LOS MIRAMIENTOS QUE SE MERECE".

Lo cual es dejar la cuestión en pie. Entre mucha¡¡ banderas, una no más debe ser la imagen verdadera de la Patria. Que se conozca, pues. distintamente. de manera que no haya equivocación posible ese símbolo soberano. y las otras. no vendrán a ser entonces más que simples adornos. corno cualesquiera otros. según mi opinión, que a nada obligan.

ISIDRO URTECHO Rivas, Febrero de 1913.

NACIONALISMO CONSERVADOR

El Partido Conservador no es refractario el gran sentimiento por la reconstrucción de la Patria Centro americana. ------0

No: no puede hacérsele con justicia ese cargo por-que los hechos lo desmienten.

El mismo Jerez. apóstol de la idea, es quien se en– carga. de justificarlo. reconociendo en el General don Fruto Chamono. caudillo de los conservadores. un parJ:idario sincero de la Nacionalidad. según acaba de demostrarlo "El Correo de Managua".

Pudo extenderse más "El Correo" sustentando este hecho con documentos posteriores del partido. publi. cados por el mismo Jerez, a manera de actas y decla– raciones de fe política. firmadas en Granada y en Rivas por muchos de sus principales representantes: y sobre todo. no tenía más que alzar el velo de la historia y mostrar il la vista de todos él cadáver. con profunda he– rida al costado. del General don Fernando Chamorro. la noble víctima dei partido sacrificado en aras de la na cionalidad.

He aquí los hechos referentes a esta triste historia La idea de la reelección del Presidente Martinez. nació de Jere~. halagado con el pensamiento de la na_ cionalidad que los amigos de aquel le hacían entrever. y cuando las cosas de la reelección fUeron adelante. quiso prendas. más que palaoras. sobre su acari<:iado ideal.

MarHnez vaciló entonces. y pensando que no se obtendría. exigió la adhesión a esta idea del partido conservador de Granada, que obtuvo al momento Jerez.

Luego tuvo otro escrúpulo. el de Carrera en Guate· mala. Al infierno. como el Dante. hubiera bajado Je– rez. tras esa otra Beatriz más ideal que la del gran poe– ta Italiano. y marchó a Guatemala asociando a su labor al General don Fernando Chamarra. designa~o por el partido conservador como su representante.

Carrera. en inteligencia ya con el Presidente de Ni. caragua. acogió bien a los ilustres comisionados. pero no con igual manera, la idea que ellos llevaban. sin re· chazarla tampoco del todo, y los interesados convenci– dos entonces del juego de ambos presidentes, regresa– ron a Nicaragua pasando por El Salvador, dlmde encono traron entusiasla Y decidido apoyo en el Presidente de la República. Generill don Gerardo Barrios.

El Partido Conservador rechazaba la idea de la re– elección por inconstilucional. Y resuelto a combatirla con las armas. se lanZÓ a la revolución que acaudilló el Ge– neral Chamarra, empezando por la toma del vapQr del lago en La Virgen, y hacíéndose dueño al momento del departamento de Chontales y de Río San Juan. Entretanto. Barrios enarbola en El Salvador el an– tiguo estandarte de Morazán, y Carrera embiste ense– guida contra la capa roja. con fiereza taurina. si se nos permite el decir, siendo vencido en Coatopec y volvien· do derrotado a Guatemala.

Sobre la marcha, en lenguaje militar, una hermosa columna de esos vencedores al mando de Jerez y de un jefe salvadoreño. se lan~ó sobre Nicaragua combinan– do su movimiento con la revolución de Chamarra. Lo· graron un lriunfo en el Bosque, que parecio abrirles las puertas de León: pero al día siguiente de su victoria. ya en los alrededores de la ciudad que creían tener en sus manos, sufren una derrota y huyen abandonándolo todo. Este revés hizo insostenible a la revolución en el país. y disolviendo Chamarra su ejército. marchó al Salvador a sostener la seña de la nacionalidad. des· garrada en León. pensando con razón que no tardarían en llegar allá los ve!;1cedores nicaragüenses. y volver. con esta coyuntura. los derrotados guatemaltecos. En los preparativos de aquella lucha que se preparaba le· rrible y definitiva, cayó asesinado el General don Fer. nando Chamarra. y peTdida así con él. la gran espada de su partido.

y ante esta víctima de inestimable precio para los conservadores _¿hay quién con fundamento sostenga que este partido· es enemigo sistemático de la nacio– nalidad?

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