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INDIOS MOSQUITOS
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Hay dos grandes entidades entre las tribus de in. dios mosquitos en la costa atlántica de Nicaragua: el SAYURKI.N y el SUKIA.- El primero foza de las ma. yores prerrogativas: es el que predice del tiempo, y a sus prediccioneS se ajustan los pequeños trabajos agrío colas a que se dedican; el segundo es el médico. Nos detendremos un poco más en éste por la influencia per– niciosa que ej erce en la sociedad en que vive.
La medicina no es propiamente entre los indios mos– quilos el conocimeinto de las enfermedades y el de las propiedades de los vegetales para su alivio. Es ver. dad que conocen algunas que otras de sus virtudes y que tal vez aplican. en casos particulares. con eficacia: pero eso no es el fondo de la TERAPEUTICA INDO. MOSQUITA. Su teoría sobre las enfermedades la re. montan á los espacios siderales, deduciéndola no de la influencia natural de otros astros sobre la tierra que vi. niera a aUerar el organismo humano, lo que se acerca. ría en muchos casos a la verdad. sino de los espíritus que suponen pueblan el espacio. Como entre los hom. bres que los hay de distintos caracteres, así entre los es_ píritus los hay buenos, malos, alegres, traviesos, tristes, etc,. y los espÍTitus malos son los que engendtan las en. fermedades, viniendo á ser la medicina una especie de ESPIRITISMO en que el médico no es otra cosa que el MEDIUM de poderosa voluntad que doblega al espítitu a su mandato; es como el Manfredo de Byron que evo. ca las sombras y las sujeta a Sll capricho, son como los brujos de la leyenda; que ptactican la mágica, y así. cuando la nec<esidad llama al SUKIA a la cabecera de un enfermo. la lucha no se entabla entre el médico y la enfermedad, sino entre la MEDIUM y el espíritu pel'_ verso que origina el mal. Y va luego ele exorcismos. y
va de conjuras, y va de toda cIase de ridículas patrañas.
y si rebelde no cede el espíritu al poder que lo evoca, entonces el MEDIUM, como tecUiSOS heroico, sube en la noche a un ál'bol, y sobre ese pedestal que lo eleva, y
al silencio de la noche pata ser mejor escuchado, la em– prende a gritos. con el vocabulario más soe7. de su re. periorio, contra el indómito. alma tal vez de algún testarud9 gascón. o de un aragonés, que para el caso es 10 mismo, a la manera de como cuenta Dumas. padre, hacia el pueblo napolitano con su patrón San Genaro cuando retardaba el tradicional milagro de sangre. El resultado de esa lucha aérea. lo dice el enfermo; si sana. ha vencido el MEDIUM; si inuere, el gascón o aragonés se ha salido con la suya.
Pero es preciso advertir que en la práctica aparece un poco viciada la teotÍa TERAPEUTICA INDOMOS. QUITA, dejándose ver ya. desde los comienzos del es– piritismo, que sus sacerdotes no están muy segutos de su fé, pues suelen ayudarse de otras supercherías. Así. por ejemplo. si el SUI{lA ha diagnosticado un sapo en la barriga, da al enfermo un brebaje cualquiera que le
haga evacuar. y luego por una especie de prestigita_ ción, después de las :ritualidades del caso, aparece, des_ de el pl"imer llamamiento, el sapo en el asiento; IDEM PER IDEM, como todavía suele acontecer entre nos– otros, para vergüenza nuestra, con manipuladores que se ve desde afuera. o con charlatanes nativos, cambián_ dose solamente los sapos en distintas clases de bichos. Hace poco fue preso en Chilo uno del gremio. después de haber estado entre nosotros, y en oH'as partes de América Central, explotando la sencillez de estos pue. blos, lo cual quisto hacer por allá.
Quizá paiezca todo esto pma invención nues1l:a no. velesca; pero para desvanecer ese concepto, copiamos de las autoridades más competentes de la Costa, los Mora_ vos. lo que dicen a este respecto. en sus estudios sobre aquel ierritol'io. .
"Los médicos. SUKJAS, que se suponen iniermedia. rios entre los espíritus y los indios, obran en consecuen– cia superliciosamente sobre ellos. Las enfetmedades se suponen causadas por los espíritus. Cuando. por ejem. plo, un paciente sufre reumatismo, el espíritu maligno ha introducido espinas en la parte dol()rida. Después de un sinnúmero de diversas suertes, de ventrílocuo tal vez y de jugla·r. frota el lugar enfermo hasta producir la
Sl'\~~gre y fingiendó e~draer algo, muestra unas espinas de pescado como arrancadas al paciente".
Lo curioso de este caso y lo que llama especial– mente la atención, es que el médico indomosquito es el médico de todas las sociedades primitivas. cUlllquiera que sea la parte del mundo que habite. como lo com_ prueba Spencer en su tratado de Sociología. donde se ven a la vez, en todos los pueblos ptimitivos, las mis. mas creencias en espíritus origen de las enfermedades, los mismos conjuros. iguales ritualidades del misterio. idéntica supel'chería, que nos hace pensar con triste:lla si estará en el fondo de la naturaleza humana la menti. ra y de ella brota espontánea desde el principio de las sociedades: o cavilar de cómo habrá venid() la unidad universal de esa tradición a los indios mosquitos que la conservan tan intacta.
II
Dijimos en nuestro artículo 1, (COMERCIO de 19 de julio pasado) que había dos grandes entidades entre las ttibus de indios mosquitos en la costa tlánfica de Ni. caragua. el SAYUJlKIN (adivino) y el SUKIA (médico). Otra entidad, de un orden inferior, pero más temible. viene después. el azotador público.
Cada tribu tiene su jefe indio y en ella se manejan conforme sus usos y costumbres. Algunos de las faUas son castigadas con penas de azotes, para lo cual se nom– bra de antemano el empleado que ha de ejecutarla. Al lado de esta costumbre. que nada tiene de irregular, puesto qUe está en nuestras leyes y se ejecuta entre nos. oiros civilizados, acaso con un P()quito de más violen.
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