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« Previous Page Table of Contents Next Page »Descendía de las primeras familias de Granada. y constituía la suya. su padre don Narciso Espinosa. de grande significación política en el partido conservadol'. doña Justa Selva. su madre. mujer de la antigua Roma por su ardiente patriotismo. 'i cinco hermanoa. tres va– rones y dos mujeres.
La guerra de 54. y sobre todo. la nacional de 55 y 56. tan desaslzosa para todo el país. pero principalmen'
te para Granada. asiento del :filibusterismo, reducida a última hora a escombros por la barbarie de los invaso– res, destruyeron toda su fortuna: y enire escombros, como todos los habitantes de la incendiada ciudad. vino a vivir. después. vida muy modesta, durante alcanzada por el afanoso trabajo del padre y de la madre
La Illuerte arrebató a esta familia el amor y el apo yo del padre, y tocóle entonces a la valerosa madre ha cer frente a esta desesperada situación. Aunque muy jóvenes sus hijos Gonzalo y Rodolio. contribuian, Sin
embalgo. can ia pequei1a ofrenda de su trabajo, al aiÍ_ vio de las necesidades de la familia. preparándose asi. el primero. a tomar el cargo de ella, como en efecto. y muy laudablemente. pudo hacerlo algún Hempo des· pués.
El Gobierno de Guzmán le nombró Subsecretario del Ministerio de Hacienda, a cargo entonces de don Cleto Mayorga, y en el ejercicio de sus funciones. reve ló muy buenas dotes de hacendista. que pl:omelían de él un excelente futuro Ministro del ramo: pero no eran de su vocación los cargos públicos, que aceptaba en– tonces obligado sólo por necesidades materiales. y ta,n pronto como pudo. dejó su puesto. aceptando el (>Dcar· go gubernativo de pasar a Demerara a esludiar en los ingenios ingleses de azúcar. el cultivo de la caña. cuya industria se proponía el Gobierno impulsar en el país Llenó su cometido a entera satisfacción de su comiten. te, y vióse obligado a su re!Jreso a servír por algún tiempo la Secretaria Privada del Presidente, de la cual se retiró después. deseoso de otros horizontes de nego– cios. en armonía completa con SU carácter emprendedor
y l0'ilró formar primero. parte con capital, parte mayor can crédito. una compañía comercial, y más tarde otra de cultivo de caña y elaboración de azúcar. Los nego· cios de comercio. que por algún tiempo fueron bien, de· Clinaron después a causa de la enfermedad endémica del país. sus convulsione,¡ politicas, qUe nos hacen re– presentar el papel de Sísifo llevando la piedra a la ci· ma de donde rueda incesantemente. Abandonó el co– mercio y se retiró también de la empresa de caña. y en– tró a servir como Agente en Granada, de la compañía de navegación. a cargo del señor F. A. Pellas. súbdito italiano que ha hecho de Nicaragua. por el corasón. su segunda patria. en donde tiene eaposa. hijos y cuantio· sos bienes de fortuna El agente de Granada fue bien pronto. m6. que un empleado, un verdadero amillo del señor Pellas. y tendióle éste noblemente au protectora mano. como tan liberalmente 10 ha hecho con otros ní· caragüense. Relirado Espinosa temporalmente de la Agencia de Granada. Ji causa de un puesto diplomático
que hubo de recaer en él, en una misión a Guatemala, a cargo del General Zavala, volvió, llenada la misión
é:
su antiguo puesto en el cual. sin desprenderse de él: a
~eptó, y sirvió también. el puesto de Agente interme– diario entre el Gobierno de Nicaragua y la Compañía del Canal, que le fue conferido por ésta.
El señor Pellas le dio participación en varios nego. cios. y lo introdujo de socio fundador en la Compañí<.. [·zucarera de San Antonio. Entonces fue cuando dejó l¡¡ Agencia de Granada. y nombrado Gerente en la Com pañía de San Antonio. a él tooole darle la forma. direc– ción e impulso. que hoy hacen de ese ingenio en Chi· chigalpa. el primero en la América Central: y asi empe· zó para Espinosa el origen de su fortuna, aumentada después por combinaciones favorables.
Mientras tanto, en el curso de estos acontecimien. tos tenían lugar en su familia. unas tras olras. desgra. cias de inmensa magnitud.
Su hermano Rodolfo. esperanza. muy brillante para el país. pone fit1 a sus días, en Bélgica. disparándose Ulla pistola en la sien.
Otro hermano suyo. el menor, muere también en extranjera tierra. Su pobre madre. ya debilitada. por la edad. no resiste al dolor de la pérdida de sus hijos. y su· cumbe igualmente: y por último, estalla el almacén de pólvora de Granada, y a su estrépito, se derrumban el cuartel y casas contiguas, y la suya. la de Espinosa, al caer aplasta a su hermana Amelia y otra jovencita, pa· rienta inmediata, salvándose por milagro su hermana Josefina.
De su casa, de su familia íntima. de tantos seres queridos que formaban SU dulce hogar, no le queda más que esa reliquia salvada en el naufragio de la desgra~ia.
y en 181 hermana única concentró desde luego con su ca– riño de los queridos seres perdidos. y consagróle toda su existencia a ella. a ella sola. víctima de un destino airado. procurando suavizar con ternura. sin hacer caso de las propias. las profundas heridas del coraaón.
Por eso es ella. la señorita Espinosa. la que absorbe entero el interés general en este cuadro cruel de dolor.
Hay. sin duda. en las ramificaciones de la familia otros corazones que le lloran. lágrimas de amig~ tamo bién, entre las cuales están las mías. que le quise con cariño de hermano: pero ¿qué vale todo esto ante el inmenso dolor de la hermana?
No tiene, en esta vez. consuelo humano su desven. tura: pero válgale su grande piedad religiosa. y con las consoladoras promesas del Cristo, que sus\.!lran en los oídos de los que sufren. "Bienaventurados los que 110. ran". pueda su ardiente fe derramar el bálsamo divino sobre su corazón destrozado.
Rivas. febrero 8 de 1908.
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