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GENTE DE SU TI EMPO

LUIS H. DEBAYLE y

JUAN JOSE MARTINEZ

Debayle y MartíneZ', dos eminencias en el campo de la cirujía en Nicaragua, se dividen el país: Juan José MarlÍnez impera en el Oriente. Luis Debayle en el Oc. cidlmte; y uno y otro, indistintamente, en el corazón de los que saben aprecia,r el bien de su pais.

Los dos jóvenes aún, los dos inteligentes, ambos apasionados a BU profesión. Además de la ciencia pro. funda que poseen, la naturaleza los ha dotado con holgu– ra de otras cualidades esenciales al oficio, que el estu.

dio y práctica perfeccionan. pero que sólo aquella da. tales como la mirada rápida y penetrante, prontitud en el obrar, valor, mano firme y segura, etc., etc. Para llegar a la altura donde el aura popular los ha colocado. necesarios son bechos culminentes que vengan a marcar los escalones de la ascensión. y uno y otro pueden elChibirlos numerosos para acreditar sus méri. tos.

Cada cual de ellos tiene a su mano una casa de sao lud, que vienen a ser como pequeños hospitales que en. cierran cuando la ciencia moderna requiere para ope– raciones, y donde se prodigan al enfermo los más ex· quisitos cuidados. Si en todos tiempos la higiene ha merecido de la medicina y ci%ujía las más serias consi. deraciones verdaderamente maravillosas; y Debayle y Marlínez ofician en sus altares con la fe ciega del ere. yente. No hay operación quirúrgica, por delicada que sea, que ahora no pueda prac!icarse en esos templos de la ciencia. Hace poco era preciso salir del pals para lograr operaciones aún de menor impodancia: hoy. gracias a esos dos benéficos factores de la humanidad. el enfermo tiene el remedio a la mano, sin el sacrificio de la ausencia. que ya eso sólo constituía para el desgra. ciado y la familia. el aelios anticipado de la muerte.

y no se crea que tales establecimientos están fuera del alcance del pobre, porque es distintivo del vel'dade. ro mérito esa noble sensibilidad del corazón que engen. dra la caridad. y la poseen en alto grado esas dos gran. des y simpáticas figuras de que nos ocupamos.

Se ve en uno de los salones de la casa de salud de León el refrato del Presidente de la República. General don Santos Zelaya, sin duda como una muestra de grao titud por la protección que dispensa al establecimiento este elevado funcionario. La casa de salud de Granada. se levantado al sólo esfuerzo de su fundador el doctor Martinez, sin que esto quiera decir que el gobierno le negaría en su caso SU alta protección.

Desde luego reconocemos en la facultad médica de

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Nicaragua, ya que la Medicina y Cirujía entre nosotros son comunes, cirujanos de mérito igual al de los dos de que venimos ocupándonos, como lo acreditan multitud de delicadas operaciones que registran de aquellos los diarios del país; pero no fienen a su disposición fados los medios científicos de que disponen los otros, y he ahí la venfaja y el motivo de su preponderancie.

Son ellos. pues, ]os que representan en esta fierra.

y a justo titulo, el progresO científico, verdaderamente grande, que hemos alcanzado sobre esia materia. Son ellos los que llevan muy allo muy ufanos el estandarte de tan notables mejoras, y pal'a ellos, en conSecuencia, la gloria y las bendiicones, en general, de esta pequeña porción de la humanidad doliente, justo tributo a sus méritos y a sus beneficios.

y de ese sentimiento general, aureola de su fama. son estas lineas una expresión particular de esas sim– patías que subyugan y que sólo impone el verdadero mérito en cualquiera de sus manifestaciones.

Rivas, junio 6 de 1906.

GONZALO ESPINOZA

El cable nos frae hoy de N. York la trisfisim& no. ticia de la muerte de don Gonzalo Espinosa, aCtlecida en este mismo día a las 8 a. m.. de regreso ya este ca ballero de Europa para su pals.

Mas bien que negocios, lleváronlo allá necesidades de su organismo. Inclinado por temperamento. acampa. ñado, además. por crueles desgracias en la vida, a no ver jamás en ella. colores de rosa, deslizábanse sus días sin brillo, sin esas expansiones naturales y convenientell en la socledad, que son para unos, expresión de conten. to, y para otros, sacudimientos de pesares, buscando él por otro rumbo, en el trabajo, las distracciones de su espíritu. Solo que, algunas veces, se sentía impulsado por el irresilltible deseo de viajar, como si su ánimo fa. tigado expel'imentara, sin darse cuenta de ello, necelli. dad de otros aires. otro escenario, otras impresiones; y

con medios de realizar su aspiración. salia ir a Europa; viajes de placer, de pl'ovecho, de vigor, de vida, para éb pero en esta vez. fue la muerte la que encontró en su camino.

Era el extinto de elevada inteligencia, insigne pri– vilegio acordado por la naturaleza a toda una familia, la de Selva, a la cual pertenecia, por la madre; de carácter suave, sencillo en sus costumbres. metódico. exacto en todos los actos de su vida, como un cronóme. tro, callado. reconcentrado siempre en si mismo, sin ha. cer jamás ostentaciones de 6U lnteligenciél' superior, culo tivada por asidua lectura, buen hijo, cariñoso hermana, amigo sincero.

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