This is a SEO version of RC_1968_01_N88. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »tigo de las dicllas del llogar, como de la desolación que nana enseguida el poeta, en ;sus versos CASA DE– SIERTA:
"Tengo frío en el alma, Por mi cuerpo circulan Inyecciones de hielo Que mis nervios convulsan".
Es la vuelta a la VieJa casa de sus abuelos, em– llolvada y desierta. Los cuadros, los objetos, los ár– boles, los sitios escondidos para los juegos de la ni– ñez, le hacen el efecto de espectros de cosas anima. das y querillas momificadas de improviso por la ma· no de la muel te. Esparcida la dilátada familia; se– pultados los dos ancianos venel'ables; sola, callada, in– mensa, aquella antigua morada de tal modo ligada a su existencia, siéntese sobrecogido de espanto ante tan triste espectáculo, y buye conmovido en busca de 12' vida pOI' un breve instante sofocada de su ser. AFRODITA, es la poesia erótica, como muchas otras de Adán, en las que campeaba su naturaleza aro diente como un sol canicular. En obsequio a la alm– ratosa moralidad de nuestras costumbres, rayana en cuaquerlana austeridad, me privó a mi pesar, de cital' algunas estrofas de AFRODITA, que acaso valdría la pena de conocerse un poco más, al menos entre los ni. caragüenses aficionados a las bellas letras.
OSCURIDAD, es la envolvente tiniebla del espí– l'itu. Flores, luces, risas, armonias todo ha llasado ya para el poeta. Ei corazÓn preñado de amarguras llora sentimientos e ideas que caen gota a gota sobre el rostro, en las terribles ebulllcloncs del dolor. Hay lágrimas que son ..na protesta, y llantos que valen uua profunda imprecación al destino:
"El más profundo fastidio
y el más cruel abatimiento, Unidos en mi alma siento Como eterna maldición".
Hasta aquí tan solo he podido referir el corto nú– mero de poesías de Adán Vivas, que he tenido oca. sión de conocer; y lamento sobremanera no tener a la mano sus artículos publicados en "EL mIs DE LA TARDE" Y "EL CORREO DE GRANADA", cuyas co. lumnas vibraron muchas veces con el verbo altivo, fe· cundo, y sonoro, joven aún, y sin otros estudios que los del Instituto Nacional de Oriente, y Sil propia de– dicación a la lectul'a, descollaba como uno de los pri– meros escritores del periodismo nicaragense,
Uno de sus más bellos artículos de que lmedo ha.
cer memoria, fué el que escribió bajo el epígrafe de REINA GUILLERMINA, allá cuando el anciano IClu– gel', que habia asombrado al mundo con las heroicas 'pi'oezas de sus valientes boers, visitaba la atónita y reservada Europa, arrancando aquel hermoso canto de entusiasmo y reverente adiniración del estI'o divino de Rostand: "Perdón sublime Kruger! perdón para esta horrible y vieja Eúropal".
Tenia Adán la incompal'l1ble ventaja de una asomo brosa facilidad de composición en la que siempre se reflejaba su original subjetividad, De paso una vez por esta ciudad, se le llevó de paseo al pintoresco si. tio de nuestro cementerio, desde cuyas colinas se do· mina un vasto y espléndido horizonte, y pocos mo· mentos después de regresar a la ciudad, le vimos con sorpresa aparecer trayendo en su mano las cuartillas en las que describía sus impresiones de la tar(le en párrafos de espontánea gallardía, dignos de su pluma victoriosa y del consagrado lugar que llevara a su es piritu ráfagas excitadoras de inspiracl6n.
"Adán" -decíame un dia su hermano Adolfo, que tan alto puesto ocupa hoy enb'e Jos escritores nacio– nales- "dlllel'e de mí, en que cuando yo necesito la observación de un hecho real, a él le basta In simple exaltación de su fantasía para la elaboración de nues– tros respectivos escritos destinados a la prensa". Dicho tan cierto como que Adolfo se inspira en las fuentes del realismo, mientras que Adán, sin presumil'lo ni quererlo, enarbolaba sobre su tienda de escritor opa. bellón de poeta, la enseña azul del romanticismo,
Víctor Hugo, Byroll, Espronceda, parecian ser sus poetas predilectos. De pasmosa memoria, recitaba lar. gas y escogidas estrofas de los autores mencionados; o bien, por ejemplo, la admirable descripción que en LOS MISERABLES, hace Víctor Rugo de la aparicl6n de la Guardia Imperial en aquellos gloriosos campos de Waterloo, inmol'talizados por el mAs grande desas– tre de los siglos.
HoY, he dicho, cÚDlplese un lustro de baber ren– dido la corta y penosa jornada de su vida, el malogra· do joven escritor y poeta granadino, Adán Vivas, Si la ocasión I1egase, gustoso prestada mi humUde cola. boración para un ensayo de mayores alientos que el que cabe en la obligada brevedad de un artículo de llel'iódlco, sobre los méritos de Adán Vivas en el do– ble carácter en que aquí le considero, 110 como un poe– ta y escdtor de nombradía hispanoamericana, sin() como UDa esperanza caída en flOr para las patrias le. tras, C0O10 un iniciado que lució fulgentes arreos en nuestras lizas literarias, que nI) por su estrecho cam– po, son menos meritorias ni menos dIgnas de estímu· Jo y de aplauso, y que acaso hubiel'a alcanzado a ser· lo, en fuerza de su dedicación y su talento, por más que estos ambientes tropicales palezcan tan pllCO pro– picios para culminai' en el div.lno arte de ZOl'rilla, dra– rago; de Lamartine, el contemplativo; de Poé, el visio. nario; o en el más humano de Michelet, el ilulllÍnado;
75
This is a SEO version of RC_1968_01_N88. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »